Esperemos lo disfruten.
Al beber pareciera recordar viejos tiempos de felicidad, a veces suele tararear una triste canción que desgarra a quien este alrededor. Sus ojos son dos luceros negros y tristes que reflejan la enorme soledad que vive y siente. Pero al día siguiente vuelve a su andar, como si no hubiera un ayer que recordar.
A lo lejos se vislumbra su figura que se aleja al unísono con el ocaso, ni siquiera voltea a mirar las huellas que ha dejado en su caminar, sigue con paso cansino pero seguro de a donde quiere llegar, más allá de las fronteras, esas que todos alguna vez deberemos cruzar, alza los brazos al cielo como queriendo alcanzar una luz que le ilumine y le lleve a su hogar.
Se duerme con la sonrisa en los labios y con la cara relajada, como quien llega a su casa después de una larga jornada, y es recibido entre abrazos, besos y arrumacos, por su familia querida que le ha extrañado por largo rato.