CURITAS para un corazón roto.
CAPÍTULO 11.
—¿Qué has dicho ? —preguntó Terry desde el otro lado de la pared, lo que le hizo dar un bote hacia atrás, pues no esperaba que el oyese lo que según ella había pensado, "O había hablado " como fuese. Aquello era de locos. Tragó saliva sin saber qué decir.
"Joder…" ¿Richard Grandchester? Terry se adelantó poniéndose en pie delante de la pared. Había mencionado a Richard. ¿Qué diablos tenía que ver Candy con él?
—Uhmmmm… —Candy acabó diciendo mientras negaba con su cabeza. Él móvil dejó de sonar. Miró que está vez había buzón de voz.
—Te he preguntado, ¿no? Ella suspiró y decidió ignorarlo, por otro lado, no sabía como dirijirse a el por las burradas que había llegado a decirle. Y de cualquier manera que le importaba Richard Grandchester a él. "Será metiche" , susurró. No debería de preocuparse por su vecino, a hora mismo lo qué tenía que hacer era escuchar el mensaje de voz y regresar la llamada. Por fin iba a hablar con Richard Grandchester, sintió como el pulso se le aceleraba y la adrenalina comenzaba a rugir en su interior. Tomo el móvil con manos temblorosas y marcó la tecla de voicemail. De inmediato escuchó a una mujer diciendo que tenía un mensaje y a continuación Nada , miró el móvil con el ceño fruncido. "¿Es que no había dejado mensaje?". Suspiró. Lo mejor seria regresar la llamada al buffet de abogados.
— Buffet DD. Listos para defenderle. Buenos dias.— "¿Enserio?" Tras explicarle el motivo de su llamada, las noticias que recibió no eran muy agradables. Hansel no se había presentado en el despacho, simplemente querían ofrecer el servicio a Candy por si estaba interesada en un abogado.
Terry se quedó observando aquella pared pensativo. Aquello era muy extraño, demasiado. ¿Qué debía pensar? Notando cómo la ira y la incertidumbre se iban apoderando de él. Aquello no era normal. No tenía ninguna lógica que Candy conociera a Richard , al menos que fuera una amante. Tendría que ser una amante de hacia mucho tiempo, pues no parecía estar informada de la muerte de Richard. Quizás no era su amante, de cualquier manera, él necesitaba saber por qué lo buscaba.
Candy tenía demasiado trabajo que hacer y, ¿para qué engañarse? Terry era la distracción más grande que había tenido hasta ese momento. Y sin embargo no dudo en ignorar al vecino y ponerse a investigar.
En cuanto se encendió el ordenador se arrimó al teclado y volvió a conectar el disco duro. El tener que hacer le mantenía entretenida y la mente distraída, Tenía muchas carpetas que analizar, muchos documentos que clasificar. Abrió otra de las carpetas y observó que eran hojas de Excel. Números y más números . Seguramente, podría sacar un mejor partido a eso más tarde. Se removió en su asiento y abrió el programa informático para lanzar la llamada Ping en MS-Dos. Al momento, una cadena de caracteres aparecieron en la pantalla, se puso firme en su asiento. Sabía lo que esos caracteres significaban. Tenían un ordenador encendido, uno de los que ella había podido triangular. Notó cómo la respiración se le aceleraba y el corazón comenzaba a latir con fuerza. Se conectó a la sección del escritorio remoto y lanzó el link para introducirse en el ordenador. No sabía cuánto tiempo permanecería encendido, pero le bastarían pocos minutos para introducirse en el ordenador de aquellos tipos y sacar la información que necesitaba. El nombre de usuario. Aquello era lo más importante. Con el nombre de usuario de ese ordenador podría rastrearlo por toda la red y sabía lo que debía hacer para conseguirlo. Debía recurrir a lo que denominaban la biblia de los frikis: el modelo OSI. Ese modelo tenía siete capas, lo que hacía visualizar la comunicación en redes, podría conseguir todos los datos que necesitase. Supo el mismo momento en el que se encontraba dentro de su ordenador y navegando en Internet o comunicarse con más mensajes.. Escalar capas del ordenador no le era difícil, Anthony había pasado meses enseñándole. Movió el índice sobre la pantalla táctil y tecleó de forma apresurada en el teclado. "Vamos, vamos, vamos…" , susurró mirando atentamente la pantalla. " No lo apagues… no lo apagues… " siguió diciendo mientras seguía tecleando compulsivamente. Tras varios segundos detuvo sus manos y miró la pantalla atentamente. Apuntó de escribir nombre de usuario que aparecía en ella sobre un papel se detuvo quedándose sin pestañear cuando el nombre de aquel usuario apareció en la pantalla. "No puede ser", susurró. Elisa Legan. Candy soltó un grito espantada.
—¿Por qué no me habías dicho nada? — reclamó Neil a Elisa mientras se aflojaba el nudo de la corbata.
—No quise hacerlo hasta no tener la seguridad de que era ella —contestó Elisa .
–Entonces la amiga la ayudó — Dijo Neil—. Todo se esta complicando mucho. Neil se quedó pensativo.
—Tengo la impresión de que no somos los únicos en querer encontrarla —el rostro de Neil mostró confusión—. Hay otras personas tras ella.— Dijo Elisa enseguida.
Terry descarto la palabra amante, y había esperado varios minutos una respuesta, incluso se había colocado frente a la pared esperándola, pero Candy no parecía interesada en hablar con él. Resopló y se quedó pensativo mientras trataba de encontrar una explicación, Ahora estaba seguro de que Candy escondía algo , Había escuchado la conversación que había mantenido por el móvil, aquellas paredes eran de papel. Pero lo que no tenía claro. era por qué había llamó al buffete de abogados e intentado hablar con Hansel.
—¿Ocurre algo? —preguntó Terry enarcando una ceja hacia la pared al escuchar el grito.
—¡Nada! —respondió Candy —. Nada que sea de tu conveniencia.
—Eh, Pecas—La llamó , Ella parpadeó tres veces girandose hacia la pared, y abriendo los ojos como platos.
— Cómo me llamaste?
— Ah, bueno esque sino te has dado cuenta tienes pecas en tu naricita.
"El muy..." Candy apretó los puños. "Pero que le pasaba a ese hombre".
— Hey—, volvió a decir Terry al no escuchar respuesta —, ayer te dije de tomar una algo ¿te apetece? Ella puso su espalda recta. ¿En serio? ¿De verdad la estaba invitando a tomar algo? Después de llamarla pecas. " Esta loco" . No iba a caer en su juego, parecía que se divertía. Por un lado, Terry era guapísimo, muy atractivo, y no iba a negar que supiera comportarse tal y como había hecho con ella la noche del atraco, por otro lado, ella sabía lo que hacía en su piso, que un día estaba con una y otro día con otra. "Vamos, Candy" Se animó a sí misma, "solo una bebida…", con el chico de bonitos ojos. "Por Dios "Se recordó a sí misma, "recuerda que lo apodaste el mentiroso, pervertido, y mujeriego ..." . Cerró los ojos y negó con la cabeza.
—Ya te dije que no me gusta —contestó.
Terry fue directo a la nevera y la abrió.
Y el zumo de naranja? —preguntó esta vez. Ella no respondía—. El zumo de naranja le gusta a todo el mundo.
—Umm. Terry resopló.
—La Coca-Cola te gusta?. Tengo Coca-Cola. Candy miró desesperada a todos lados. En serio, ¿qué tenía que decirle? ¿Por qué insistía tanto? —Entonces...? —Terry insistió —, nos irá bien tomarnos algo juntos, Candy arrugó la nariz.
—Quizá en otro momento.
—¿Por? —preguntó directamente—. ¿Tienes algo que hacer hoy? .
—He quedado —mintió.
—¿Ah, sí?
—Sí. Respondió rápidamente.
—¿Con tu novio? Candy miró la pared, ¿a qué venía todo eso?
—No, ¿estás loco?. Ella extendió los brazos hacia la pared. "Pero ¿qué narices le pasa a este" susurró hacia su habitación.
— Con Richard Grandchester. — Candy abrió los ojos como platós, miró de un lado a otro, nerviosa. Se quedó con la boca abierta, sin saber cómo responder a eso.
" Me estaba escuchando " dijo con los dientes apretados " El muy..."
— ¿ Algo que decir? . O es que acaso te comieron los ratones la lengua?—. Siguió Terry sin darle tregua, y esque lo intentó, pero la curiosidad por saber que escondía Candy no lo dejaba pensar en otra cosa.— Quizá yo pueda ayudarte con eso. Candy soltó un bufido, como si Terry estuviera loco
—¿ No entiendo de que hablas? Y, es de muy mala educación escuchar conversaciones ajenas. Terry soltó una carcajada sin humor. Miró enfurruñado la pared, cruzándose de brazos. Bueno parecía que aquella mujercita no tenía vergüenza.
— ¿ Y me lo estás diciendo tú? La que escucha otro tipo de conversación. Aquello desquicio a Candy
Acaso estaba insinuando sus encuentros fuera de control con direntes chicas .
— Eres un... — Terry espero a que terminase la palabra, y al no escucharía apretó los puños. No pensaba quedarse sin explicación, quería saber que se traía aquella mujer entre manos, no importaba que fuera la mujer más bonita que hubiera mirado jamás, no importaba que no dejara de pensarla a cada momento, él quería respuestas y las tendría por las buenas , o por las malas .
Y si te dijera que yo podría darte información de Grandchester.
Continuará...
CAPÍTULO 11.
—¿Qué has dicho ? —preguntó Terry desde el otro lado de la pared, lo que le hizo dar un bote hacia atrás, pues no esperaba que el oyese lo que según ella había pensado, "O había hablado " como fuese. Aquello era de locos. Tragó saliva sin saber qué decir.
"Joder…" ¿Richard Grandchester? Terry se adelantó poniéndose en pie delante de la pared. Había mencionado a Richard. ¿Qué diablos tenía que ver Candy con él?
—Uhmmmm… —Candy acabó diciendo mientras negaba con su cabeza. Él móvil dejó de sonar. Miró que está vez había buzón de voz.
—Te he preguntado, ¿no? Ella suspiró y decidió ignorarlo, por otro lado, no sabía como dirijirse a el por las burradas que había llegado a decirle. Y de cualquier manera que le importaba Richard Grandchester a él. "Será metiche" , susurró. No debería de preocuparse por su vecino, a hora mismo lo qué tenía que hacer era escuchar el mensaje de voz y regresar la llamada. Por fin iba a hablar con Richard Grandchester, sintió como el pulso se le aceleraba y la adrenalina comenzaba a rugir en su interior. Tomo el móvil con manos temblorosas y marcó la tecla de voicemail. De inmediato escuchó a una mujer diciendo que tenía un mensaje y a continuación Nada , miró el móvil con el ceño fruncido. "¿Es que no había dejado mensaje?". Suspiró. Lo mejor seria regresar la llamada al buffet de abogados.
— Buffet DD. Listos para defenderle. Buenos dias.— "¿Enserio?" Tras explicarle el motivo de su llamada, las noticias que recibió no eran muy agradables. Hansel no se había presentado en el despacho, simplemente querían ofrecer el servicio a Candy por si estaba interesada en un abogado.
Terry se quedó observando aquella pared pensativo. Aquello era muy extraño, demasiado. ¿Qué debía pensar? Notando cómo la ira y la incertidumbre se iban apoderando de él. Aquello no era normal. No tenía ninguna lógica que Candy conociera a Richard , al menos que fuera una amante. Tendría que ser una amante de hacia mucho tiempo, pues no parecía estar informada de la muerte de Richard. Quizás no era su amante, de cualquier manera, él necesitaba saber por qué lo buscaba.
Candy tenía demasiado trabajo que hacer y, ¿para qué engañarse? Terry era la distracción más grande que había tenido hasta ese momento. Y sin embargo no dudo en ignorar al vecino y ponerse a investigar.
En cuanto se encendió el ordenador se arrimó al teclado y volvió a conectar el disco duro. El tener que hacer le mantenía entretenida y la mente distraída, Tenía muchas carpetas que analizar, muchos documentos que clasificar. Abrió otra de las carpetas y observó que eran hojas de Excel. Números y más números . Seguramente, podría sacar un mejor partido a eso más tarde. Se removió en su asiento y abrió el programa informático para lanzar la llamada Ping en MS-Dos. Al momento, una cadena de caracteres aparecieron en la pantalla, se puso firme en su asiento. Sabía lo que esos caracteres significaban. Tenían un ordenador encendido, uno de los que ella había podido triangular. Notó cómo la respiración se le aceleraba y el corazón comenzaba a latir con fuerza. Se conectó a la sección del escritorio remoto y lanzó el link para introducirse en el ordenador. No sabía cuánto tiempo permanecería encendido, pero le bastarían pocos minutos para introducirse en el ordenador de aquellos tipos y sacar la información que necesitaba. El nombre de usuario. Aquello era lo más importante. Con el nombre de usuario de ese ordenador podría rastrearlo por toda la red y sabía lo que debía hacer para conseguirlo. Debía recurrir a lo que denominaban la biblia de los frikis: el modelo OSI. Ese modelo tenía siete capas, lo que hacía visualizar la comunicación en redes, podría conseguir todos los datos que necesitase. Supo el mismo momento en el que se encontraba dentro de su ordenador y navegando en Internet o comunicarse con más mensajes.. Escalar capas del ordenador no le era difícil, Anthony había pasado meses enseñándole. Movió el índice sobre la pantalla táctil y tecleó de forma apresurada en el teclado. "Vamos, vamos, vamos…" , susurró mirando atentamente la pantalla. " No lo apagues… no lo apagues… " siguió diciendo mientras seguía tecleando compulsivamente. Tras varios segundos detuvo sus manos y miró la pantalla atentamente. Apuntó de escribir nombre de usuario que aparecía en ella sobre un papel se detuvo quedándose sin pestañear cuando el nombre de aquel usuario apareció en la pantalla. "No puede ser", susurró. Elisa Legan. Candy soltó un grito espantada.
—¿Por qué no me habías dicho nada? — reclamó Neil a Elisa mientras se aflojaba el nudo de la corbata.
—No quise hacerlo hasta no tener la seguridad de que era ella —contestó Elisa .
–Entonces la amiga la ayudó — Dijo Neil—. Todo se esta complicando mucho. Neil se quedó pensativo.
—Tengo la impresión de que no somos los únicos en querer encontrarla —el rostro de Neil mostró confusión—. Hay otras personas tras ella.— Dijo Elisa enseguida.
Terry descarto la palabra amante, y había esperado varios minutos una respuesta, incluso se había colocado frente a la pared esperándola, pero Candy no parecía interesada en hablar con él. Resopló y se quedó pensativo mientras trataba de encontrar una explicación, Ahora estaba seguro de que Candy escondía algo , Había escuchado la conversación que había mantenido por el móvil, aquellas paredes eran de papel. Pero lo que no tenía claro. era por qué había llamó al buffete de abogados e intentado hablar con Hansel.
—¿Ocurre algo? —preguntó Terry enarcando una ceja hacia la pared al escuchar el grito.
—¡Nada! —respondió Candy —. Nada que sea de tu conveniencia.
—Eh, Pecas—La llamó , Ella parpadeó tres veces girandose hacia la pared, y abriendo los ojos como platos.
— Cómo me llamaste?
— Ah, bueno esque sino te has dado cuenta tienes pecas en tu naricita.
"El muy..." Candy apretó los puños. "Pero que le pasaba a ese hombre".
— Hey—, volvió a decir Terry al no escuchar respuesta —, ayer te dije de tomar una algo ¿te apetece? Ella puso su espalda recta. ¿En serio? ¿De verdad la estaba invitando a tomar algo? Después de llamarla pecas. " Esta loco" . No iba a caer en su juego, parecía que se divertía. Por un lado, Terry era guapísimo, muy atractivo, y no iba a negar que supiera comportarse tal y como había hecho con ella la noche del atraco, por otro lado, ella sabía lo que hacía en su piso, que un día estaba con una y otro día con otra. "Vamos, Candy" Se animó a sí misma, "solo una bebida…", con el chico de bonitos ojos. "Por Dios "Se recordó a sí misma, "recuerda que lo apodaste el mentiroso, pervertido, y mujeriego ..." . Cerró los ojos y negó con la cabeza.
—Ya te dije que no me gusta —contestó.
Terry fue directo a la nevera y la abrió.
Y el zumo de naranja? —preguntó esta vez. Ella no respondía—. El zumo de naranja le gusta a todo el mundo.
—Umm. Terry resopló.
—La Coca-Cola te gusta?. Tengo Coca-Cola. Candy miró desesperada a todos lados. En serio, ¿qué tenía que decirle? ¿Por qué insistía tanto? —Entonces...? —Terry insistió —, nos irá bien tomarnos algo juntos, Candy arrugó la nariz.
—Quizá en otro momento.
—¿Por? —preguntó directamente—. ¿Tienes algo que hacer hoy? .
—He quedado —mintió.
—¿Ah, sí?
—Sí. Respondió rápidamente.
—¿Con tu novio? Candy miró la pared, ¿a qué venía todo eso?
—No, ¿estás loco?. Ella extendió los brazos hacia la pared. "Pero ¿qué narices le pasa a este" susurró hacia su habitación.
— Con Richard Grandchester. — Candy abrió los ojos como platós, miró de un lado a otro, nerviosa. Se quedó con la boca abierta, sin saber cómo responder a eso.
" Me estaba escuchando " dijo con los dientes apretados " El muy..."
— ¿ Algo que decir? . O es que acaso te comieron los ratones la lengua?—. Siguió Terry sin darle tregua, y esque lo intentó, pero la curiosidad por saber que escondía Candy no lo dejaba pensar en otra cosa.— Quizá yo pueda ayudarte con eso. Candy soltó un bufido, como si Terry estuviera loco
—¿ No entiendo de que hablas? Y, es de muy mala educación escuchar conversaciones ajenas. Terry soltó una carcajada sin humor. Miró enfurruñado la pared, cruzándose de brazos. Bueno parecía que aquella mujercita no tenía vergüenza.
— ¿ Y me lo estás diciendo tú? La que escucha otro tipo de conversación. Aquello desquicio a Candy
Acaso estaba insinuando sus encuentros fuera de control con direntes chicas .
— Eres un... — Terry espero a que terminase la palabra, y al no escucharía apretó los puños. No pensaba quedarse sin explicación, quería saber que se traía aquella mujer entre manos, no importaba que fuera la mujer más bonita que hubiera mirado jamás, no importaba que no dejara de pensarla a cada momento, él quería respuestas y las tendría por las buenas , o por las malas .
Y si te dijera que yo podría darte información de Grandchester.
Continuará...