Capítulo dedicado a mi madre, te amo y espero que puedas leerlo más pronto de lo que creo.
Capítulo 7: "Malentendidos"
Un mes completo de clases transcurría, Candy acudía regularmente a la pequeña colina, en la cual ya era habitual encontrar a Terry.
-¡Hola Terry! –saludó Candy mientras llegaba al apartado que compartían- mira, mi mamá me mandó unos chocolates que me gustaron demasiado y quise traerte uno para que pruebes
Le extendió el chocolate de roja y brillante envoltura, él lo recibió y quitó el papelito que envolvía el dulce. Olisqueó el aroma y luego se lo comió de un bocado, tomándose el tiempo de saborearlo.
-Me gustó, a la próxima yo traeré algo para que compartamos –ella esbozó una sonrisa – cuéntame qué hiciste este fin de semana en tu casa
-Nada interesante, aunque hubo algo que me emocionó un poco, mis papás dijeron que si mis calificaciones son buenas después del primer bimestre, me comprarán un celular
-¿En serio? –ella asintió con la cabeza como una pequeña niña ilusionada- eres una buena alumna, creo que ese celular estará pronto en tus manos
-Después de que se malogró el que me dieron la última vez, no hubo oportunidad de comprar otro
-Ah, ya veo, entonces avísame cuando lo tengas y así intercambiamos números
-¿Tú también tienes uno?
-Claro que sí pecosa, ¿acaso me crees un cavernícola? –ella le miró con molestia- digo… sí tengo uno, pero no suelo utilizarlo, no es que haya alguien que quiera llamarme mientras estoy en el internado –la expresión en el rostro de ella cambió a medida que escuchaba- de hecho, lo dejo en casa hasta que llego los fines de semana y lo utilizo solo para comunicarme con mi madre, el resto del tiempo no me gusta darle demasiada importancia a ese aparato
-¿Tu papá no te llama? ¿O no te escribe mensajes?
-No, y tampoco es que quiera estar en contacto con él, igual la mayoría del tiempo está de viaje –ella bajó la mirada sin saber qué responder- descuida, no pongas esa cara, siempre ha sido así
-Te entiendo
-No creo que lo entiendas, no lo conoces –respondió molesto -Lo siento Candy –se disculpó- es solo que no me gusta hablar demasiado sobre mi padre
-No te preocupes, está bien –sin premeditarlo ella posó una de sus manos sobre el dorso de la mano de Terry, él se sorprendió por dicha acción, por lo general no le gustaba acercarse demasiado a otras personas, pero con Candy se había sentido diferente desde que la había visto por primera vez
-Gracias por entender pecosa –una leve sonrisa se formó en sus labios, giró su mano para poder agarrar la de Candy y darle un pequeño apretón
El sonido de las campanas hizo que ambos se sobresaltaran y se soltaron.
-Creo que ya es hora de ir por la cena –dijo ella mientras se ponía de pie- ¿irás al comedor?
-Sí
Ambos se encaminaron rumbo a su destino, una vez se encontraron en el comedor, varias miradas se posaron sobre ellos.
-¡Candy! –llamó la voz de un muchacho de anteojos, al tiempo que hacía señas con las manos para que ella pudiera ver donde estaba
-Me voy, esperaré a que esa inmensa fila de estudiantes desaparezca para ir a pedir algo de comida –se alejó tras esbozarle una leve sonrisa
Candy se acercó hacia donde estaban sus tres amigos, quienes le guardaban un sitio en la fila para que ella pudiera estar con ellos.
-Cornwell, no está bien guardar sitios para otras personas –se quejó una voz detrás de Archie
-¿Con qué derecho lo dices tú? –cuestionó con evidente molestia el nombrado
-Creo que ningún estudiante quiere correr un lugar atrás –respondió de nuevo el estudiante
-Punto número uno, Leagan, nadie va a correr un lugar atrás porque yo le cederé mi lugar a Candy, punto número dos, te recuerdo que nadie dice nada cuando Eliza manda a vaciar los baños de mujeres para que tú puedas entrar a uno de ellos ya que te da pereza esperar a encontrar un retrete donde posicionar tu trasero en el baño de varones
Ante esto, Neil se sonrojó de sobremanera apretando ambos puños a los costados y se quedó callado, las risas ajenas no se hicieron esperar.
-Archie… -llamó en un susurro Candy- no hacía falta que digas eso, solo tenía que irme al final de la fila
-Claro que no gatita, este lugar lo guardé para ti –le dijo él
-Cuando quieres, eres un odioso –le dijo su hermano soltando una risita
-Estoy aquí atrás, puedo escucharlos –se quejó Neil
-A nadie le importa qué escuches o qué digas –respondió Archie mirándolo sobre el hombro- por cierto, gatita, ya que estamos cerca a recibir tu plato de comida, ¿crees que puedas pedir doble ración? Luces bastante hambrienta
-No le obligues a comer tanto –dijo Stear- apenas acabará su ración
-Bueno, si ella no quiere la segunda porción, podría dármela, ¿verdad Candy?
-Supongo que sí –respondió ella
-No te quieras pasar de astuto –advirtió Stear entrecerrando los ojos
Su hermano solo le guiñó un ojo y tras recibir su plato, se fueron a una de las mesas del comedor.
-Candy –dijo Archie mientras alzaba con el tenedor un pedazo de brócoli- te tardaste en venir al comedor –la miró mientras devoraba de un bocado el vegetal
-Archie, los asuntos de Candy no son de tu incumbencia, no la estés hostigando –regañó el mayor
-Bueno, estaba conversando con Terry –respondió la muchacha
-Solo recuerda lo que te dije, ten cuidado de no meterte en problemas, y Grandchester es alguien que atrae conflictos con frecuencia –le dijo Archie
La semana había transcurrido desde la última vez que Candy había estado en la pequeña colina, ya era viernes.
Terry había ido después del almuerzo y se sentó al pie del árbol, la ausencia de su amiga le hacía sentirse extraño. Soltó un profundo suspiro y sacó un cigarro de su bolsillo, lo encendió y comenzó a fumar, en ese momento se percató de que hacía varios días no lo había hecho.
-¿Otra vez fumando? –preguntó una voz que provenía de los árboles cercanos
-¡Candy! –llamó alzando la cabeza y esbozándole una sonrisa
-Deberías dejar ese hábito –le regañó ella
-He perdido la cuenta de cuándo fue la última vez que probé un cigarro
-Dame eso –le quitó el cigarro de entre los dedos y lo lanzó al suelo para pisarlo
-¡Hey, pecosa! ¿Por qué hiciste eso? De todas maneras, ya iba a apagarlo
-¿En serio?
-Sí, ya que no te agrada…
Ella sonrió, le agradaba saber que de alguna manera aquel chico le tenía cierta consideración.
-Hace días no pasas por aquí –dijo él rompiendo el silencio
-Estuve ocupada, a veces las tareas me toman cierto tiempo, aunque Stear me ayuda a resolver los ejercicios que no entiendo muy bien, si no fuera por él, creo que estaría algo perdida
-Ah sí, el inteligente suele obtener buenas notas
-¿El inteligente? –preguntó ella frunciendo el ceño
-Sí, así le digo –dijo alzando un hombro
-¿Por qué no lo llamas por su nombre?
-Porque tiene más cara de “el inteligente” que de Stear
Candy soltó una risa al escuchar tal explicación carente de sentido y negó con la cabeza.
-No me digas que tienes un sobrenombre para todos
-Bueno, no conozco a todos, pero si te soy sincero, cuando veo a algún compañero, mi cerebro es capaz de actuar rápidamente para darle un nombre antes de saber cuál tienen
-Imagino que debes haber renombrado a mis amigos también
-Los veo a menudo contigo, y no puedo creer que te lleves tan bien con el elegante, a veces es un poco estresante
-¿El elegante? –Candy repitió sorprendida
-Archiebald, es el elegante, no me niegues que a veces se le pega por actuar como si perteneciera a una la alta alcurnia
-¿Por qué no te agrada?
-Una vez entró a mi habitación por error, la verdad es que yo estaba muy molesto aquella noche porque había tenido una discusión con mi padre, aquel día se le había ocurrido al duque venir al internado solo para decirme estupideces, ya sabes –hizo un gesto como restándole importancia al asunto- yo estaba regresando a mi habitación, cuando el elegante entró, me irrité, no sé por qué diablos había olvidado asegurar mi puerta, en fin… no estaba de buen humor así que lo saqué de un empujón y le grité. Pero ahí no acaba la historia, al día siguiente quise disculparme, cuando lo vi, me estaba acercando, pero entonces me dirigió una de esas miraditas asesinas que le gusta poner cuando alguien no le agrada, y me dijo “¿qué carajos quieres Grandchester?”
-¿En serio? –ella cuestionó sorprendida
-Obviamente aquello acabó mal, porque yo no suelo pedir disculpas aunque en esa ocasión si admití para mí mismo que cometí un error, le lancé un puñetazo y él no se quedó atrás –se encogió de hombros- la verdad es que, si analizas el trasfondo de toda la situación, fue la pelea más tonta que tuve
-Entonces todo fue solo un malentendido y ya
-Sí, así es, pero ya me acostumbré a que todos me malentiendan y tampoco me dedicaré a darles explicaciones a cada uno de los estudiantes que me rodean, muy pocas personas podrían considerarse como mis amistades, Albert, Charlie y tú…
-¿Quiénes son Albert y Charlie?
-Albert es el presidente del taller de teatro, está dos años más adelantado que nosotros, solo le falta un año para irse de este internado y estudiar algo en la universidad, Charlie era otro de mis amigos… -bajó la mirada al recordarlo- estaba en el mismo salón que yo, pero ocurrieron algunos problemas y él… escapó del San Pablo
Continuará...
Si alguien desea continuar con la lectura de este fic, les invito a hacerlo en wattpad, me encuentro como T.G. por allá nos leemos pronto!