CURITAS para un corazón roto.
Buenas noches. Lamento mi demora, y una disculpa por no terminar esta historia en el periodo de fiesta florida 22. Lamentablemente me fue imposible estar en el foro rosa como el año anterior, acontecimientos personales que ocuparon de todo mi tiempo, iigualmente espero sigan la historia en mi página de fanfiction. Una disculpa por fallarles, espero el siguiente año sea diferente. Buenas noches y gracias por leerme. JillValentine.x.
CAPÍTULO 13
Terry entró por la puerta apresuradamente, deteniéndose inesperadamente cuando Candy apareció en su visión, la observó enarcando una ceja, y con su sonrisa de lado, Candy estaba empapada, las gotas de agua caían de su camisón dándole a entender que acababa de levantarse, aunque sujetaba unas flores violetas en su mano, parecían pensamientos, aunque no parecían reales sino más bien artificiales.
—¿Crees que es buen momento para la botánica? —preguntó conteniéndose de seguir con su comentario que tenia respectos a su camisón mojado, y tentador. "Mierda" susurró mientras se dirigía hacia la cocina qué era de donde venía el ruido del agua, miró el piso inundado, y se agachó frente al armario abierto, enseguida miró el cubo—. Se va a llenar —informó—. ¿Qué puedo poner para…? Candy colocó el jarrón de las flores artificiales frente frente a el.
—Es lo único que he encontrado. Terry bufo sosteniendo el jarrón en sus manos,
—Veamos —dijo sacando el cubo de fregar lleno de agua y colocó el jarrón.
— No Tardará en llenarse —gritó Candy con urgencia.
—Ya voy, ya voy —dijo Terry mientras corría y tiraba el agua en el cuarto del aseo.
—¿Es que no va a parar de salir agua? —gritó ahora más desesperada.
—Relajate —dijo Terry cambiando el jarrón por el cubo de fregar. — Toma—Se lo tendió mientras manipulaba con los dedos el interior de la tubería. Candy curiosa lo observó sin agacharse. A lo mejor era plomero, penso observándolo, estaba muy guapo, Se había mojado su camiseta de manga corta color blanco y por la parte de los hombros esta se pegaba a su piel. Estuvo a punto de arrodillarse en el suelo y comenzar a adorarlo. ¡Qué tipaso!. —Observa —dijo Terry mostrándole una goma. Candy se se obligó a desviar la mirada de su cuerpo y miró lo que le mostraba.
—Qué es eso?
—Con esta goma no se filtra el agua, pero está podrida. —Buscó en un cajón de herramientas que ella ni siquiera sabía que existía.—. No me extraña que haya fugado agua. Candy estaba observando cómo Terry iba colocándolo . Aunque no pudo evitar burlarse un poco de ella.—¿Lo has arrancado? —bromeó enseñándole el embalaje de la tubería mientras se metía un poco en el espacio.
—No, se ha salido solo. Estaba muy suelto y...
—Ya, no me extraña —pronunció haciendo fuerza. Candy se agachó un poco para observar.
—¿Ya no sale agua?
—No —contestó Terry uniendo las tuberías, y apretando el embalaje. Un momento después Terry salio del reducido espacio y quedando frente a Candy con una mirada que la puso muy pero que miy nerviosa .
—Gracias. Esto… ¿te debo algo ? Dijo lo primero que pensó, Terry abrió los ojos como platos y la miró sorprendido.
—¿En serio? —preguntó—. Que me vas a deber, esas gomas bienes con el apartamento, Dijo burlón.
—Bueno, por las molestias… —se apresuró a responder—. Has tenido que venir aquí. Te he fastidiado.
—Sí, ya ves que problema. Estás tan lejos de mi piso… —bromeó.
Bueno, por las molestias… —se apresuró a responder—. Has tenido que venir aquí. Te he fastidiado.Bueno, hay algo que… quizá sí podrías hacer…
—Claro, dime — respondió distra mientras cerraba el cajon de las herramientas.
—Qué me aceptes una cena —Sonrió sin complejos. Ella se quedó estática.
—¿Tú, yo...? ¿A cenar? —preguntó sorprendida.
—Sí,
Elisa Legan cerró la puerta de la oficina y fue hacia la silla mientras depositaba un tazón de café que se había preparado. Desde que supo que Candy sabía de la conversación con los mensajes encriptados, no dejaba de darle vueltas al asunto, y cuando había recibido aquella mañana a las ocho, el mensaje informándole de que el ordenador de Anthony parecía seguir operando, cada vez se daba más cuenta de lo que Anthony había hecho al enseñarle a Candy. Estaba claro que había intentado recuperar la información borrada, y esa persona no era Anthony, sino su esposa. Candy tenía el ordenador. Sin embargo parecia que Anthony no le había dicho que solo necesitaba un par de minutos 1 para saber su ubicación, Elisa cómo Anthony trabajaban en el departamento de Seguridad Nacional y podían acceder a todo lo que circulaba en el mundo cibernetico. Su trabajo era investigar nuevos empresarios dispuestos a agrandar fortuna, Elisa había sido leal en su trabajo. Sin embargo todo habia Cambiado el día que por casualidad conocio a Richard Grandchester , había sido un momento de esos que sorprendentemente te aparecen para cambiar tu vida, Richard se encontraba en compañía de su esposa y dos jovenes, " sus hijos", había pensado. Un chico de diez años y una niña de siete años. Pero todo empezo cuando el chico estuvo a punto de morir atragantado por una fruta. Elisa que se encontraba en el mismo restaurante, un par de mesas más allá, cuando vio lo qué sucedía con el joven no lo pensó dos veces, ni siquiera lo considero, simplemente se levantó de su silla y fue ayudar a muchacho para realizarle los primeros auxilios. Había sido todo tan rápido que ni siquiera Ella misma se había dado cuenta de lo que había hecho, hasta un rato después, cuando la conmoción paso, Richard Grandchester le había agradecido su acción, intentado recompensarla, pero ella no le dio tanta importancia, Richard Grandchester podría ser un hombre acostumbrado a conseguir lo que se propusiera. Él hombre le pidió su información y tras insistirle un poco sin llegar a perder los buenos modales, ni el decoro permitido, Elisa le dio sus datos, y para dejar claro que no era cualquier mujer, dio el parentesco con la familia Andry. Mucho tiempo después el abogado de Richard Grandchester había viajado a Washington, cuando llegó a las oficinas de Seguridad Nacional, Elisa estaba sorprendida, pero cuando Hansel le dio el mensaje de Richard, Elisa no podia creerlo.
— Richard Grandchester quiere que sea esposa de su primogénito. Había dicho Hansel.
— Me está pidiendo que me case con el primogénito de Richard? —Respondió incrédula , para Elisa aquello era una tontería, en primera: porque ella no conocía al peimogenito, pero si que recordaba a la señora Grandchester. Una mujer rechoncha demasiado baja de estatura con una nariz que le hizo pensar en un cerdo, eso fue suficiente para que Elisa tuviera una idea de como sería el rostro del primogénito. Así que rechazó el ofrecimiento al momento y sin dudarlo, pero la cosa no termino allí, Nuevamente el abogado de Richard Grandchester, llegó a las oficinas de seguridad Nacional seis meses después de la propuesta, Elisa penso que era para lo mismo, pero cuando le dijo que estaba por un asunto de mucho dinero. Tras una breve explicación Hansel le ofreció el 30% del negócio— le dijo muy formal y todo. Ella solo tenía que hacer datos fantasma con la transportación de embarcaciones y datos digitales. Hansel le dijo que lo considerará.
No— Había sido la respuesta de Elisa que no tenía nada que pensar, pero quizo darle un recuerdo a Hansel para que no volviera a molestarla nunca jamás, Elisa se lo había puesto en manos de Anthony, por que sabía que Anthony no solo lo iba a rechazar, sino que lo haría pagar por su soborno, y así el hombre saldría para siempre de su vida. Y quizá asi hubiera sucedido . Lo que Elisa ninca imagino que podría suceder, era que Neil, su hermano había escuchado toda lo conversación que había mantenidocon Hansel, y que al final fuese Neil quién terminaría haciendo negocios con Hansel, Sin embargo ella había quedado embarrada en el pastel, y aunque al principio se negó basto con una muestra de lo que le podía suceder si hablaba de más , de modo que hacia lo que fuera para seguir con vida. Elisa sacudió la cabeza para alejar sus recuerdos, y volvió al computador Aunque habia dejado de intentar entrar en los datos de Anthony consuiguiendo rastrearlo. Entró en la base de datos y buscó los informáticos adscritos de los emails realizados las últimas tres semanas. Fue tiempo despues que vio un email para Candy. No entendía cómo podía haber pasado por alto algo tan obvio. Buscó en la base de datos y lo halló todo su número de teléfono y dirección. Si algo bueno tenia de trabajar en el departamento de Seguridad Nacional, era que podía contar con una base de datos que le permitía localizar a quien quisiese. Era fácil enlazar las colecciones de todos los dispositivos, ya que los ordenadores que eran de la compañía o de los empleados que trabajaban en las oficinas de seguridad nacional contaban con un dispositivo y un número que era fácil de rastrear Ahora podía rastrear el móvil de Candy.
Se conectó a la sección del escritorio remoto y lanzó el link para introducirse en el ordenador. No sabía cuánto tiempo permanecería encendido, pero le bastarían pocos minutos para introducirse en el ordenador. " Zorra" dijo al perder la señal, aún sin apartar la mirada de la pantalla. Ese día Candy no volvio a conectarse, por lo menos tenia información que le iba a servir mucgo. Estaba haciendo algo ilegal , pero de eso dependia no ir a prisión. No sabía que era lo que Candy habia estado haciendo, pero si sabía que habia usando el IRC, el chat que se usaba para intercambiar información. O quizas si lo sabía, y eso complicaba mucho más la asociación que Neil tenía con Hansel y en el que ella estaba involucrada, Neil era tan idiota que ni siquiera podía encender un ordenador, Elisa era después de todo quien se encargaba de disfrazar las transportaciones, las cosas habían salido más o menos bien, había hecho bastante dinero. quizás era momento para renunciar, y que su hermano se jodiera. Por el momento borraría todo lo que la pudiera poner en peligro, no sabía que tanto Candy sabía hacer en un ordenador. posteriormente podría averiguar que tanta información tenía Candy hasta el momento pero ahora, le era mucho más importante conseguir su terminal.
La mañana siguiente, Elisa había estado esperado una triangulación pero al parecer aquella tonta tenía otras cosas que ocupaban su tiempo. Estaba a punto de levantarse justo cuando le llegó la señal del ordenador. Estaba encendido. Miró directamente la pantalla y notó cómo la adrenalina empezaba a recorrer su cuerpo. "¡Te tengo, maldita zorrita!", dijo mientras soltaba con celeridad su taza de café que se había hecho recientemente y ponía sus manos sobre el teclado.
Candy había salido en busca del vestuario que se pondría esa noche. Tenía una cita, iba a , salir con su vecino. Con su vecino, pensó " Es solo una cena" susurró, como pago por la ayuda con la tubería. Parte del día había estado en el portátil parte de lo que quedó de la mañana, y parte después del medio día, tenia que hacer la triangulación. Después de que obtuviese el nombre de Elisa todo era muy confuso para ella porque no era un ordenador del que se mantenía operando con los mensajes, cómo había pensado al principio, nada tenía que ver con los que aparecen en los mensajes no sabía si eso era bueno o era malo, Tenía que averiguarlo. Sin embargo ahora no tenía tiempo. Miro la hora en la pantalla del ordenador, 18:45. Había quedado en que Terry iría a buscarla sobre las ocho. A las siete comenzaba a arreglarse. Había pasado parte del día esperando escucharle mientras trataba esperaba que alguno de los tipos se pusiera en linea, pero nada. Terry su vecino era silencioso, muy silencioso. Sabía que se encontraba en el piso pues le había ayudado con la tubería. no por nada más. Fue hasta el armario y miró la ropa. Desde el día se sentía con fuerzas renovadas, como si hubiese iniciado una nueva etapa en su vida y, en parte, así era, una vida que le estaba ayudando a superar la que dejaba atrás. Anthony siempre estaría en su corazón. Pero no podía quedarse en viviendo en los recuerdos que le dejaron su partida. Sabía que Anthony no deseaba más que verla sonreír y conociéndolo ahora mismo estaría contento por ella. Se alisó el pelo a conciencia y esta vez dejo unos bucles en las puntas, dándole más volumen al cabello. Se puso maquillaje en la mejilla, ya casi ni se notaba. Seguramente, al día siguiente habría desaparecido por completo.
Cuando dieron las ocho menos cuarto se puso un vestido, y los tacones que acababa de comprar y se miró en el espejo. Aquel vestido le quedaba espectacular. Fue hasta el comedor y se dio cuenta que estaba nerviosa, muy nerviosa. La relación con Anthony había sido tranquila, hasta cierto punto pacífica. Ahora sentía una clase de euforia, de rebeldía. Como si fuera una adolescente haciendo travesuras con un chico del colegio. Sentía un cosquilleo en el estómago a la expectativa de lo que fuera a pasar, impaciencia quizás.
Resopló y apoyó la cabeza en la encimera de la cocina. No podía tener esos pensamientos con él. Sabía de qué era capaz Terry, aunque los últimos días se había contenido, conocía de sobra la forma de actuar que tenía: una vida sin control, divertirse con diferentes chicas. Ese pensamiento la hizo enfurecer ¿Cómo podía pasar de odiarlo a sentirse realmente atraída por él?.
Terry aparcó el vehículo cerca del restaurante y en menos de cinco minutos estaban sentados en una pequeña mesa situada en el centro de un enorme salón. Candy miró de un lado a otro. Conocía aquel restaurante, pero jamás había ido. La verdad es que el ambiente de los ricos jamás había sido de su agrado.
—Preparan unos platillos excelente —explicó Terry mientras cogía la carta. Candy la cogió y la observó. Estuvo leyendo, intentando decidir qué cenar, hasta que se dio cuenta de que Terry le lanzaba alguna mirada de soslayo. Aquel gesto le pareció gracioso.
—Nunca he ido a un restaurante de este tipo —admitió con una sonrisa.
Continuara...
Seguiré la historia en mi página se Fanfic. Una disculpa a mi querida Cherry, amiga te fallé en este año. Enserió mil disculpas. Espero me recibas el proximo. Un saludo. Buenas noches
Buenas noches. Lamento mi demora, y una disculpa por no terminar esta historia en el periodo de fiesta florida 22. Lamentablemente me fue imposible estar en el foro rosa como el año anterior, acontecimientos personales que ocuparon de todo mi tiempo, iigualmente espero sigan la historia en mi página de fanfiction. Una disculpa por fallarles, espero el siguiente año sea diferente. Buenas noches y gracias por leerme. JillValentine.x.
CAPÍTULO 13
Terry entró por la puerta apresuradamente, deteniéndose inesperadamente cuando Candy apareció en su visión, la observó enarcando una ceja, y con su sonrisa de lado, Candy estaba empapada, las gotas de agua caían de su camisón dándole a entender que acababa de levantarse, aunque sujetaba unas flores violetas en su mano, parecían pensamientos, aunque no parecían reales sino más bien artificiales.
—¿Crees que es buen momento para la botánica? —preguntó conteniéndose de seguir con su comentario que tenia respectos a su camisón mojado, y tentador. "Mierda" susurró mientras se dirigía hacia la cocina qué era de donde venía el ruido del agua, miró el piso inundado, y se agachó frente al armario abierto, enseguida miró el cubo—. Se va a llenar —informó—. ¿Qué puedo poner para…? Candy colocó el jarrón de las flores artificiales frente frente a el.
—Es lo único que he encontrado. Terry bufo sosteniendo el jarrón en sus manos,
—Veamos —dijo sacando el cubo de fregar lleno de agua y colocó el jarrón.
— No Tardará en llenarse —gritó Candy con urgencia.
—Ya voy, ya voy —dijo Terry mientras corría y tiraba el agua en el cuarto del aseo.
—¿Es que no va a parar de salir agua? —gritó ahora más desesperada.
—Relajate —dijo Terry cambiando el jarrón por el cubo de fregar. — Toma—Se lo tendió mientras manipulaba con los dedos el interior de la tubería. Candy curiosa lo observó sin agacharse. A lo mejor era plomero, penso observándolo, estaba muy guapo, Se había mojado su camiseta de manga corta color blanco y por la parte de los hombros esta se pegaba a su piel. Estuvo a punto de arrodillarse en el suelo y comenzar a adorarlo. ¡Qué tipaso!. —Observa —dijo Terry mostrándole una goma. Candy se se obligó a desviar la mirada de su cuerpo y miró lo que le mostraba.
—Qué es eso?
—Con esta goma no se filtra el agua, pero está podrida. —Buscó en un cajón de herramientas que ella ni siquiera sabía que existía.—. No me extraña que haya fugado agua. Candy estaba observando cómo Terry iba colocándolo . Aunque no pudo evitar burlarse un poco de ella.—¿Lo has arrancado? —bromeó enseñándole el embalaje de la tubería mientras se metía un poco en el espacio.
—No, se ha salido solo. Estaba muy suelto y...
—Ya, no me extraña —pronunció haciendo fuerza. Candy se agachó un poco para observar.
—¿Ya no sale agua?
—No —contestó Terry uniendo las tuberías, y apretando el embalaje. Un momento después Terry salio del reducido espacio y quedando frente a Candy con una mirada que la puso muy pero que miy nerviosa .
—Gracias. Esto… ¿te debo algo ? Dijo lo primero que pensó, Terry abrió los ojos como platos y la miró sorprendido.
—¿En serio? —preguntó—. Que me vas a deber, esas gomas bienes con el apartamento, Dijo burlón.
—Bueno, por las molestias… —se apresuró a responder—. Has tenido que venir aquí. Te he fastidiado.
—Sí, ya ves que problema. Estás tan lejos de mi piso… —bromeó.
Bueno, por las molestias… —se apresuró a responder—. Has tenido que venir aquí. Te he fastidiado.Bueno, hay algo que… quizá sí podrías hacer…
—Claro, dime — respondió distra mientras cerraba el cajon de las herramientas.
—Qué me aceptes una cena —Sonrió sin complejos. Ella se quedó estática.
—¿Tú, yo...? ¿A cenar? —preguntó sorprendida.
—Sí,
Elisa Legan cerró la puerta de la oficina y fue hacia la silla mientras depositaba un tazón de café que se había preparado. Desde que supo que Candy sabía de la conversación con los mensajes encriptados, no dejaba de darle vueltas al asunto, y cuando había recibido aquella mañana a las ocho, el mensaje informándole de que el ordenador de Anthony parecía seguir operando, cada vez se daba más cuenta de lo que Anthony había hecho al enseñarle a Candy. Estaba claro que había intentado recuperar la información borrada, y esa persona no era Anthony, sino su esposa. Candy tenía el ordenador. Sin embargo parecia que Anthony no le había dicho que solo necesitaba un par de minutos 1 para saber su ubicación, Elisa cómo Anthony trabajaban en el departamento de Seguridad Nacional y podían acceder a todo lo que circulaba en el mundo cibernetico. Su trabajo era investigar nuevos empresarios dispuestos a agrandar fortuna, Elisa había sido leal en su trabajo. Sin embargo todo habia Cambiado el día que por casualidad conocio a Richard Grandchester , había sido un momento de esos que sorprendentemente te aparecen para cambiar tu vida, Richard se encontraba en compañía de su esposa y dos jovenes, " sus hijos", había pensado. Un chico de diez años y una niña de siete años. Pero todo empezo cuando el chico estuvo a punto de morir atragantado por una fruta. Elisa que se encontraba en el mismo restaurante, un par de mesas más allá, cuando vio lo qué sucedía con el joven no lo pensó dos veces, ni siquiera lo considero, simplemente se levantó de su silla y fue ayudar a muchacho para realizarle los primeros auxilios. Había sido todo tan rápido que ni siquiera Ella misma se había dado cuenta de lo que había hecho, hasta un rato después, cuando la conmoción paso, Richard Grandchester le había agradecido su acción, intentado recompensarla, pero ella no le dio tanta importancia, Richard Grandchester podría ser un hombre acostumbrado a conseguir lo que se propusiera. Él hombre le pidió su información y tras insistirle un poco sin llegar a perder los buenos modales, ni el decoro permitido, Elisa le dio sus datos, y para dejar claro que no era cualquier mujer, dio el parentesco con la familia Andry. Mucho tiempo después el abogado de Richard Grandchester había viajado a Washington, cuando llegó a las oficinas de Seguridad Nacional, Elisa estaba sorprendida, pero cuando Hansel le dio el mensaje de Richard, Elisa no podia creerlo.
— Richard Grandchester quiere que sea esposa de su primogénito. Había dicho Hansel.
— Me está pidiendo que me case con el primogénito de Richard? —Respondió incrédula , para Elisa aquello era una tontería, en primera: porque ella no conocía al peimogenito, pero si que recordaba a la señora Grandchester. Una mujer rechoncha demasiado baja de estatura con una nariz que le hizo pensar en un cerdo, eso fue suficiente para que Elisa tuviera una idea de como sería el rostro del primogénito. Así que rechazó el ofrecimiento al momento y sin dudarlo, pero la cosa no termino allí, Nuevamente el abogado de Richard Grandchester, llegó a las oficinas de seguridad Nacional seis meses después de la propuesta, Elisa penso que era para lo mismo, pero cuando le dijo que estaba por un asunto de mucho dinero. Tras una breve explicación Hansel le ofreció el 30% del negócio— le dijo muy formal y todo. Ella solo tenía que hacer datos fantasma con la transportación de embarcaciones y datos digitales. Hansel le dijo que lo considerará.
No— Había sido la respuesta de Elisa que no tenía nada que pensar, pero quizo darle un recuerdo a Hansel para que no volviera a molestarla nunca jamás, Elisa se lo había puesto en manos de Anthony, por que sabía que Anthony no solo lo iba a rechazar, sino que lo haría pagar por su soborno, y así el hombre saldría para siempre de su vida. Y quizá asi hubiera sucedido . Lo que Elisa ninca imagino que podría suceder, era que Neil, su hermano había escuchado toda lo conversación que había mantenidocon Hansel, y que al final fuese Neil quién terminaría haciendo negocios con Hansel, Sin embargo ella había quedado embarrada en el pastel, y aunque al principio se negó basto con una muestra de lo que le podía suceder si hablaba de más , de modo que hacia lo que fuera para seguir con vida. Elisa sacudió la cabeza para alejar sus recuerdos, y volvió al computador Aunque habia dejado de intentar entrar en los datos de Anthony consuiguiendo rastrearlo. Entró en la base de datos y buscó los informáticos adscritos de los emails realizados las últimas tres semanas. Fue tiempo despues que vio un email para Candy. No entendía cómo podía haber pasado por alto algo tan obvio. Buscó en la base de datos y lo halló todo su número de teléfono y dirección. Si algo bueno tenia de trabajar en el departamento de Seguridad Nacional, era que podía contar con una base de datos que le permitía localizar a quien quisiese. Era fácil enlazar las colecciones de todos los dispositivos, ya que los ordenadores que eran de la compañía o de los empleados que trabajaban en las oficinas de seguridad nacional contaban con un dispositivo y un número que era fácil de rastrear Ahora podía rastrear el móvil de Candy.
Se conectó a la sección del escritorio remoto y lanzó el link para introducirse en el ordenador. No sabía cuánto tiempo permanecería encendido, pero le bastarían pocos minutos para introducirse en el ordenador. " Zorra" dijo al perder la señal, aún sin apartar la mirada de la pantalla. Ese día Candy no volvio a conectarse, por lo menos tenia información que le iba a servir mucgo. Estaba haciendo algo ilegal , pero de eso dependia no ir a prisión. No sabía que era lo que Candy habia estado haciendo, pero si sabía que habia usando el IRC, el chat que se usaba para intercambiar información. O quizas si lo sabía, y eso complicaba mucho más la asociación que Neil tenía con Hansel y en el que ella estaba involucrada, Neil era tan idiota que ni siquiera podía encender un ordenador, Elisa era después de todo quien se encargaba de disfrazar las transportaciones, las cosas habían salido más o menos bien, había hecho bastante dinero. quizás era momento para renunciar, y que su hermano se jodiera. Por el momento borraría todo lo que la pudiera poner en peligro, no sabía que tanto Candy sabía hacer en un ordenador. posteriormente podría averiguar que tanta información tenía Candy hasta el momento pero ahora, le era mucho más importante conseguir su terminal.
La mañana siguiente, Elisa había estado esperado una triangulación pero al parecer aquella tonta tenía otras cosas que ocupaban su tiempo. Estaba a punto de levantarse justo cuando le llegó la señal del ordenador. Estaba encendido. Miró directamente la pantalla y notó cómo la adrenalina empezaba a recorrer su cuerpo. "¡Te tengo, maldita zorrita!", dijo mientras soltaba con celeridad su taza de café que se había hecho recientemente y ponía sus manos sobre el teclado.
Candy había salido en busca del vestuario que se pondría esa noche. Tenía una cita, iba a , salir con su vecino. Con su vecino, pensó " Es solo una cena" susurró, como pago por la ayuda con la tubería. Parte del día había estado en el portátil parte de lo que quedó de la mañana, y parte después del medio día, tenia que hacer la triangulación. Después de que obtuviese el nombre de Elisa todo era muy confuso para ella porque no era un ordenador del que se mantenía operando con los mensajes, cómo había pensado al principio, nada tenía que ver con los que aparecen en los mensajes no sabía si eso era bueno o era malo, Tenía que averiguarlo. Sin embargo ahora no tenía tiempo. Miro la hora en la pantalla del ordenador, 18:45. Había quedado en que Terry iría a buscarla sobre las ocho. A las siete comenzaba a arreglarse. Había pasado parte del día esperando escucharle mientras trataba esperaba que alguno de los tipos se pusiera en linea, pero nada. Terry su vecino era silencioso, muy silencioso. Sabía que se encontraba en el piso pues le había ayudado con la tubería. no por nada más. Fue hasta el armario y miró la ropa. Desde el día se sentía con fuerzas renovadas, como si hubiese iniciado una nueva etapa en su vida y, en parte, así era, una vida que le estaba ayudando a superar la que dejaba atrás. Anthony siempre estaría en su corazón. Pero no podía quedarse en viviendo en los recuerdos que le dejaron su partida. Sabía que Anthony no deseaba más que verla sonreír y conociéndolo ahora mismo estaría contento por ella. Se alisó el pelo a conciencia y esta vez dejo unos bucles en las puntas, dándole más volumen al cabello. Se puso maquillaje en la mejilla, ya casi ni se notaba. Seguramente, al día siguiente habría desaparecido por completo.
Cuando dieron las ocho menos cuarto se puso un vestido, y los tacones que acababa de comprar y se miró en el espejo. Aquel vestido le quedaba espectacular. Fue hasta el comedor y se dio cuenta que estaba nerviosa, muy nerviosa. La relación con Anthony había sido tranquila, hasta cierto punto pacífica. Ahora sentía una clase de euforia, de rebeldía. Como si fuera una adolescente haciendo travesuras con un chico del colegio. Sentía un cosquilleo en el estómago a la expectativa de lo que fuera a pasar, impaciencia quizás.
Resopló y apoyó la cabeza en la encimera de la cocina. No podía tener esos pensamientos con él. Sabía de qué era capaz Terry, aunque los últimos días se había contenido, conocía de sobra la forma de actuar que tenía: una vida sin control, divertirse con diferentes chicas. Ese pensamiento la hizo enfurecer ¿Cómo podía pasar de odiarlo a sentirse realmente atraída por él?.
Terry aparcó el vehículo cerca del restaurante y en menos de cinco minutos estaban sentados en una pequeña mesa situada en el centro de un enorme salón. Candy miró de un lado a otro. Conocía aquel restaurante, pero jamás había ido. La verdad es que el ambiente de los ricos jamás había sido de su agrado.
—Preparan unos platillos excelente —explicó Terry mientras cogía la carta. Candy la cogió y la observó. Estuvo leyendo, intentando decidir qué cenar, hasta que se dio cuenta de que Terry le lanzaba alguna mirada de soslayo. Aquel gesto le pareció gracioso.
—Nunca he ido a un restaurante de este tipo —admitió con una sonrisa.
Continuara...
Seguiré la historia en mi página se Fanfic. Una disculpa a mi querida Cherry, amiga te fallé en este año. Enserió mil disculpas. Espero me recibas el proximo. Un saludo. Buenas noches