La respuesta llegó a su cabeza en una imagen, la del aquel castaño con quien se sentía libre, él no la trataba como una delicada y frágil flor, al contrario, la trataba como una mujer independiente, fuerte y capaz. Desde que lo conoció había superado su miedo a los caballos e incluso se atrevió a montar uno, además, le enseñó a defenderse físicamente luego de que Neal Leagan comenzara a acosarla y vaya que tuvo buenos resultados.
Flashback
-Candy- Dijo el moreno. -¿Será que hoy me harás el honor de disfrutar de tu compañía?- Preguntó de manera insinuante al tiempo que la sujetaba de la cintura sugestivamente.
-Señor Leagan, ya le he dicho que se mantenga alejado de mí- espetó tratando de zafarse del agarre.
-Vamos Candy, no seas tímida- Insistió, pero sintió un fuerte golpe en el rostro.
-La señorita dijo que no- Terry la defendió. La siguiente vez, Neal fue más atrevido, aprovechando la ausencia del inglés.
-Te deseo- Le susurró en el oído, pero no contaba con las lecciones que tomó con un excelente profesor. Candy lo empujó y le pegó en el estómago.
Fin del flashback
“¿Por qué sigo pensando en Terry?” se preguntó al percatarse de que pocas veces pensaba en Anthony y que ya no pasaba tanto tiempo con él. Se sentía confundida, no podía haberse enamorado de Terry él era arrogante, impulsivo, siempre burlándose de sus pecas, pero, también era apacible como cuando se recostaba en el césped, apasionado cuando hablaba de teatro y cariñoso cuando la abrazaba. Se escapó un suspiro de su boca al recordar las veces en las que su contacto hacía que su piel se erizara y la manera en que la miraba, parecía que él tenía sentimientos por ella.
Cuando compartían un baile, se miraban con admiración, aunque ninguno de los dos se daba cuenta de ello, sus ojos expresaban el amor que inevitablemente comenzó a crecer en su interior; y, si hay algo que no se puede esconder es el amor puro y la pasión que existe entre dos almas enamoradas. Para quienes los veían era más que evidente que la perfecta señorita White elegiría a ese desconocido si tuviera la oportunidad, algo que la matriarca de los Andley no permitiría…
-Lord White, nunca fue un secreto que mi sobrino y su hija han sido muy unidos desde pequeños- Dijo con la intención de darle a su sobrino lo que deseaba y de paso, sumarle dinero y fortuna a su ilustre apellido. -Ambas familias acordamos que cuando tuvieran la edad suficiente se casarían- de aquel convenio habían pasado muchos años, las circunstancias de esa decisión fueron una deuda de lord White y la ambición de Elroy Andley. ¿Por qué conformarse con una cantidad de dinero que era miserable para ella cuando podía tener más?
Sin embargo, jamás creyó que tendría que recurrir a artimañas tan bajas para asegurar el poder de su familia. -Ahora nuestros planes corren peligro por ese hombre que rodea a Candice- Fingió preocupación por la joven que poco le interesaba en realidad.
Los padres de Candy se miraron preocupados por la incertidumbre que los atrapaba. -Lo sé señorita Andley, no imaginábamos que las cosas cambiaran en tan poco tiempo- Comentó Lord White, sabía que su hija debía casarse con Anthony pero no esperaba tener que obligarla a desposarse con alguien a quien no amara.
-Es claro que debemos hacer algo al respecto- Más que una opción fue una orden. -Personalmente me gustaría que celebráramos la unión de nuestras familias en 1 mes- Su tono no dejaba lugar a protestas. Los nuevos planes de la mujer eran muy apresurados y no le dejaban tiempo para pensar en como solucionar el problema sin involucrar a la hija que tanto amaba. Si se negaba podrían terminar en la calle, exiliados de la alta sociedad, de cualquier forma su pequeña sufriría las consecuencias, sin embargo, si aceptaba sabría que Anthony Andley podría cuidarla, darle lo necesario y más, incluso a ellos. Eso era mejor que dejar a su familia en la ruina.
-Así será-
¡Oh por Dios! ¿Qué pasará? Espero les haya gustado