"Sueño de Ballet"
Capítulo 8
Candy, quedó anonadada después de escuchar a Albert decir que era a ella a la que andaban buscando, nunca imaginó que esto pudiera pasarle a ella, pues ella creía que su madre podría haber sido pobre y que no tenía cómo cuidarla, que tal vez fué ése el motivo por el cual fué regalada.
Por otro lado Paulina también estaba asombrada, pensó una y mil cosas, por un lado sintió mucha tristeza por que le quitarían a su niña, por otro lado pensó que Candy tenía derecho de ser reconocida por su verdadera familia y tener un mejor futuro, luego dijo
-¿Señor Ardley, cómo puedo yo estar segura de que todo lo que ha dicho es cierto?
-Sabía que iba a tener dudas, ¡George por favor! -dijo Albert haciéndole señas con la mano para que se acercara
George colocó un maletín sobre el escritorio y al abrirlo, Albert sacó una fotografía de este
-Señora Paulina, ¿reconoce usted a esta joven? -dijo Albert mostrándole una fotografía de Rosemary
-¡Oh por dios…si, si fué ella quien me dió a la niña! -dijo Paulina al ver a la joven que se parecía mucho a Candy
Candy al ver a Paulina confirmar reconocerla, se inclinó para poder verla, y al hacerlo Albert vió como un objeto brillante colgaba del cuello de la rubia, luego Candy muy emocionada dijo con lágrimas en sus ojos
-¿Ella es mi madre?
-Sí Candy, ella es Rosemary mi hermana, tu madre, y hay algo más que me lo confirma -dijo Albert sacando de su camisa una cadena idéntica a la de Candy
-¡Esto! mi padre nos la regaló a Rosemary y a mí para una navidad cuando éramos adolescentes -dijo Albert
-¡Oh! -dijeron ambas sorprendidas
-Señora Paulina, quiero que lea esta carta en la que mi hermana cuenta por qué fué a usted que le entregó la niña -mencionó Albert sacando una carta del maletín.
Paulina al abrir la carta empezó a leer mentalmente para sí
"Querido Albert,
Cuando leas esta carta probablemente yo ya no estaré más en este mundo, me atrevo a escribirte estas líneas porque sé que solo tú puedes hacerlo, ahora que has tomado las riendas de esta familia. Albert, quiero pedirte que encuentres a mi hijita, que con todo el dolor de mi alma un día tuve que entregársela a una señora en Lakewood, fué en la Iglesia del pueblo cerca de la mansión, se la dí a esa señora que venía saliendo de la iglesia, al verla me pareció ser una buena persona, así lo sintió mi corazón que sería ella quien cuidaría de mi bebé, al entregársela salí corriendo pero a medio camino me arrepentí, y al regresar ya no la encontré, intenté buscarla por mi cuenta, pero con mi enfermedad se me hizo más difícil, y lo único que podía hacer es desearle toda la bendición a mi hija y a esa buena mujer, y mejor pasar el poco tiempo que tengo con mi querido Anthony.
Albert, busca a mi hija por favor y dale el lugar que se merece como toda una Ardley,
Rosemary."
Después de leer la carta, Paulina sintió que su corazón se le desgarraba, pues entendió que Candy tenía que estar con los suyos, secó una lágrima que rodaba por su mejía, dobló la carta para devolvérsela a Albert y dijo
-Yo no soy quien para interponerme en su búsqueda, definitivamente todo está claro que es Candy a quien buscan, aunque me va a doler mucho separarme de ella, es lo correcto que esté con ustedes.
-¡No!, ¿como lo correcto nana? -dijo Candy con voz quebrada a punto de llorar -Yo no quiero separarme de ti, si fué por tí que sobreviví. Y ustedes -se refirió a los hombres -¿cómo son capaces de querer separarnos así como así?, si al lado de mi nana he tenido una infancia muy buena, el amor de una verdadera madre, si fué ella quien me inculcó los buenos valores, si fué ella quien me brindó la educación y los recursos para poder ser alguien, mi nana es una gran mujer que admiro mucho, porque siempre me habló con la verdad, siempre supe que no era mi verdadera madre, pero yo la he querido como si lo fuera, ella no quiso que la llamara madre si no nana,...yo la quiero mucho y no quiero dejarla -dijo Candy rompiendo en llanto abrazada a Paulina.
Albert se dió cuenta que no podía separarlas al ver el gran cariño que había entre ambas, así es que tomando una decisión dijo
-No niego que al principio esa era mi intención que vinieras a casa con nosotros Candy, pero dada las circunstancias no voy a separarlas
-¡Pero tío es mi hermana y tiene que estar con nosotros! -protestó Anthony
-Calma Anthony, -le dijo Albert, luego se dirigió a Paulina y le dijo
-Tengo una propuesta para usted
-¿Cuál es? -preguntó Paulina
-¡Que Candy y usted se muden a la mansión con nosotros!?
-Es muy amable de su parte señor Ardley, pero no puedo aceptar su propuesta, yo tengo que hacerme cargo de mi negocio, no puedo abandonarlo, porque es de este que nos hemos mantenido todos estos años! -mencionó ella
-¡Eso no es problema señora Paulina! en agradecimiento por todo lo que ha hecho por mi sobrina, déjeme buscar un lugar más grande con más empleados en donde tenga que trabajar menos, y no se preocuparía por los gastos estos correrían por mi cuenta y usted seguiría estando presente en la vida de Candy, no tiene que darme la respuesta hoy mismo, piénselo bien y en cuanto haya tomado una decisión me lo hace saber -le dijo Albert
Paulina no tenía mucho que pensar, ella conocía muy bien a Candy y estaba segura que si ella decía que no, Candy no se iría con su verdadera familia, por eso ya segura habló
-Está bien señor Ardley, acepto
-¡Muy bien! entonces nos encargaremos con George de los trámites necesarios y en cuanto estén listos haremos el traslado -le dijo Albert sonriente
Candy se sentía más tranquila de cómo se dieron las cosas, se daría la oportunidad de conocer a su nueva familia y tendría a su querida nana cerca de ella.
Mientras tanto en la mansión Leagan, una Elisa muy inquieta trataba de convencer a su hermano
-¡Vamos Neal, tienes que ayudarme a deshacerme de esa arribista!
-Mira Elisa, te estás ahogando en un vaso de agua, aún no se sabe si es la misma persona a la que buscan, además ¿como piensas deshacerte de ella si ni siquiera la conoces? y para serte honesto yo prefiero no meterme en ese asunto, no quiero tener problemas con Albert ya que gracias a él pude saldar la deuda de las apuestas de cartas que tenía, mi respuesta es nó Elisa y tú también deberías de olvidarte de esa joven
-¡Eres un cobarde Neal! veo que perdí mi tiempo contigo, pero ya me las arreglaré sola -dijo Elisa muy enojada azotando la puerta al salir de la habitación.
Finalmente Albert y Anthony estaban más que felices, pues ese encuentro con Paulina y Candy, ponía fin a un duro proceso de búsqueda. Ya para despedirse, Albert sacó una última carta que Rosemary había dejado a Candy y le dijo
-Candy esta carta la dejó tu madre para tí, léela con calma y ojalá te aclare algunas preguntas que puedas tener, estoy muy feliz de haberte conocido sobrina, te pareces tanto a Rosemary, pronto sabrás todo de ella y de todo lo que ha dejado para tí en la mansión,...¡y por cierto Candy ya me enteré de tu sueño!...señora Paulina desde hoy yo me haré cargo de los gastos de mi sobrina para que pueda realizar su sueño.
Albert y Anthony abrazaron a Candy, luego le dijo a Paulina que se comunicaría con ella en cuanto todo estuviera listo, se despidieron de ambas mujeres y junto a Patty que los esperaba en la sala salieron de la casa.
***Continuara….
Nota: de todo corazón quiero agradecer a todas las chicas que le dieron la oportunidad de leer esta historia, al principio iba ser de solo un par de capítulos pero se alargó, y aún falta que nuestros rebeldes se conozcan, pero por falta de tiempo no voy a poder terminarla, lo intentaré pero si no, espero continuarla y subirla en Wattpad o en fanfiction, se los haré saber en los grupos que coincidimos, mil gracias nuevamente.
"Sueño de Ballet"
Capítulo 8
Candy, quedó anonadada después de escuchar a Albert decir que era a ella a la que andaban buscando, nunca imaginó que esto pudiera pasarle a ella, pues ella creía que su madre podría haber sido pobre y que no tenía cómo cuidarla, que tal vez fué ése el motivo por el cual fué regalada.
Por otro lado Paulina también estaba asombrada, pensó una y mil cosas, por un lado sintió mucha tristeza por que le quitarían a su niña, por otro lado pensó que Candy tenía derecho de ser reconocida por su verdadera familia y tener un mejor futuro, luego dijo
-¿Señor Ardley, cómo puedo yo estar segura de que todo lo que ha dicho es cierto?
-Sabía que iba a tener dudas, ¡George por favor! -dijo Albert haciéndole señas con la mano para que se acercara
George colocó un maletín sobre el escritorio y al abrirlo, Albert sacó una fotografía de este
-Señora Paulina, ¿reconoce usted a esta joven? -dijo Albert mostrándole una fotografía de Rosemary
-¡Oh por dios…si, si fué ella quien me dió a la niña! -dijo Paulina al ver a la joven que se parecía mucho a Candy
Candy al ver a Paulina confirmar reconocerla, se inclinó para poder verla, y al hacerlo Albert vió como un objeto brillante colgaba del cuello de la rubia, luego Candy muy emocionada dijo con lágrimas en sus ojos
-¿Ella es mi madre?
-Sí Candy, ella es Rosemary mi hermana, tu madre, y hay algo más que me lo confirma -dijo Albert sacando de su camisa una cadena idéntica a la de Candy
-¡Esto! mi padre nos la regaló a Rosemary y a mí para una navidad cuando éramos adolescentes -dijo Albert
-¡Oh! -dijeron ambas sorprendidas
-Señora Paulina, quiero que lea esta carta en la que mi hermana cuenta por qué fué a usted que le entregó la niña -mencionó Albert sacando una carta del maletín.
Paulina al abrir la carta empezó a leer mentalmente para sí
"Querido Albert,
Cuando leas esta carta probablemente yo ya no estaré más en este mundo, me atrevo a escribirte estas líneas porque sé que solo tú puedes hacerlo, ahora que has tomado las riendas de esta familia. Albert, quiero pedirte que encuentres a mi hijita, que con todo el dolor de mi alma un día tuve que entregársela a una señora en Lakewood, fué en la Iglesia del pueblo cerca de la mansión, se la dí a esa señora que venía saliendo de la iglesia, al verla me pareció ser una buena persona, así lo sintió mi corazón que sería ella quien cuidaría de mi bebé, al entregársela salí corriendo pero a medio camino me arrepentí, y al regresar ya no la encontré, intenté buscarla por mi cuenta, pero con mi enfermedad se me hizo más difícil, y lo único que podía hacer es desearle toda la bendición a mi hija y a esa buena mujer, y mejor pasar el poco tiempo que tengo con mi querido Anthony.
Albert, busca a mi hija por favor y dale el lugar que se merece como toda una Ardley,
Rosemary."
Después de leer la carta, Paulina sintió que su corazón se le desgarraba, pues entendió que Candy tenía que estar con los suyos, secó una lágrima que rodaba por su mejía, dobló la carta para devolvérsela a Albert y dijo
-Yo no soy quien para interponerme en su búsqueda, definitivamente todo está claro que es Candy a quien buscan, aunque me va a doler mucho separarme de ella, es lo correcto que esté con ustedes.
-¡No!, ¿como lo correcto nana? -dijo Candy con voz quebrada a punto de llorar -Yo no quiero separarme de ti, si fué por tí que sobreviví. Y ustedes -se refirió a los hombres -¿cómo son capaces de querer separarnos así como así?, si al lado de mi nana he tenido una infancia muy buena, el amor de una verdadera madre, si fué ella quien me inculcó los buenos valores, si fué ella quien me brindó la educación y los recursos para poder ser alguien, mi nana es una gran mujer que admiro mucho, porque siempre me habló con la verdad, siempre supe que no era mi verdadera madre, pero yo la he querido como si lo fuera, ella no quiso que la llamara madre si no nana,...yo la quiero mucho y no quiero dejarla -dijo Candy rompiendo en llanto abrazada a Paulina.
Albert se dió cuenta que no podía separarlas al ver el gran cariño que había entre ambas, así es que tomando una decisión dijo
-No niego que al principio esa era mi intención que vinieras a casa con nosotros Candy, pero dada las circunstancias no voy a separarlas
-¡Pero tío es mi hermana y tiene que estar con nosotros! -protestó Anthony
-Calma Anthony, -le dijo Albert, luego se dirigió a Paulina y le dijo
-Tengo una propuesta para usted
-¿Cuál es? -preguntó Paulina
-¡Que Candy y usted se muden a la mansión con nosotros!?
-Es muy amable de su parte señor Ardley, pero no puedo aceptar su propuesta, yo tengo que hacerme cargo de mi negocio, no puedo abandonarlo, porque es de este que nos hemos mantenido todos estos años! -mencionó ella
-¡Eso no es problema señora Paulina! en agradecimiento por todo lo que ha hecho por mi sobrina, déjeme buscar un lugar más grande con más empleados en donde tenga que trabajar menos, y no se preocuparía por los gastos estos correrían por mi cuenta y usted seguiría estando presente en la vida de Candy, no tiene que darme la respuesta hoy mismo, piénselo bien y en cuanto haya tomado una decisión me lo hace saber -le dijo Albert
Paulina no tenía mucho que pensar, ella conocía muy bien a Candy y estaba segura que si ella decía que no, Candy no se iría con su verdadera familia, por eso ya segura habló
-Está bien señor Ardley, acepto
-¡Muy bien! entonces nos encargaremos con George de los trámites necesarios y en cuanto estén listos haremos el traslado -le dijo Albert sonriente
Candy se sentía más tranquila de cómo se dieron las cosas, se daría la oportunidad de conocer a su nueva familia y tendría a su querida nana cerca de ella.
Mientras tanto en la mansión Leagan, una Elisa muy inquieta trataba de convencer a su hermano
-¡Vamos Neal, tienes que ayudarme a deshacerme de esa arribista!
-Mira Elisa, te estás ahogando en un vaso de agua, aún no se sabe si es la misma persona a la que buscan, además ¿como piensas deshacerte de ella si ni siquiera la conoces? y para serte honesto yo prefiero no meterme en ese asunto, no quiero tener problemas con Albert ya que gracias a él pude saldar la deuda de las apuestas de cartas que tenía, mi respuesta es nó Elisa y tú también deberías de olvidarte de esa joven
-¡Eres un cobarde Neal! veo que perdí mi tiempo contigo, pero ya me las arreglaré sola -dijo Elisa muy enojada azotando la puerta al salir de la habitación.
Finalmente Albert y Anthony estaban más que felices, pues ese encuentro con Paulina y Candy, ponía fin a un duro proceso de búsqueda. Ya para despedirse, Albert sacó una última carta que Rosemary había dejado a Candy y le dijo
-Candy esta carta la dejó tu madre para tí, léela con calma y ojalá te aclare algunas preguntas que puedas tener, estoy muy feliz de haberte conocido sobrina, te pareces tanto a Rosemary, pronto sabrás todo de ella y de todo lo que ha dejado para tí en la mansión,...¡y por cierto Candy ya me enteré de tu sueño!...señora Paulina desde hoy yo me haré cargo de los gastos de mi sobrina para que pueda realizar su sueño.
Albert y Anthony abrazaron a Candy, luego le dijo a Paulina que se comunicaría con ella en cuanto todo estuviera listo, se despidieron de ambas mujeres y junto a Patty que los esperaba en la sala salieron de la casa.
***Continuara….
Nota: de todo corazón quiero agradecer a todas las chicas que le dieron la oportunidad de leer esta historia, al principio iba ser de solo un par de capítulos pero se alargó, y aún falta que nuestros rebeldes se conozcan, pero por falta de tiempo no voy a poder terminarla, lo intentaré pero si no, espero continuarla y subirla en Wattpad o en fanfiction, se los haré saber en los grupos que coincidimos, mil gracias nuevamente.