LAS ESTRELLAS DE BROADWAY LO DAN TODO EN FIESTA FLORIDA .
CURITAS para un corazón roto.
CAPÍTULO 4.
"Qué es esto...", dijo mientras se removía en la cama—. ¿Alejandro Saenz En mi habitación? —murmuró adormilada.. "mmmm" Candy abrio los ojos y miró de un lado a otro desorientada. Tardo medio minuto en recordar lo ocurrido. De acuerdo. Ocho dias sin Anthony, mensajes encriptados , correr de su apartamento porqué una bola de mafiosos querían matarla, tomar un avión e ir en busca de Richard Grandchester sin resultados. "Ah", cogió la almohada, y la colocó encima de cu cabeza tratando de esquivar el ruido.
Quién llenara de primaveras este enero. Y bajara la luna para qué juguemos. Dime si tu te vas, dimecariño mío. ¿Quién me va curar este corazón partido..?
Candy escucho una voz masculina cantando. Abrió los ojos como platos al escuchar que aquella no era la voz del famoso cantante. Lo que le faltaba. Suspiro armandose de paciencia mientras su vecino entonaba la canción. Se pasó la mano por la cara agobiada. Estuvo tentada de dar unos golpes en la pared para que guardará silencio.El vecino no solo era un pervertido, que hacía gritar a las chicas, sino que se creía cantante.
—¡Agggg...! resopló, Jamás había tenido que ser levantada de una manera tan escandalosamente como aquella. "Un poco de paz " gimio, mientras se incorporaba. Sin duda su vecino no era cantante. "Dios mío por favor" imploro, "has qué callase", la canción se detuvo. Candy se quedó tiesa, se giro levemente hacia atrás observando la pared de su habitación. " De verdad", "gracias" , susurro alzando los brazos al techo. Aunque los bajo cuando escucho una voz femenina.
— ¿Espero tu llamada?— Escuchó que decía la voz femenina. Seguramente la chica que estuvo gritando toda la noche. ¿No era su novia?
—Ah... Pues... — contestó la voz masculina, aunque no parecía muy seguro de que respuesta decir. — Tengo que ir a trabajar y se hace tarde, pero ya te llamaré. Candy levanto una ceja hacia arriba sin apartar la mirada de la pared. "Si, seguro que sí" —ironizó en un susurro pues el tono del pervertido decía que no iba a llamarla "Menudo pervertido, y además mentiroso" pensó mientras volvía la mirada al frente y se tumbaba en el sofa. Iba a cerrar los ojos para relajarse.
— Hasta la próxima , Verónica —escucho que decía su vecino.
"Verónica " Y que paso con ¿Karen?. Escuchando oyó como se abría la puerta, no lo pensó simplemente se levantó y corrió para mirar por el lente de la puerta. Tenía curiosidad de conocer al vecino cantante, pervertido, y mentiroso. Pero solo vio la puerta cuando se cerraba, suspiro, no debería perder el tiempo. Lo que tenía que hacer era encontrar a Richard grandchester y aclarar lo antes posible la muerte de su esposo, solo así podría recuperar la normalidad y tranquilidad en su vida.
El día anterior no había tenido buenos resultados.
Cuándo se dirigió frente al ordenador, introdujo la contraseña y comenzó teclado intentando averiguar la forma de contactar a Richard Grandchester . Sería mucho pedir Si pudiera encontrar la dirección.
Se paso todo el dia en el ordenador. La búsqueda en los informes, no le dio lo que esperaba, solo tenía resultados de un Duque, pero ese seguro no era quién ella buscaba, iria con calma, por ahora no corria el riesgo de que la estuvieran buscando. Había tenido que comprar un nuevo ordenador, no podía arriesgarse si usaba el de Anthony o podrían dar con su ubicación, así pues trabajo con el disco duro del ordenador de Anthony, y lo introdujo en su nuevo ordenador. También había tenido que comprarse un nuevo móvil, la única persona que tenía su número era Annie. Cuando el disco duro se instaló abrio archivos. Cuatro horas después no dejaba de darle vueltas al asunto. Al parecer aquellos tipos parecían seguir en comunicación, cada vez se daba más cuenta de la corrupción que parecía haber. Ya no era solo en el Departamento de Seguridad Nacional. Estaba claro que habían intentado borrar información desde otros ordenadores . Cogió el informe de Anthony y volvió a leer las líneas que él había realizado, donde dejaba escrito lo que había descubierto junto con los mensajes encriptados. Iba a escribir notas de lo que ella había averiguado hasta el momento, Miró el reloj. Las siete y media de la tarde. De pronto se quedó de piedra y sin hacer ningún ruido. Sólo escuchando. Su vecino el pervertido acababa de llegar a su piso, definitivamente aquellas paredes eran de tela Volvió a mirar su móvil. 19:35.
—De acuerdo, mañana en mi piso, sin problema.— Escucho que decia su vecino. No escucho la contestación así que seguramente estaba hablando por el móvil. Miró la pared intentando analizar la ubicación de la voz. Camino al dormitorio donde la voz del pervertido se podía oír mejor.
—Hasta mañana —comentó otra vez la voz masculina. No hubo más palabras y escuchó de nuevo los pasos. Así que había quedado para el día siguiente… Quizás fuese con la chica de aquella mañana. “¿Y qué te importa?”, sé respondió a sí misma. Estaba demasiado desesperada, o aburrida. Necesitaba de alguna forma encontrar a Richard Grandchester. Observó el ordenador debatiéndose entre seguir buscando informacion de los traficantes, o pistas, de Richard Grandchester, o seguír escuchando a su vecino, pero finalmente, le dio la espalda a la habitación. Volvio al ordenador. No, lo que menos necesitaba en aquel momento era desviarse de su propósito. Aunque Richard fuese como buscar una aguja en un pajar. La música volvió a invadir el apartamento de su vecino, y por lo tanto, el de ella. "¿Pero este qué piensa?" dijo comenzando a impacientarse. Como iba a concentrarse con el ruido de la música. " ¿Qué he hecho?". Dijo alzando los brazos hacia el techo.. Una hora después enfadada sin apartar la mirada de la pared y dando golpes con las uñas enfurruñada sobre la mesa, escuchó que la puerta del vecino se abría, enseguida una risa femenina inundaba todo el lugar. Pues la música se había detenido. Candy se quedó quieta."¿No sería capaz, otra vez?" "¿verdad?". Camino hacia la pared de la habitación. "¿La misma de anoche?" preguntó mientras escuchaba cómo su vecino cerraba la puerta.
—Estás…. estás hecha un bombom—escuchó la voz de su vecino, aunque sus palabras eran amortiguadas seguramente por los labios de la chica que había llegado. "¿Karen, o Verónica?"Escuchó un susurró femenino, como si hiciese una broma y a continuación la risa tonta de su vecino le confirmó que así era.
—Huy.. huy… tranquila —dijo su vecino mientras escuchaba pasos alocados por el piso. Seguramente se había quitado las zapatillas lanzandolas contra la pared porque se escucharon un par de golpes secos. Candy parpadeó asombrada.
—Ten cuidado— se quejó su vecino — quieres sacarme un ojo—dijo la voz de su vecino. Sí, estaba claro que aquella chica se estaba comportando como una loca arrojándo sus prendas. "Pero ¿qué era aquello?".
—Voy por ti bombon —escuchó que gritaba la chica. Al momento se escucharon sus pasos rápidos. Poco después un golpe más fuerte se escuchó en su dormitorio.
—¡Ahhhh! —Se quejó su vecino, Estaba claro que la chica le había saltado encima " La muy loca".
—¿Es que quieres que nos matemos? —preguntó su vecino, Candy enarcó una ceja. Esto no podía estar pasándole. Ella llevaba dos semanas sin su marido, sin una caricia, ni un beso y su vecino, en cuatro días, era la tercera vez que tenía encuentros locos y sin control con diferentes chicas. "¿Por qué unos mucho y otros nada?". Candy sollozó.
—¡Así, más, más!—gimió con gritos la chica.
—Cuidado , Sandra. Se puede romper la silla —Se quejó su vecino. Candy resopló. "¿Sandra? "¡No podía tener una solamente!? Se quejó Pero, ¿qué tenía ese hombre? Debía de ser muy atractivo pues las chicas le hacían cola. Al momento los gemidos comenzaron a invadir la estancia. "¿Este es un capullo? Dijo enfurruñada. Fue hasta la habitación y cerró la puerta, aunque con mucho cuidado de no hacer ningún ruido. Si iba a ser así cada día, entre sus encuentros fuera de control, la música, él creyéndose cantante, la llamadas en su movil. No iba a poder concentrarse. Aquello era de todo menos tranquilo. Se dirigió al aseo, y se observó en el espejo. Su pelo estaba totalmente despeinado. paso un cepillo y se lo agarro con una cinta elástica. Se vistió sin prestar atención a los gritos y golpes que se escuchaban del otro lado de la pared "¿Por qué no cubría la boca?"
—¡Oh… sí, más.… Terry!, Candy se detuvo quedándose tiesa. "¿Aquel era el nombre del pervertido?"¿Terry?. Hasta el nombre le quedaba. Sería estrella de porno. Los golpes, lejos de cesar, cada vez eran más insoportables. "Por Dios…" , susurró desesperada, "necesito… necesito salir de aquí". No lo dudo y salió del piso dando un portazo. Se contuvo de golpear la pared para que se callase. Necesitaba desahogarse de toda su rabieta de alguna forma y la puerta era lo único qué se le ocurrió. De pronto los gemidos se silenciaron y a continuación pasos se escucharon avanzando a ella.
"Oh.. oh. "Qué hice " Candy corrio a la primera maseta y se agachó acurrucada entre la pared. Tenía que controlarse. Escuchó como se abria la puerta del vecino. "Por favor no mires para acá", ni siquiera se movió, y se dio cuenta que había contenido la respiración hasta que pudo soltar el aire. Volvió a cerrar los ojos cargándose de paciencia. Ella solo quería calma. Si hubiese querido estar escuchando música o encuentros furtivos se hubiese alquilado un piso al lado de un night club. Ahora que lo pensaba el piso había estado vacío hasta que ella llegó, quizá su pervertido vecino no supiese que había inquilinos nuevo. De cualquier forma, ¿qué comportamiento era ese?. Sea como fuese. Ahora estaba metida en un bochorno con su vecino. "Hay Dios" pensó y gimió cuando escuchó que la puerta se cerraba. Candy se llevó la mano al corazón intentando recuperar el aliento. "Seras cabezota" , pronunció mientras bajaba los escalones, esta vez más lenta. Salió del portal a la calle y el frio la recibió, Decidió separarse del edificio y cruzar la calle. No quería arriesgarse a que el pervertido cantante la viera por la ventana, aunque estaba muy entretenido con Sandra. Bufo, "él muy..." Necesitaba caminar, pues ahora mismo se encontraba muy nerviosa. No era justo que ella estuviese pasando por una pérdida, que llevase sin una caricia dos semanas, que estuviera viuda sin haber disfrutado de su matrimonio y acabar justo al lado de un tonto sin control, y que no paraba de tener encuentros locos, con chicas diferentes, tanto que hacía gritar a las chicas de forma exagerada. "Están fingiendo", comentó malhumorada mientras aceleraba sus pasos para calmarse.
Habia pasado todo el día fuera, otro día de busqueda sin ningún resultado. La noche había transcurrido tranquila y a la una de la madrugada ya estaba en el piso. Subio por las escaleras hasta su piso caminando de puntillas. Cuanto cerró la puerta en el edificio donde tenía el alquiler. No había querido tomar el ascensor para que su vecino, Terry no escuchase ruido y había abierto su puerta llentamente y caminando con sigilo. Le había costado conciliar el sueño, quizá por los nervios de aquella tarde. Estaba claro que debía tomarse aquello con calma.
La mañana despertó tranquila. Se levantó y encendió el ordenador. Esta vez hizo un recovered al disco duró para obtener la información que fue borrada, tal vez encontrará algo que le sirviera.
Al día siguiente tenía muchísimo material que investigar, no solo seguir analizando todos los emails y documentos que había conseguido en un principio, todo lo que ahora sabía era gracias a todo lo que Anthony le había enseñado, así podría conseguir todos los movimentos que hacían atraves de las mensajes encriptados, podría extraer una triangulación suficiente para delimitar la búsqueda de dónde se encontraba ubicada la terminal y por lo tanto, la base desde donde operaban esos mafiosos. Suspiró y se puso manos a la obra. Necesitaba hacer la triangulación para saber las coordenadas de dónde estaba la terminal, además, podía comenzar a investigar a todos los Archivos que tenía en la carpeta de files. Estaba ensimismada en la pantalla cuando escuchó a su vecino. "Y a ti que más te da. Estás fatal" se dijo.
Había aplicado un recovery, por lo tanto había logrado recuperar los elementos perdidos o borrados. Contempló el documento donde llevaba los datos de interés.
Estaba bastante cansada, y aún le quedaban mucho por leer. pero antes de que fuera muy tarde. Se puso el pijama y se metió en la cama mientras observaba el móvil. Había abierto su cuentay extraído las fotografías antes de cerrar esa cuentadefinitivamente. Miró la fotografia de Anthony y ella sonriendo. Suspiró, y depositó el móvil en la mesilla mientras apagaba la luz. "Buenas noches mi querido Anthony ".
continuará.
CURITAS para un corazón roto.
CAPÍTULO 4.
"Qué es esto...", dijo mientras se removía en la cama—. ¿Alejandro Saenz En mi habitación? —murmuró adormilada.. "mmmm" Candy abrio los ojos y miró de un lado a otro desorientada. Tardo medio minuto en recordar lo ocurrido. De acuerdo. Ocho dias sin Anthony, mensajes encriptados , correr de su apartamento porqué una bola de mafiosos querían matarla, tomar un avión e ir en busca de Richard Grandchester sin resultados. "Ah", cogió la almohada, y la colocó encima de cu cabeza tratando de esquivar el ruido.
Quién llenara de primaveras este enero. Y bajara la luna para qué juguemos. Dime si tu te vas, dimecariño mío. ¿Quién me va curar este corazón partido..?
Candy escucho una voz masculina cantando. Abrió los ojos como platos al escuchar que aquella no era la voz del famoso cantante. Lo que le faltaba. Suspiro armandose de paciencia mientras su vecino entonaba la canción. Se pasó la mano por la cara agobiada. Estuvo tentada de dar unos golpes en la pared para que guardará silencio.El vecino no solo era un pervertido, que hacía gritar a las chicas, sino que se creía cantante.
—¡Agggg...! resopló, Jamás había tenido que ser levantada de una manera tan escandalosamente como aquella. "Un poco de paz " gimio, mientras se incorporaba. Sin duda su vecino no era cantante. "Dios mío por favor" imploro, "has qué callase", la canción se detuvo. Candy se quedó tiesa, se giro levemente hacia atrás observando la pared de su habitación. " De verdad", "gracias" , susurro alzando los brazos al techo. Aunque los bajo cuando escucho una voz femenina.
— ¿Espero tu llamada?— Escuchó que decía la voz femenina. Seguramente la chica que estuvo gritando toda la noche. ¿No era su novia?
—Ah... Pues... — contestó la voz masculina, aunque no parecía muy seguro de que respuesta decir. — Tengo que ir a trabajar y se hace tarde, pero ya te llamaré. Candy levanto una ceja hacia arriba sin apartar la mirada de la pared. "Si, seguro que sí" —ironizó en un susurro pues el tono del pervertido decía que no iba a llamarla "Menudo pervertido, y además mentiroso" pensó mientras volvía la mirada al frente y se tumbaba en el sofa. Iba a cerrar los ojos para relajarse.
— Hasta la próxima , Verónica —escucho que decía su vecino.
"Verónica " Y que paso con ¿Karen?. Escuchando oyó como se abría la puerta, no lo pensó simplemente se levantó y corrió para mirar por el lente de la puerta. Tenía curiosidad de conocer al vecino cantante, pervertido, y mentiroso. Pero solo vio la puerta cuando se cerraba, suspiro, no debería perder el tiempo. Lo que tenía que hacer era encontrar a Richard grandchester y aclarar lo antes posible la muerte de su esposo, solo así podría recuperar la normalidad y tranquilidad en su vida.
El día anterior no había tenido buenos resultados.
Cuándo se dirigió frente al ordenador, introdujo la contraseña y comenzó teclado intentando averiguar la forma de contactar a Richard Grandchester . Sería mucho pedir Si pudiera encontrar la dirección.
Se paso todo el dia en el ordenador. La búsqueda en los informes, no le dio lo que esperaba, solo tenía resultados de un Duque, pero ese seguro no era quién ella buscaba, iria con calma, por ahora no corria el riesgo de que la estuvieran buscando. Había tenido que comprar un nuevo ordenador, no podía arriesgarse si usaba el de Anthony o podrían dar con su ubicación, así pues trabajo con el disco duro del ordenador de Anthony, y lo introdujo en su nuevo ordenador. También había tenido que comprarse un nuevo móvil, la única persona que tenía su número era Annie. Cuando el disco duro se instaló abrio archivos. Cuatro horas después no dejaba de darle vueltas al asunto. Al parecer aquellos tipos parecían seguir en comunicación, cada vez se daba más cuenta de la corrupción que parecía haber. Ya no era solo en el Departamento de Seguridad Nacional. Estaba claro que habían intentado borrar información desde otros ordenadores . Cogió el informe de Anthony y volvió a leer las líneas que él había realizado, donde dejaba escrito lo que había descubierto junto con los mensajes encriptados. Iba a escribir notas de lo que ella había averiguado hasta el momento, Miró el reloj. Las siete y media de la tarde. De pronto se quedó de piedra y sin hacer ningún ruido. Sólo escuchando. Su vecino el pervertido acababa de llegar a su piso, definitivamente aquellas paredes eran de tela Volvió a mirar su móvil. 19:35.
—De acuerdo, mañana en mi piso, sin problema.— Escucho que decia su vecino. No escucho la contestación así que seguramente estaba hablando por el móvil. Miró la pared intentando analizar la ubicación de la voz. Camino al dormitorio donde la voz del pervertido se podía oír mejor.
—Hasta mañana —comentó otra vez la voz masculina. No hubo más palabras y escuchó de nuevo los pasos. Así que había quedado para el día siguiente… Quizás fuese con la chica de aquella mañana. “¿Y qué te importa?”, sé respondió a sí misma. Estaba demasiado desesperada, o aburrida. Necesitaba de alguna forma encontrar a Richard Grandchester. Observó el ordenador debatiéndose entre seguir buscando informacion de los traficantes, o pistas, de Richard Grandchester, o seguír escuchando a su vecino, pero finalmente, le dio la espalda a la habitación. Volvio al ordenador. No, lo que menos necesitaba en aquel momento era desviarse de su propósito. Aunque Richard fuese como buscar una aguja en un pajar. La música volvió a invadir el apartamento de su vecino, y por lo tanto, el de ella. "¿Pero este qué piensa?" dijo comenzando a impacientarse. Como iba a concentrarse con el ruido de la música. " ¿Qué he hecho?". Dijo alzando los brazos hacia el techo.. Una hora después enfadada sin apartar la mirada de la pared y dando golpes con las uñas enfurruñada sobre la mesa, escuchó que la puerta del vecino se abría, enseguida una risa femenina inundaba todo el lugar. Pues la música se había detenido. Candy se quedó quieta."¿No sería capaz, otra vez?" "¿verdad?". Camino hacia la pared de la habitación. "¿La misma de anoche?" preguntó mientras escuchaba cómo su vecino cerraba la puerta.
—Estás…. estás hecha un bombom—escuchó la voz de su vecino, aunque sus palabras eran amortiguadas seguramente por los labios de la chica que había llegado. "¿Karen, o Verónica?"Escuchó un susurró femenino, como si hiciese una broma y a continuación la risa tonta de su vecino le confirmó que así era.
—Huy.. huy… tranquila —dijo su vecino mientras escuchaba pasos alocados por el piso. Seguramente se había quitado las zapatillas lanzandolas contra la pared porque se escucharon un par de golpes secos. Candy parpadeó asombrada.
—Ten cuidado— se quejó su vecino — quieres sacarme un ojo—dijo la voz de su vecino. Sí, estaba claro que aquella chica se estaba comportando como una loca arrojándo sus prendas. "Pero ¿qué era aquello?".
—Voy por ti bombon —escuchó que gritaba la chica. Al momento se escucharon sus pasos rápidos. Poco después un golpe más fuerte se escuchó en su dormitorio.
—¡Ahhhh! —Se quejó su vecino, Estaba claro que la chica le había saltado encima " La muy loca".
—¿Es que quieres que nos matemos? —preguntó su vecino, Candy enarcó una ceja. Esto no podía estar pasándole. Ella llevaba dos semanas sin su marido, sin una caricia, ni un beso y su vecino, en cuatro días, era la tercera vez que tenía encuentros locos y sin control con diferentes chicas. "¿Por qué unos mucho y otros nada?". Candy sollozó.
—¡Así, más, más!—gimió con gritos la chica.
—Cuidado , Sandra. Se puede romper la silla —Se quejó su vecino. Candy resopló. "¿Sandra? "¡No podía tener una solamente!? Se quejó Pero, ¿qué tenía ese hombre? Debía de ser muy atractivo pues las chicas le hacían cola. Al momento los gemidos comenzaron a invadir la estancia. "¿Este es un capullo? Dijo enfurruñada. Fue hasta la habitación y cerró la puerta, aunque con mucho cuidado de no hacer ningún ruido. Si iba a ser así cada día, entre sus encuentros fuera de control, la música, él creyéndose cantante, la llamadas en su movil. No iba a poder concentrarse. Aquello era de todo menos tranquilo. Se dirigió al aseo, y se observó en el espejo. Su pelo estaba totalmente despeinado. paso un cepillo y se lo agarro con una cinta elástica. Se vistió sin prestar atención a los gritos y golpes que se escuchaban del otro lado de la pared "¿Por qué no cubría la boca?"
—¡Oh… sí, más.… Terry!, Candy se detuvo quedándose tiesa. "¿Aquel era el nombre del pervertido?"¿Terry?. Hasta el nombre le quedaba. Sería estrella de porno. Los golpes, lejos de cesar, cada vez eran más insoportables. "Por Dios…" , susurró desesperada, "necesito… necesito salir de aquí". No lo dudo y salió del piso dando un portazo. Se contuvo de golpear la pared para que se callase. Necesitaba desahogarse de toda su rabieta de alguna forma y la puerta era lo único qué se le ocurrió. De pronto los gemidos se silenciaron y a continuación pasos se escucharon avanzando a ella.
"Oh.. oh. "Qué hice " Candy corrio a la primera maseta y se agachó acurrucada entre la pared. Tenía que controlarse. Escuchó como se abria la puerta del vecino. "Por favor no mires para acá", ni siquiera se movió, y se dio cuenta que había contenido la respiración hasta que pudo soltar el aire. Volvió a cerrar los ojos cargándose de paciencia. Ella solo quería calma. Si hubiese querido estar escuchando música o encuentros furtivos se hubiese alquilado un piso al lado de un night club. Ahora que lo pensaba el piso había estado vacío hasta que ella llegó, quizá su pervertido vecino no supiese que había inquilinos nuevo. De cualquier forma, ¿qué comportamiento era ese?. Sea como fuese. Ahora estaba metida en un bochorno con su vecino. "Hay Dios" pensó y gimió cuando escuchó que la puerta se cerraba. Candy se llevó la mano al corazón intentando recuperar el aliento. "Seras cabezota" , pronunció mientras bajaba los escalones, esta vez más lenta. Salió del portal a la calle y el frio la recibió, Decidió separarse del edificio y cruzar la calle. No quería arriesgarse a que el pervertido cantante la viera por la ventana, aunque estaba muy entretenido con Sandra. Bufo, "él muy..." Necesitaba caminar, pues ahora mismo se encontraba muy nerviosa. No era justo que ella estuviese pasando por una pérdida, que llevase sin una caricia dos semanas, que estuviera viuda sin haber disfrutado de su matrimonio y acabar justo al lado de un tonto sin control, y que no paraba de tener encuentros locos, con chicas diferentes, tanto que hacía gritar a las chicas de forma exagerada. "Están fingiendo", comentó malhumorada mientras aceleraba sus pasos para calmarse.
Habia pasado todo el día fuera, otro día de busqueda sin ningún resultado. La noche había transcurrido tranquila y a la una de la madrugada ya estaba en el piso. Subio por las escaleras hasta su piso caminando de puntillas. Cuanto cerró la puerta en el edificio donde tenía el alquiler. No había querido tomar el ascensor para que su vecino, Terry no escuchase ruido y había abierto su puerta llentamente y caminando con sigilo. Le había costado conciliar el sueño, quizá por los nervios de aquella tarde. Estaba claro que debía tomarse aquello con calma.
La mañana despertó tranquila. Se levantó y encendió el ordenador. Esta vez hizo un recovered al disco duró para obtener la información que fue borrada, tal vez encontrará algo que le sirviera.
Al día siguiente tenía muchísimo material que investigar, no solo seguir analizando todos los emails y documentos que había conseguido en un principio, todo lo que ahora sabía era gracias a todo lo que Anthony le había enseñado, así podría conseguir todos los movimentos que hacían atraves de las mensajes encriptados, podría extraer una triangulación suficiente para delimitar la búsqueda de dónde se encontraba ubicada la terminal y por lo tanto, la base desde donde operaban esos mafiosos. Suspiró y se puso manos a la obra. Necesitaba hacer la triangulación para saber las coordenadas de dónde estaba la terminal, además, podía comenzar a investigar a todos los Archivos que tenía en la carpeta de files. Estaba ensimismada en la pantalla cuando escuchó a su vecino. "Y a ti que más te da. Estás fatal" se dijo.
Había aplicado un recovery, por lo tanto había logrado recuperar los elementos perdidos o borrados. Contempló el documento donde llevaba los datos de interés.
Estaba bastante cansada, y aún le quedaban mucho por leer. pero antes de que fuera muy tarde. Se puso el pijama y se metió en la cama mientras observaba el móvil. Había abierto su cuentay extraído las fotografías antes de cerrar esa cuentadefinitivamente. Miró la fotografia de Anthony y ella sonriendo. Suspiró, y depositó el móvil en la mesilla mientras apagaba la luz. "Buenas noches mi querido Anthony ".
continuará.