Capítulo 2 - Southampton
Narrado por Terry
La mañana llega y desde las 7:45 am estoy parado en su puerta, nunca pensé que me comportaría como un acosador, pero prácticamente pase toda la noche fantaseando con ella.
En contra de todos mis pronósticos, llamo a su puerta a las 8 a.m. y ella sale dedicándome una dulce sonrisa, acepta el brazo que le ofrezco y salimos juntos a desayunar.
Así pasan los siguientes tres días, entre comidas y paseos por el barco, insinuaciones y enojos, miradas y sonrisas, nunca antes me había sentido tan bien con alguien como con ella. Lo mejor es que ella cada vez se nota más relajada, mientras que yo, peligrosamente, me hago adicto a su compañía.
Hoy es el final de nuesta travesía en barco y desde lejos ya podemos ver el puerto de Southampton.
- Es hermoso Londres -
- Si te gusta la neblina, los edificios antiguos y la lluvia, te gustará -
- Aunque después de todo lo que me has contado del San Pablo, ya no tengo mucho ánimo de entrar al colegio -
- Creo que será muy divertido, sé que volverás loca a la Hermana Gray, al menos ahora no seré al único al que regañen - ella me da un certero puñetazo en el brazo.
- ¡Auch! - finjo dolor.
- ¿Estás insinuando que no me adaptaré al colegio? -
- No lo insinúo, estoy asegurándolo -
- A veces odio tu sinceridad - sonrío.
- Pero el colegio también tiene cosas buenas, el quinto domingo, la colina, la sala de música, yo -
- También odio tu arrogancia -
- No es cierto, sé que te gusta - ella vuelve los ojos, ya no se molesta por mis insinuaciones, simplemente las ignora, tendré que encontrar nuevas formas para hacerla enojar.
- ¡Mira allá están Archie y Stear! - exclama, y aunque hay muchas personas en el puerto, logro reconocer a Anthony, así que uno de los otros dos junto a él, debe ser el infeliz al que le robaré a su novia, aunque como punto a mi favor, ella nunca lo ha llamado novio, en nuestras conversaciones.
De repente el barco comienza a maniobrar para atracar, así que me sostengo de la baranda encerrándola con mis brazos.
- ¿Qué haces? - pregunta en un suspiro al sentir la cercanía de nuestros cuerpos.
- Te sostengo, no te vayas a caer - miento, realmente estoy marcando mi territorio y espero que ese tal Archie me vea. Ella asiente sin decir nada más.
Narrado por Stear
- Ahí está mi novia, mírala Anthony, para que sepas que no exagero, ella es realmente hermosa - le paso los binoculares a Anthony para que mi hermano presuma a Candy.
- Es su novia, pero ella aún no lo sabe - digo tratando de que Archie deje de hacer el ridículo.
- Deja de decir eso hermano, no se lo he pedido porque pensé que era obvio después de que nos besamos -
- La besaste, no se besaron -
- Juraría que estás celoso- me dice seriamente, desde que le dije que Candy no era su novia, hasta que él se lo pidiera y ella aceptara, anda ansioso - ella me respondió el beso, así que automáticamente se convirtió en mi novia -
- Lamento decirlo Archie, pero si es la rubia con vestido rojo, la está abrazando otro chico - interfiere Anthony mientras mira el barco con los binoculares, Archie trata de arrebatárselos para ver, pero Anthony se hace un lado - espera parece que lo conozco ¡es Terry! - ¿El hijo del Duque? ¿El amigo de Anthony?-
- ¡Pero que hace ese maldito infeliz abrazando a mi novia! ¡Lo mataré! - exclama furioso mientras mira atentamente a través de mi última creación, los binoculares C8000 que están fabricados con los lentes más precisos que existen.
- Por favor no exageres, debe haber alguna explicación - trato de relajarlo, aunque sé que será imposible, nunca lo había visto tan enojado.
- ¿En serio? ¿Acaso no ven lo que está pasando? Dime Anthony ¿cómo es ese maldito inglés para los golpes? - dice arrollándose las mangas de la camisa.
- Yo creo que lo que debes hacer es calmarte, porque Terry es muy impulsivo y dudo que le puedas ganar en una lucha a puños -
- Sí hermano, además conoces a Candy, si ella te ve así, se molestará - esperamos que Candy baje del barco, entre maldiciones y caminatas ansiosas de Archie. Cuando comienza a descender, el amigo de Anthony la sigue muy de cerca.
- ¡Gatita! - exclama llamando su atención, ella levanta la mano saludándonos y baja las gradas corriendo. Cuando llega frente a nosotros nos abraza cálidamente - Gatita, te extrañé- le dice de manera melosa - él es Anthony, nuestro primo - se lo presenta, pero Anthony tiene una extraña expresión, está boquiabierto y blanco como un papel, mientras Candy lo mira con los ojos muy abiertos.
- ¿Ustedes se conocen? - pregunto para tratar de entender qué está pasando.
- Mamá - susurra Anthony por lo bajo.
- ¿Tú... eres mi príncipe? -
- ¿Mamá? ¿Príncipe? Puedo saber que se fumaron ustedes dos - interfiere el hijo del Duque.
- Es que... es que... - tartamudea Anthony - ella tiene un increíble parecido con mi... madre... sus ojos... - le dice tomando la mano de Candy, pero Archie inmediatamente se carrraspea la garganta y le quita la mano de Candy, mientras ella sigue sin decir una palabra.
- Pecosa, recuerda que me prometiste ser tu guía en Londres - escucho el peculiar e íntimo apodo que este desconocido le está diciendo a Candy, mientras Archie lo mira con advertencia. Anthony mira el desafío entre ambos e inmediatamente sale de su trance.
- Ellos son mis primos, Archievald y Alistair Cornwell, él es Terence Grandchester, mi mejor amigo - extiendo mi brazo y nos damos un apretón de manos amigable, pero cuando es el turno de Archie, ambos se desafían con la mirada y se saludan con un muy rudo apretón, mientras Candy aún parece confundida mirando a Anthony.
- ¿Cuántos años tienes? - le pregunta de manera extraña.
- 16 años - le responde Anthony sonriendo.
- Entonces no puede ser... -
- ¿Qué no puede ser?- le pregunta en un tono muy dulce, que pone ansiosos a los otros dos que siguen la conversación como un juego de tennis.
- Que seas mi Príncipe -
- Si quieres que sea tu Príncipe, seré tu Príncipe - cuando termina de hablar Archie la toma de una mano, mientras que el inglés la toma de la otra.
- ¡No le pongas las manos encima a mi novia!-
- ¿A tu qué? - exclama Candy molesta y aunque traté de advertírselo, ya se fue todo por la borda.
- Eres mía, desde que nos besamos, eres mi mujer - dice embarrándola peor, mientras la cara de Candy pasa de la sorpresa, a la indignación y acaba en furia.
- ¿Cómo te atreves a decirlo de esa manera? Yo no soy tuya ni de nadie, no soy una cosa - dice más molesta que nunca, mientras el inglés sonríe detrás de Candy con expresión de victoria.
- ¿Pasa algo Señorita Candy?- pregunta George que se acerca después de organizar el traslado del equipaje.
- Nada, no se preocupe George, solo que Archie está diciendo una serie de incoherencias -
- Marqués Grandchester su auto está listo - le avisa un moso dándole unas llaves.
- ¿Quieres que te lleve? - le pregunta mientras le señala un impresionante auto rojo. Si Candy no acepta yo me ofreceré a irme con él, aunque Archie me deje de hablar de por vida.
- ¡Ella no se irá contigo a ningún lado!- exclama Archie realmente furioso.
- ¿Y porqué sigues respondiendo por mí Archievald? - le pregunta Candy llamándolo por su nombre completo - George me iré con el Señor Grandchester-
- Señorita, debe presentarse en el colegio lo más pronto posible-
- Vamos George, al menos déjala que conozca algo de Londres antes de entrar a la cárcel- interfiere Anthony.
- No lo sé -
- Terry ¿y si llevamos a Candy al Castillo Grandchester? -
- ¿A un castillo de verdad? - pregunta entusiasmada, mientras que Archie ha dejado de respirar.
- Claro ¿quieres conocer mi castillo Pecosa?- le pregunta mirando de manera retadora a mi hermano. Ella asiente con una gran sonrisa.
- Yo iré con ustedes - responde Anthony y aunque quisiera incluirme en el plan, sé que Archie me mataría, adiós al paseo en ese auto y a la visita al castillo.
- Gatita... - le dice casi en un suspiro, parece que ahora quiere usar su última carta, la lástima.
- Nos veremos más tarde Archie - le dice mientras el inglés le abre la puerta con una sonrisa y ella se sube a su auto. George se acerca e intercambian unas palabras inaudibles para nosotros y luego se retiran.
- ¿Cómo permitiste que se fuera con él? - le reclama Archie airado, nunca lo he visto tan derrotado y enojado al mismo tiempo.
- En tres horas estarán en la entrada del colegio, para ingresar a la Señorita Candy -
- ¡Maldito aristócrata! -
- Calma hermano, es mejor que no la presiones, sabes que ella no funciona así -
- ¿Ahora conoces más a mi novia que yo? -
- Parece que sí porque sigues llamándola "mi novia" -
Narrado por Terry
- Anthony... de casualidad conoces una colina cerca de Lakewood - le pregunta con timidez, mientras este repentino interés por mi amigo, me está resultando realmente incómodo. Ahora resulta que a parte del "novio" tengo que destronar al "Príncipe".
- Creo que debes ser más exacta Candy, conozco muchas colinas cerca de Lakewood-
- Uhmm tienes razón, no me hagas caso -
- No Candy, tengo curiosidad, explícate - le dice mientras ella exhala profundo y me mira.
- Prométeme que no te burlarás -
- Será difícil de cumplir - le digo sonriendo.
- Entonces no diré nada - responde cruzándose de brazos.
- Vamos Terry, necesito saber - juro que si no fuera mi mejor amigo, ya hubiera parado el auto y lo hubiera bajado. Está distrayendo a mi Pecosa de lo más importante, yo.
- Lo prometo - respondo sin ganas.
- Bueno entonces les contaré, cuando era pequeña y tenía unos cinco o seis años, conocí a un chico muy parecido a ti que tenía como tu misma edad, pero luego nunca más lo volví a ver, así que cuando te vi pensé que eras mi Príncipe, bueno, como no sé su nombre lo he llamado así desde niña y obviamente no eres tú, porque las edades no concuerdan, solo que al momento de verte, de la impresión no pensé en eso, por eso me comporté tan extrañamente - dice atropelladamente.
Cuando ella termina de hablar, Anthony y yo intercambiamos miradas por el retrovisor.
Cuando le confié el secreto de mi madre, él me confió el secreto de su familia, la identidad oculta de su tío Albert, al que vi un par de veces, cuando vino a dejarlo a Inglaterra.
Aunque nunca entendí cuál era la razón por la que un hombre adulto tenía que esconderse haciéndose pasar por un vagabundo, sé que cada familia está más loca que la otra, así que no quise indagar más en el tema.
Así que por el parecido físico que hay entre ambos y la diferencia de edad, fue muy simple saber que el "Príncipe" de mi Pecosa es el tío de mi amigo.
Anthony niega con la cabeza, dándome a entender que no le dirá nada.
- Bueno lamento decepcionarte pero no soy tu Príncipe, aunque si me dejas podría llamarte Princesa - vuelvo a mirarlo por el retrovisor con cara de advertencia, pero él levanta el mentón, retándome.
- Mejor llámame Candy, que no creo que a Archie le agrade que me llames Princesa - ¿y ahora porqué volvió a mencionar al suavecito de su primo-novio? Esto me va a volver loco, ahora solo falta que el cuatro ojos de su otro primo también la pretenda.
Llegamos al Castillo Grandchester y damos un recorrido rápido por el ala oeste donde sé que nunca está la Duquesa Cara de Cerdo. Llegamos a nuestro lugar favorito, el cuarto de juegos, Candy entra sonriendo e inspecciona el lugar viendo cada cosa con entusiasmo.
- ¿Porqué hay un escenario aquí?-
- Cuando mi tío Graham era joven y aún vivía aquí con mis abuelos, lo construyó, según él para sus presentaciones de piano, aunque lo quería para otras cosas -
- ¿Qué cosas? -
- Cosas que una señorita no debería saber - le susurro al oído, mientras daría todo lo que tengo porque ella se subiera ahí y se desnudara para mí.
- Terry... ¿me escuchas? - sonrío, es la primera vez que me llama así, aunque le he dicho que lo haga desde nuestro primer desayuno.
- No ¿Qué decías? -
- ¿Que si sabes tocar el piano? -
- Sí, un poco -
- No le hagas caso Candy, toca piano magistralmente -
- ¿En serio? Toca para mí, por favor - me dice tan emocionada que me hace sonreír, la tomo de la mano y la llevo al piano.
- Pero siéntate a mi lado -
- Oh no, seguro te estorbaré -
- Jamás me estorbarías- le digo sentándola en la banqueta del piano, mientras que Anthony se sienta en uno de los sillones rojos de cuero.
- ¿Porqué no llamas a alguien para que nos traigan algo de comer? - generalmente lo hubiera hecho yo o hubiera sonado la campana, pero quiero quedarme a solas con ella.
- Sí... está bien - me dice un poco dudoso, pero termina saliendo por la puerta.
- ¿Has tocado piano alguna vez? -
- Nunca -
- Es sencillo - le digo aprovechando nuestra cercanía para tomarla de la mano - toca esta nota así - la hago presionar la tecla mientras aspiro su dulce aroma a rosas.
- ¿Así? -
- Perfecto, ahora toca esta - le digo rodeándola con mi cuerpo y tocando la nota más lejos del piano. Ella cierra los ojos cuando siente mi cuerpo presionándose contra el suyo, mientras mi falo despierta con ansias - ahora toca aquí- le digo moviendo su mano hacia el centro, mientras la presiono un poco más, ella deja salir un suave gemido, que me vuelve loco - ¿Te gusta tocar piano conmigo? - le susurro en el oído con voz ronca, mientras miro como su piel se eriza bajo mi toque - Me gustas Pecosa - ella me mira sorprendida, con la respiración acelerada, mientras entre abre la boca, así que con deseo acerco mis labios a los suyos.
De repente se escucha un fuerte portazo que la hace brincar y levantarse de la banqueta. Es Anthony que camina rápidamente hacia Candy.
- Ven, creo que es hora de que conozcas los jardines, plantan unas hermosas rosas aquí - y este Príncipe ahora quiere adueñarse también de mi castillo.
- Oh sí... claro, vamos - dice aún afectada por el erótico momento que Brower acaba de interrumpir.
Me levanto acomodándome el pantalón y me acerco a Anthony.
- ¿Qué diablos hiciste? - le reprocho sin que ella escuche.
- Aléjate de ella Grandchester-
- Ni lo sueñes, ella será mía, lo quieras o no -
Continuará...