Capítulo 4 - Biblioteca Grandchester
Narrado por Candy
-¡Por Dios soy una tonta! - me regaño a mí misma, mientras me regreso caminando por tercera vez a mi habitación.
-¿Pero si lo que tiene que decirme es importante? - me autoengaño, no quiero admitir que me muero de ganas por verlo, exhalo profundo y vuelvo a dirigirme hacia la biblioteca.
Camino negando con la cabeza, estoy segura que ese sinvergüenza tenía todo planeado; sí, probablemente me vio caminar hacia él y se acostó para que me tropezara y cayera encima de su cuerpo. De repente los recuerdos vuelven a agolparse en mi cabeza, lo que me hizo, lo que dijo, lo que vi... e inmediatamente me sube un calor intenso que se esparce por toda mi piel, ya debo estar tan roja como una manzana.
Detengo mi paso y miro al cielo, estoy tan nerviosa, que el corazón me late alocadamente, el cuerpo me tiembla y siento como si un millón de mariposas revolotearan en mi estómago.
¿Y si vuelve a convencerme y termina besándome y haciéndome... haciéndome... eso tan... tan... rico...? - suspiro.
En lugar de ir a tentar al diablo, mejor debería ir a la capilla y rezarme unos cien rosarios completos, aunque sé que eso no me calmaría el alma, mucho menos el cuerpo.
Mis piernas comienzan a moverse como hechizadas o como si el mocoso atrevido ese, estuviera usando algún tipo de imán para atraerme.
De repente Archie me aparece de frente y me hace saltar del susto.
- Gatita, estoy llamándote y haciéndote señas hace rato y no me miras-
- Lo siento - él me ve entrecerrando los ojos, mientras analiza atentamente mi rostro.
- Gatita ¿te sientes bien?- él pone su mano en mi frente- Estás caliente - si supiera la causa de mi calor... - deberías ir a la enfermería-
- No te preocupes es que venía corriendo - miento, ya se me está haciendo costumbre. Archie sigue observándome detenidamente y me comienzo a sentir incómoda.
- Hoy te ves diferente, aunque en realidad te siento distinta desde que bajaste del barco, dime ¿porqué estás así conmigo? No has contestado a mi propuesta de ser novios, yo pensé que teníamos algo especial, en Lakewood todo era tan perfecto-
- Lo siento Archie, es que este cambio de país, la entrada al colegio, me siento no sé... como fuera de lugar -
- ¿En serio solo es eso? - me pregunta en un susurro muy dulce, pero como siempre he sido una pésima mentirosa bajo la mirada pensando en cómo cambiar el tema, no quiero que comience su largo discurso de porqué Anthony o Terry no son buenos para mí, es de lo único que hemos conversado desde que llegué al colegio, de repente recuerdo algo que debe aclararme.
- ¿Porqué mentiste diciéndome que Terry tenía novia? - y cuando termino de preguntar, me arrepiento inmediatamente de lo que dije, por Dios, de vez en cuando debería pensar antes de hablar.
- ¡Lo sabía! ¡Has estado viendo a ese maldito arrogante! - exclama - ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? - pregunta muy molesto elevando la voz, tanto, que varios compañeros que están cerca, nos miran expectantes.
- Yo pregunté primero ¿porqué me mentiste? - le digo lo más calmadamente posible, tratando de que él también se tranquilice.
- No mentí, es cierto, él debe tener novia como mínimo, aunque muy probablemente lo que tenga sea una prometida - mi corazón deja de latir y me odio por eso.
- ¿Prometida? ¿De qué hablas? -
- Candy, él será un Duque, su abuelo fue el rey de Inglaterra ¿Crees que dejarían que se casara con cualquier plebeya?- abro los ojos como platos ¿Terry Duque? ¿su abuelo fue el rey de Inglaterra? ¿Prometida? - Y mucho menos con una plebeya americana, así que sácate de la cabeza lo que sea que ese infeliz te ha estado prometiendo porque de seguro, ya debe tener una esposa elegida desde antes de nacer- me quedo sin palabras, mientras lo único que quiero es salir corriendo e ir a llorar hasta que se me acaben las lágrimas - además ese arrogante está acostumbrado a estar con mujeres experimentadas y tú eres muy inocente, si llegara a faltarte el respeto, ¡yo lo mataría! - exclama furioso - Prométeme que no lo volverás a ver -
- Archie... - digo conteniendo mi consternación - tengo que irme a estudiar... - le digo incapaz de prometerlo, si lo que acaba de decirme es cierto, Terry deberá aclarármelo ahora mismo.
- Gatita - él toma mi mano y me mira con dolor en el rostro - te quiero conmigo, no quiero perderte... - me acerco y lo beso en la mejilla para relajarlo.
- Me tengo que ir - salgo caminando con la firme intención de enfrentar a Terry.
- Te amo - escucho suavemente y su declaración me deja fría como el hielo, cuando vuelvo a verlo, él ya camina hacia el lado contrario. Él tiene razón, cuando compartíamos en Lakewood me sentía tranquila y feliz, hasta que apareció Terry y puso mi mundo de cabeza.
Camino casi corriendo hacia la biblioteca, entro y busco el pasillo 33, que es el último de todos, pero cuando llego, él no está.
¡Se ha burlado de mí!
Acaba de plantarme, seguro está viéndome desde lejos mientras se ríe de lo fácil que soy.
Estiro mis manos hacia abajo con puños apretados, mientras derramo las lágrimas que he estado conteniendo.
De repente el estante de libros que está pegado a la pared comienza a moverse y quedo congelada del miedo, siento como unas manos grandes me atrapan y me tapan la boca, grito fuerte pero soy levantada como si no pesara nada e introducida entre la pared, contengo la respiración mientras trato de soltarme sin éxito.
- Soy yo Pecosa - escucho su dulce y profunda voz en mi oído, mientras sus brazos me rodean el cuerpo. Suelto el aire contenido y lo miro furiosa.
- ¡Casi me matas del susto! - él se ríe a carcajadas - ¡No le veo lo gracioso!- miro a mi alrededor, es un cuarto amplio lleno con altos estantes llenos de libros, un gran escritorio y una escalera con ruedas para llegar a las colecciones que están más arriba, inhalo profundo, todo huele a él, es una mezcla entre lavanda y tabaco, que por alguna extraña razón, me está excitando.
- ¿Te gusta mi lugar secreto? -
- ¿Dónde estamos? -
- Esta biblioteca se llama Biblioteca Grandchester, crees que no tendría un lugar propio aquí-
- ¿Biblioteca Grandchester? ¿Porqué? -
- Porque mi abuelo la construyó, igual que más de la mitad de este colegio-
- Presumido - le digo pero él me sonríe - Tengo que decirte muchas cosas, así que habla lo que sea que tengas que decirme, porque me escucharás un buen rato- él se cruza de brazos y se sienta sobre el escritorio.
- Ven - me llama con un gesto de cabeza, como si fuera un perro.
- No, aquí estoy bien-
- ¿Acaso me tienes miedo? No te morderé, a menos que quieras - me dice modulando su voz en un descarado coqueteo y compruebo una vez más, que le basta solamente una frase, solo una y yo ya no soy dueña de mi cuerpo.
- Deja de jugar conmigo, no soy como tus otras mujeres- digo tratando de ganarle a mis ansias.
- ¿Mis otras mujeres? No sé que te han estado inventando ese camisas de seda o el Principito, pero yo no tengo mujeres -
- Tal ves no, tal ves solo tengas una prometida -
Narrado por Terry
FLASHBACK
- De ninguna manera lo aceptaré, prefiero renunciar a mi apellido antes que me condenes a compartir mi vida con cualquier mujer y menos con una que usted escogerá -
- Basta Terence, acepté no escogerte esposa desde que naciste porque esa mujer me lo pidió y soy un hombre de palabra, pero ya es tiempo, el rey ya me ha preguntado, así que si no encuentras una jovencita digna de ser Duquesa, no me quedará otra opción que elegirte una -
- No buscaré una esposa según unos estúpidos requisitos-
- Lo harás o lo haré yo -
- Entonces renunciaré a mi título, de todas maneras alguno de mis medios hermanos estará deseoso de ocupar mi cargo -
- ¡Tú serás el futuro Duque y no tienes opción! -
- Eso es lo que usted cree - le dije mientras caminaba hacia la puerta de su estudio para escapar de esa absurda discusión.
- Terence solo escoge a una chica del colegio, ahí todas cumplen con los requisitos - escuché cuando crucé el portal.
FIN DEL FLASHBACK
- Tampoco tengo una prometida - le digo halándola hacia mi cuerpo, mientras ella pone resistencia.
- ¿Y cómo sé que es cierto?-
- ¿Porqué le crees a todos menos a mí? Ayer dijiste que confiabas en mí -
- Sí y no debí, mira todo lo que pasó -
- Lo que pasó fue perfecto ¿o acaso vas a mentirme y me dirás que no te gustó? - ella se queda callada, sé que seguramente ha estado fantaseado con lo que pasó ayer, así que le sonrío de lado.
- No lo sé - me responde susurrando.
- Entonces estás juzgándome por lo que dicen los demás -
- Puede ser, ya alguien me lo dijo - me dice quitándome la mirada.
- Dame una oportunidad, solo una- ella exhala mientras relaja los hombros, así que la halo hacia mi cuerpo, necesito desesperadamente su cercanía, luego tomo su mano para acariciarle la palma haciendo pequeños círculos.
- Está bien - sonrío, mientras el contacto de nuestros cuerpos ya ha hecho crecer mi miembro viril, así que la abrazo apretándola más para que me sienta completo. Ella mira mis pantalones y se sonroja.
- ¿Quieres tocarme? - le digo llevando su mano hacia mi falo, pero ella se suelta de mi agarre.
- Te daré una oportunidad pero debemos ir más... lento - me dice mientras su respiración se acelera, sé que ya está excitada y mucho.
- Lento es aburrido - le respondo, no la engañaría, con ella podría hacer todo lo que quiera, menos ir lento, si con solo con mirarla me calienta hasta los huesos. Ella niega con la cabeza mientras comienza a mirar los estantes de libros.
- ¿Son todos tuyos? -
- En su mayoría, también hay unos de mi prima -
- La hija de tu tío, el de las fiestas -
- Estás bastante informada-
- Algo me han contado -
- ¿Te gusta algo especial? Bueno aparte de mí - ella sonríe levemente, se ve más relajada - Escoge el libro que quieras -
- ¿Tienes de primeros auxilios? -
- ¿Acaso quieres aprender a darme respiración de boca a boca?-
- No se puede tener una conversación contigo - me dice volteando los ojos.
- Sí, allá arriba están los de medicina - ella corre hacia la escalera y comienza a subir ágilmente sin preocuparse por la tentadora vista que me queda desde abajo. Con fingida inocencia sostengo la escalera, mientras puedo ver perfectamente sus piernas torneadas hasta llegar a sus bragas blancas.
- ¡Esto es maravilloso! -
- Definitivamente - le respondo en tono sensual. Ella me mira desde arriba y en movimiento rápido mete su falda entre sus piernas, me río mientras ella me ve con indignación.
- ¡Eres un atrevido! Quítate de ahí o no bajaré - no me muevo ni un centímetro mientras la miro con lujuria, retándola, ese bien formado cuerpo me tiene más duro que una piedra - ¡Terence!-
- Te comportas como si no hubiera pasado nada entre nosotros, te recuerdo que ayer viste mi... -
- ¡No lo digas! - me río a carcajadas, mientras me hago un poco para atrás.
- Vamos, tírame ese libro para que bajes - ella me lo tira directo a la cara, pero gracias a mis buenos reflejos lo tomarlo antes que me impacte, ella aprovecha mi distracción para bajar rápido por las escaleras pero se tropieza y acabo tomándola en el aire para luego sentarla en una de las gradas - Eres bastante temeraria - le digo disfrutando de la sensual posición en la que hemos quedado. Me acerco lentamente a su cuello e inhalo el dulce olor a rosas, la beso complaciéndome al escuchar su gemido de placer, sigo subiendo dándole pequeños besos hasta que llego a su boca, luego lamo la comisura de sus labios para que ella los abra, cuando lo hace nos besamos impaciente y demandantemente, sus gemidos se quedan en mi boca mientras presiono su centro contra mi falo y nos frotamos con ansias - ¿Confías en mí? -
- Sí - me responde entre un jadeo.
- Te haré algo mucho más rico que lo de ayer - le susurro, ella asiente mientras sus ojos oscurecidos me ruegan por más - No te asustes - le digo, luego muerdo ligeramente su labio inferior y con mis manos toco firmemente sus rodillas, ella gime profundo y me anima para comenzar un camino de caricias hacia arriba, subiendo tela y descubriendo piel, cuando mis dedos llegan a su destino ella jadea largamente, así que con ansias empujo mi cadera contra su intimidad, ella responde apretándome con sus piernas. Luego con mis pulgares tomo los bordes de sus bragas y comienzo a deslizarlas hacia abajo.
- Terry... - me dice en una mezcla de excitación y nerviosismo.
- Te va a gustar - ella asiente levemente así que sigo el recorrido hasta sacar su ropa íntima por sus pies. Cuando sé que está a mi entera disposición la tentación de sacar mi falo y penetrarla me comienza a torturar, respiro profundo, ella confía en mí, no puedo desvirgarla, al menos no ahora - He soñado con hacer esto muchas noches - rápidamente para no dejarla pensar, bajo y tomo su femineidad con mi boca, ella me toma del cabello y me trata de separar, pero la tomo de las nalgas y la presiono aún más fuerte.
- Terry... oh... - exclama cuando encuentro su botón y comienzo a lamerlo con ritmo constante, su sabor y su olor me descontrolan llenando mi cuerpo de un fuego tan intenso que necesito abrir mi pantalón para que mi miembro salga libre. Si no bajo las ansias terminaré penetrándola. Sus sonidos de placer se agudizan y sé que en cualquier momento llegará a su orgasmo, meto dos mis dedos y la estimulo hacia afuera para que producirle un profundo orgasmo. De repente ella grita de placer, mientras su humedad escurre empapando mi boca. La cordura escapa totalmente de mí y tomo mi miembro posicionándolo en su entrada.
- Necesito hacerte el amor - le digo en un arrebato de pasión incontrolable, ella me presiona para que comience a entrar, pero en ese momento escucho como se abre la cerradura de la puerta.
Como me arrepiento de haberle dado una llave a Anthony.
Continuará...
Última edición por Lolita Grandchester el Dom Abr 11, 2021 12:55 am, editado 3 veces