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“Arcano”
Capítulo 2: Las reglas
Después de que las viejas campanas del colegio hubieran indicado que ya eran las diez de la mañana, un maestro entró al aula para indicar a los estudiantes que debían ir en orden al auditorio del colegio.
-Vamos gatita –indicó Archie mientras se ponía de pie
Candy solo asintió y se puso de pie para seguir a su nuevo amigo, junto a todos sus compañeros, comenzaron a descender de piso hasta llegar al lugar indicado. La totalidad de estudiantes se encontraban ahí y una vez todos se dispusieron a encontrar un asiento, los susurros comenzaron a inundar el ambiente. Pronto, la directora del colegio se encontraba en el estrado, entonces el silencio se marcó.
-Buenos días –comenzó a decir la mujer, de facciones duras y con algunas arrugas que ya se percibían en aquel rostro que pasaba de los cincuenta años, el ceño fruncido parecía formar parte de ella- como cada año, el San Pablo se enorgullece de tenerlos aquí, y de darle la bienvenida a los estudiantes que se están incorporando
-¿Está molesta? -la pregunta salió inevitablemente en un susurro de los labios de Candy
-No, así es su cara –le respondió su amigo
-¿En serio? –preguntó con un gesto de sorpresa
Él asintió y luego le hizo una seña para que guardara silencio, ya que, de lo contrario, alguien podría notar que estaban conversando y serían reprendidos. La madre superiora continuó hablando.
-A partir de mañana, todo estudiante deberá cumplir con el horario estipulado, les sugiero que se levanten de la cama a las seis de la mañana, tomen una ducha y vistan el uniforme correspondiente, nuestra institución se caracteriza por valores como la puntualidad y la disciplina, luego podrán ir al comedor a desayunar, vuestras sesiones de clase comenzarán a las ocho de la mañana, las cuales durarán hasta las dos de la tarde con un receso incluido a las once de la mañana, el cual tiene una duración de treinta minutos. Tendrán las tardes libres para poder realizar sus tareas o trabajos grupales, si necesitan reunirse entre compañeros del sexo opuesto, pueden utilizar la biblioteca, están prohibidas las reuniones en las habitaciones, recuerden que deben ser personas pudorosas al respecto. Para la hora del receso y del almuerzo, también pueden asistir al comedor, recuerden repasar vuestra sesión aprendida por las noches antes de dormir, y recuerden ir a la cama a las nueve de la noche, es esencial que cumplan con vuestras horas de sueño para poder tener un mejor rendimiento escolar. Esta semana el horario será un poco más flexible, los encargados de cada taller van a organizarse respectivamente para que ustedes puedan pasar por cada uno y al final escogerán el que más les agrade, antes de cualquier pregunta, es obligatorio que asistan a uno. No importa el taller que escojan, todos tendrán el mismo horario, asistirán los días martes y jueves desde las cuatro de la tarde hasta las siete de la noche, pueden inscribirse en el de música, dibujo y pintura, electrónica, fotografía, baile, costura y teatro. Esto es obligatorio tanto para los estudiantes que están cursando la secundaria, como para los de preparatoria. Los jóvenes que asistan a la secundaria, recuerden que son tres años a cursar y luego pasarán a la preparatoria, ahí se encuentran los más grandes, formándose para poder decidir qué carrera estudiar en el futuro y así ser ciudadanos ejemplares que se desempeñen adecuadamente en el ámbito que ustedes prefieran. Tengan en cuenta que los estudiantes de secundaria podrán salir del internado cada fin de semana, si desean ir a sus respectivos hogares, pueden partir los sábados temprano y volver el domingo por la noche, en cuanto a los estudiantes de preparatoria, ellos podrán salir solo un fin de semana por mes, ya que la exigencia para ellos es más alta. No está de más que les recuerde que luego de la cena, todos se van a sus habitaciones, y nadie puede deambular por las instalaciones de nuestra institución. Las reglas son sencillas para que ustedes estén en la capacidad de cumplirlas –hizo una pausa y frunció aún más el ceño- en caso de que por algún motivo, deseen ir en contra de las normas establecidas, existen castigos que se ejecutarán de acuerdo a vuestras acciones, pueden perder su fin de semana libre para quedarse en el internado, estar en el aula de castigo para realizar las actividades que se les encargue, incluso llegar a pasar una noche o más en el cuarto de castigo, y en casos más extremos, la expulsión definitiva.
-¿Cuarto del castigo? –repitieron al unísono todas las voces que desconocían dicho lugar
-¡Silencio! – sentenció la superiora– es de mala educación hacer eso, si alguien desea hablar, deberán esperar a que yo termine y luego pedir la palabra como corresponde –miró severamente a todos los presentes- el cuarto de castigo, es un lugar que pocos estudiantes han llegado a conocer, esa habitación es ocupada generalmente por quien ha cometido una infracción que atenta contra la moralidad, ahí pasan la noche quienes al día siguiente serán expulsados de nuestra institución. Espero que todo haya quedado claro, hay diversas actividades que se organizan, con el tiempo podrán ser partícipes de estas y de ustedes depende cuánto disfrutarlas, este lugar no es para todos, recuerden que solo los mejores se quedarán hasta el final. Eso es todo, le sedo la palabra a la hermana Margaret.
-Buenos días jóvenes –esta vez una voz más amigable se dirigía a los estudiantes, una monja de sonrisa cálida y mirada comprensiva se encontraba en el estrado- aquí apreciamos el trabajo que hace la directora Grey, por ello, me encuentro en este lugar para poder ayudarla al menos un poco con algunos de ustedes, me encuentro en el departamento de consejería en caso de que alguno de los presentes necesite hablar acerca de algo personal. En caso de que vuestras necesidades requieran de una atención un poco más especializada, los derivaré al área de psicología, en el cual, se encuentran buenos profesionales que podrán darles la guía que necesiten. La hermana Meredith, es la jefa de normas que se encarga de las decisiones a tomar cuando un estudiante incumpla con alguna de las normas del colegio, en caso de que la situación tenga consecuencias más grandes, se derivará a la dirección para que la hermana Grey pueda actuar al respecto. Por favor, recuerden evitar cometer cualquier tipo de infracción, no vean este internado como un lugar que los aprese, sino como un segundo hogar en el cual podrán incluso divertirse con todo lo que nosotros les proporcionemos. Esta institución, ha ido creciendo a lo largo de estos últimos veinte años, nos actualizamos constantemente y hacemos nuestro mayor esfuerzo por brindarles una buena educación junto a buenos profesionales que se encargarán de dictar todas las materias. Dicho esto, esperamos que disfruten de su estancia aquí, una vez más, bienvenidos queridos alumnos del San Pablo.
Los estudiantes le dedicaron unos aplausos a la hermana Margaret, que cerró el discurso con una sonrisa que inspiraba confianza. Posteriormente, se dio la indicación para que pudieran ir al comedor a merendar, cuando se encontraron ahí, Stear se acercó de nuevo hacia su hermano y Candy para pedir el plato de comida correspondiente y luego ubicaron una mesa para poder comer y continuar charlando.
-Ya quiero ir a ver la presentación de los talleres, espero que dure toda la semana –comentó Stear
-Seguro que sí, ya sabes que cada año abre con esta actividad y así los primeros días logran ser más relajados –le respondió Archie
-¿En qué taller te gustaría estar Candy? –preguntó el mayor
-Creo que me gustaría ver primero como son
-Si te inscribes en el de electrónica, podríamos crear juntos algún invento –le guiñó un ojo
-Uno que sí funcione –dijo su hermano
-¡Hey! No te metas con mis creaciones
-Sí, sí, igual no creo que a Candy le llame la atención eso
-¿Por qué? –le cuestionó ella
-No te imagino con las manos ennegrecidas y cubiertas por aceites –respondió encogiéndose de hombros
-Haces que el taller de electrónica suene a que hay un montón de mecánicos ahí –se quejó Stear
-Yo creo que a Candy le apasionaría algo más artístico, me la imagino bailando al compás de la música –Archie movió los hombros graciosamente
-¿Será porque tú estás en ese taller? –Stear alzó una ceja al decir aquello
-No seas tonto, eso no tiene nada que ver
-Sigo pensando que será mejor visitar cada taller para unirme a uno –dijo ella
Mientras Stear y Archie continuaban en el intento de convencer a su amiga para que se uniera al club de baile o electrónica, ella solo reía. De pronto, alguien más llamó su atención, un joven había esperado a que no hubiera nadie en la fila para pedir comida, se acercó a la señora que se encargaba de entregar las meriendas, charlaron por algunos segundos y ella le sonrió amablemente para luego darle unas cuantas naranjas que él guardó en una bolsa que llevaba en la mano. Tras recibirlas, agradeció y se dio media vuelta, su mirada volvió a encontrarse con los ojos verdes que ya le habían observado antes. Por segunda vez, le ofreció una sonrisa ladina que provocó un leve rubor en las pecosas mejillas de la muchacha, después él se retiró del comedor.
