Capítulo 5
Bebo el líquido de mi vaso como si de agua se tratara, “te he amado durante mucho tiempo Candy” el recuerdo de esa escena vuelve a mi cabeza provocando que quiera golpearlo hasta cansarme, pero… era de esperarse que yo no fuera el único interesado en Candy. Ella es tan hermosa como amable; es ridículo pensar que soy el único que tiene sentimientos de ese tipo; eso explica porque en el muelle la tomó de la mano… El muelle, cuando me giré para verla me estaba mirando, también en la iglesia cuando entre a discutir con la hermana Grace, incluso me dio su armónica para que dejara de fumar.
Llevo mis manos a mi cabeza, todo carece de sentido, ¿por qué haces cosas que me confunden pecosa? ¿Por qué no dejas de atormentarme? “Nadie lo entiende pero no es tan malo como parece” ¿a quién se refería? ¿Realmente estaba hablando de mi o es solo lo que yo deseo? ¡Ah! ¿Por qué no dijeron de quién hablaban? ¿Será que Candy quiere a alguien que no soy yo? Pido una copa más alcohol y lo tomó de un sorbo, ya he perdido la cuenta de lo mucho que he bebido, esperaba olvidarme de todo pero al contrario, no dejo de pensar en las muchas posibilidades existentes… ¡Agh! me lleno de rabia al recordar que ese maldito elegante estuvo a nada de besar a Candy, ¿Cómo tiene el atrevimiento de profanar algo tan sagrado para mi? Llevo a mis labios la botella, ya no me alcanza el licor de un solo vaso. Mi corazón duele, cierro los puños mientras intento mantener las lágrimas dentro de mis ojos, jamás pensé que enamorarse fuera tan doloroso, si tengo que pasar por esto no quiero enamorarme, no si ella quiere a otro… no si otro tendrá la fortuna de besarla.
Creo me he acostumbrado a su presencia, fue amable conmigo en el Mauritania y después de eso no cambió su actitud a pesar de que he sido grosero con ella. Tal vez eso fue lo que generó en mí estos sentimientos… Es la única persona a la que le he mostrado más de mi verdadero yo… Tal vez si hablo con otra chica de la misma manera que con Candy deje de estar enamorado. Una lágrima sale incontenible ante estos pensamientos, ¿será que también me va a doler dejarla? Esto es peor de lo que imaginé.
“¿Quieres que te dé un beso indirectamente?” Esa pregunta se abre paso en mi cabeza, yo fui quien la dijo y, aunque ella lo negó, me complací sabiendo que al tocar la armónica estaba tocando sus labios con los míos. Ni siquiera el elegante estuvo tan cerca de Candy como yo, mi corazón salta ante la idea. El recuerdo de su sonrisa al verme baja todas mis defensas, es como una tenue luz de esperanza en mi vida que sacude todo mi mundo y me hace tener ilusión. Pago lo que bebí y salgo del lugar, debería estar en el colegio durmiendo, no he dejado de fumar para empezar a ahogarme en el alcohol.
-Lo siento- Me disculpo con el hombre a quien golpeé al pasar, me siento mareado y no controlo bien mi andar. Entonces siento que alguien me toma por el cuello.
-¿Piensas que voy a dejarte ir así? Hiciste que derramara mi bebida- Me empuja y me da un puñetazo en la cara aturdiéndome.
-Ya te dije que lo siento- Gritó mientras me limpio la sangre de mi boca.
-Sentirlo no va a limpiar mis ropas-
-Golpearme tampoco lo hará- ¿Por qué discuto con el? es claro que ha bebido más que yo. Me levanto dispuesto a ignorar lo sucedido pero me detienen dos hombres, y siento otro golpe, esta vez en mi estomago. No puedo dejar que sigan lastimándome, así que me defiendo con todas las fuerzas que tengo. -¡Agh!- Me quejo al sentir un punzante dolor en mi pierna que me hace caer al suelo, alzó la mirada y veo a los tres hombres lanzarse sobre mi pero son detenidos por un extraño que los hace huir.
-¿Te encuentras bien?- Dice mientras me extiende su mano, solo asiento con mi cabeza, me duele todo como para hablar. -Deberías tener más cuidado al buscar pelea-
-No lo hacía, solo estaba… Pensando en algunas cosas- Explico intentando caminar, pero me caigo, definitivamente me hirieron.
-Deberías ir más despacio- Me levanta. -Vamos, te llevare a tu casa-
-Al colegio san pablo, por favor- No quisiera que me ayudarán pero esta vez lo necesito.
Al llegar lo despido y agradezco su ayuda, subo las escaleras y con mucho esfuerzo consigo llegar a la habitación dejándome caer al suelo. -¿Qué te ha pasado?, contéstame-
-Era tu cuarto pequeña pecosa, se equivoco, lo siento- Desvío mi mirada, no soportaría verla, menos en esta situación. Demonios, estaba tratando de evitarla y termine en su habitación en las peores condiciones posibles. -Tuve una pelea por algo estúpido- Respondo a su pregunta, y vaya cosa estúpida por la que me gané estos golpes teniendo motivos más grandes para pelear, si hubiera sabido que terminarían así las cosas me hubiera puesto agresivo en cuanto recordé al elegante. Eso me gano por mantener la calma y cuidar de mi imagen por esta chiquilla, suspiro de la frustración que siento.
-Hueles mucho a alcohol- La molesto soplando en su cara, necesito desahogar lo que siento. En respuesta me grita furiosa y me empuja haciendo que el dolor regrese. Entonces veo como se acerca a mí y envuelve mi herida.
La escena de ella cuidando de mi me hace relajarme, sonrió al ver la dedicación que pone mientras me cura. -Ten cuidado, me duele- Advierto pero no por mis heridas físicas, más bien por sus acciones que me envuelven dentro de una calidez extraordinaria que después desaparece dejándome sin refugio. -Ah Agh Agh Agh- me saca de mis cavilaciones con brusquedad, si estaba tan tranquila, ¿Cómo pasó a tratarme sin delicadeza?.
-Tarzán pecosa, ¿recuerdas?- Dice son autosuficiencia cuando le digo pecosa, esta es mi oportunidad de molestarla.
-Gracias por hacérmelo recordar- Satisfecho veo sus mejillas sonrojarse, pero el encanto dura poco con las señales de mi cuerpo que me recuerdan lo lastimado que estoy. -Déjame descansar aquí un rato, me iré pronto- Me alegra estar con ella pero al mismo tiempo me llena de vergüenza interrumpir su sueño.
-Iré a una farmacia- Acaso esta loca, si la descubren será expulsada del colegio. -No puedes perder tanta sangre, por suerte no soy el tipo de dama que se desmaya- Dice mientras pone almohadas en mi espalda y me cubre con una manta. Por dios, cosas como estas son las que me hacen mantener la esperanza… ¿Por qué haces esto Candy? me pregunto de nuevo deseando fervientemente que lo haga por que me quiere. ¡Ah! no debería darle importancia, tal vez no me quiera nunca a mi.
“Terry… Terry” escucho una voz a lo lejos, me levanto buscando de donde proviene y entonces la veo sonreír con dulzura “no deberías levantarte, estás lastimado” se acerca y cariñosamente limpia mi rostro con un pañuelo, se sienten como delicadas caricias. Quiero hablar y decirle lo que siento pero las palabras no salen de mi boca. “Te duele mucho verdad” la preocupación en su rostro es evidente “tranquilo, estoy aquí contigo” salen las lágrimas de mis ojos, es la primera vez que siento que soy importante para alguien “no llores” sus cálidas manos se posan en mis mejillas, “no debes preocuparte por nada”.
Me quedé dormido, debí saber que se trataba de un sueño. Reviso la herida y veo que no sangra más, la pecosa haría un excelente papel como enfermera. Es hora de rescatar la poca dignidad que me queda, ya es suficiente con que me viera golpeado y con olor a alcohol, que vergüenza solo hice el ridículo enfrente de ella…
Ya pasaron diez días y no me he atrevido a pararme enfrente de Candy, fue por ella que estaba tomando en ese bar, pero, también fue por ella que decidí volver al colegio. ¿Por qué estoy cambiando totalmente? Nunca he sido tan cuidadoso y razonable, al menos no de esta manera. Tal vez siempre fui así y lo olvidé por estar buscando la manera para lidiar con mi vida, odio admitirlo pero ella ha transformado todo en mi, la vida ya no es aburrida y me comporto como una mejor persona. Me gusta lo nuevo de mi, no quisiera arriesgarme después de la escena entre ella y el elegante pero no puedo quedarme quieto abriendo oportunidades para otros chicos. ¡No!, quiero ser yo el que vea como un hombre, es a mi a quien mira y sonríe y soy yo por quien se preocupa.
Continuará...Llevo mis manos a mi cabeza, todo carece de sentido, ¿por qué haces cosas que me confunden pecosa? ¿Por qué no dejas de atormentarme? “Nadie lo entiende pero no es tan malo como parece” ¿a quién se refería? ¿Realmente estaba hablando de mi o es solo lo que yo deseo? ¡Ah! ¿Por qué no dijeron de quién hablaban? ¿Será que Candy quiere a alguien que no soy yo? Pido una copa más alcohol y lo tomó de un sorbo, ya he perdido la cuenta de lo mucho que he bebido, esperaba olvidarme de todo pero al contrario, no dejo de pensar en las muchas posibilidades existentes… ¡Agh! me lleno de rabia al recordar que ese maldito elegante estuvo a nada de besar a Candy, ¿Cómo tiene el atrevimiento de profanar algo tan sagrado para mi? Llevo a mis labios la botella, ya no me alcanza el licor de un solo vaso. Mi corazón duele, cierro los puños mientras intento mantener las lágrimas dentro de mis ojos, jamás pensé que enamorarse fuera tan doloroso, si tengo que pasar por esto no quiero enamorarme, no si ella quiere a otro… no si otro tendrá la fortuna de besarla.
Creo me he acostumbrado a su presencia, fue amable conmigo en el Mauritania y después de eso no cambió su actitud a pesar de que he sido grosero con ella. Tal vez eso fue lo que generó en mí estos sentimientos… Es la única persona a la que le he mostrado más de mi verdadero yo… Tal vez si hablo con otra chica de la misma manera que con Candy deje de estar enamorado. Una lágrima sale incontenible ante estos pensamientos, ¿será que también me va a doler dejarla? Esto es peor de lo que imaginé.
“¿Quieres que te dé un beso indirectamente?” Esa pregunta se abre paso en mi cabeza, yo fui quien la dijo y, aunque ella lo negó, me complací sabiendo que al tocar la armónica estaba tocando sus labios con los míos. Ni siquiera el elegante estuvo tan cerca de Candy como yo, mi corazón salta ante la idea. El recuerdo de su sonrisa al verme baja todas mis defensas, es como una tenue luz de esperanza en mi vida que sacude todo mi mundo y me hace tener ilusión. Pago lo que bebí y salgo del lugar, debería estar en el colegio durmiendo, no he dejado de fumar para empezar a ahogarme en el alcohol.
-Lo siento- Me disculpo con el hombre a quien golpeé al pasar, me siento mareado y no controlo bien mi andar. Entonces siento que alguien me toma por el cuello.
-¿Piensas que voy a dejarte ir así? Hiciste que derramara mi bebida- Me empuja y me da un puñetazo en la cara aturdiéndome.
-Ya te dije que lo siento- Gritó mientras me limpio la sangre de mi boca.
-Sentirlo no va a limpiar mis ropas-
-Golpearme tampoco lo hará- ¿Por qué discuto con el? es claro que ha bebido más que yo. Me levanto dispuesto a ignorar lo sucedido pero me detienen dos hombres, y siento otro golpe, esta vez en mi estomago. No puedo dejar que sigan lastimándome, así que me defiendo con todas las fuerzas que tengo. -¡Agh!- Me quejo al sentir un punzante dolor en mi pierna que me hace caer al suelo, alzó la mirada y veo a los tres hombres lanzarse sobre mi pero son detenidos por un extraño que los hace huir.
-¿Te encuentras bien?- Dice mientras me extiende su mano, solo asiento con mi cabeza, me duele todo como para hablar. -Deberías tener más cuidado al buscar pelea-
-No lo hacía, solo estaba… Pensando en algunas cosas- Explico intentando caminar, pero me caigo, definitivamente me hirieron.
-Deberías ir más despacio- Me levanta. -Vamos, te llevare a tu casa-
-Al colegio san pablo, por favor- No quisiera que me ayudarán pero esta vez lo necesito.
Al llegar lo despido y agradezco su ayuda, subo las escaleras y con mucho esfuerzo consigo llegar a la habitación dejándome caer al suelo. -¿Qué te ha pasado?, contéstame-
-Era tu cuarto pequeña pecosa, se equivoco, lo siento- Desvío mi mirada, no soportaría verla, menos en esta situación. Demonios, estaba tratando de evitarla y termine en su habitación en las peores condiciones posibles. -Tuve una pelea por algo estúpido- Respondo a su pregunta, y vaya cosa estúpida por la que me gané estos golpes teniendo motivos más grandes para pelear, si hubiera sabido que terminarían así las cosas me hubiera puesto agresivo en cuanto recordé al elegante. Eso me gano por mantener la calma y cuidar de mi imagen por esta chiquilla, suspiro de la frustración que siento.
-Hueles mucho a alcohol- La molesto soplando en su cara, necesito desahogar lo que siento. En respuesta me grita furiosa y me empuja haciendo que el dolor regrese. Entonces veo como se acerca a mí y envuelve mi herida.
La escena de ella cuidando de mi me hace relajarme, sonrió al ver la dedicación que pone mientras me cura. -Ten cuidado, me duele- Advierto pero no por mis heridas físicas, más bien por sus acciones que me envuelven dentro de una calidez extraordinaria que después desaparece dejándome sin refugio. -Ah Agh Agh Agh- me saca de mis cavilaciones con brusquedad, si estaba tan tranquila, ¿Cómo pasó a tratarme sin delicadeza?.
-Tarzán pecosa, ¿recuerdas?- Dice son autosuficiencia cuando le digo pecosa, esta es mi oportunidad de molestarla.
-Gracias por hacérmelo recordar- Satisfecho veo sus mejillas sonrojarse, pero el encanto dura poco con las señales de mi cuerpo que me recuerdan lo lastimado que estoy. -Déjame descansar aquí un rato, me iré pronto- Me alegra estar con ella pero al mismo tiempo me llena de vergüenza interrumpir su sueño.
-Iré a una farmacia- Acaso esta loca, si la descubren será expulsada del colegio. -No puedes perder tanta sangre, por suerte no soy el tipo de dama que se desmaya- Dice mientras pone almohadas en mi espalda y me cubre con una manta. Por dios, cosas como estas son las que me hacen mantener la esperanza… ¿Por qué haces esto Candy? me pregunto de nuevo deseando fervientemente que lo haga por que me quiere. ¡Ah! no debería darle importancia, tal vez no me quiera nunca a mi.
“Terry… Terry” escucho una voz a lo lejos, me levanto buscando de donde proviene y entonces la veo sonreír con dulzura “no deberías levantarte, estás lastimado” se acerca y cariñosamente limpia mi rostro con un pañuelo, se sienten como delicadas caricias. Quiero hablar y decirle lo que siento pero las palabras no salen de mi boca. “Te duele mucho verdad” la preocupación en su rostro es evidente “tranquilo, estoy aquí contigo” salen las lágrimas de mis ojos, es la primera vez que siento que soy importante para alguien “no llores” sus cálidas manos se posan en mis mejillas, “no debes preocuparte por nada”.
Me quedé dormido, debí saber que se trataba de un sueño. Reviso la herida y veo que no sangra más, la pecosa haría un excelente papel como enfermera. Es hora de rescatar la poca dignidad que me queda, ya es suficiente con que me viera golpeado y con olor a alcohol, que vergüenza solo hice el ridículo enfrente de ella…
Ya pasaron diez días y no me he atrevido a pararme enfrente de Candy, fue por ella que estaba tomando en ese bar, pero, también fue por ella que decidí volver al colegio. ¿Por qué estoy cambiando totalmente? Nunca he sido tan cuidadoso y razonable, al menos no de esta manera. Tal vez siempre fui así y lo olvidé por estar buscando la manera para lidiar con mi vida, odio admitirlo pero ella ha transformado todo en mi, la vida ya no es aburrida y me comporto como una mejor persona. Me gusta lo nuevo de mi, no quisiera arriesgarme después de la escena entre ella y el elegante pero no puedo quedarme quieto abriendo oportunidades para otros chicos. ¡No!, quiero ser yo el que vea como un hombre, es a mi a quien mira y sonríe y soy yo por quien se preocupa.
¡Ay, Terry!