EL PASADO REGRESA.
Tercera parte
* Chicago *
─¡oh cuánto lo siento, le pido disculpas!....¡Cornwell! ─dijo Terry sorprendido de ver con quien había tropezado. Archie acomodaba su vestimenta, y al escuchar su nombre fue cuando levantó su cabeza para verlo.
─ ¡Terry! ¡qué manera de caminar es esa! ¿acaso vienes huyendo de alguien?
─También me da mucho gusto verte Elegante! ¡y no, no es eso!, llevaba prisa.
─¡Hola Terry! ─dijo una voz femenina detrás de Archie.
─ ¡Hola Annie! -dijo acercándose a ella para saludarla. - ¡te ves muy linda embarazada!, muchas felicidades a ambos, me enteré de su matrimonio por los periódicos.
─ ¡Muchas gracias Terry! ─dijo Annie.
─gracias!...pero sigue no te entretenemos más. -dijo Archie un poco malhumorado.
─Archie no seas grosero! Terry discúlpalo, es que ha estado con mucho trabajo en la empresa.
─ entiendo no te preocupes Annie. -respondió el castaño.
─Terry nos dirigimos a ese restaurante, ─apuntó Annie. ¿Quieres acompañarnos?
─ precisamente es ahí que me dirigía también, mis compañeros de teatro están ahí, gracias, pero no quiero incomodarlos.
─ ¡Vamos Granchester!, acepta y no será ninguna molestia -dijo Archie cambiando de actitud con él.
Llegaron al restaurante, Terry primero fue hacia Robert y sus compañeros para disculparse de que no comería con ellos. Ya de regreso en la mesa de Archie y Annie, se sentó frente a ellos, luego ordenaron lo que iban a comer, empezaron a conversar con la tradicional pregunta.
─¿Y cómo están todos? -preguntó Terry, queriendo saber de Candy.
─Todos están bien, gracias por preguntar Terry ─respondió Archie.
─No sabes la sorpresa que me llevé cuando supe que Albert es nada más ni nada menos que el abuelo William y gran patriarca de la familia Ardlay. - así es, quién lo diría, nunca nos imaginamos que era él.
El mesero se acercó en ese momento para servirles la comida y luego se retiró.
─ y dime Terry ¿cómo has estado tú? ─preguntó Annie.
─ profesionalmente muy bien! ─respondió luego se quedó en silencio.
─ y emocionalmente? ─preguntó Archie molestando al ver que no había dicho nada de su vida
personal. ─Annie al darse cuenta, que no quería hablar al respeto cambió de plática.
─ ¡sabes Terry, aquí en Chicago no se habla de otra cosa que no seas tú, pues eres la sensación entre las jóvenes y no tan jóvenes de la sociedad, y pues dado que es tu última presentación esta noche, Archie y yo asistiremos a la función.
─¡Qué bien!...será un placer tenerlos como invitados, pues no se preocupen por comprar los boletos, reservaré un palco para toda la familia Ardlay. Archie y Annie se vieron por un momento, luego Archie dijo.
─ Terry, muchas gracias por tu ofrecimiento, aceptamos con mucho gusto,pero me temo que sólo seremos Annie y yo, pues Albert desde hace dos meses que se encuentra de viaje.
─ óh!...yyy? - Candy!
─lo interrumpió Annie. ─ella también se fue con Albert. Terry al escuchar esto sintió que todo se le venía abajo, pues nunca había sentido tantos celos como en esos momentos, y desearía ser él quien anduviera viajando por el mundo con su pecosa. Annie al darse cuenta que su semblante cambió de repente, le dijo a Terry que también Patty había viajado con ellos, estuvieron conversando de todo un poco, Terry le dijo a Archie cuánto lo sentía por la muerte de Stear, después Terry se tuvo que despedir de la pareja, pues les informó que tenía que prepararse para la función, luego sacó de su abrigo un par de boletos y se los entregó a Archie y luego se despidió.
─pobre Terry, se nota que aún ama a Candy, ─mencionó Annie.
─si me di cuenta de eso, y creo que no es feliz, sus ojos reflejan una gran tristeza.
La gran noche de la última función de la gira y de demostrar una vez más del gran actor que era, había llegado. Y tal como le dijo a Archie un palco estaba reservado para ellos, después de hora y media la ovación del público no se hizo esperar al terminar la obra. Annie y Archie decidieron despedirse de Terry, por eso fueron hacia su camerino.
─Terry te felicito estuviste espectacular! -pronunció Annie.
─¡Cierto! Y vaya que sí me dejaste muy impresionado Granchester-agregó Archie.
─muchas gracias, me alegra que lo hayan disfrutado. -les dijo Terry.
─y como no sé hasta cuando nos volvamos a ver, te deseo lo mejor Terry cuídate mucho y si llegas a necesitar algo no dudes en llamarme. ─le dijo Archie entregando una tarjetita y dándole unas palmaditas en la espalda.
Sentado en el último asiento del tren, sus bellos zafiros veían pasar el paisaje, su presencia iba en ese tren, pero su mente y corazón al parecer no lo estaban, pues no escuchó cuando una voz lo llamaban.
─¿Terry, Terry? -dijo Karen agitándolo de un brazo.
─¿¡hé, qué pasa Karen!?
─Terry, tengo como una hora que te estoy hablando y tú pareces estar en la luna.
─ ¡no exageres Karen!, sólo pensaba.
─Terry, ¿qué tienes? has estado muy distante...Terry sabes que puedes contar y confiar en mí como amiga, ¿es por qué no viste a Candy que estas así?
─así es, tenía la ilusión de verla, aunque fuera un momento, pero ella ni siquiera se encuentra en Chicago.
─¡ha no y ¿dónde está?
─de viaje...con Albert!.
─¿Y eso te molesta?
─¡sí!, porque siento celos, porque me hubiera gustado ser yo quien la llevaría a conocer el mundo y no él!.
─¿Y sabes a dónde viajaron? Terry en ese momento reaccionó, pues se había puesto tan celoso que ni siquiera sabía a dónde se había ido su pecosa.
─¡Oh por dios! como se me pasó y no le pregunté a Archie! -dijo llevando sus manos a su rostro.
─calma Terry, no te preocupes, puedes llamarle a Annie y preguntarle. -dijo Karen.
**NUEVA YORK**
El gran reloj de la estación marcaba las seis de la tarde cuando el tren llegaba a su destino final, Robert se aseguró de que no hubiera mucha gente para que su equipo de actores y actrices bajaran sin ningún problema.
─¡Felicidades chicos, excelente trabajo, estoy muy orgulloso de todos y cada uno de ustedes!...ahora pueden tomarse un par de semanas de descanso, y yo les estaré llamando para el próximo ensayo de la siguiente obra. -les dijo Robert y luego se despidieron.
Después de 20 minutos Terry había llegado a la casa que compartía con Susana, y aún con la puerta abierta del carruaje, estaba de pie frente a esa casa que lo hacía pensar dos veces si entrar o no. Él no estaba de humor para escucharlas, así es que se dio la vuelta e ingresó nuevamente al carruaje.
─Al Upper West Side por favor! - le dijo Terry al conductor.
Y mientras el carruaje se alejaba, un par de ojos azules lo observaban desde su habitación.
**IRLANDA DEL NORTE**
Mientras tanto, al otro lado del mundo, Albert y las chicas preparaban lo necesario para una nueva experiencia, pues había llegado el momento de mostrarles a ellas una de las razones del porqué él eligió visitar este lugar.
─Albert ¿qué lugar es ese al que quieres que vayamos? -preguntó Candy curiosamente.
─pequeña, si te lo digo ya no será una sorpresa! ¡solo te puedo decir que es algo fuera de este mundo, no seas impaciente!
─ush! pues no me queda de otra que esperar.
─pues creo que yo también ya me contagié de tu curiosidad Candy! igual me gustaría saberlo. pero confiemos en el buen gusto de Albert -dijo Patty sonriéndoles.
─¡por supuesto que tengo buenos gustos! solo esperen y verán - rectificó Albert sonriendo, ahora es mejor que descansen.
**NUEVA YORK **
Tocaba a la puerta de una impresionante residencia, en una de las zonas más lujosas de Nueva York, y mientras aguardaba a que le abrieran, un olor muy agradable le llamó la atención, era el olor a rosas que adornaban el exterior de la hermosa residencia, y de pronto Candy vino a su mente.
─!Solo espero que no me olvides mi inolvidable amor! -dijo él con voz susurrante.
─¡Mi niño Terrence! adelante pásale -le dijo una señora al abrir la puerta.
-¡Buenas tardes Camille!...solo Terry por favor Camille, ya no soy un niño, le dijo él sonriéndole.
─!bah, tonterías! para mí siempre serás mi niño. -respondió Camille a ¡abrazándolo y quien era la ama de llaves de la residencia.
─ ¿Camille, mi madre se encuentra en casa? -Sí mi niño está en la biblioteca, anda ve, daré la orden para que les sirvan la cena.
─gracias Camille. Aunque la puerta de la biblioteca se encontraba abierta, Terry decidió tocar.
─¡¡adelante! -dijo Eleanor Baker quien se encontraba leyendo un libro en el confort de su sofá favorito.
─ ¡hola madre!, ¿cómo estás?
─ ¡Terry, cariño!, pues en este momento estoy muy feliz de verte mi vida, -dijo Eleanor saliendo al encuentro de su adorado hijo, para recibirlo con los brazos abiertos.
Continuará…….