POR ROSIBEL WHITE
Capítulo 1
Recostada bajo la sombra del padre árbol Candy recordaba con mucha tristeza la carta que Terry le envió hace tres años, el cual, finalizaba así:
Ella, ignorando la pequeña pero significativa misiva decidió no contestarle. Al no mandarle una respuesta, estaba más al pendiente de él y en ese ahora su corazón no soportaba enterarse de los cotilleos que escuchaba por bocas mal intencionadas o simplemente se enteraba leyendo el medio periodístico más leído de la época: “Times” o revistas que a veces encontraba en el estudio de Albert o en la cafetería del hospital o de los rumores de sus compañeras de hospital. El actor seguía con sus éxitos en cada gira que realizaba, estaba en la cima de su carrera actoral. El teatro era su todo, pero quiso inclusive incursionar en el cine también. Terence Graham era considerado en ese gremio también cómo uno de los grandes y famosos de la época y mayormente cotizado por las compañías teatrales y la industria del cine. Eso era lo que decían en las páginas de sociales de los periódicos, y revistas. Lo que más le dolía a la rubia era de que se le vinculaba con famosas top models, simplemente, era un soltero sin compromiso empedernido inalcanzable, le huía al noviazgo estable, totalmente reservado con su vida privada... Candy aparentaba no tener algún tipo de interés sobre lo que se decía del actor Terence Graham, pero silenciosamente ella moría de amor y celos por el rebelde cómo decía llamarle, no se soportaba ni ella misma… de solo pensar que su boca besaran otras bocas, regalara sus caricias, mirara otros ojos que no fueran los de ella...
Albert sabía que su pequeña aparentaba ser feliz, pero la conocía demasiado bien, ella ocultaba sus desdichas y sus sentimientos por su amigo Terry. Desde la separación de sus entrañables amigos, Albert quedó molesto con el actor porque su pequeña enfermó y cayó en depresión. Candy sufrió mucho cuando él decidió alejarse por el bien de su coprotagonista.
Fue tanta la tristeza en Candy que Albert, cómo cabeza de la familia Ardlay le mandó una carta a Terry deseándole buenos deseos y lo mucho que lo apreciaba, pero, por el bien de su pequeña le pedía que guardara su distancia para que no le afectara su presencia en caso de que él decidiese buscarla más adelante. Archie y Annie estaban igual de molestos, no comprendían el trasfondo de los acontecimientos, pero les dolía ver cómo la chispa de alegría y fortaleza que caracterizaba a la enfermera poco a poco se iba agotando. Por lo tanto, apoyaban la decisión de Albert en mantener alejado al actor.
Su luto había terminado, su indecisión se aplazó seis meses en completa agonía más los años en esperar una respuesta que jamás llegó, se armó de valor a sabiendas que podía encontrarse con alguna desilusión Terry fue a Chicago a buscarla. Llegó a la mansión Ardlay. Lo recibió Albert, su sobrino Archie junto con su esposa Annie. Se saludaron con cortesía en la entrada de la mansión. Albert cortésmente le pidió que por favor se alejará y que nunca más regresará, no volviera a buscar a Candy y que la dejará seguir con su vida, ya que ella lo había superado con alguien más. Terry se sintió morir, sus esperanzas se acabaron, era tarde, su indecisión le había costado caro. Con todo el dolor de su alma y corazón se despidió y se marchó.
Pero lo que no sabía Terry fue que Candy lo vio desde el tercer piso de la mansión, salió corriendo de su habitación, fue hacia el estudio de Albert, necesitaba saber qué había pasado, la razón por la cual se marchaba. Vio que se encontraba con Archie. Le mencionaron que amablemente Albert le había pedido que no la buscara. Se justificaron de no verla triste nunca más y que por esa razón lo había echado además de cerrararle las puertas en sus narices. La rubia se desplomó en el sofá y se soltó en un llanto desbordando tristeza y dolor, ¿Quiénes eran ellos para decidir por ella? El amor de su vida se había marchado, sin verla y hablar con ella, todo eso causado por su padre y protector. Su primo Archie al verla en esa condición se le acerca y Annie entra al estudio, al verla deshecha los dos tratan de consolarla, le dijeron que era lo mejor para ella. Candy logra calmarse les dice que sé iría a su habitación, quería estar sola, no quiso cenar ni hablar con nadie.
Pasaron dos semanas, estaba desesperada pensando qué podía hacer, su corazón le decía que debía ir a buscarlo, Su mente, ignorar que la había buscado, pero, su alma le decía que podía recuperar a su amor rebelde.
En una de esas noches Candy decidió ir a New York. Por la mañana, se presentó al hospital Santa Juana a trabajar, se dirigió a la oficina del doctor Michael para que le concediera una semana de vacaciones. El doctor no le negó su solicitud, fue aceptada porque ella jamás se negó a trabajar muchas horas sin descanso y hacia doble turno. Salió a las cinco de la tarde directo al departamento del Magnolia para arreglar un equipaje ligero, le dejó una nota a la casera, se fue a la estación de ferrocarriles con la esperanza de encontrar boleto para viajar esa misma noche. No le importó viajar en tercera clase, ella llegaría a su destino.
Candy parte a la media noche hacia New York, iba pensando muchas cosas, sus emociones estaban a flor de piel. Se dijo así misma: “voy a recuperarte mi mocoso engreído” no me importa que estén en contra, no estén de acuerdo o se opongan, es mi vida, mi felicidad, estoy harta de fingir, solo quiero luchar por nuestro amor, que sepa, sienta y crea que lo amo, él es mi espacio, mi tiempo, mi todo, es mi vida entera, él, es simplemente el amor de mi vida.
Continuará
Última edición por Rosario Vallejos B el Miér Abr 21, 2021 4:02 pm, editado 4 veces