Al anochecer su mirada se torno fría, paraba a ratos y habia momentos en que enfurecia consigo mismo por ser tan tonto por dejar escapar tantas cosas para su vida. Si, era un forajido en ese mismo momento, no solo dejo aquella obra, dejo a su prometida, dejo los miedos y se dejo asimismo, al pusilánime Terrence Grandchester en el que se habia convertido.
Era un Grandchester, un bastardo, era cierto, pero al final era un Grandchester, y nadie debía estar por debajo de el. Habia tenido suficiente tiempo para sentir lastima por su situacion, por su vida y por las estúpidas decisiones tomadas.
Recordo aquella escena que el mismo habia protagonizado donde de sus brazos aquella mujer que tanto habia significado para él, se habia ido, por miedo, por estúpido, por débil. Arreo a la yegua con un golpe que la hizo relinchar e ir mas aprisa, si, todo aquello debía quedar atrás y ahora debía tomar las riendas de su vida, como lo estaba haciendo con el caballo. Aquello era una catarsis.
Continuara…