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*** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6]

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cliz25

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Rosa Morada
Rosa Morada

*** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 610

Capitulo Seis
…Toma mi mano, y volemos…


Durante un segundo, Albert se preguntó si no estaba soñando.
Pero las sensaciones que recorrieron su cuerpo, le hicieron notar inmediatamente la diferencia entre sus sueños y la realidad.
En sus sueños, nunca llegaba a besarla por más que deseara hacerlo, siempre despertaba con un anhelo palpitante que lo acompañaba durante horas. Pero en aquel momento, los labios de ella estaban sobre los suyos. Suaves, cálidos, aquello era real.
Al principio él no supo cómo reaccionar. La vio cerrar los ojos y acercar su rostro al suyo, pero pensó que se pondría en pie. Pero no. Ella buscó sus labios. Y pronto, ¡demasiado pronto! Intentó separarse de él, pero él tiró suavemente de ella, haciéndola caer sobre él y acariciando su mejilla susurró contra sus labios:
- ¿No estoy soñando, cierto? – y antes de que ella contestara, selló sus labios con los suyos.
Una lejana vocecita en su cabeza le advirtió que ella podría apartarse, rechazarlo, y que después de eso su amistad podría verse afectada, pero él ignoró esa voz y decidió apostarlo todo. Además, ¿qué otra cosa podía hacer si su corazón le exigió a gritos que se atreviera? De hecho, literalmente lo obligó, imponiendo sus deseos por encima de la razón. Su capacidad de pensar con claridad fue bloqueada en cuanto fue consciente de que ella había posado sus labios sobre los suyos. Deseó besarla, y lo hizo. Y para su fortuna, ella no se apartó.
En cuanto sus labios entraron en contacto, Candy se había preguntado, “¿Qué estoy haciendo?” e iba a apartarse y decir que se tropezó y saldría corriendo así fuera por la ventana, pero en cuanto él volvió a unir sus labios, sus pensamientos fueron anulados totalmente. Seducida por el placer exquisito que sintió al contacto de sus labios, ella entreabrió los suyos en una tímida e inconsciente invitación a profundizar en el beso. Y él la aceptó encantado. Acarició sus labios con los suyos, y se sintió como si estuvo vagando por el desierto y por fin encontraba un oasis de frescura. La besó despacio, siguiendo el ritmo que ella marcaba entre su inexperiencia, y su deseo de dejarse llevar. ¡Se sentía el hombre más dichoso del mundo! Disfrutando del placer de su cercanía, la abrazó por la cintura y la pegó más a su cuerpo al tiempo que sutilmente introducía su lengua en el interior de su boca para explorar, saborear, y sentir más. Pero ella interrumpió el beso.
Envuelta por las sensaciones que recorrían su cuerpo, Candy había acariciado su cuello mientras disfrutaba de las deliciosas sensaciones que le provocaba aquel beso. Sin embargo, la corriente que la sacudió de pronto, la asustó, y con una mezcla de felicidad y nerviosismo, retiró sus labios. Quiso levantarse, pero él se lo impidió abrazándola por la cintura.
- ¡Albert! - susurró, acariciando su barbilla con dedos temblorosos.
- Candy, ¡mi Candy! - susurró él con voz profunda, antes de depositarle un cortito beso en los labios. Luego acariciándole la mejilla izquierda, sonriendo confesó: - ¡Deseé tanto este momento! ¡Tanto!
- ¿En serio? ¿Desde cuándo? – susurró mirándolo a los ojos.
Albert amplió su sonrisa e incorporándose en el sofá sin soltarla, la sentó a su lado, la acunó bajo su brazo, y adoptando una sonrisa juguetona acarició su nariz con un dedo y dijo:
- Mmmm… ¿a ver? Me gustaste desde que desperté en un viejo cuartito en un hospital de Chicago preguntándome quien soy, y una hermosa enfermera rubia y de grandes ojos verdes entró y al verla mi pulso se aceleró y me pregunté quién era ella.
- ¡Oh! En ese momento no sabías quien era yo. Entonces se puede decir que te gusté a primera vista. –dijo sonriendo tímidamente mordiéndose el labio.
- Creo que sí. – contestó depositando un cortito beso en su nariz, y agarrando una de sus manos, sonrió y agregó: - Cada vez que me decías, “eres como un hermano para mí” yo sentía como si espinitas se clavaban en mi pecho. Al principio, creí que era por la ansiedad de mi amnesia, porque parecías conocerme y yo no sabía nada de ti, pero día tras día me gustabas más, - entrelazando sus dedos agregó: - y tanto que al recuperar la memoria, estuve tentado a dejar atrás a mi familia y mis obligaciones, para quedarme contigo.
- ¡Lo disimulabas muy bien! ¡Nunca me di cuenta! ¡Ni en ese momento, ni después! - exclamó suavemente, sonriendo coqueta y mirándolo a los ojos.
- En aquel momento pude disimular debido a que estaba convencido de que me veías como un hermano como solías decir. – soltó su mano y apartándole el cabello que enmarcaba su rostro, añadió: - Y más adelante, la distancia y mi trabajo me hacían difícil hablarte de mis sentimientos y cuando estaba considerando hacerlo por carta, - arrugó la nariz y soltó: - me paralizaste llamándome “padre.”
Candy soltó una risita, y con una mezcla de timidez y coquetería dijo:
- ¡Oh Dios mío! ¡Déjame explicarte porque dije eso! – carraspeó y hablando rápidamente, añadió: - En realidad no quise decir que te veía como mi papá, lo que sucede es que en esa carta te estaba comentando que hubo un momento en que temí que recuperaras la memoria, porque recordaba con cariño el tiempo en que vivíamos juntos y luego pensé que pensarías que me gustabas, y pues dije eso para que no pensaras eso. No sé si me entiendes.
Albert sonrió.
- Te entiendo perfectamente. Y hablando de eso, ahora es mi turno de saber, ¿desde cuándo te gusto? – levantó un dedo y posándolo sobre sus labios añadió sonriendo: - y no acepto que digas que desde que me conociste en la colina de Pony. Eras una niña en aquel entonces.
Candy agarró su mano, y sonriendo contestó:
- No sé si te gustará escuchar la respuesta, pero la verdad es que cuando me di cuenta de que me gustabas, ya no quería encontrar al príncipe de la colina.
Albert la miró a los ojos, y preguntó entre incrédulo y feliz:
- ¿O sea que te gusto desde antes de saber que yo era ese chico?
- Sí. No sé exactamente desde cuándo, pero definitivamente fue antes. Porque cuando te fuiste del apartamento dejándome la nota diciendo que recuperaste la memoria, yo te extrañé demasiado y aunque sabía que siempre ibas y venías libremente por el mundo, quería saber dónde estabas y haciendo qué, y desde entonces … - bajó la voz y dijo tímidamente: - no he podido dejar de pensar en ti, y a veces soñaba contigo.
Albert le acarició la cabeza y con su voz cargada de emoción dijo:
- ¡Se siente como un sueño estar así contigo! Por favor ¡no me despiertes si es así! ¡Quiero estar así contigo por siempre!
Candy le rodeó el cuello con los brazos y sonriendo susurró:
- ¡Este es mi sueño hecho realidad! – con solo nombrarla, la realidad le dio una bofetada y borrando su sonrisa, retiró sus brazos y se puso de pie, mientras musitaba: - la tía abuela se va a oponer.
Albert también se puso de pie, agarró sus muñecas y colocándole las manos alrededor de su cuello nuevamente, sonrió y le dijo:
- Aunque se oponga todo el mundo, lo importante es lo que tú y yo queremos. Y yo quiero que seas mi novia, ¿aceptas?
Candy sintió ganas de gritar “¡Sí!” Pero se contuvo.
- La tía abuela no estará de acuerdo. – repitió con el corazón latiendo casi en la garganta, presa de una mezcla de emoción e incertidumbre.
Albert le sonrió y dijo con voz suave:
- Aunque lo haga al principio, terminaremos obteniendo su bendición. Ya verás.
- ¿Estás seguro?
- Muy seguro. – susurró acariciando su nariz con la suya, y luego acariciando su barbilla, añadió: - ella siempre ha respetado mis decisiones, y ha entendido cuando algo me hace feliz. Y tú, tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Así que anda Candy, ¡dime que sí!
- ¡Oh Albert! Sí quiero. – susurró tocando ligeramente su barbilla con las yemas de los dedos.
Él sonrió y la besó de nuevo.
Candy cerró los ojos, y entreabrió los labios consintiendo que él explorara el interior de su boca. ¡Y se sintió muy bien! Cada poro de su piel se inundó de maravillosas sensaciones que si era sincera consigo mismo la asustaban, pero también le gustaban, y a ese hecho le dio más importancia. Fue un beso dulce, lento, pero apasionado, que fue capaz de neutralizar todos sus pensamientos otra vez. Solo podía sentir. Rodeó su cuello con sus brazos, y se pegó más a él, con todos sus sentidos completamente seducidos. Le acarició la nuca, y de pronto él la apartó.
Sentir las suaves y delicadas caricias de Candy en su cuello, le hicieron sentir como si una descarga eléctrica fue enviada desde su nuca hasta cierta parte de su cuerpo, debajo del ombligo, a la que decidió que era mejor ignorar en ese momento.
- Vamos a comer. – susurró agarrando una de sus manos.
- ¡Espera Albert! – exclamó tirando suavemente antes de que diera un paso, y cuando él la miró agregó: - quiero pedirte que por ahora, no le digamos a nadie, nada de esto.
- ¿Por qué? – preguntó suavemente acomodándole unos mechones de su cabello tras las orejas.
Candy lo miró a los ojos, y contestó:
- Porque como nos iremos de viaje, no quiero que los demás piensen cosas raras.
Él la abrazó por la cintura y sonriendo susurró:
- ¡Oh! ¡Cierto! ¡Tendremos nuestro primer viaje, como pareja!
Candy puso ambas manos sobre su pecho y dándole un ligero empujoncito exclamó:
- ¡Eso exactamente! ¡No quiero que digan eso! Así que mejor le decimos cuando volvamos. ¿Estás de acuerdo?
Él volvió a abrazarla por la cintura y dijo:
- Si tú así lo deseas. Así lo haremos.
- ¡Gracias! – dijo abrazándolo. Sentir sus brazos rodeándola se sintió demasiado bien y deseó besarlo otra vez, y para no caer en la tentación, interrumpió el abrazo y dijo - vamos al comedor. – al girarse, su mirada se topó con la foto en el suelo y se agachó a recogerla. Entregándose a Albert, comentó: - te pareces mucho a tu papá.
Albert sonrió mirando la imagen de su padre. Luego buscó la mirada de Candy, y le preguntó:
- No te pregunté antes, ¿dónde la encontraste?
- Estaba en ese cofre. – dijo señalándolo encima del escritorio y añadió, - se salió cuando se cayó.
Él se acercó al escritorio y tomó el cofre en sus manos. Sacó varias cartas del él. Todas estaban abiertas, pero no se atrevió a sacarlas de sus sobres. Leyendo en silencio los remitentes, musitó:
- Son cartas dirigidas a papá. La mayoría fueron enviadas desde África.
- ¡Oh! ¿Tú papá también fue a África? – preguntó acercándose.
- Sí. Él apadrinaba un proyecto de alfabetización allí, y le gustaba ir y colaborar con los misioneros siempre que podía. – sonrió ampliamente y mirándola a los ojos añadió: - recuerdo que la primera vez que le dije que quería ir, él nos contó que subió a un elefante, y le dije que yo también quería hacerlo. Entonces me dijo que si aprendía a leer para el próximo año, me llevaría, para que así lo ayudara a enseñar a los niños africanos a leer y aprendí, pero tristemente él falleció al año siguiente antes de que pudiéramos hacer ese viaje.
- Lo siento.
Él sonrió.
- Gracias. Realmente lamenté mucho no haber podido ir con él. pero por suerte, pude ir años más tarde e hice todo lo que él me prometió que haríamos juntos.
- ¿Enseñaste niños a leer?
- Entre otras cosas. – dijo sonriendo.
- ¡Oh! Siempre creí que habías ido a pasear nada más.
- No. – dijo sonriendo negando con la cabeza y agregó: - De hecho, así como papá recibió todas estas cartas de los niños que apadrinaba, yo tengo varias que me han enviado a nombre de “tío abuelo William”. Me hablan de cuanto están aprendiendo y me envían postales y dibujos. – abrió una de las cartas, y sonriendo ampliamente dijo: - ¡cosas así!
- ¡Qué lindo! – exclamó Candy leyendo: “Feliz Año nuevo tío William” al pie de un dibujo de un adulto y un niño. Miró a Albert y le dijo: - me gustaría ver los que te han enviado.
Albert dobló el dibujo y mientras lo guardaba en su sobre dijo:
- Más adelante te mostraré. Ahora deberíamos ir al comedor.
- Tienes razón, pero antes, tengo curiosidad sobre algo.
- Dime. – dijo mientras acomodaba dentro del cofre todos los sobres que había sacado.
Candy tomó la foto en sus manos de encima del escritorio, y dijo:
- En medio del tiempo en que tomaron esta foto, y cuando te conocí en la colina de Pony, ¿habías visitado el hogar de Pony, a menudo? ¿Me conociste cuando era bebé?
Albert se rascó la nuca y dijo:
- Que yo recuerde, fui con papá esa sola vez, y volví a mis catorce años, porque cuando tía Elroy no me quiso dejar ir al funeral de mi hermana, dolido por sentirme fuera de la familia, hui de casa y me dirigí allí. Recordaba que había ido con papá a un lugar al sur del lago Michigan, donde una buena mujer cuidaba de muchos niños sin familia, pero no llegué al hogar, porque como ya te conté en una carta, George me encontró y tuve que regresar a la casa.
- Ah… justo me preguntaba si la señorita Pony y la hermana María mantenían contacto contigo.
- No. Tía Elroy siguió colaborando con el hogar pero a través de las empresas de mi papá. Y como escuchaste decir a George, yo fui enviado a estudiar en Escocia desde pequeño y regresé a Estados Unidos seis años después, cuando murió mi hermana Rosmery. – le quitó la foto con delicadeza y mientras la guardaba en el cofre añadió sonriendo: - pero ya dejemos el pasado atrás, y vámonos a comer. – colocó el cofre en una gaveta de su escritorio, y mirando a Candy añadió: - No sé tú, pero yo tengo hambre.
Candy esbozó una sonrisa y concediendo su petición, se colgó de su brazo y dijo:
- De acuerdo mi amor, vámonos a comer.
“¡Mi amor!” Eso fue una canción para sus oídos.
Albert sonrió sintiendo cosquillas en sus mejillas y susurró:
- ¡Vamos!
Salieron de la biblioteca enganchados del brazo.

***
En Chicago, en la mansión de los Britter, la rubia de ojos azules, Emma Smith estaba cepillando la negra y abundante cabellera de Annie, mientras decía quejumbrosa:
- ¡¿Entonces es cierto el rumor de que el señor William no va a celebrar una fiesta de cumpleaños?!
- Así es. Él se irá de viaje pasado mañana, y regresará a mediados de Julio. – dijo Annie.
- ¡Rayos! – exclamó tirando con fuerza del cepillo.
- ¡Auch! – protestó Annie, por el tirón de pelo.
- ¡Perdón! – dijo dejando de peinarla y poniendo los brazos en jarras añadió: - Desde que recibí tu carta donde me decías que él estaba soltero, empecé a prepararme para conquistarlo, ¡llamé a la modista para hacerme un precioso vestido! ¡Hasta leí libros de animales para buscarle conversación! Como no me llegaba la invitación, lloré pensando que no me invitarían, ¡¿y me dices que se va de viaje?! ¡Shis!
- Bueno Emma, tampoco es que se va para siempre. Guarda todo para cuando vuelva. – dijo Annie mirándose al espejo.
- ¡Oh! ¡Pero por supuesto! Da por hecho que cuando él regrese voy a usar todas mis armas para que conquistarlo. Usaré este tiempo para prepararme mejor. ¡Nunca me rindo cuando quiero algo y a él, lo quiero, así que lo tendré!
- ¡Esa es la actitud! ¡Buena suerte! – exclamó Annie sonriendo.
Emma sonrió y volvió a cepillar su cabello.
Annie pensó:

“Siempre creí que Candy y Albert estaban destinados y harían una pareja perfecta, pero si como ella dice, es imposible, entre las señoritas de la sociedad que conozco, Emma es la mejor opción para él. Espero que logre conquistarlo.”

- Continuará -

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Capitulos Anteriores:

Introduccion https://www.elainecandy.com/t27836-albertmania-fanfic-still-as-ever-introduccion-video-opening
Prologo: https://www.elainecandy.com/t27892-albertmania-fanfic-still-as-ever-prologo
Capitulo Uno: https://www.elainecandy.com/t27961-albertmania-fanfic-still-as-ever-capitulo-1#454074
Capitulo Dos: https://www.elainecandy.com/t28053-albertmania-fanfic-still-as-ever-capitulo-2#456189
Capitulo Tres: https://www.elainecandy.com/t28160-albertmania-fanfic-still-as-ever-capitulo-3#458338
Capitulo Cuatro: https://www.elainecandy.com/t28297-albertmania-fanfic-still-as-ever-capitulo-4#461254
Capitulo cinco: https://www.elainecandy.com/t28354-albertmania-fanfic-still-as-ever-capitulo-5#462595

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Clint Andrew

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Capitulo 6 Shocked y yo que me quede pegada en el capítulo 3 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 808200 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 808200 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 808200

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Mañana actualizo con el capitulo 7, *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 63071


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Clint Andrew

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Ay esa Annie Britter dan ganas de *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 523816526 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 523816526 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 3199644123

Menos mal que es amiga de Candy *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 8168 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 3199644123 *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 3199644123

Estoy muy ansiosa por el reencuentro de la pecosa con su padre

Paty AD ***Albertmania***

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Debo ponerme al corriente!

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Cherry Cheddar

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Sussy

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Pero que escena más linda has pintado¡ de verdad¡ muy tierna y romántica.
... pero el final, qué tiene que estar intrigando Annie con la vida amorosa de Albert *** Albertmania *** FanFic - Still As Ever - [Capitulo 6] 523232

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