EL PASTEL DE BODAS
Archie miro a todos lados molesto, no quería estar ahí, rodeado de tantas personas, siendo el centro de atención de aquel evento… Lo odiaba, pero no le quedaba otra que estar ahí, en el altar esperando a la novia a la cual, por cierto, tambien detestaba.
Mientras esperaba no pudo dejar de notar que al otro lado del salón ya adornaban la mesa principal, vio como iban llegando los adornos, los pastelillos, las charolas de bocadillos y por ultimo aquel enorme pastel de bodas.
“Lo único bueno de las bodas es el pastel”.- penso mientras observaba atentamente el lugar que ocupaba en la mesa principal. En ese momento algo interrumpio su concentración al ver a la novia llegar al lugar. Los músicos comenzaron a tocar alegremente la marcha nupcial y la novia empezó a caminar hacia el altar, primero nerviosa, luego mirándolo fijamente, después observando al sacerdote.
“Uff, ya casi termina”. –se dijo para sus adentros. Al llegar la novia y ponerse a su lado el empezó a distraerse de vez en vez mirando hacia la mesa de reojo, el pastel estaba ahí, intacto, que sabor seria? Vainilla o chocolate? Tendría mermelada de fresa o de durazno? Tal vez frutos rojos o crema. Sin escuchar lo que decía el sacerdote alguien le llamo la atención, era hora de poner el anillo en el dedo de la novia, su momento culminante habia llegado… luego, escucho al sacerdote la celebre frase de: “puede besar a la novia” y el aplauso de todo el publico que les observaba desde sus asientos.
Fue entonces que aprovecho el momento y prácticamente evadiendo abrazos de los invitados se colo hasta la mesa del pastel, ya no podía esperar mas. Ante la mirada atónita de algunos Archie tomo una cuchara y la metio en el pastel arrancándole un pedazo que luego, antes de que la Tia Abuela le jalara de las orejas, se metio a la boca.
- ARCHIBALD CORNWELL, QUE HACES MUCHACHO DEL DEMONIO!!
La risa de los presentes no se hizo esperar, la novia, quien resultaba ser un familiar directo de los Cornwell solto la carcajada y corrió a socorrer al chiquillo, quien con la boca llena de merengue iba de la mano de Emilia Elroy para seguro ser castigado.,
- Dejelo tía, que no ve que ha sido un paje muy bien portado, se merece una rebanada grande de pastel. –dijo la mujer haciendo que Emilia lo soltara.
Para cuando llego la rebanada Archie estaba acostado en la silla, con la cabeza en las piernas de Stear, quien para evitar que fuera castigado otra vez por goloso, le habia prometido a su Tia Abuela cuidarlo hasta que terminara la fiesta.