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Muy buenas noches combatientes, ¿cómo se lo están pasando? Esperemos no hayan sido atrapadas por la tremenda corte… bueno, ya sé que más de una quisiera caer en los brazos de nuestro oficial, ¿verdad? 
Bueno, bueno esperamos verlas por allá, miren que se llevaran un regalito muy bello
Pero lo que nos trae por acá en este momento es la respuesta de The Society of the devil para el sexto reto lanzado por nuestra querida Cherry Chedar, esperamos que lo disfrutes.
Abrazos y que tengan unas felices pascuas.
Bueno, bueno esperamos verlas por allá, miren que se llevaran un regalito muy bello
Pero lo que nos trae por acá en este momento es la respuesta de The Society of the devil para el sexto reto lanzado por nuestra querida Cherry Chedar, esperamos que lo disfrutes.
Abrazos y que tengan unas felices pascuas.
La búsqueda de Rosemary
Caminando por los verdes prados, en un sendero interminable va silenciosa y sonriente. Los rayos de sol se reflejan en su rubio cabello que asemejan hilos de oro ondeando en el aire. Ella sigue a paso lento pero seguro, aunque el camino parezca sin fin, ella no va a parar.
Todavía recuerda el sonido de esa risa que llenaba en aquel tiempo la gran mansión. Los ojos de él tan azules como el mar le traían a la mente el bravío mar en el que su esposo solía navegar.
Él fue un cúmulo de pequeñas alegrías en su corta vida. No tuvo mucho tiempo de disfrutarlo en el plano terrenal, pero ahora eso seria diferente. Ella sabe que su pequeño está ahí, ¿cómo? Una madre siempre sabe, es toda la respuesta que dará.
El sol parece seguir su paso cansino pero constante, ella agradece la calidez que le brinda con su presencia. Mira la enormidad del campo verdoso que la rodea, no le importa la enormidad de este, cruzaría hasta el mismo océano por estar nuevamente frente a él.
Repentinamente el aire se hace presente revoloteando por aquí y por allá, trayendo consigo un inconfundible olor a esas flores que tanto amaba. De pronto el cielo se llena de pétalos multicolores que cubren poco a poco el campo verdoso convirtiéndolo en una hermosa cama de rosas.
Rosemary sabe que esas no son más que señales de que esta cercana a él. Hay una conexión entre madre e hijo que no se rompió ni podrá romperse nunca. Se siente inyectada de nuevos bríos para continuar con su búsqueda, no importa si tiene que volver a comenzar el día siguiente, ella solo sabe que lo encontrará. Lo sabe porque jamás dejará de buscarle.
El sonido de una cascada cercana rompe el silencio que hasta ese momento había existido, llamando su atención. En la orilla de esta se pueden ver unos caballos bebiendo agua, excepto por uno de ellos que se encuentra apartado de los demás y el cual parece observarla. Ella no sabe y sabe a la vez, que es hacia allá a donde debe dirigirse.
Lentamente recorre la distancia que la separa del equino, pero mientras más se acerca el animal va cambiando de forma, de improviso el viento vuelve a jugar con su cabello y una lluvia de pétalos envuelve el ambiente, perdiendo de vista por un segundo al objeto de su curiosidad.
Cuando los pétalos dejaron de caer tenía frente a ella la imagen de un joven alto y delgado, su cabello de igual manera resplandecía con la luz del sol. El chico estaba de espaldas a ella, solo podía apreciar su perfil, pero eso no importaba, Rosemary podría reconocerlo hasta en medio de una muchedumbre.
—Llegas tarde. —Le dice con esa voz que ella tanto extrañaba
—Llegué aquí tan rápido como pude.
Sonríe y se voltea a verla, tan sonriente y cálida como la recuerda. Ahí está su madre
—Te he estado esperando, todo este tiempo —confiesa con una gran sonrisa.
—Lo sé, pero sabes que mi corazón llego aquí antes de que mi cuerpo pudiera hacerlo.
No hicieron falta más palabras, se acercaron viendo el reflejo el uno en los ojos del otro, Rosemary tomo las manos de su «pequeño» Anthony hasta que finalmente se fundieron en un abrazo.
La búsqueda había terminado.
Todavía recuerda el sonido de esa risa que llenaba en aquel tiempo la gran mansión. Los ojos de él tan azules como el mar le traían a la mente el bravío mar en el que su esposo solía navegar.
Él fue un cúmulo de pequeñas alegrías en su corta vida. No tuvo mucho tiempo de disfrutarlo en el plano terrenal, pero ahora eso seria diferente. Ella sabe que su pequeño está ahí, ¿cómo? Una madre siempre sabe, es toda la respuesta que dará.
El sol parece seguir su paso cansino pero constante, ella agradece la calidez que le brinda con su presencia. Mira la enormidad del campo verdoso que la rodea, no le importa la enormidad de este, cruzaría hasta el mismo océano por estar nuevamente frente a él.
Repentinamente el aire se hace presente revoloteando por aquí y por allá, trayendo consigo un inconfundible olor a esas flores que tanto amaba. De pronto el cielo se llena de pétalos multicolores que cubren poco a poco el campo verdoso convirtiéndolo en una hermosa cama de rosas.
Rosemary sabe que esas no son más que señales de que esta cercana a él. Hay una conexión entre madre e hijo que no se rompió ni podrá romperse nunca. Se siente inyectada de nuevos bríos para continuar con su búsqueda, no importa si tiene que volver a comenzar el día siguiente, ella solo sabe que lo encontrará. Lo sabe porque jamás dejará de buscarle.
El sonido de una cascada cercana rompe el silencio que hasta ese momento había existido, llamando su atención. En la orilla de esta se pueden ver unos caballos bebiendo agua, excepto por uno de ellos que se encuentra apartado de los demás y el cual parece observarla. Ella no sabe y sabe a la vez, que es hacia allá a donde debe dirigirse.
Lentamente recorre la distancia que la separa del equino, pero mientras más se acerca el animal va cambiando de forma, de improviso el viento vuelve a jugar con su cabello y una lluvia de pétalos envuelve el ambiente, perdiendo de vista por un segundo al objeto de su curiosidad.
Cuando los pétalos dejaron de caer tenía frente a ella la imagen de un joven alto y delgado, su cabello de igual manera resplandecía con la luz del sol. El chico estaba de espaldas a ella, solo podía apreciar su perfil, pero eso no importaba, Rosemary podría reconocerlo hasta en medio de una muchedumbre.
—Llegas tarde. —Le dice con esa voz que ella tanto extrañaba
—Llegué aquí tan rápido como pude.
Sonríe y se voltea a verla, tan sonriente y cálida como la recuerda. Ahí está su madre
—Te he estado esperando, todo este tiempo —confiesa con una gran sonrisa.
—Lo sé, pero sabes que mi corazón llego aquí antes de que mi cuerpo pudiera hacerlo.
No hicieron falta más palabras, se acercaron viendo el reflejo el uno en los ojos del otro, Rosemary tomo las manos de su «pequeño» Anthony hasta que finalmente se fundieron en un abrazo.
La búsqueda había terminado.
FIN
Última edición por Claudia Ceis el Jue Abr 14, 2022 9:21 pm, editado 1 vez
