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LAS ESTRELLAS DE BROADWAY ESTAN LANZÁNDOLE A FIESTA FLORIDA CON TODO.
CURITAS para un corazón roto.
CAPÍTULO 7.
Terry miró con furia hacia la pared. Estaba claro que no iba a poder convencer a su ligue de esa noche. Y todo gracias a la vecina. Aquello era de locos.
—¿Supongo que estás contenta?. —Terry gritó mirando enfurruñado hacia la pared, Candy que había estado frente a la pared y por ello escuchando todo respondió airada.
—¡Sí! —gritó—. He tenido un día difícil y necesito descansar. ¿Entiendes? Se cruzó de brazos
—Oh, si… ¿tú has tenido un día difícil? —ironizó Terry—. ¿Y el resto no?
—Desde luego que tú no—. Respondió molesta por su osadía, ¿ Acaso no pensaba disculparse? Aquello más que molestarla la hizo enfurecer. Debería tener la decencia de pedirle disculpas por su comportamiento y sus encuentros fuera de control, y respondió furiosa.
—Así que haz el favor de respetar un poco más el descanso del resto. Las personas del edificio no tiene porqué enterarse de tus escarceos amorosos o de si te gusta la canción de “Alejandro Saenz ”, si tanto que te gusta cantar. Terry arqueó una ceja y se pasó la manos por la cara.
—No tenía ni idea de habían alquilado el piso. Igualmente, yo estoy en mi piso y tengo derecho a hacer lo que me plazca —contraatacó.
—Oh... Si… claro —dijo ella con aspavientos moviendo las manos—, pues entonces yo también podré hacer lo que me plazca en el mío —acabó gritando. Terry apreto los puños. Aquello era de locos, estaba hablando con una desconocida a través de la pared de su piso y, además, de su vida privada.
—Pues haz lo que quieras —Dijo frente a la pared. — Pero si tienes algún problema, al menos ten la decencia de venir y decírmelo en mi cara. Aquello hizo que Candy se quedara sin palabras y abriendo los ojos como platos. "Ups" susurró. En ese momento se sentó, pensativa. Quizá debería haberse controlado un poco más y no ponerse a gritarle al vecino como una desquiciada. Estaba claro que no estaba avergonzado, sino más bien molesto, algo con lo que ella no contaba. Se removió inquieta y quitó la sábana de la cama.
Terry enarcó una ceja, se cruzó de brazos y miró la pared con atención. ¿Había escuchado la conversación que había tenido con sus amigos el otro día? Resopló.
—¿Has estado escuchando todas mis conversaciones? ¿Tan aburrida estás? Siguió Terry. parecía que le habían dado cuerda.
—No me aburro. Ya te lo dije, las paredes son muy finas. Tenlo en cuenta para las semanas sucesivas —gritó. Terry se pasó la mano por el cabello, removiéndoselo, y contraatacó.
—Pues yo creo que un poco aburrida sí estás… —dijo colocando las manos en su nuca, y miró la pared con odio—, ni siquiera sabía que estabas ahí.
—Eso es porque voy con cuidado para no molestar a los vecinos —gruñó ella.
—Hoy no has ido con mucho cuidado que digamos —Le espetó. Aquello ya era el colmo. ¿Estaba molesto por cortar su encuentro sin control? Vergüenza es lo que debería tener. Entendía que se pudiese sentir cohibido, pero no que le reprochase que le hubiese interrumpido cuando eran más de la tres de la madrugada y su amiga, no dejaba de gritar como una desquiciada.
—Mira… —comentó gritando en la habitación para que escuchase mejor su voz—, a mí me parece bien que te tires a medio continente —Terry se rio con una carcajada—, pero yo no tengo porqué aguantar los gritos de ellas y los jueguitos donde se te lanzan cómo luchadoras, que, por cierto… que sepas que fingen. La carcajada paró de repente. Bien, aquello no le había hecho tanta gracia.
—Te aseguro que lo que escuchaste no era fingido. Cuando quieras puedo hacer una demostración.
¿ Le estaba hablando de sexo? ¡Santo cielo, esto debía ser una pesadilla! A Candy los dientes le rechinaron.
— ¡Ve a dormir! ¡Ahora! —ordenó intentando parecer segura.
—¿Porque la señorita lo manda? —preguntó con fastidiado.
—Porque es más de la tres se la madrugada, así que… ya que me has fastidiado las últimas siete noches, ¡al menos déjame descansar esta! Terry resopló y camino por su piso con los puños apretados. No solo se había quedado totalmente estupefacto. Su nueva vecina tenía carácter , sino que además se había quedado insatisfecho por su culpa. "maldita loca. volvió a susurrar marchándose hacia su habitación, y dando un portazo.
Candy supo que él había abandonado el espacio Se sintió incomoda en la cama y suspiró. "Por Dios, que hice" Tendría qur controlarse. Sabía que tenía que estallar en cualquier momento, pero estaba claro que aquel no había sido para nada la mejor manera de descargar sus sentimientos, encima había alquilado ese piso por seis meses. ¿Cómo iba a seguir allí sin cruzarse con él? Soltó un gemido sobre la cama mientras se pasaba las manos por la cara, visiblemente agobiada. Aquel arrebato suyo, aunque justificado, no había hecho más que complicar las cosas que ya estaban bastante complicadas. " Ahhhh ".
Terry se levantó temprano al día siguiente, después de darse una ducha y vestirse miró todavía enfurruñado hacia la pared, quizo vengarse por lo ocurrido con su nueva, gruñona, vecina, pero agitó una mano en dirección hacia la pared. y cogio sud llaves. Durante la noche anterior y a pesar de su fracaso de una noche relajante, no había dejado de pensar en Candy. Aquello lo desconcertó. Lo mejor era olvidarse de ella, dejarlo pasar, era una simple chica bonita que él había ayudado de ser una víctima de abuso y nada más. Sí , eso era lo mejor. Sin embargo lo que estaba haciéndo en ese momento contradecía lo mejor. Había pedido a los paramedicos que fueran al hospital de Richard por que allí tendría los datos de ella . Sin embargo cuando llego al hospital se dio con algo que no imaginó posible. No había ningún informe de Candy, Nadie había entrado la noche anterior con la descripcion que él había proporcionado. Lo cual significaba que los paramedicos no hicieron lo que pidió, o ella no había querido que la llevaran a un hospital. Y podia asegurar que esto último era lo que había sucedido. Esa chica escondía algo o ella se escondía de algúien. Pero como podría averiguarlo sin ningún dato concreto de ella. "Candy", susurró
Candy se levantó perezosa y directo al privado. "Por Dios" . Tenía un moretón del tamaño de una cebolla en la mejilla. Se habi negado a ser llevada a un hospital, la noche anterior, tras la discusión con su vecino a través de la pared, había olvidado ponerse hielo como le habían aconsejado el enfermero de la ambulancia, y ahora debía ir a juicio y encima, no había podido pegar ojo en toda la noche. Salió del aseo y cogió el bolso. Su misión ahora era salir del edificio sin que su vecino la viese.
"Maldita tú imprudencia, Candy" . Se dijo a sí misma. Eran las nueve cuando se asomó a la mirilla. Aquella última hora había escuchado con atención y no se oía nada, así que seguramente estaría en el piso, pues no lo había escuchado salir de él. Al parecer sí podía ser silencioso, lo cual la estaba poniendo más nerviosa . "Vamos Candy" dijo poniéndose las gafas de sol "ve directo a las escaleras" Abrió la puerta con sigilo y salió muy despacio. Cerró intentando hacer el menor ruido posible y echó la llave. Fue de puntillas hasta las escaleras y, aunque los primeros escalones los bajó poco a poco, luego aceleró el paso. "Cada vez estas peor" Solo respiró tranquila cuando salió del edificio. Sus pensamientos habían estado jugando con ella, por que no había dejado de pensar en el chico que le había ayudado la noche anterior y en sus palabras antes de marcharse, "está loco" porque no pensaba verlo jamás, pero aún así sus palabras no dejaban de dar vueltas en su cabeza. " Nos vemos pronto" "Esta loco" volvió a susurrar
Continuara...
CURITAS para un corazón roto.
CAPÍTULO 7.
Terry miró con furia hacia la pared. Estaba claro que no iba a poder convencer a su ligue de esa noche. Y todo gracias a la vecina. Aquello era de locos.
—¿Supongo que estás contenta?. —Terry gritó mirando enfurruñado hacia la pared, Candy que había estado frente a la pared y por ello escuchando todo respondió airada.
—¡Sí! —gritó—. He tenido un día difícil y necesito descansar. ¿Entiendes? Se cruzó de brazos
—Oh, si… ¿tú has tenido un día difícil? —ironizó Terry—. ¿Y el resto no?
—Desde luego que tú no—. Respondió molesta por su osadía, ¿ Acaso no pensaba disculparse? Aquello más que molestarla la hizo enfurecer. Debería tener la decencia de pedirle disculpas por su comportamiento y sus encuentros fuera de control, y respondió furiosa.
—Así que haz el favor de respetar un poco más el descanso del resto. Las personas del edificio no tiene porqué enterarse de tus escarceos amorosos o de si te gusta la canción de “Alejandro Saenz ”, si tanto que te gusta cantar. Terry arqueó una ceja y se pasó la manos por la cara.
—No tenía ni idea de habían alquilado el piso. Igualmente, yo estoy en mi piso y tengo derecho a hacer lo que me plazca —contraatacó.
—Oh... Si… claro —dijo ella con aspavientos moviendo las manos—, pues entonces yo también podré hacer lo que me plazca en el mío —acabó gritando. Terry apreto los puños. Aquello era de locos, estaba hablando con una desconocida a través de la pared de su piso y, además, de su vida privada.
—Pues haz lo que quieras —Dijo frente a la pared. — Pero si tienes algún problema, al menos ten la decencia de venir y decírmelo en mi cara. Aquello hizo que Candy se quedara sin palabras y abriendo los ojos como platos. "Ups" susurró. En ese momento se sentó, pensativa. Quizá debería haberse controlado un poco más y no ponerse a gritarle al vecino como una desquiciada. Estaba claro que no estaba avergonzado, sino más bien molesto, algo con lo que ella no contaba. Se removió inquieta y quitó la sábana de la cama.
Terry enarcó una ceja, se cruzó de brazos y miró la pared con atención. ¿Había escuchado la conversación que había tenido con sus amigos el otro día? Resopló.
—¿Has estado escuchando todas mis conversaciones? ¿Tan aburrida estás? Siguió Terry. parecía que le habían dado cuerda.
—No me aburro. Ya te lo dije, las paredes son muy finas. Tenlo en cuenta para las semanas sucesivas —gritó. Terry se pasó la mano por el cabello, removiéndoselo, y contraatacó.
—Pues yo creo que un poco aburrida sí estás… —dijo colocando las manos en su nuca, y miró la pared con odio—, ni siquiera sabía que estabas ahí.
—Eso es porque voy con cuidado para no molestar a los vecinos —gruñó ella.
—Hoy no has ido con mucho cuidado que digamos —Le espetó. Aquello ya era el colmo. ¿Estaba molesto por cortar su encuentro sin control? Vergüenza es lo que debería tener. Entendía que se pudiese sentir cohibido, pero no que le reprochase que le hubiese interrumpido cuando eran más de la tres de la madrugada y su amiga, no dejaba de gritar como una desquiciada.
—Mira… —comentó gritando en la habitación para que escuchase mejor su voz—, a mí me parece bien que te tires a medio continente —Terry se rio con una carcajada—, pero yo no tengo porqué aguantar los gritos de ellas y los jueguitos donde se te lanzan cómo luchadoras, que, por cierto… que sepas que fingen. La carcajada paró de repente. Bien, aquello no le había hecho tanta gracia.
—Te aseguro que lo que escuchaste no era fingido. Cuando quieras puedo hacer una demostración.
¿ Le estaba hablando de sexo? ¡Santo cielo, esto debía ser una pesadilla! A Candy los dientes le rechinaron.
— ¡Ve a dormir! ¡Ahora! —ordenó intentando parecer segura.
—¿Porque la señorita lo manda? —preguntó con fastidiado.
—Porque es más de la tres se la madrugada, así que… ya que me has fastidiado las últimas siete noches, ¡al menos déjame descansar esta! Terry resopló y camino por su piso con los puños apretados. No solo se había quedado totalmente estupefacto. Su nueva vecina tenía carácter , sino que además se había quedado insatisfecho por su culpa. "maldita loca. volvió a susurrar marchándose hacia su habitación, y dando un portazo.
Candy supo que él había abandonado el espacio Se sintió incomoda en la cama y suspiró. "Por Dios, que hice" Tendría qur controlarse. Sabía que tenía que estallar en cualquier momento, pero estaba claro que aquel no había sido para nada la mejor manera de descargar sus sentimientos, encima había alquilado ese piso por seis meses. ¿Cómo iba a seguir allí sin cruzarse con él? Soltó un gemido sobre la cama mientras se pasaba las manos por la cara, visiblemente agobiada. Aquel arrebato suyo, aunque justificado, no había hecho más que complicar las cosas que ya estaban bastante complicadas. " Ahhhh ".
Terry se levantó temprano al día siguiente, después de darse una ducha y vestirse miró todavía enfurruñado hacia la pared, quizo vengarse por lo ocurrido con su nueva, gruñona, vecina, pero agitó una mano en dirección hacia la pared. y cogio sud llaves. Durante la noche anterior y a pesar de su fracaso de una noche relajante, no había dejado de pensar en Candy. Aquello lo desconcertó. Lo mejor era olvidarse de ella, dejarlo pasar, era una simple chica bonita que él había ayudado de ser una víctima de abuso y nada más. Sí , eso era lo mejor. Sin embargo lo que estaba haciéndo en ese momento contradecía lo mejor. Había pedido a los paramedicos que fueran al hospital de Richard por que allí tendría los datos de ella . Sin embargo cuando llego al hospital se dio con algo que no imaginó posible. No había ningún informe de Candy, Nadie había entrado la noche anterior con la descripcion que él había proporcionado. Lo cual significaba que los paramedicos no hicieron lo que pidió, o ella no había querido que la llevaran a un hospital. Y podia asegurar que esto último era lo que había sucedido. Esa chica escondía algo o ella se escondía de algúien. Pero como podría averiguarlo sin ningún dato concreto de ella. "Candy", susurró
Candy se levantó perezosa y directo al privado. "Por Dios" . Tenía un moretón del tamaño de una cebolla en la mejilla. Se habi negado a ser llevada a un hospital, la noche anterior, tras la discusión con su vecino a través de la pared, había olvidado ponerse hielo como le habían aconsejado el enfermero de la ambulancia, y ahora debía ir a juicio y encima, no había podido pegar ojo en toda la noche. Salió del aseo y cogió el bolso. Su misión ahora era salir del edificio sin que su vecino la viese.
"Maldita tú imprudencia, Candy" . Se dijo a sí misma. Eran las nueve cuando se asomó a la mirilla. Aquella última hora había escuchado con atención y no se oía nada, así que seguramente estaría en el piso, pues no lo había escuchado salir de él. Al parecer sí podía ser silencioso, lo cual la estaba poniendo más nerviosa . "Vamos Candy" dijo poniéndose las gafas de sol "ve directo a las escaleras" Abrió la puerta con sigilo y salió muy despacio. Cerró intentando hacer el menor ruido posible y echó la llave. Fue de puntillas hasta las escaleras y, aunque los primeros escalones los bajó poco a poco, luego aceleró el paso. "Cada vez estas peor" Solo respiró tranquila cuando salió del edificio. Sus pensamientos habían estado jugando con ella, por que no había dejado de pensar en el chico que le había ayudado la noche anterior y en sus palabras antes de marcharse, "está loco" porque no pensaba verlo jamás, pero aún así sus palabras no dejaban de dar vueltas en su cabeza. " Nos vemos pronto" "Esta loco" volvió a susurrar
Continuara...
