Mis bellas lectoras,estoy muy feliz de haber leído los comentarios que me dejaron en la primera parte de este final que posteé anoche, pues hoy les traigo la segunda parte y este sí yo creo que es el final del final JAJAJA y les invito a leerme próximamente en el final alternativo en el cual Candy se quedaría con Albert. Sé que mi querida Therese Graham no se resigna a quedarse con un solo galán y he ahí la inspiración que tuvo para idear esta historia, yo me encargo de plasmar sus fantasías
Como pequeña aclaración, solo me queda mencionar que Candy y Terry se encuentran cerca a los 60 años, mientras que Albert va por los 70. También quiero recordarles que el Albert de esta historia, aunque sea bondadoso y esté bien portado a la altura, tiene sus secretillos, como la ocasión en la que cierto reportero quiso chantajearlo, recuerden qué hizo nuestro galante escocés tiene un pequeño lado un tanto oscuro, solo espero que disfruten de este final. Cuéntenme qué les pareció
PD: El fanart que adjunté a esta historia, fue hecho por un amigo mío, como regalo, así que sus merecidos créditos!
-¿Alguna noticia sobre ella?
-¿A qué te refieres George? –cuestionó tras echar un vistazo rápido al manuscrito y volver a guardarlo dentro del sobre
-William, sé que probablemente me encuentro en los últimos años de mi vida, te he acompañado a lo largo de toda tu vida, sé que no me lo has contado todo, como aquella ocasión en que un reportero te citó y luego el hombre solo desapareció de la faz de la tierra, puedo ver cómo eres William, he podido descubrirlo durante todo este tiempo, si aún quieres que no me vaya, al menos sé sincero en mi presencia
-George, no eres el único que ha envejecido y aprendido tanto, te recuerdo que yo también tengo ya algunas décadas que no pasan en vano, me atrevo a decir que eres un hombre muy bueno, más que yo mismo, y lo sabes, no quiero pedirte que guardes mis secretos, podría ponerte en riesgo
-Comprendo –dijo George, hizo una venia y abrió la puerta- William –llamó una vez más- tú mismo mandaste a cremar su cuerpo, tú fuiste quien la encontró…
-Y fui precisamente yo, quien llegó a la hora exacta para iniciar la cremación, sin embargo, se adelantaron a comenzar antes de que yo viera, siento que aún está por algún lado, y me tomaré el tiempo necesario para cerciorarme de ello
-Déjala marchar William, solo te estés aferrando a una ilusión
-Dile a Marcia que me espere en el auto que está afuera, yo iré en unos minutos
George cerró la puerta tras de sí, Albert encendió la fogata moderna que tenía, arrugó la carta que había recibido y la lanzó con furia hacia el fuego para que este la devorara rápidamente, aun no se habían encontrado rastros de Candy, pero eso no le haría detenerse, no podía resignarse a que había sido una simple casualidad el que hubieran iniciado la cremación en la funeraria, antes de que él llegara, y tampoco dieron un nombre exacto de quién se había tomado la libertad de hacerlo. Y más aún al saber que su viejo rival había decidido desaparecer de sus vidas desde hacía un par de años atrás alegando que su tiempo de escribir había terminado y que viviría los últimos años de su vida en quién sabe dónde, ¡pero que coincidencia! Que había sido imposible localizar su paradero hasta el momento. Su objetivo era descubrir si ellos aún estaban juntos y dónde se encontraban, ni siquiera Marcia, una mujer tan atractiva, podría hacerle perder de vista lo que deseaba lograr.
-¿Cómo es que llegaron a este lugar? no puedo creer que se encuentren tan felices viviendo aquí, Ronda es un poblado pequeño –decía el dueño de “El kalero”, un cómo pub que habían descubierto desde hacía un tiempo
-Es lo mismo que le dije a Julieta, pero debo admitir que me enamoré de este lugar, casi tanto como de ella –dijo mirando a la mujer de melena castaña y rizada, regalándole una sonrisa pícara
-Qué romántico –dijo una joven que observaba la escena mientras daba un sorbo a la cerveza que tenía en la mano
-¿Piensan quedarse aquí hasta sus últimos días?
-Creo que no podríamos dar una respuesta muy exacta, James y yo estamos un día por aquí, y al siguiente, estamos rumbo a algún lugar lejano, ¿no es así cariño? –cuestionó ella
-Por supuesto, ahora mi bella Julieta, ¿qué te parece si vamos a dar un paseo? –James se levantó extendiendo un brazo hacia la dama que le acompañaba y juntos se encaminaron hacia la Plaza Carmen Abela.
-Terry –susurró ella
-¿Si?
-¿Eres feliz aquí, conmigo?
-Soy el hombre más feliz cuando estás a mi lado Candy
-A veces aún tengo temor, de que nos encuentren
-No creo que él piense que estás viva
-Aquel preparado que bebí, y supuestamente me causó un infarto, tuve miedo, creí que, al despertar, no te encontraría a mi lado
-Te juré que estaría ahí cuando despertaras, y yo mismo me encargué de cremar aquel cadáver, él solo lo vio cuando se estaba convirtiendo en cenizas
-Ese es el motivo, por el que temo, ¿y si sospechó que no era yo quien estaba ardiendo en el fuego?
-Es una posibilidad que podemos contemplar, esa decisión fue muy difícil de tomar para ambos, pero lo hicimos, y estamos juntos en todo, cuando creamos que es conveniente marcharnos a otro lugar, nos iremos, estaré contigo siempre
-No habría podido imaginar antes, que tú y yo nos encontraríamos en este lugar, tan recóndito y a nuestra edad, escapando como un par de fugitivos –Candy dejó escapar una risilla juguetona, a pesar de los años, conservaba su alegría, era la misma chiquilla que conoció en el San Pablo, o más bien, en el Mauritania, tan vivaz, tan solo un pequeño detalle había cambiado, y es que al establecerse en Ronda, decidió cambiar el color de su cabello, un detalle que quizás le ayudaba a sentirse a salvo, y aun así, lucía hermosa
-Querida Julieta, “el amor es un humo que sale del vaho de los suspiros, al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes, al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de aquellos, ¿qué más da? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva…” y ese es el amor que tengo por ti, Candy.
FIN...
NOTA: Espero que les haya gustado, este último párrafo que escribí, es un extracto de Romeo y Julieta, espero que hayan imaginado a Terry citando esa parte llena de tan profundo significado, a mí me encantó!! No olviden que pronto estará listo el final alternativo con Albert
Como pequeña aclaración, solo me queda mencionar que Candy y Terry se encuentran cerca a los 60 años, mientras que Albert va por los 70. También quiero recordarles que el Albert de esta historia, aunque sea bondadoso y esté bien portado a la altura, tiene sus secretillos, como la ocasión en la que cierto reportero quiso chantajearlo, recuerden qué hizo nuestro galante escocés tiene un pequeño lado un tanto oscuro, solo espero que disfruten de este final. Cuéntenme qué les pareció
PD: El fanart que adjunté a esta historia, fue hecho por un amigo mío, como regalo, así que sus merecidos créditos!
-¿Alguna noticia sobre ella?
-¿A qué te refieres George? –cuestionó tras echar un vistazo rápido al manuscrito y volver a guardarlo dentro del sobre
-William, sé que probablemente me encuentro en los últimos años de mi vida, te he acompañado a lo largo de toda tu vida, sé que no me lo has contado todo, como aquella ocasión en que un reportero te citó y luego el hombre solo desapareció de la faz de la tierra, puedo ver cómo eres William, he podido descubrirlo durante todo este tiempo, si aún quieres que no me vaya, al menos sé sincero en mi presencia
-George, no eres el único que ha envejecido y aprendido tanto, te recuerdo que yo también tengo ya algunas décadas que no pasan en vano, me atrevo a decir que eres un hombre muy bueno, más que yo mismo, y lo sabes, no quiero pedirte que guardes mis secretos, podría ponerte en riesgo
-Comprendo –dijo George, hizo una venia y abrió la puerta- William –llamó una vez más- tú mismo mandaste a cremar su cuerpo, tú fuiste quien la encontró…
-Y fui precisamente yo, quien llegó a la hora exacta para iniciar la cremación, sin embargo, se adelantaron a comenzar antes de que yo viera, siento que aún está por algún lado, y me tomaré el tiempo necesario para cerciorarme de ello
-Déjala marchar William, solo te estés aferrando a una ilusión
-Dile a Marcia que me espere en el auto que está afuera, yo iré en unos minutos
George cerró la puerta tras de sí, Albert encendió la fogata moderna que tenía, arrugó la carta que había recibido y la lanzó con furia hacia el fuego para que este la devorara rápidamente, aun no se habían encontrado rastros de Candy, pero eso no le haría detenerse, no podía resignarse a que había sido una simple casualidad el que hubieran iniciado la cremación en la funeraria, antes de que él llegara, y tampoco dieron un nombre exacto de quién se había tomado la libertad de hacerlo. Y más aún al saber que su viejo rival había decidido desaparecer de sus vidas desde hacía un par de años atrás alegando que su tiempo de escribir había terminado y que viviría los últimos años de su vida en quién sabe dónde, ¡pero que coincidencia! Que había sido imposible localizar su paradero hasta el momento. Su objetivo era descubrir si ellos aún estaban juntos y dónde se encontraban, ni siquiera Marcia, una mujer tan atractiva, podría hacerle perder de vista lo que deseaba lograr.
-¿Cómo es que llegaron a este lugar? no puedo creer que se encuentren tan felices viviendo aquí, Ronda es un poblado pequeño –decía el dueño de “El kalero”, un cómo pub que habían descubierto desde hacía un tiempo
-Es lo mismo que le dije a Julieta, pero debo admitir que me enamoré de este lugar, casi tanto como de ella –dijo mirando a la mujer de melena castaña y rizada, regalándole una sonrisa pícara
-Qué romántico –dijo una joven que observaba la escena mientras daba un sorbo a la cerveza que tenía en la mano
-¿Piensan quedarse aquí hasta sus últimos días?
-Creo que no podríamos dar una respuesta muy exacta, James y yo estamos un día por aquí, y al siguiente, estamos rumbo a algún lugar lejano, ¿no es así cariño? –cuestionó ella
-Por supuesto, ahora mi bella Julieta, ¿qué te parece si vamos a dar un paseo? –James se levantó extendiendo un brazo hacia la dama que le acompañaba y juntos se encaminaron hacia la Plaza Carmen Abela.
-Terry –susurró ella
-¿Si?
-¿Eres feliz aquí, conmigo?
-Soy el hombre más feliz cuando estás a mi lado Candy
-A veces aún tengo temor, de que nos encuentren
-No creo que él piense que estás viva
-Aquel preparado que bebí, y supuestamente me causó un infarto, tuve miedo, creí que, al despertar, no te encontraría a mi lado
-Te juré que estaría ahí cuando despertaras, y yo mismo me encargué de cremar aquel cadáver, él solo lo vio cuando se estaba convirtiendo en cenizas
-Ese es el motivo, por el que temo, ¿y si sospechó que no era yo quien estaba ardiendo en el fuego?
-Es una posibilidad que podemos contemplar, esa decisión fue muy difícil de tomar para ambos, pero lo hicimos, y estamos juntos en todo, cuando creamos que es conveniente marcharnos a otro lugar, nos iremos, estaré contigo siempre
-No habría podido imaginar antes, que tú y yo nos encontraríamos en este lugar, tan recóndito y a nuestra edad, escapando como un par de fugitivos –Candy dejó escapar una risilla juguetona, a pesar de los años, conservaba su alegría, era la misma chiquilla que conoció en el San Pablo, o más bien, en el Mauritania, tan vivaz, tan solo un pequeño detalle había cambiado, y es que al establecerse en Ronda, decidió cambiar el color de su cabello, un detalle que quizás le ayudaba a sentirse a salvo, y aun así, lucía hermosa
-Querida Julieta, “el amor es un humo que sale del vaho de los suspiros, al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes, al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de aquellos, ¿qué más da? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva…” y ese es el amor que tengo por ti, Candy.
FIN...
NOTA: Espero que les haya gustado, este último párrafo que escribí, es un extracto de Romeo y Julieta, espero que hayan imaginado a Terry citando esa parte llena de tan profundo significado, a mí me encantó!! No olviden que pronto estará listo el final alternativo con Albert