—Melany ... — Se oyó otra voz en la conversación — Soy Terry. Si se te ocurre hablar con la prensa, te juro que haré que te echen de esa casa antes de esta noche. Y después te llevo ante los tribunales por fraude — Las dos mujeres permanecieron en silencio, al darse cuenta de que Terry había escuchado toda la conversación.
— ¡Eres mi yerno! — protestó Melany.
—En esa relación, eso no tiene nada que ver. Así que ten cuidado —le retó Terry, y se cortó la comunicación, porque la madre de Candy colgó sin decir otra palabra. Candy se dio la vuelta, sintiéndose confusa, cuando Terry entró en el vestíbulo. Le quitó el teléfono de la mano y lo colgó en su sitio con brusquedad. Y como si eso no hubiera sido suficiente, arrancó el cable de la pared. Candy se asustó. Terry estaba pálido de la rabia, sus músculos de acero en tensión, con una mirada encolerizada —.Una llamada bastante instructiva —le dijo Terry, con claro desprecio —Tú y tu madre formán la mejor pareja de ladronas. Ella ha llamado a la prensa y ahora tú estás estudiando lo que me vas a pedir para obtener el divorcio.ñ. Tendría que haberme imaginado que tú querías sacar también un beneficio de todo esto.
Completamente pálida, Candy retrocedió unos pasos.
—Terry, te juro que todo esto es un malentendido. Mi madre sólo ha intentado protegerme...
— ¿De quién? ¿De mí? ¿Por qué iba Melany a querer protegerte de mí? —le preguntó Terry.
—Lo que está claro es que mi madre no se creía nada de lo que le decía hace cinco años... lo que le conté de nosotros —murmuró Candy, con gesto ausente. — Ni siquiera csale con hombres, porque desconfía de ellos. Siempre dice que entre su segundo esposo y mi padre habían arruinado su vida, y cree que tú hiciste lo mismo con la mía... y la verdad, eso es lo que hiciste...
— ¿Es arruinar tu vida, asegurarme de que vivieras como una reina? —Terry se echó el pelo para atrás. Candy se puso nerviosa, cuando le oyó decir una grosería entre dientes. Clavó su mirada en su rostro —. A lo mejor tienes razón, a lo mejor arruiné tu vida, porque en realidad te has convertido en una mujer retorcida.
—Yo no soy retorcida... —Terry empezó a reír a carcajadas, mostrando su desacuerdo.
—Te dejé en manos de una mujer egoísta y avariciosa. Si te hubieras quedado conmigo, por lo menos podrías haber aprendido algo de moralidad
.
—Te aseguro que yo no ando corta de eso — replicó Candy, alzando el mentón, sus pómulos enrojecidos por la ira. Terry la miró de arriba abajo, con un aire tan insolente que la dejó helada. Su mirada desdeñosa recorrió el valle profundo de sus pechos, que surgían entre su bata.
—Ni siquiera tu amante se lo cree...
—Mike no es, ni nunca ha sido mi amante —Terry torció la boca, de forma muy expresiva.
—No debe ser un caballero, si comparte cama contigo y luego viene aquí a contar lo promiscua que eres —Luchando por tragarse el insulto, Candy suspiró hondo y después sintió como si una luz muy brillante le hubiera estallado en la cabeza. Se sintió mareada y cansada de que le echaran la culpa de los errores de otros, y la gota que colmó el vaso fue el ataque que hizo Terry de su moralidad.
— ¿Y qué pasa si he salido con montones de hombres en mi vida? —Candy lo desafió, sabiendo que Mike había hecho aquel comentario, porque nunca estaba mucho tiempo con un hombre, y por ello se sentía ofendido—. Eso a ti no te incumbe —Se la quedó mirando fijamente a los ojos y no dijo nada —. ¡Está bien, soy una furcia! —Pero no pudo seguir mirando a Terry a la cara. Se dio cuenta demasiado tarde de que le había tirado un guante que él no había querido aceptar. Había tratado de impresionarlo, pero no lo había conseguido —. Por lo menos ya hemos dejado clara una cosa —continuó Candy —. ¿No crees que ahora sería conveniente decirle a la policía que estoy aquí y que se han preocupado por nada?
—Ya lo he hecho. La policía local ya les van a informar de tu presencia... y dentro de poco vendrán por aquí los paparazzi —aseguró Terry con gesto triste, saliendo de la habitación
—. Tenemos que irnos de aquí cuanto antes —Candy lo siguió. Entraron en su despacho y le oyó que daba instrucciones por teléfono a una persona.
—Todo esto es culpa tuya —lo acusó ella, cuando dejó de hablar por teléfono. —.Si no me hubieras engatusado para venir aquí, nada de esto hubiera ocurrido. Cuando vaya a casa, ¿cómo le voy a explicar esto a todo el mundo? Ya viste cómo reaccionó Mike. Él piensa que todo esto es muy extraño...
—Algo extraño, pero sin sexo, aburridamente convencional —la interrumpió Terry, con brusquedad—. Yo lo que creo es que ya es hora de que haga, lo que he venido a hacer —Se plantó frente a ella, y sin darle una pista de sus intenciones, se agachó y la levantó en sus poderosos brazos.
—Terry, ¿qué estás haciendo? —preguntó asustada Candy.
—Te traje aquí para acostarme contigo y disfrutar de ese exquisito cuerpo que tienes —le recordó Terry, mientras subía por las escaleras con decisión—. Y eso es lo que voy a hacer antes de que nos marchemos.
— ¡Pero la policía va a venir! —le recordó Candy, horrorizada por su conducta.
—Todavía tardarán un rato... y si vienen antes, que esperen.
Continuará...
Última edición por Lady Letty el Vie Mayo 06, 2022 7:31 am, editado 1 vez