SORPRESA PARA MAMÁ
Edicion..by..Beatriz Ramirez
Espero les guste este Oneshot y disculpen algunas faltas que encuentren por ahí!
Se escuchan unos pequeños y rápidos pasos por los grandes y simioscuros pasillos de la casa de la familia Grandchester. La pequeña silueta se detiene delante de unas bonitas puertas corredizas y titubea antes de entrar lo más silenciosamente posible.
Dentro de aquella amplia habitación se encuentran dos personas en un sueño profundo. La pequeña intrusa se arrodilló a uno de los lados y se acercó a uno de aquellos durmientes.
-- Papá...Papá...despierta! -- llamo la dulce vocecilla al oído en un susurro.
-- Hnm... -- respondió el hombre al que llamaba padre. Éste se dio la vuelta levemente con los ojos entreabiertos, casi listos para cerrarse de nuevo.
--- ¿Giselle? ¿Que pasa? -- preguntó en un murmullo adormilado mientras se pasaba una mano por la cara para despejarse.
-- Ya es el día. Decidimos levantarnos pronto para prepararle el desayuno a mamá por ser día de las madres, ¿recuerdas? -- explicó Giselle un tanto escéptica ante el olvido de su padre. El nunca se olvidaba de nada importante, era el mejor .
-- Cierto! --respondio Terry acariciando la despeinada cabellera rubia de su hija. Sonrió, Al parecer había dado muchas vueltas esa noche en la cama pensando como reaccionaria Candy ante su sorpresa -- Ahora voy, ve encendiendo las luces de la cocina, Dylar ya lo ha hecho, -- ve con el y no hagan mucho ruido -- ordenó dándole un golpecito con sus dedos índice y anular en la frente.
-- Hai -- contestó la pequeña con evidente emoción. Se puso de pie y salió de la habitación de la misma forma que había entrado.
Terry suspiró, dispuesto a levantarse. Sin embargo, su brazo derecho se encontraba bajo la cintura de Candy, quien estaba de espaldas a él. Se incorporó cuidadosamente y la miró.
Ella dormía plácidamente, con su largo y risado cabello rubio revuelto sobre la almohada. Terry levantó su recuperado brazo y acarició suavemente la mejilla de su esposa, acto seguido, dejó un cariñoso beso cerca de la mejilla. Candy murmuró entre sueños y se movió levemente para adoptar una postura más cómoda que le permitiera seguir durmiendo. Terry aprovechó el movimiento para liberar su brazo y salir del lecho. Se aseguró que su pecosa volviera estar inmóvil, y salió de la habitación.
Para cuando llegó a la cocina. Después de haberse duchado para despejarse del sueño que aún sentía, Giselle y Dylan ya habían dispuesto todo lo necesario para que pudieran comenzar a preparar lo que sería "El Súper desayuno sorpresa para mama" nombre otorgado por la misma pequeña el día anterior cuando le contó el plan a su padre.
-- Papá, papá, vamos -- llamó apremiandole. Se acercó a él e hizo que se acercará a la mesa donde Dylan y ella habían sacado los alimentos que siempre desayunaban -- ¿Y? ¿Que vamos a hacer? -- preguntó la pequeña con ilusión.
-- ¿ Ah? -- Terry, sorprendido, no tenía no idea de qué responder. Le había pillado totalmente desprevenido. ¿Es que acaso su querida hija habia sugerido hacer un desayuno sin ni siquiera tener nada planeado? Si, así lo parecía, perfecto. No tenía ni la más remota idea de que hacer para impresionar a su esposa. Además a él le apetecian unos Sándwiches.
--- Podríamos hacer algo sencillo y que a mamá le encanta, -- dijo Dylan intentando hacer que su idea sonara algo maravilloso -- Podríamos llevárselo a la cama en vez de dárselo aquí. ¿Que te parece? -- propuso Giselle sintiéndose orgullosa de si misma por la rapidez de su brillante idea.
Terry se puso un semblante pensante, creando la ecena en su cabeza y pareció gustarle lo que vio porque enseguida puso una sonrisa y dijo.
-- Si, vamos hacerlo. Dylan y Giselle sonrieron al mirar a su padre dando un saltito de entusiasmo.
*****
Candy abrió los ojos como acto reflejo de los rayos de sol que se colaban atravez de la ventana. Se entregó los ojos adormilados con ambas manos y se desperezó con un bostezo. Inmediatamente después, estiró su cuerpo y giró la cabeza con la esperanza de encontrar el rostro de su esposo. Sin embargo, solo se encontró con el hueco de su almohada. Frunció el ceño, extrañada y todavía un poco atontada por el sueño. Terry le había dicho que no tenía nada que hacer ese día, además era el día de las madres y quería pasar el día con su Familia.
Se incorporó para levantarse, pero de repente escuchó vocecillas y ruidos tras la puerta. Levanto una ceja al reconocer un quejido de su pequeña traviesa. Decidió esperar a ver que pasaba, y justo cuando pensaba que habia sido su imaginación, la puerta se abrió dejando ver a sus tres amores. Los ojitos azules de su pequeña resplandecieron cuando la vieron. Aguantó una exclamación y rápidamente se acercó a Candy con los brazos abiertos y una sonrisa.
-- ¡Feliz Día Mamá! -- gritaron entusiasmados sus hijos mientras se lanzaban a los brazos de su sorprendida madre.
-- Oh -- Candy se había quedado sin palabras. Ahora, con sus hijos en brazos, sentía una emoción y felicidad enorme. Con expresión dulce, se dirigió a sus hijos y dijo; -- Muchas gracias mis amores.
-- Pero esto no es todo. ¡Papá! -- llamó girandose para ver la entrada donde esperaba un enternecido Terry a causa de la hermosa escena madre- hijos que acababa de ver -- ¡Pasa!
El castaño cogio la bandeja que descansaba en el suelo y entró con una leve sonrisa en su rostro. Giselle y Dylan caminaron y se pusieron al lado de su padre, para poder decir mientras le enseñaban el desayuno .
-- ¡Sorpresa! -- exclamaron levantando los brazos -- ¡Un Súper Desayunó Para Ti! A papá y a nosotros nos ha costado un poco ... Pero creó nos ha quedado muy rico, ¿verdad, papá? -- inquirió esperando la aprobación de su padre.
Terry asintió -- Pero si no hubiera sido por tu ayuda, yo no hubiera sido capaz de hacerlo todo solo, pequeña -- elogió a su hija, acariciándole la mejilla con una sonrisa. Giselle se sonrojo, orgullos de que su padre le hubiera reconocido su trabajo.
-- Dylan..Giselle..Esto es... perfecto ..
¿Y lo han hecho todo? ..Los amo tanto ..Gracias -- decia emocionada, mirando el desayuno como si fuera el tesoro más hermoso.
Levantó la mirada y con sus ojos esmeralda llenos de lágrimas, los abrazo a la vez. Candy y Terry se miraron de reojo para después guiñarse un ojo con complicidad.
Entonces Giselle se levantó de golpe.
-- ¡Ahora vengo! ¡Voy por una cosa! -- dijo saliendo corriendo de la habitación.
-- ¿Que cosa? -- preguntó Candy con curiosidad.
Pero poco le duró ya que Terry se acerco a besarla, Candy se quedó totalmente en blanco y se dejo llevar.
-- Ahora lo sabrás -- respondió el castaño a su pregunta con una sonrisa -- Felicidades Pecosa -- felicito para después volver a besar a su sonrojada y contentísima esposa.
Para cuando Candy acabó su "sesión Express de mimos especiales" por el día de las madres, Giselle entró acompañada de su hermano mayor por la puerta con una pequeña cajita en sus manos.
-- Toma, mamá. Un regalo de parte de Dylan, de mi y de Papá -- entregó la cajita con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
-- ¿Otro regalo más? Con el desayuno ya era más que suficiente -- dijo Candy con emoción contenida.
-- Digamos que este es el regalo importante, el desayuno es un arreglo de última hora -- explicó Terry abrazandola por la espalda.
Candy los miro un momento antes de comenzar a abrir la caja. Cuando por fin vio lo que había dentro, entreabrió la boca en un gesto de sorpresa; era un medallón de plata con el grabado de diminutas flores de Narcisos sobre él.
-- ¡Ábrelo, ábrelo! -- dijo Giselle, impaciente por ver la reacción de su madre.
Candy, aún sin poder decir palabra, abrió con manos temblorosas por la emoción del medallón.
Dentro pude ver una foto de ellos cuatro y en la otra parte estaba un mensaje de "Te Amamos" grabado en una elaborada y bonita letra.
¿Estaría soñando? Eso fue lo que se preguntó Candy cuando ya se había tranquilizado y comía su desayuno entre risas con sus tres amores.
¿Se podía pedir algo más?
FIN..