— ¿karen rechazó a Tyler? —repitió Candy, anonadada—. ¿Por qué? ¿Cómo?
—Hizo que su servicio doméstico se ocupara de el. Después de tener a Tyler lo rechazó. Harry estaba desesperado. Consultó a numerosos médicos, pero karen se negó a hablar con ninguno de ellos. Finalmente, Harry empezó a hablar de divorciarse de karen y de solicitar la custodia del niño. Su matrimonio estaba a punto de desmoronarse cuando murieron.
—No sabía que la situación era tan... seria —dijo Candy, consternada—. Si lo hubiera sabido, si karen hubiera querido verme y hablar conmigo tras el nacimiento del niño, tal vez podría...
—Tú eres la última persona que podría haberla ayudado. Estaba demasiado celosa de ti.
—Es muy posible que Karen estuviera sufriendo una severa depresión posparto. ¿Mi familia no trató de ayudarla?
—No creo que fueran consciente de las dimensiones del problema, o que quisieran implicarse una vez que comprendieron que el matrimonio de karen corría grave peligro.
Candy sabía que, en aquellas circunstancias, su dominante padrastro habría instado a su madre a ocuparse de sus propios asuntos, y que su madre no habría tenido el valor de enfrentarse a él. Aquello le produjo una tristeza insoportable. ¿Habría sufrido Karen una depresión? Pero ni siquiera Harty había logrado persuadirla para que buscara ayuda profesional.
El pobre Tayler había vivido inseguro y con problemas desde el momento de su nacimiento. No era de extrañar que fuera tan callado y que pareciera un poco retrasado en cuanto a su desarrollo.
— ¿Cuánto tiempo has pasado con El? —preguntó.
Terry miró a Candy con cautela, como si pensara que aquélla era una pregunta trampa.
—Lo veo siempre que estamos bajo el mismo techo.
— ¿Pero juegas con el? ¿Hablas con el? ¿Lo tomas en brazos?
Terry hizo un gesto de desagrado.
—No soy un tipo especialmente cariñoso. Para eso estás tú aquí.
Candy respiró profundamente y se puso en pie.
—No quiero ofenderte, pero tengo que ser franca. De momento, todo lo que pareces hacer es saludarlo desde el umbral de la puerta de su cuarto un par de veces al día.
Terry frunció el ceño y alzó las manos ante el tono de censura de Candy.
—Es un pequeño juego al que jugamos. ¿Qué daño puede hacer?
Candy estaba haciendo verdaderos esfuerzos para contener su genio. Terry no podía ser tan obtuso como para no darse cuenta de que estaba jugando a ser padre a distancia.
—Tyler necesita cariño, que le hablen y que jueguen con el. El motivo de que no corra a abrazarte cuando te ve es que lo has acostumbrado a saludarte a distancia... y así es como te gusta que sean las cosas, ¿verdad?
— ¿Y qué se supone que debo hacer con un bebé? —protestó Terry, impaciente—. Soy un hombre muy ocupado y hago lo que puedo.
—Ya lo sé, pero necesitas un poco de orientación —murmuró Candy mientras se preguntaba si aquélla fue toda la atención que recibió Terry de sus disfuncionales padres—. Entonces serás un padre brillante, porque siempre haces bien aquello que te propones.
Los azules ojos de Terty destellaron peligrosamente mientras su boca se curvaba en una perversa semisonrisa.
—Los halagos no te llevarán a ningún sitio conmigo.
— ¿Te replantearás lo de volar a París... por el bien de Tuler? —preguntó Candy con suavidad.
—No te va mostrarte dulce y dócil.
Candy alzó levemente la barbilla, dolida por el tono despectivo de Terry.
—Sólo trataba de ser diplomática.
—No me gusta. Tampoco te va. ¿Necesito recordarte que soy yo quien toma las decisiones en todo lo referente a Tyler?
Candy se puso pálida. Estaba claro que Terry pretendía hacerle cumplir su acuerdo al pie de la letra. Había prometido no entrometerse en la educación de Tyler, pero iba a ser muy difícil ocuparse de el siguiendo aquellas absurdas reglas.
—Nosotros somos lo primero, no el niño. No permitas que el tema de su educación se entrometa entre nosotros y provoque la discordia —añadió Terry con severidad.
Candy habría querido decirle lo egoísta e irrazonable que estaba siendo, pero no se atrevió. Terrance Grandchester había pasado veiti y siete años en la tierra haciendo exactamente lo que le venía en gana. ¿Quién era ella para pensar que podía cambiarlo?
Se volvió para salir.
— ¿Adónde vas?
—Necesito hacer el equipaje y decidir qué voy a ponerme esta tarde.
—No es necesario. Ya que aun no tienes un vestuario adecuado y completo, mi personal se ocupará de tener preparada una selección de vestidos en mi casa de París para ti. Y tu doncella se ocupará de preparar el equipaje.
Candy se volvió hacia Terry como una exhalación.
—A veces me asustas... —dijo. Se arrepintió al instante de haberlo dicho, pero tan sólo era la verdad. Terry se tensó visiblemente al escuchar aquello.
—No quiero asustarte.
—No puedo evitar lo que siento.
—Eres una de las mujeres más fuertes que conozco —replicó Terry.
Pero Candy sabía que la estaba convirtiendo en una cobarde porque, si decía lo que pensaba, se arriesgaba a perder demasiado. Terry la tomó de una mano y tiró de ella con suavidad.
—Si tanto te importa, me esforzaré más con Tyler —dijo, y, asombrosamente, dudó un momento antes de añadir—: Pero lo cierto es que no sé muy bien cómo hacerlo. No tuve una infancia precisamente convencional.
Candy era consciente de que incluso aquella pequeña admisión de ignorancia era un gran paso para Teery, pero aun estaba demasiado tensa y no pudo evitar que su mano temblara.
—Lo sé —murmuró con sentimiento, pues la cruel infancia de Terry
había sido aireada en toda la prensa debido a sus padres y estaba muy bien documentada
—Mi primer recuerdo es el de mi padre gritando a mi madre cuando estuve a punto de ahogarme en una piscina. Estaban borrachos, ... —. Estaban tan ocupados peleando que me dejaron en la terraza y volvieron a olvidarse de mí. Sé lo que no hay que hacer si se tiene un hijo.
—Claro que lo sabes —asintió Candy —. Cuando eres pequeño te asusta mucho ver a dos adultos peleando sin control. La primera vez que vi a Lucas golpear a mi madre pensé que el mundo iba a acabarse... —al darse cuenta de lo que acababa de decir, Candy permaneció en silencio
.
—Repite eso —dijo Terry —. ¿La primera vez que viste a tu padrastro «pegar» a tu madre?
Continuará...
PD..chicas una disculpa, en la mañana publiqué el 6 y tocaba esta segunda parte del 5 ..sorry actualizo cuando no tengo una clase,o durante mi descanso..