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Resignado a que debía buscar otra solución, Terrence se dejó guiar por Anthony hasta la que sería su pieza. Tras despedirse de este, ingresó al lugar y suspiró al ver todo a su alrededor.
—Es pequeño, pero al menos está limpio —se dejó caer sobre el colchón de la cama. Después de unos minutos en total silencio, se puso de pie, comenzó a desvestirse y dirigió sus pasos al cuarto de baño, giró la manecillas de agua, regulándola a una temperatura agradable, tras humedecer su cuerpo, colocó shampoo en sus manos, lo llevó luego a su cabeza, cerró sus ojos mientras con sus dedos masajeaba el cuero cabelludo.
—¡Mierda! —abrió abruptamente los ojos al escuchar que la presión del agua disminuía —No, no, no, esto no puede estarme pasando —repetía una y otra vez mientras movía la manecillas del agua tratando de controlar la presión de esta, pero lo único que consiguió fue empeorar la situación. El agua dejó de salir por la regadera superior. Con un suspiro cansino, cerró y abrió nuevamente la manecilla. El agua comenzó a salir agua por el grifo inferior. Unos cuantos improperios salieron de sus labios, al darse cuenta que lo que salía era agua completamente fría.
—Ni hablar, si fui capaz de tomar el reto del balde de agua fría, seré capaz de soportar esto.
《Si pero en aquella ocasión lo hiciste, porque dos cosas: la primera, no eras el hombre que eres hoy, y la segunda, lo hiciste porque se trataba de una campaña para concientización sobre la esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad degenerativa progresiva que ataca las neuronas motoras, 》 —le recordó su yo interno
—¿Y qué me dices de la vez que permanecí en las frías aguas de la Antártica? —arremetió.
《No lo hiciste por puro placer》 —se burló su yo interno —《prácticamente te viste obligado a permanecer allí cuando el crucero en que viajabas impactó un iceberg, y por poco mueres con tu trasero congelado》
—¡Bah! —bufó —si no me congelé entonces, no voy a hacerlo ahora con esto —refutó mientras se sentaba en la bañera. Después de varios minutos, sintiéndose como una paleta recién salida del congelador, Terrence salió del agua con sus extremidades entumidas. Cuando su cuerpo entró en calor nuevamente luego de secarse y vestirse con un pantalón de pijama y una camiseta, se sintió relajado.
—Después de todo, ese baño de agua fría resultó relajante —musitó removiendo la ropa de cama e ingresando a esta. Un suspiro involuntario salió de sus labios al momento que su cabeza hizo contacto con la almohada. Se sentía tan bien, tan ligero. Sin proponérselo siquiera, aquel baño de agua fría provocó que los vasos sanguíneos eliminaron las impurezas. El efecto fue gigantesco. Con el cuerpo completamente relajado y ligero, Terrence se dejó seducir, cayó rendido en los brazos de Morfeo y disfrutó de un placentero descanso como hacia mucho tiempo no lo hacía.
A la mañana siguiente...
El crujir de una pequeñas garras a un costado de su ventana lo despertó, cubrió sus oídos con la almohada en un intento de no escuchar más aquel molesto sonido pero no lo consiguió.
《¿Como demonios olvidaste cerrar esa condenada ventana?》 —su yo internó le reclamó.
—El efecto del baño con agua fría —se respondió de inmediato.
Con evidente frustración Terrence salió de la cama con una idea en su cabeza. Cerraría aquella ventana y volvería a dormirse, pero una vez mas las cosas no le salieron como esperaba, la ventana se atrancó justo cuando la cerraba.
—Lo que me faltaba —gruñó. Tenía que buscar otra manera de recuperar el silencio en aquel pequeño departamento. Con aquello en mente, tomó la toalla y comenzó a espantar al pequeño animal, quien al sentirse atacado salto al interior del departamento mientras Terrence lo seguía a toallaso limpio errando en todo tiempo, el pequeño animal era lo suficientemente ágil y esquivaba sus ataques. Cansado de luchar con una pequeña bestia, Terrence se dejó caer sobre la cama con el rostro sudoroso, lo limpió con la toalla que segundos atrás hacía el papel de arma de defensa y siguió con la mirada el recorrido del animal. Deseó atraparlo y convertirlo en una cálida bufanda, pero desechó sus deseos al ver que algo asomaba en el collarín de su cuello. Con cautela de no ser contra atacado con una de las maneras con las que aquel animal podía hacerlo se acercó a él.
—Ni se te ocurra —dijo en tono amenazante al ver que el pequeño coatí se paraba sobre sus patas traseras, mientras que le mostraba las garras de sus patas delanteras y sus afilados dientes —no toleraré tal falta de respeto, ya no soy mas el niño a quien uno de tu especie lo desaliñó por completo —frunció el ceño —te convertiré en una maldito bufanda si osas hacerlo.
Como si comprendiera sus palabras o quizás realmente lo hacía, el coatí se quedó quieto sobre la mesita de noche.
—Así está mucho mejor, ¿ves como hablando podemos entendernos? —dijo el joven Inglés acercándose a él. Con sumo cuidado, removió de collarín un trozo de papel.
Att. Anthony Brower
—Demonios, ¿no era mas fácil que me llamara por teléfono o tocara la puerta en lugar de enviarme esta pequeña bestia?, ¿es así como se comunican aquí? —escupió molesto.
Gracias por leer
Retaliación
By Rossy Castneda
Capítulo 4 Parte 2
By Rossy Castneda
Capítulo 4 Parte 2
Resignado a que debía buscar otra solución, Terrence se dejó guiar por Anthony hasta la que sería su pieza. Tras despedirse de este, ingresó al lugar y suspiró al ver todo a su alrededor.
—Es pequeño, pero al menos está limpio —se dejó caer sobre el colchón de la cama. Después de unos minutos en total silencio, se puso de pie, comenzó a desvestirse y dirigió sus pasos al cuarto de baño, giró la manecillas de agua, regulándola a una temperatura agradable, tras humedecer su cuerpo, colocó shampoo en sus manos, lo llevó luego a su cabeza, cerró sus ojos mientras con sus dedos masajeaba el cuero cabelludo.
—¡Mierda! —abrió abruptamente los ojos al escuchar que la presión del agua disminuía —No, no, no, esto no puede estarme pasando —repetía una y otra vez mientras movía la manecillas del agua tratando de controlar la presión de esta, pero lo único que consiguió fue empeorar la situación. El agua dejó de salir por la regadera superior. Con un suspiro cansino, cerró y abrió nuevamente la manecilla. El agua comenzó a salir agua por el grifo inferior. Unos cuantos improperios salieron de sus labios, al darse cuenta que lo que salía era agua completamente fría.
—Ni hablar, si fui capaz de tomar el reto del balde de agua fría, seré capaz de soportar esto.
《Si pero en aquella ocasión lo hiciste, porque dos cosas: la primera, no eras el hombre que eres hoy, y la segunda, lo hiciste porque se trataba de una campaña para concientización sobre la esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad degenerativa progresiva que ataca las neuronas motoras, 》 —le recordó su yo interno
—¿Y qué me dices de la vez que permanecí en las frías aguas de la Antártica? —arremetió.
《No lo hiciste por puro placer》 —se burló su yo interno —《prácticamente te viste obligado a permanecer allí cuando el crucero en que viajabas impactó un iceberg, y por poco mueres con tu trasero congelado》
—¡Bah! —bufó —si no me congelé entonces, no voy a hacerlo ahora con esto —refutó mientras se sentaba en la bañera. Después de varios minutos, sintiéndose como una paleta recién salida del congelador, Terrence salió del agua con sus extremidades entumidas. Cuando su cuerpo entró en calor nuevamente luego de secarse y vestirse con un pantalón de pijama y una camiseta, se sintió relajado.
—Después de todo, ese baño de agua fría resultó relajante —musitó removiendo la ropa de cama e ingresando a esta. Un suspiro involuntario salió de sus labios al momento que su cabeza hizo contacto con la almohada. Se sentía tan bien, tan ligero. Sin proponérselo siquiera, aquel baño de agua fría provocó que los vasos sanguíneos eliminaron las impurezas. El efecto fue gigantesco. Con el cuerpo completamente relajado y ligero, Terrence se dejó seducir, cayó rendido en los brazos de Morfeo y disfrutó de un placentero descanso como hacia mucho tiempo no lo hacía.
A la mañana siguiente...
El crujir de una pequeñas garras a un costado de su ventana lo despertó, cubrió sus oídos con la almohada en un intento de no escuchar más aquel molesto sonido pero no lo consiguió.
《¿Como demonios olvidaste cerrar esa condenada ventana?》 —su yo internó le reclamó.
—El efecto del baño con agua fría —se respondió de inmediato.
Con evidente frustración Terrence salió de la cama con una idea en su cabeza. Cerraría aquella ventana y volvería a dormirse, pero una vez mas las cosas no le salieron como esperaba, la ventana se atrancó justo cuando la cerraba.
—Lo que me faltaba —gruñó. Tenía que buscar otra manera de recuperar el silencio en aquel pequeño departamento. Con aquello en mente, tomó la toalla y comenzó a espantar al pequeño animal, quien al sentirse atacado salto al interior del departamento mientras Terrence lo seguía a toallaso limpio errando en todo tiempo, el pequeño animal era lo suficientemente ágil y esquivaba sus ataques. Cansado de luchar con una pequeña bestia, Terrence se dejó caer sobre la cama con el rostro sudoroso, lo limpió con la toalla que segundos atrás hacía el papel de arma de defensa y siguió con la mirada el recorrido del animal. Deseó atraparlo y convertirlo en una cálida bufanda, pero desechó sus deseos al ver que algo asomaba en el collarín de su cuello. Con cautela de no ser contra atacado con una de las maneras con las que aquel animal podía hacerlo se acercó a él.
—Ni se te ocurra —dijo en tono amenazante al ver que el pequeño coatí se paraba sobre sus patas traseras, mientras que le mostraba las garras de sus patas delanteras y sus afilados dientes —no toleraré tal falta de respeto, ya no soy mas el niño a quien uno de tu especie lo desaliñó por completo —frunció el ceño —te convertiré en una maldito bufanda si osas hacerlo.
Como si comprendiera sus palabras o quizás realmente lo hacía, el coatí se quedó quieto sobre la mesita de noche.
—Así está mucho mejor, ¿ves como hablando podemos entendernos? —dijo el joven Inglés acercándose a él. Con sumo cuidado, removió de collarín un trozo de papel.
"Señor Granchester,
no olvide que hoy nos reuniremos
con los inquilinos
Del Magnolia para ponerlos
Al tanto sobre el plan de acomodación"
no olvide que hoy nos reuniremos
con los inquilinos
Del Magnolia para ponerlos
Al tanto sobre el plan de acomodación"
Att. Anthony Brower
—Demonios, ¿no era mas fácil que me llamara por teléfono o tocara la puerta en lugar de enviarme esta pequeña bestia?, ¿es así como se comunican aquí? —escupió molesto.
Gracias por leer