Guerra de Florida 2021 - Lemon - Terryfic - Continuación del Oneshot "Portal de Agua" / Candy viaja a Londres, después de comenzar un amorío adolescente con Archie en Lakewood. Anthony, que fue llevado hace más de un año al Real Colegio San Pablo, es ahora el mejor amigo de Terence Grandchester ¿Qué pasará con el corazón de Candy cuando llegue al puerto de Southampton?
Contiene lenguaje erótico solo para mayores de edad.
Capítulo 1 - Mauritania
Narrado por Terry
1 de enero de 1913
En algún lugar del Atlántico...
- ¡¿Cómo pude ser tan imbecil?! - me recrimino a mí mismo, mientras trato de entender cómo Anthony logró convencerme para hacer esta locura. Esto me pasa por confiar en mi amigo, me iba mucho mejor cuando estaba absolutamente solo.
"Una madre nunca desprecia a su hijo" - me dijo y yo le creí. Entonces como un estúpido terminé cruzando el océano y llegué hasta su casa... Bueno al menos ahora no me queda ninguna duda de que esa mujer se avergüenza de mi existencia, tanto, que ni siquiera fue capaz de dedicarme cinco minutos para hablar con ella.
Tal vez mi padre tenía razón y esa mujer no tiene sentimientos.
Exhalo profundo mientras que un estúpido sentimiento de vacío me carcome el alma, miro la inmensidad del mar y como nunca antes, la desesperanza me consume como una sombra oscura.
Es tanto el dolor, que sin poder contenerme más, comienzo a llorar, en el que es, sin duda, el momento más triste de mi vida.
De repente un dulce aroma a rosas y unos pasos llaman mi atención.
- ¿Hay alguien allí? - pregunto al ver la silueta de una mujer, mientras una sensación surreal me recorre la piel. La niebla comienza a disiparse, hasta que logro contemplar una mirada verde esmeralda que se clava directamente en mi alma.
- Sí, perdóname, no quise molestarte, me pareció que estabas muy triste - me dice con una voz suave y cautivante. Pero como desgraciadamente la actuación se me da muy bien y odio sentirme vulnerable, comienzo a reírme para distraerla de la patética escena que acaba de presenciar.
- ¿Yo triste? No es verdad - digo entre risas, pero ella se molesta y aunque pensé que sería imposible, ahora me gusta más.
Me acerco atraído por una magnética sensación de verla de cerca y quedo maravillado por su cara llena de pecas, además de esa diminuta y perfecta nariz que me hace sonreír.
- ¿En qué estabas soñando Pequeña Pecosa? - le pregunto mientras ella me mira con indignación.
- ¿Pecosa yo? -
- Lamento muchísimo tener que decírtelo, pero realmente eres muy pecosa- le digo tratando de enojarla más, me encanta que me confronte, las mujeres generalmente intentan seducirme desde el momento en que me miran, así que esto es nuevo y fascinante, nunca antes una chica había tratado de discutir conmigo.
- ¡Eso no me importa, me gustan mucho las pecas! - y esto cada vez se pone mejor, me encantaría llevármela directamente a mi cama y probar todo ese brío salvaje bajo las sábanas.
- Entiendo, por eso las coleccionas- sigo molestándola, quiero saber si en algún momento se dará por vencida.
- Sí y últimamente estaba pensando en cómo conseguir más-
- Que bien -
- Estas celoso porque no tienes ninguna peca ¿verdad? -
- Y también estarás orgullosa de tu naricita -
- Claro que sí ¡Mocoso Atrevido! - dice más molesta que nunca y por alguna extraña razón estoy sumamente excitado. En medio de mi fantasía una sombra se acerca hacia nosotros.
- ¿Es usted Señorita Candy la que está ahí? - no lo puedo creer, el mundo no puede ser tan pequeño.
- Sí George - dice gruñendo mientras me mira con furia.
- Señorito Grandchester, es un gusto verlo por aquí - le extiendo la mano y lo saludo, es el Señor Villers, el encargado de mi mejor amigo y el único adulto por el que siento un sincero respeto, aunque dependiendo de lo que ella le diga, estoy seguro que dejará de ser recíproco. Adiós a mis "quintos domingos" acompañado.
- ¿Se conocen? - le pregunta ... Candy... sí fue como la llamó.
- Sí claro, él es el Marqués Terence Grandchester, el mejor amigo de Anthony -
- Oh no puede ser... si así son sus amigos, espero que Anthony no sea un patán - dice mientras me ve de manera desafiante.
- ¿Porqué lo dice Señorita Candy? ¿Pasó algo entre ustedes? - le pregunta mientras él me mira, esperando que yo le dé alguna clase de explicación.
- No, no se preocupe George, déjelo así, solo cruzamos unas pocas palabras, aunque serán las primeras y las últimas que nos diremos en la vida- dice cruzándose de brazos, mientras cada cosa que hace, cada movimiento y cada gesto hace crecer aún más la atracción que siento por ella.
Y como en situaciones desesperadas, las soluciones son inesperadas, me acerco y la tomo de la mano, ella inmediatamente trata de soltarse así que la aprieto más fuerte mientras sus ojos verdes me miran con advertencia.
- Siento mucho lo que dije - miento, me encantó verla enojada, pero necesito que me perdone. Ella cambia su expresión por una de incredulidad - No fue mi intensión incomodarte- le digo suavemente modulando la voz, mientras con mi pulgar recorro su mano haciendo pequeños círculos, me gusta la idea de conquistarla, de seducirla, de enamorarla.
Cuando noto que ya está mucho más relajada, le sonrío de lado. Ella me analiza, seguramente esperando que diga algo fuera de lugar, y aunque quisiera hacerlo para ver como se mueven esas pecas, no quiero tentar mi suerte, además aunque el Señor Villers está a una distancia prudente, aún podría escucharme.
- No te creo, vi como lo disfrutabas - me dice soltándose de mi agarre y el reto de repente se vuelve increíblemente sensual.
- ¿Qué quieres que haga para que me perdones?- le digo con voz grave.
- Nada, porque... porque... no pienso perdonarte jamás - me dice, pero el tartamudeo me confirma que está cayendo en mis encantos.
- Señor Villers ¿podría invitar a Candy a bailar al salón? - no sé ni qué acabo de decir, ni siquiera me gusta bailar, pero es la excusa perfecta para poder estrecharla entre mis brazos.
- Esa es una decisión solamente de la Señorita Candy - George siempre tan correcto y tan neutral.
- ¿Qué dices? - le susurro en el oído.
- Ya me iba... a mi camarote- me dice quitándome la mirada, pero Terence Grandchester no está acostumbrado a ser rechazado, así que digo lo que pensé que nunca diría.
- Por favor- sí le acabo de rogar a una mujer, el orgullo Grandchester pisoteado ¿qué diría mi tío Graham sobre esto? Ella me mira pensativa, así que me juego la última carta - solo será un baile - ella exhala profundo y luego mira a George.
- Bailaré con el Señor Grandchester, solo una pieza - dice marcando las palabras - pero usted no se preocupe George, debe estar cansado, vi cómo trabajó todo el día, no tiene que esperarme -
- Es mi responsabilidad Señorita, el Señor William es muy celoso con su seguridad -
- Señor Villers, no se preocupe yo mismo la llevaré a su habitación - o a la mía si el mundo fuera perfecto.
- Muy bien, pero me aseguraré que la Señorita Candy duerma en su habitación- dice mientras me mira seriamente, una clara señal de que no confía en mí y bueno tal ves le he dado algunos motivos, pero todo es por culpa de Brower que le encanta ir a las fiestas y arrastrarme a todas, para aprovechar que las mujeres se me pegan como la peste cuando se enteran que soy el hijo del Duque, y aunque es mi amigo el que se revuelca con todas esas chicas vacías e interesadas, los justos siempre pagamos por los pecadores.
- No se preocupe, en máximo una hora estará en su camarote-
- ¿Una hora? Te dije una pieza -
- Vamos, no seas tan renegona - le digo mientras la tomo del brazo y la halo hacia dentro del salón.
- ¡Eres insufrible! -
- Ven tomemos algo - le digo ignorando su molestia y dirigiéndola hacia la barra.
- ¿Quieres que tome alcohol? -
- Ahora te vas a hacer la inocente- le digo mientras me acerco a su boca y ella se pone excesivamente nerviosa - no te preocupes, no te besaré, a menos que quieras - ella abre los ojos como platos - solo que hueles a champagne - le digo mirándola directamente.
- Ehhh.. bueno sí pero solo porque brindé con el capitán, luego me dio calor y por eso tuve que salir a tomar aire afuera, pero ahora no quiero tomar más, solo quiero jugo-
- Oh ya veo, te sentías caliente - digo desenfadadamente, mientras tomo dos vasos.
- Sí aún lo estoy - le sonrío de lado - gracias - ella toma el vaso, sin captar el doble sentido, definitivamente es una mezcla perfecta entre inocencia y sensualidad.
- Y ahora pienso calentarte más- le respondo siguiendo con este juego erótico.
- ¿Cómo?-
- Bailar da calor Pecosa - le digo quitándole el vaso y llevándola de la mano hasta el centro de la pista, pero antes de llegar, ella se detiene bruscamente.
- Si vuelves a llamarme Pecosa me iré - la tomo fuerte de la cintura y la pego contra mi cuerpo para comenzar a bailar - Eres un sinvergüenza estamos muy juntos, no es correcto -
- Si sigues quejándote te apretaré más -
- Grrr - comienzo a bailar dirigiéndola por la pista, todos están relajados por el alcohol y cada uno está concentrado en lo suyo, así que nadie se está fijando en nuestra excesiva cercanía. Ella se deja guiar, mientras me deleito con la sensación de sus suaves pechos apretándose contra mi cuerpo y su breve cintura bajo mi tacto, ella hasta ha comenzado a sonreírme mientras le doy vueltas y la inclinó de lado para bailar. Cuando la música se detiene, la tomo de la mano y vamos a la zona de los bocadillos, ella toma tres o cuatro y se los come con suma satisfacción.
- ¿Hace cuánto no comías? -
- En la cena ¿porqué? -
- Porque se ve que eres muy golosa - le digo para probar de nuevo si capta el doble sentido, pero tampoco surgue efecto.
- Sí Archie siempre me lo dice - y aunque no tengo ni idea de cómo explicarlo, la sola mención del nombre de otro hombre saliendo de sus labios, me hace arder de furia. De repente todo comienza a unirse como un absurdo rompecabezas, Anthony, Archie su primo, las cartas que me lee, Candy es su prima adoptada la que tiene un ¿noviazgo? ¿Relación? ¿Beso con Archie? ¡Maldición! Él mismo se lo contó a Anthony en su última carta, que la había besado, así que esta hermosa chica que quiero para mí, está en un noviazgo con algún imbecil. Exhalo profundo tratando de controlar mi temperamento. Mientras ella me mira atentamente.
- ¿Porqué me miras así? ¿Acaso quieres declararme tu amor? - digo para tratar de contener las mil maldiciones que quiero decirle a ese maldito que besó esos labios antes que yo.
- Por Dios, vámonos ya a mi camarote, no soporto tus cambios de humor, hace un momento te veías molesto y ahora de nuevo estás burlándote de mí -
- No me burlo - le digo caminando a su lado mientras ella da pasos grandes hacia la salida, la tomo de la mano para detenerla.
- Te dije un baile y ya está hecho, quiero irme-
- Pensé que te divertías -
- Sí pero me confundes, primero me tratas mal y ahora quieres enmendarlo bailando y quedándote conmigo, no entiendo nada-
- Eres la prima de mi único amigo, te hice enfadar y no quiero problemas con él -
- Entonces si hubiera sido cualquier otra chica, me hubieras tratado mal y te hubieras marchado dejándome enojada -
-Probablemente - digo con demasiada sinceridad. Ella niega con la cabeza y comienza a caminar por el pasillo hacia los camarotes, pero noto como comienza a titiritear - ¿Tienes frío? -
- Un poco - me quito la capa y se la pongo encima.
- Ponte esto -
- Gracias - seguimos caminando en silencio hasta llegar a su puerta. Ella se quita mi capa y me lo regresa.
- Mi camarote está a tres puertas - le digo señalándole la dirección - por si estás aburrida y quieres hablar- ella no me responde, parece muy entretenida mirándome.
- No creo que sea correcto que una señorita vaya a hablar al camarote de un chico-
- ¿Porqué? ¿Tienes miedo de lo que pueda pasar? -
- No se puede hablar contigo- dice poniendo los ojos en blanco, ella intenta cerrar la puerta pero la sostengo con el pie.
- Desayuna conmigo mañana, paso a las ocho por ti -
- Ni siquiera he aceptado-
- Buenas noches Señorita Pecosa, nos vemos mañana - ella cierra la puerta y me voy para mi camarote con una sonrisa de imbecil que nunca antes había tenido, parece que me he enamorado a primera vista.
Continuará...
Las ilustraciones son de mi autoría, por favor NO EDITAR
Última edición por Lolita Grandchester el Jue Abr 01, 2021 11:15 pm, editado 1 vez