Segunda parte
** Nueva York**
Después de viajar por varias horas en tren, Albert Candy y Patty, por fin habían llegado a nueva York, para Candy estar nuevamente en esa ciudad era muy doloroso para ella, pues al recordar que hacía casi tres años de lo feliz que estaba y con gran ilusión bajaba de ese tren, pues por fin iba a ver a su amado Terry...pero nunca se imaginó que abordaría ese mismo tren con un muy destrozado corazón, que la regresaba nuevamente a casa. Albert al darse cuenta de su expresión triste en su rostro, le pasó el brazo por el hombre para reconfortarla y luego le dijo.
─ ¡calma pequeña, no estás sola! -luego dijo -¡bien señoritas! Esta noche nos hospedamos en un hotel cerca del puerto, pues mañana zarparemos muy temprano. -Tomaron un carruaje y se dirigieron al hotel.
─¡Bienvenidos al Astoria, señor Ardlay! Mi nombre es John Smith gerente del hotel, mandaré que suban su equipaje y el de las señoritas y ¿dígame señor Ardlay quiere que le suban la cena a sus respectivas habitaciones o prefieren bajar al restaurante? -le dijo el gerente del hotel a Albert extendiendo su mano en cuanto lo vio entrar, pues Albert era ya reconocido como uno de los magnates empresarios más ricos y reconocidos de Los Estados Unidos.
─¡muchas gracias John! y si por favor que nos suban la cena, ¡oh...también si nos podrían despertar temprano en la mañana! tenemos un barco que abordar.
─¡Claro que sí señor! Y por su estadía en el hotel les proveeremos el transporte al puerto, si así lo desean.
─¡por supuesto! muchas gracias.
El ascensor se detuvo en el quinto piso y al salir de este el empleado del hotel los dirigió por un pasillo corto y pronto estuvieron frente a sus habitaciones que se encontraban a la par, después de darle la propina al empleado Albert dijo.
─¡Bien señoritas! pronto subirán la cena, yo cenaré en mi habitación pues no es bien visto que un hombre esté a solas con dos damas, buenas noches descansen y no se desvelen he.
Candy y Patty se quedaron en la misma habitación pues esta disponía de dos camas, y al entrar a esta las dos chicas se impresionaron de cuán grande era, y lo más que les llamó la atención, fue la vista hacia la impresionante ciudad de Nueva York, que era adornada con sus iluminados rascacielos. Patty al escuchar suspirar a Candy, se acercó a ella para darle un abrazo y le dijo.
─lo sé y te entiendo cómo te sientes amiga, y aunque ya no regresarán a nosotras, ellos siempre estarán en nuestros corazones.
─¡oh Patty! para ti debe de ser mucho más difícil sobrellevar tu dolor,
en cambio, Terry está vivo y sé dónde está, y no sabes cómo quisiera salir corriendo a buscarlo en este momento, pero no sería justo para ella.
─¡Mucho Candy! pero trato de no estar triste, creo que a Stear no le gustaría verme así, pero este viaje nos ayudará a mitigar nuestro dolor!
Después de cenar Candy y Patty charlaron un rato más y luego se quedaron dormidas. Al día siguiente, Albert, Candy y Patty arribaron al puerto, donde los esperaba el impresionante transatlántico, Olympic y en el que harían la travesía del Atlántico hacia Irlanda del Norte.
Cuando abordaron el barco, quedaron muy sorprendidos porque más que una enorme mole de metal, el Olympic transmitía la sensación a los pasajeros de estar en el interior de un gran hotel, se dirigieron a sus respectivos camarotes, que estaban uno al lado del otro. Durante el transcurso del viaje, Albert como todo buen caballero que era, siempre estaba pendiente de que a las chicas nada les faltara, y con las diferentes actividades que ofrecía el Olympic a los pasajeros, él se encargaba de que se divirtieran y distrajeran el resto del viaje.
**Irlanda Del Norte**
Después de dos semanas finalmente Albert y las chicas arribaban al puerto de Belfast, en Irlanda del Norte, ya en tierra firme, se dirigieron a un pueblito afueras de la ciudad llamado Bangor, que era donde Albert había alquilado una casa para su estadía y comodidad. Faltaban algunas horas para que cayera la noche, por lo tanto, todos tuvieron la oportunidad de apreciar aún del verdor del paisaje, y el resplandor del sol en el azul de los lagos, ellos se maravillaron del lugar.
─ óh! ¡Que hermoso lugar Albert! -dijo Candy emocionada.
─así es mi pequeña, me alegra que te guste, y desde mañana comenzaremos a conocer cada rincón de este bello lugar.
─¡genial! muero por correr ya en esas colinas -dijo Candy ansiosamente.
─calma Candy! que no queremos que regreses a casa con un pie roto ─dijo Paty sonriéndole.
Al llegar a la casa, esta estaba rodeada de muchos árboles los cuales brindaban mucha sombra en los días soleados, jardines con muchas flores que engalanan la vivienda, pero sobre todo con una espectacular vista hacia el océano, el personal ya estaba esperándolos en la entrada y listos para atenderlos.
****Nueva York****
Mientras tanto al otro lado del océano Atlántico, los actores de Stratford abordaban el tren para iniciar la gira, y para comodidad de sus actores, Robert Hathaway había alquilado uno de los vagones sólo para ellos, pues no quería que fueran acechados por los fans, iban rumbo a la ciudad de Philadelphia, donde empezarían su gira, luego les seguirían Pittsburgh, Cleveland para terminar en la ciudad de Chicago.
Para Terry hacer esta gira significaba mucho, pues estaría en paz sin escuchar reclamos los próximos dos meses, se daría a reconocer aún más como el mejor actor de Broadway, y también...
─¡Candy! -dijo con un suspiro -como me encantaría verte aunque fuera un momento, -pensó.
─¡Creo adivinar para quién es ese suspiro Graham! -dijo Karen sentándose frente a Terry.
─¿para quién según tú?
─¡para la única mujer que ha logrado robarte el corazón, pues nada más ni nada menos que Candice White Ardlay!
─¡vaya Kleiss! ¿acaso eres una chica hechicera?
─¡Por supuesto que no! pues no creo que sea por mí y mucho menos por la loca de Susana.
─ jajaja, ay Karen que cosas dices...pues sí, es por Candy.
─¡já, lo sabía!
Y en el transcurso del viaje Terry y Karen continuaron con la charla, ella le contaba de cómo conoció a Candy en la Florida.
**Irlanda Del Norte**
La noche había caído, y después de terminar de cenar, Candy, Patty y Albert se encontraban en la sala de estar, donde planifican los mejores lugares que visitarían interesantes e imperdibles de explorar, entre ellos pueblos, acantilados, cascadas, lagos y castillos. Y también había algo muy especial que Albert quería mostrarles a las chicas, pero eso sería después al siguiente día.
─¡date prisa Candy! -dijo Patty sentada sobre la cama de Candy.
─¡ya voy! es que no encontraba mis zapatillas, pero ya estoy lista, vámonos.
Esa tarde decidieron conocer el pueblo de Bangor primero, todo sobre su cultura y arte y al llegar a este, notaron que el ambiente de sus calles era de pura algarabía de su gente que muy amablemente los saludaban y les daban la bienvenida.
Después de caminar y caminar entrando y saliendo de los pequeños museos y tiendas, pasaron por una panadería que a Candy se le había antojado aquel pastel de fresas que captó sus ojos en aquella vitrina.
─ es mejor que regresemos a casa, parece que se aproxima una fuerte lluvia, -dijo Albert al notar que en el cielo se estaban formando nubes de lluvia.
─¡cierto! -dijo Patty es mejor darnos prisa.
Bajaron del carruaje y apenas entraron a casa, la lluvia se desató.
─¡hasta la tormenta cae hermosamente aquí! -dijo Candy observando a través de una ventana. -¡miren que hermoso se ve!
─¡pero Candy! si la lluvia está muy fuerte que no deja ver nada! -le dijo Patty.
─es la hora del té niñas!, -interrumpió Albert sirviendo tres tazas sobre una mesita cerca de una chimenea que estaba ya prendida y que los sirvientes les habían dejado todo listo, incluyendo la cena, pues ellos no se quedaban en la casa.
─¡siiii! y lo acompañaremos con el pastel! ¿quién dijo yo quiero? -preguntó Candy.
─ ¡¡yoooo!! -respondieron Patty y Albert al mismo tiempo.
El resto de la tarde se la pasaron conversando, bromeando, y jugando a algún juego de mesa. Pasaron dos meses en los cuales Albert había logrado hacer que Candy sonriera nuevamente, pero el lugar tenía mucho que ver, pues Irlanda del Norte era bastante tranquilo, relajante, y espectaculares bellezas de paisajes, y la variedad de los lugares que habían explorado, mantenían a Candy, Patty y Albert muy ocupados.
En esta ocasión decidieron hacer un picnic bajo las sombras de los árboles que rodeaban la casa, y como la casa estaba ubicada en lo alto de una colina podían deleitarse con la espectacular vista hacia el océano y divisar las grandes embarcaciones que salían y llegaban a la Isla.
**Chicago **
El final de la gira llegó a su fin, y darían su última presentación esta noche, habían llegado a Chicago hacía un par de días, él estaba nervioso, y es que para Terry estar en esa ciudad lo ponía en ese estado, pues imaginaba que se encontraría con Candy en cualquier momento. Robert invitó a los actores a almorzar en un restaurante cerca del hotel donde se hospedaban, en agradecimiento por el éxito que habían tenido con la gira, y a Terry se le hizo un poco tarde y por lo que iba caminando tan de prisa que al doblar la esquina chocó con una persona que venía saliendo de una boutique.
─¿por qué no se fija por dónde camina? -le dijo molesto el extraño sin verlo aún por estar acomodándose su traje.
Continuará......
Última edición por Lucy Montano el Dom Abr 25, 2021 12:44 pm, editado 1 vez