Les comparto la manera en que esta Rebelde llegó a nuestras filas:
Su afán por conseguir las obras de su género favorito la hacían pasar horas en la gran Biblioteca del Real Colegio San Pablo y recorrer la sección oscura donde descubrió, ¿adivinen a quién? A un grupo de chicas tan alocadas como ella, por supuesto, nosotras, las Rebeldes.
Nosotras, amablemente, la llevamos a un sector privado, ella debía pasar la prueba de fuego con el director del grupo que era nada más y nada menos que su súper crush (y el de todas), el chico más guapo y arrogante del colegio: Terry Grandchester.
Cuando estuvo frente a él, a escasos centímetros de ese cuerpo maravilloso, seguro pensó que no podría superar el reto de mantenerse como si nada frente a él, cero reacción… ¡Cielos! se trataba de nuestro bombón, el hombre que nos hace fantasear cada noche…. Y si quería conseguir más novelas debía lograrlo…
Obviamente somos unas amigas de lujo, le dimos varios tips y mucho ánimo para que saliera airosa, pese a que bombón inglés le rozaba lentamente la piel de su antebrazo y le sonreía de lado, tratando de causar alguna reacción… Pude notar que fue una deliciosa tortura, pero se mantuvo estoica durante el proceso.
Ella tenía que pasar el reto, pues Terry no acepta en su grupo a quien quiera apartarlo o distraer su atención de su amada pecosa, esa chiquilla de esponjosas coletas que observaba todo con mirada inteligente y una sonrisa pícara en su rostro.
Finalmente ella lo consiguió (es terca cuando se lo propone) y ahora es una feliz, pícara y rebelde integrante de ese selecto grupo de defensoras de los rebeldes del San Pablo, o sea, nosotras.
Y de esta manera, peculiar y curiosa, esta extrovertida chiquilla, llegó hasta nuestro equipazo, ofreciéndose a ser, cabalmente, una REBELDE.
Ahora, les comparto su anécdota de vacaciones, muy a su divertido estilo .
MIS LOCAS Y FRÍAS VACACIONES
Nada mejor que salir de vacaciones con tus primos: libertad y travesuras sin límites o casi…
Mis dos primos, mi prima y yo nos fuimos con mi tío a su cabaña en la montaña durante nuestras vacaciones escolares de medio año o de invierno.
Una cabaña rústica, con dos habitaciones con camas literas, sala comedor y una pequeña cocina a leña que fue nuestra locura.
Mi prima y yo despachamos a la buena mujer que ayudaba a mi tio en los quehaceres domésticos a los dos días de llegar, y asumimos el papel de “mujeres de casa” mientras mis primos iban de caza. Llegaron con dos aves que parecían patos y que ellos desplumaron en agua hirviendo que no estaba tan caliente Lo que debía ser un caldo de pato salió una mazamorra oleosa, pasada de sal e incomible.
Para la cena quisimos reivindicarnos e hicimos pescado que se nos quemó y por poco hacemos arder la cabaña también. Unas cuantas galletas de agua y té fue nuestra triste cena.
Al día siguiente, un tío nada risueño, nos obligó a ir con él al pueblo; mientras tenía reunión con el alcalde nos dejó en el auto, dado que la temperatura estaba muy baja. Luego de 5 minutos, mi primo vio la llave de contacto que quedó en caso de que necesitáramos la calefacción, y ahí se lanzo el mayor de mis primos al volante a poner en práctica sus conocimientos de manejo, éstos eran muy pobres y terminamos contra una pequeña pared cubierta de nieve que amortiguó algo el golpe.
Al día siguiente nos encontrábamos bajo la vigilancia de la directora de la posta sanitaria en espera de nuestros padres, que tardaron un día más en llegar por los malos caminos, preocupados pues, según mi tío, incendiamos su cabaña y destruimos el pueblo.
Puedo decir que en verdad lo disfruté, porque al final no pasamos de un susto y no hubieron daños personales, a parte de quedar en la memoria de la gente del pueblo como “los terribles y adorables chicos de Don Jorge“, mi tío.
Y así fue como nuestra querida Rebelde llegó a nuestras filas y nos contó ésta curiosa y chistosa anécdota vacacional, así sin más, recibamos a:
Última edición por Felicity Grand el Miér Abr 13, 2022 12:39 am, editado 2 veces