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Capitulo dos
Ira.
Escrito por Mía Granchester
El éxito y el fracaso dependen
de la sabiduría y la inteligencia,
que nunca pueden funcionar apropiadamente
bajo la influencia de la ira.
Dalai Lama.
Era día como cualquier otro en la ruidosa urbe de la ciudad de Nueva York, el tráfico en las grandes avenidas es de lo más tedioso, las personas malhumoradas tratan de llegar a sus destinos, una lluvia copiosa comienza a caer por toda la ciudad, agravando un poco la situación en las calles.
El teniente Neil Legan, espera paciente en su auto, el cambio de la luz roja en el semáforo para poder continuar con su camino, mientras esto sucede saca de su saco una cajetilla de cigarros y su encendedor. Le da unos golpecitos suaves al paquete y extrae uno los tabacos, se lo pasa por la nariz para impregnarse de su rico aroma, se lo lleva a la boca y lo enciende, inhala una bocanada del exquisito mangar, lo saborea lentamente y luego lo expulsa, el humo sale por sus labios; es una suculenta sensación que lo relaja y lo hace sentir tranquilo.
La luz del semáforo cambia a color verde, los autos comienzan a caminar a velocidad moderada, Neil opta por salir del tráfico y tomar una vía alterna que le permita llegar más rápido al Departamento de policía de la ciudad de Nueva York.
Su celular comienza a sonar, se coloca el manos libres en el oído y toma la llamada.
—Teniente Legan.
—Se escucha la voz de una mujer del otro lado de la línea. —Señor, la fiscal lo está esperado, le urge hablar con usted.
Un suspiro de frustración sale de su boca —¿Qué diablos quiere ahora esa mujer?
—No lo sé señor, está muy impaciente, entro a su oficina sin permiso y … —Corta la explicación de la mujer.
—Dígale que llego en cinco minutos.
—Sí señor. —termina la llamada y hunde su pie en el acelerador.
Comienza a hablar solo. —Creo que mi día no será tan bueno como esperaba, ¡diablos!
Cuando llega al departamento de policía, aborda el ascensor que lo llevara al piso de la brigada de homicidio, disfruta de la música que suena dentro, cuando las puertas se abren, sus pasos son calmados y relajados. Su secretaria lo ve venir y se pone de pie, camina hasta él, para ponerlo al tanto de la situación, pero Neil niega con su cabeza, la palma de su mano aparece indicándole que se detenga, la mujer entiende a la perfección lo que le dice, solo se corre a un lado para no obstaculizar el paso de su jefe.
Abre de un solo golpe la puerta de su oficia, lo primero que ve, es una mujer pelinegra sentada en su silla tamborileando sus dedos en su escritorio.
—Al fin llegas —El rostro de la mujer no muestra emoción alguna.
—Señora, es honor verla de nuevo, en este mi recinto. —Un carraspeo se escuchó detrás del él, intuyo de inmediato quien era, volteo de reojo, su saludo fue simple.
—Granchester, amigo del alma, ¿Qué heces aquí? ¿Qué no es tu día de descanso?
—¡Querido primo también es un gusto verte! de nuevo, —El castaño lo saludo, en su rostro se dibujaba su clásica sonrisa de medio lado.
—Legan, sabes perfectamente que en esta profesión no hay días libres, ni vacaciones, además urge que resuelvan este caso lo más pronto posible. — Intervino la fiscal.
—Señora fiscal, creo que sería mejor que trabajáramos por separado. —Añadió el castaño.
—Mira Terrence, necesito que te involucres al cien en este caso, necesito todas las pruebas posibles para llevar a juicio a ese maldito feminicida. —Dijo la pelinegra.
—Creo que Terry debería de irse hoy a descansar y mimar un poco a su esposa, a ver si así se relaja un poco y regresa con ganas de trabajar. —Agrego Niel en tono de burla.
La fiscal se levantó de su asiento sumamente tensa— Lo resolverán, ¡juntos! Entiendan hay mucha presión social. Este caso ya es viral en todas las redes sociales, los noticieros no dejan de hablar de ello. Necesito que se pongan a trabajar día y noche si es preciso, el caso de la chica que le aventaron ácido en el rostro y la molieron a golpes necesita ser resuelto a la brevedad posible. —Dijo contundente la pelinegra.
—Con todo respeto, señora fiscal, pero en esta ocasión Granchester tiene razón abarcaremos más por separado. —refuto el moreno.
—No se los estoy consultando, ¡es una orden! Quiero resultados a la brevedad posible… ¡entienden! —La mirada de la mujer es penetrante y resuelta
—Como usted diga, señora. —Contestaron al unísono los dos jóvenes.
—Bien, los dejo solos para que se pongan de acuerdo y hagan lo necesario para llegar a buen fin con esto. —La pelinegra toma su bolsa y sale de la oficina.
—Granchester, Granchester, a veces ¡cómo te gusta joderme la vida!
—¡Ahhh! mi querido primo, no es culpa mía. Todos saben aquí que juntos somos muy competentes.
—Se a lo que te refieres, pero a veces es mejor trabajar solos que mal acompañados.
—Mira Neil, dejemos de lado nuestra vida personal y las diferencias que podamos tener como familia ¿te parece?
—De verdad ¿Crees que se podamos hacer eso? —Agrego con sarcasmo el moreno tomando asiento en su silla. En el fondo sabía que desde hace mucho tiempo su relación era buena, ahora eran muy buenos amigos.
—Por supuesto, somos adultos y somos muy profesionales. —Neil lo medito un poco, solo movió su cabeza suavemente en negación y una pequeña sonrisa afloro en sus labios.
—Está bien, si estás aquí es por algo, ¿qué tienes? Granchester.
—Estuve analizando todo el expediente y todas las pistas encontradas en el lugar de los hechos y en la victima. Todo apunta que el culpable es el amante que la chica tenía en ese momento, cierto.
— Bueno, hay dos líneas de investigación, digamos “dos sospechosos potenciales” cuando sucedió el homicidio. El novio, que era su prometido y que estaban a casi nada de casarse con la víctima y el amante en turno.
—Todo ha sido manejado como un crimen pasional. —asevera Terry.
—Todo apunta que así es, porque en algunas de las uñas de la víctima se encontraron sangre y pequeñas partículas de piel.
—El laboratorio realizo los estudios de ADN, y los resultados no pertenecen a la víctima, ni al novio. Además, el novio se presentó voluntariamente a declarar y se puso a la orden para cualquier cosa. —confirma el castaño.
—No, al principio no sucedió de esa manera. No dábamos con el paradero de ninguno de los dos, estaban misteriosamente desaparecidos. —Neil se dirige a la pizarra donde tiene un mapa conceptual con las fotos de los dos hombres en cuestión, también figuran las fotos de la joven, su rostro se ve destrozado por las quemaduras de tercer grado, en las mejillas se aprecian los agujeros ensangrentados que dejo el líquido, los surcos a lo largo de la frente, parte del cuello y brazos, por donde corrió el ácido, haciendo de ellos una masa sanguinolenta. En algunas otras fotos se aprecia los hematomas caudados por la golpiza que recibió posteriormente. —El novio se llama Sam, y el amante John. —Continua Neil, —Sam, no tiene familia y tiene un circulo muy reducido de amigos, que no sabían de su paradero, después de unos días de investigación dimos con el paradero del novio, estaba en una cabaña en la montaña alejado de todo y todos, en muy buena compañía.
De una hermosa mujer que es “dama de compañía”. El hombre nos dijo que de alguna manera “esa era su despedida de soltero”.
Corroboramos todos los datos que él y la mujer nos dieron, y efectivamente la empresa que maneja “estos tipos de servicios” nos facilitaron los contratos, de arrendamiento de la cabaña y el auto, de la señorita en cuestión, etc,. y todo es legal.
Entonces, Sam, tiene una coartada con testigos que abalan que él no estaba en el lugar de los hechos en el momento del homicidio. Y ahí es cuando el novio se pone a la orden cuando se le necesite. —Terry escuchaba atento, todo lo que Neil, le dice y lo absorbe como una esponja.
—Entonces, eso apunta a que John es el sospechoso. Pero aún no se ha dado con su paradero y por consiguiente,no se le han efectuado los estudios de ADN.
—Estas en lo correcto Granchester. Nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario.
—Se ve que el hombre que ataco a esta mujer se ensaño con ella, tenía mucha furia guardada. Es increíble que un hombre haga tanto daño. —dijo Terry.
—Pienso que descargo toda su ira en ella. Y nuestro trabajo es investigar ¿Por qué? sucedió esto.
— Pues yo te tengo una sorpresa Legan, —Niel observa inquisidor a Terry.
—Ya encontré a ese bastardo y solo hay que ir por él para arrestarlo.
—Estas de broma, verdad Terry.
—Nop, prepara la orden de aprensión y vamos por él.
—Pero antes dime ¿Cómo hiciste para dar con su paradero?
—Tengo mis contactos en los barrios bajos, alguien me ayudo.
—Sabe mi prima en qué lugares de mala muerte andas metido. —Terry torció los ojos.
—No involucres en esto a Candy. Trabajo es trabajo, anda vamos a realizar el trámite.
Después de algunas horas, la orden de allanamiento y aprensión expedida por un juez, está en manos de Neil y Terry. Juntos se dirigen a detener al asesino de la chica.
Llegaron cautelosos al lugar donde se encuentra escondido el hombre, previamente se pusieron de acuerdo como actuar en el momento la detención; Neil ira por la parte delantera y entraría primero, Terry entrara por el jardín trasero en esper, por si el hombre pretende escapar por la puerta trasera, si esto no sucede entrara para apoyar a su compañero.
Todo iba según lo planeado, pero para sorpresa de Terry un hombre salió de la casa corriendo y no era el amante de la chica asesinada.
Esto alerto a Terry, su instinto le ordeno seguirlo, emprendió la carrera y persiguió al hombre por una distancia bastante larga. Por unos instantes le perdió la pista, pero el ladrido de los perros lo advirtieron hacia dónde dirigirse. El hombre al pensar que ya nadie lo seguía, entro al porche de una casa, Terry se acercó sigilosamente, toda la vivienda estaba en penumbras, escudriño todos los lugares por donde podía entrar sin ser visto, entonces observo una pequeña ventana que daba al sótano, sin pensarlo dos veces, se deslizo por ella y entro al lugar.
Un pequeño bombillo que daba una tenue luz, estaba conectado a la entrada de electricidad de una de las paredes, esto le ayudo a observar que todo parecía normal, pero una puerta llamo su atención, se acercó a ella y giro la perilla, estaba cerrada.
Del bolsillo de su chamarra saco unas pequeñas herramientas, una llave de tención que con cuidado la coloco dentro de la parte superior de la chapa la giro suavemente, luego introdujo la ganzuar de rastillo para manipular las piezas internas del mecanismo de cierre y vuala, la puerta se abrió. Entro a la pequeña habitación y lo que vio lo dejo helado.
Una pantalla de televisión prendida, sin sonido, mostraba a la chica en uno de sus días cotidianos en la universidad, sonriendo y hablando con sus compañeros, recorriendo el campus.
—¡Pero qué diablos! —murmuro Terry para sí mismo.
Sus ojos recurrieron el lugar y una de las paredes estaba cubierta por un montón de fotos de la chica, en una mesa están varias prendas de mujer.
El castaño esta tan concentrado explorando el lugar que no escucha la llegada de un hombre.
—Es muy hermosa verdad. —Terry voltea de inmediato y esta alerta para cualquier movimiento del sujeto.
El hombre continuo con su monologo. —Una belleza física que pocas mujeres tienen —en su boca se dibuja una mueca de risa. — y que a nosotros nos fascina, ¡pero esa maldita!, le sonreía a todo el mundo, ¡coqueteaba con todos! —sus palabras se escuchaban una octava más alta —Quería que todos la amaran, tenía una relación amorosa con varios al mismo tiempo, —Terry observaba como las facciones del rostro del joven se iban deformando conforme seguía hablando —pero a mí, ¡A MI! —dijo en un grito —¡Me rechazo! me mando al diablo, por ser poco cosa, según ella. Pero yo, yo siempre estuve al pendiente de ella, la cuidaba, la mimaba, le daba lo que me pedía, dinero, lo que me pidiera se lo daba… pero ese día, ¡me grito en la cara que desapareciera de su vista!, porque no era agraciado y que diría la gente de ella, si la veían conmigo.
Entonces ese día la estuve esperando escondido, cuando la vi acercase, venia sola, salí de mi escondite ¡la enfrente! Le dije todo lo que se merecía escuchar, —el joven esta colérico al narrarlo sucedido, —¡derramé el contenido del frasco en su cara! —los gestos de su cara eran de satisfacción, —bramaba como un animal, su piel se desprendía de su cara, fue lo mejor ver como esa belleza se acababa.
Cuando se desplomo en el piso por el dolor que sentía, descargué sobre ella, toda mi furia contenida por tanto tiempo, la pateé hasta que me cansé de hacerlo, hasta que me sentí libre, ¡LIBRE! de toda esta ira que me hizo sentir.
Terry lo mira sin ninguna expresión, frente a él está el asesino que buscaba.
—Sabes que estas en un gran problema, verdad. —afirmo el castaño.
—¿Problema? —una risa descontrolada sale de su boca y le muestra una filosa navaja, —el que está en problemas eres tú y me voy a deshacer de ti, ¡como lo hice con el otro perro fiel de la zorra!, —Se le lanzo encima a Terry con un puñal en la mano, el castaño evade los embates del arma cerca de su rostro, entonces le toma las muñecas con sus manos y aplica toda la fuerza posible, Terry le mete un rodillazo en sus partes nobles que lo hacen tirar la navaja y doblarse del dolor, le da un derechazo en pleno rostro y el agresor cae noqueado al piso.
—Cometiste el peor de los errores chico, —le pone los brazos en la espalda y le coloca las esposas en las muñecas, le da unos pequeños golpecitos en el rostro para que el joven se despabile y le preste atención, —¡hey hombre! hazme caso, despierta—el joven abre los ojos —¿Cómo te llamas? — Le pregunta Terry.
—Charlie, me llamo Charlie.
—Mucho gusto Charlie. ─comienza con su declaratoria Terry, —En nombre de los ciudadanos de Nueva York quedas detenido por el asesinato de la señorita Susana Marlow, tienes derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que digas será usada en tu contra en un tribunal de justicia. Tienes derecho a hablar con un abogado, si no puedes pagar un abogado, se te asignara uno pagado por el estado. –Le recitaba Terry sus derechos.
Lo ayudo a levantarse y salieron de la casa, en esos momentos llegaba Neil en su auto y un gran número de patrullas de la policía de nueva York. Todos bajaron de los vehículos, los agentes rodearon la propiedad y entraron en ella para asegurar la zona. Neil se aproxima a Terry.
—Buen trabajo compañero. —Le ayuda a llevar al culpable a la Patrulla. Posteriormente Terry le pregunta.
—¿Cómo está John?
—Con unas cuantas contusiones y un golpe en la cabeza, nada de cuidado. Ya está en camino al hospital.
—Bien, muy bien. Funciono muy bien el localizador que ambos llévanos. ─respiro satisfecho el castaño.
─A la perfección, por eso llegamos aquí lo más rápido que pudimos. El joven que arrestaste, tenía a John, en esa casa, “escondiéndolo” de la policía. Le Lavo el cerebro, lo convenció de que sería detenido y llevado a prisión. Cuando entre a la casa el hombre estaba tirado en el suelo, con una nota de suicidio y confesión, pero no estaba muerto, seguía con vida.
─Dentro de la casa están todas las pruebas necesarias para llevarlo a juicio y a la cárcel por el resto de su vida.
─Sumado a las pruebas de ADN. ─Agrego Niel.
—La fiscal va a estar muy contenta de llevar a este maldito loco a la cárcel. —menciono complacido Terry.
Los dos hombres observan cómo se retira del lugar la patrulla donde va abordo el asesino confeso del crimen.
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Silencio en la sala, silencio, de lo contrario declare un receso. —Decía la juez, golpeando el martillo en su base de madera, para tratar de controlar el alboroto que están haciendo un grupo de mujeres que se congregaron en la audiencia, pidiendo la pena máxima para el asesino, la madre de la víctima entre lágrimas espera el veredicto final.
Después de unos segundos la audiencia hace caso a la juez y la sala esta en total silencio.
—Que el acusado, póngase de pie, — la mujer habla claramente para que sea escuchada por todos los presentes en el tribunal, —Señor Charlie Walker, antes de dictar sentencia quiere usted, decir algo. —todos están expectantes de la respuesta del acusado.
—Sí, su señoría. —Trata de mantener su tono de voz calmada. —Acepto que hacer daño a otros, termina haciéndonos daño a nosotros mismos. La ira altera la visión, nos vuelve sordos y ciegos y no razonamos correctamente, pero siempre hay algo que la detona y en mi caso, no fui capaz de controlarla, porque llego a mi vida un lobo disfrazado de cordero. —Concluyo Charlie.
Los gritos y murmullos de los asistentes no se hicieron esperar, por lo que la juez volvió a pedir compostura, la mirada de la mujer es inexpresiva, su voz se escuchó tajante por todo el recinto.
La vida nos coloca en situaciones difíciles, pero es nuestra elección permanecer o marcharnos señor Walker, —Su mirada fue del acusado a escrudiñar toda la sala, sus palabras fueron definitivas —Se dicta sentencia. Con fundamentos en el libro segundo, titulo decimonoveno, artículo trecientos veinticinco de nuestro código penal vigente, de nuestra carta magna. —Toda la sala esta en silencio, —Se declara al acusado ¡culpable! por el homicidio en primer grado de la señorita Susana Marlow, se le condena definitivamente a cadena perpetua y a una multa de cuatrocientos ochenta y cinco mil dólares que deberán ser pagados en los próximos treinta días hábiles. ¡Se cierra la sesión! —Finaliza la juez.
La fiscal está más que satisfecha con la condena para el culpable, sus ojos miran a Terry que se encuentra a su lado, en ese instante Niel se reúne con ellos. La pelinegra les dice a ambos.
—Legan, Granchester, hicieron un buen trabajo, ¡Felicidades!
—Gracias señora —contestan con respeto ambos hombres. Neil agrega.
—Vamos por una copa Granchester, para festejar nuestro triunfo. —Estaba por contestar el castaño cuando la fiscal los interrumpió.
—Nada de eso, hay un nuevo caso que requiere de ustedes, ¡a trabajar!
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Espero que la lectura haya sido de su agrado
Gracias por acompañarme en este maravilloso viaje, que aun continua, con nuevas historias que traerán mis compañeras. No olviden dejar sus comentarios, ya que al final, se entregará una hermosa firma.
Agradezco a mi amiga Saadesa por la edición para esta historia.
Última edición por Inez Ruiz el Lun Abr 18, 2022 8:14 pm, editado 1 vez
aunque haya sido una desgraciada, ninguna mujer merece algo asi 
ha resultado usted más que magnífica. 
le hicieron chicharrón, la carita 
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