DE TU MANO
Historia época alterna
CAPÍTULO 4
Neil entró al despacho de Archie sin anunciarlo.
No sabía porque le incomodaba tanto la idea de imaginar que él y Jade pudieran tener un tipo de relación. Archie se sorprendió mucho al verlo ahí frente a él caminando.
—Neil, primo que sorpresa más agradable, me encanta verte tan recuperado y ese bastón te da un porte de Lord, solo te hace falta el sombrero.
—Si serás un idiota Archie, más bien me servirá para darte en la cabeza por verme la cara de estúpido.
—¿De qué hablas? No te entiendo.
—Tu y mi tío me vieron la cara, me hicieron firmar un contrato sin mi consentimiento.
—¡Oh no! No me vengas con esa estupidez, tú sabes que como abogados no firmamos nada sin antes leer, es nuestra regla número uno, tú lo sabes mejor que nadie. Solo que tú enojo con la vida y el querernos lejos de ti, firmaste sin revisar los papeles que mi tío te dió. Pero vete hombre luces genial valió la pena la idea de mi tío, realmente él fue la mente macabra de todo esto —rio Archie.
—¡Quiero ver ese contrato!
—Está bien, deja se lo pido a la secretaría, no se porque tanto revuelo por esto, una chica linda ha estado a tu lado. Has dejado tu etapa de autocompasión como me dijera Jade, ya tienes ganas de pelear, eso me alegra tanto, nunca creí decirlo pero te prefiero así, que encerrado sin querer vernos. Estás listo para los tribunales.
—¿Han hablado de mí?
—Es tu fisoterapeuta, como no hacerlo; créeme solo le saque las palabras de mucho insistir, pero no temas solo mencionó eso y que muy pronto dejará de trabajar contigo, creerlo lo menos que quería es hablar de ti. Quería conocerla más.
—¿Tú y ella…? —interrumpió la secretaria entrando a la oficina.
—Aquí está el contrato que me pidió el señor Cornwell. ¿Puedo ayudarle en algo más?
—Si, estuviera bien un café, muchas gracias Hellen.
Neil tomó el folder en sus manos y empezó a leer del contrato.
—Quiero que sepas que ella, nunca estuvo muy de acuerdo en firmar ese contrato, cuando llegó a la cláusula dónde si tú la corrías se quedaría con parte de tu herencia, para convencerla fue necesario de Candy y Terry, ellos la persuadieron.
—Es verdad que ella tenía los fines de semana de descanso —repitió Neil, mientras proseguía leyendo.
—Si, es lo que tengo entendido.
—Pero en todo este tiempo solo ha salido dos veces. Y las dos contigo —lo miro molesto.
—Vaya que debes ser el demonio, para que se quiera deshacer de ti lo más pronto posible, prefirió estar contigo esos días trabajando. Supongo que eso es un extra bono a su sueldo —se burló Archie.
—¡Eres un estúpido!
—Vez que carácter te cargas, siempre enojado pero no importa así te quiero primito.
—Veo que se le paga por mes y se le dió una tarjeta para sus cosas personales.
—Trajeta que nunca ha usado y he revisado varias veces su movimiento, raro en una mujer, fuera otra ya hubiera comprado ropa y perfumes a morir. Supongo que ella tiene otros intereses.
—El contrato está apunto de expirar.
—Así es, no te da gusto, por fin te dejaremos en paz y yo podré invitarla a salir, ella me interesa.
—¡Que! No te atrevas.
—¿Por qué no? Es soltera, muy linda y no tiene novio. Y además tengo la aprobación de su hermana.
—¡¿Su hermana?!
—Yo pensé que no tenía familia, su madre falleció hace unos años y su padre hace poco me comentó en una plática.
—No me digas que no lo sabías, ella es media hermana de Candy.
—¡Y porque nadie me lo dijo!
—Acaso no será tu carácter del demonio, nos corriste a todos de tu casa. Supongo Candy ni mi tío te lo quisieron decir, como lo hubieras tomado he…, dime, lo hubieras visto como que tenías al enemigo en casa y que seguramente metimos alguien para espiarte. Ella siempre ha sido tan correcta, yo no voy a desaparecer Neil, si ella acepta mi cortejo pronto será mi novia esa mujer es por las que vale la pena luchar.
El cerró el folder en sus manos y miró por unos segundos a su primo «lo se» pensó ante las palabras de Archie.
—Pues yo también lo haré, ella me gusta y mucho, en estos meses me enamoré, no me preguntes cómo pero lo hice, y no quiero que la veas.
—Se te está olvidando algo, la decisión la toma Jade, no tu.
Neil salió de la oficina de su primo dando un portazo detrás de él. Que se creía para decirle que estaba interesado en Jade. No, no lo permitiría, era la primera vez que sentía ese dolor en su pecho ¿Acaso celos?.
En cambio Archie solo se quedó sonriendo, el plan había funcionado. El al verlo llegar a su oficina y pidiendo el contrato de Jade de ese modo era por una razón, su primo sentía cosas por ella, y quiso comprobarlo mostrándose interesado por ella.
—Ay primito estás hasta las manitas por esa chica, solo un hombre es capaz de comportarse así cuando siente algo, y si sobre todo tu; pero bueno sufre un rato pensando que ella me interesa, que por algún tiempo fue así cuando la conocí en Londres, y me la presentó Candy, pero por circunstancias las cosas no se dieron, la quiero igual que a Candy.
Neil esperaba por el elevador muy molesto, que se creía Archie para decirle abiertamente que estaba interesado en ella. Las puertas del elevador se abrieron y se encontró a su mejor amigo Harold Miller.
—Neil que gusto de verte nuevamente —lo abrazo. Fue una sorpresa verte entrar caminando, quise saludarte pero debía atender a un cliente, me alegra verte alcanzado.
—Gracias Harold, no creo volver por lo menos en dos meses más, pero se que todo está en buenas manos, Archie lleva varios casos de los que eran míos y tú otra parte.
—Si así es «ese estúpido no me ha dejado trabajar como se debe» penso. No te preocupes.
Se que pronto volveremos a correr en moto como solíamos hacerlo.
Neil al momento de escuchar esas palabras vinieron a su mente las imágenes del accidente en cámara lenta.
Acaso sería capaz de volver a correr una motocicleta, sus manos transpiraban y su respiración se hizo entrecortada.
—¿Estás bien Neil?
—Si estoy bien, es solo que sentí un poco de dolor, no debí esforzarme tanto hoy, —mintió, pudo sentir ansiedad en pensar si sería capaz de montarse en una moto de carreras nuevamente, una de sus grandes pasiones.
En los tribunales era conocido por ser llamado el abogado rebelde, siempre que podía prefería usar su motocicleta si el clima se lo permitía.
—Me tengo que ir Harold, debo llegar a mi terapia. —mintió.
—Adiós Leagan, no sabes cuánto se te extraña —mintió y una risa hipócrita se formó en la comisura de sus labios.
—Señor Leagan, ¿A dónde vamos? —preguntó su chófer.
—Vamos a casa, no espera, llévame a la jefatura de policía creo que es hora de hablar con el detective Marlon. «debo enfrentar eso» ella me lo ha enseñado. Si he dado mi mayor esfuerzo para volver a caminar, es hora de saber si todo esto fue solo un accidente»
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Mientras tanto en el departamento de Neil, Jade buscaba las famosas llaves de su auto, en la charola de plata que le había dicho estaban, no se encontraban. Salió de la habitación y preguntó a Mary por ellas, la mujer dijo no haberlas visto.
—Y porque no las busca en los cajones de su buró, tal vez ahí estén.
—No creo que sea correcto.
—Señorita Jade, que es lo peor que puede encontrar ahí, acaso los calzones de mi niño —ambas mujeres se echaron a reír.
Jade le tomó la palabra y se animó a buscar en su habitación, para su sorpresa encontró en uno de los cajones un frasco de pastillas que perfectamente supo no eran prescritas por el doctor. "Vicodin" decía la etiqueta, era más que un simple desinflamatorio como el ibuprofeno era un medicamento controlado con alto riesgo de adicción y dependencia. «¡No puede ser! está automedicándose» en esos instantes resbaló el frasco de pastillas de su mano haciendo que todas cayeran en el piso. Se agachó y empezó a recogerlas y sin querer observó una botella de whisky vacía debajo de la cama.
—Así que no solo te es suficiente con las pastillas, no se porque no me ha dicho que sigues padeciendo dolor, tal vez sean necesarios más estudios. Si tu planeas seguir haciendo esto créeme yo no seré tu cómplice.
A lo lejos escucho la voz de Neil saludando a Mary. Ella devolvió deprisa todo a su lugar y sin que se diera cuenta se fue a su habitación.
Se quedó sentada en el diván de su recámara pensando qué hacer.
El sonido de la puerta la trajo de vuelta de sus pensamientos.
—Puedo pasar —preguntó Neil al otro lado de la puerta.
—Adelante —respondió Jade.
—Hola, ¿cómo estás? pensé que no te encontraría aquí.
—Estoy por irme he llamado un Uber, o no me diga que ya se arrepintió de darme la tarde libre.
—No de ninguna manera, ¿porque no usaste mi carro?
—Busque las llaves dónde me dijiste; no había nada, Mary de igual modo las busco, así que me di por vencida, me voy, necesito ir al centro comercial, debo comprar un vestido y algunas cosas para el bautizo de mi ahijada.
—Ya veo, te pido disculpas porque en todos estos meses no tuviste días de descanso, tendrás un bono extra.
—No, no es necesario, yo no lo hice por eso.
—No acepto un no por respuesta.
—Clásico de usted señor, no se le puede contradecir.
—Bueno entonces, si no lo quieres déjame pagarte invitandote a cenar está noche, nada formal, vayamos de compras y después a cenar. Digamos que necesito un traje de baño para mañana, al pensar que no volvería a caminar, obviamente menos a nadar, mandé a donar toda mi ropa de verano. Dime qué aceptas.
Ella lo pensó por algunos segundos; pensó que tal vez sería la oportunidad de tocar el tema de lo que acababa de descubrir en su habitación.
—Está bien, acepto.
La tarde transcurrió entre risas y una plática amena. Cuando ella eligió el vestido blanco que usaría, él la observó a lo lejos cuando salió del probador. Dónde había estado escondida esa mujer, se preguntó. Aquel vestido permitía ver perfectamente cada una de sus curvas y esas zapatillas que complementaban el conjunto la hacían ver tan perfecta.
—Se acercó a él y preguntó:
—¿Te gusta? ¿Cómo me veo? No lo sé, nunca he usado algo así, pero Candy me advirtió que debía comprar un vestido blanco y esto es todo lo que hay.
—Él solo permaneció callado sin decir nada.
—Mm… creo que esto no es para mi, disculpa por haberte molestado.
—Espera —la tomó del brazo—. Te ves perfecta
Tu pareja se sentirá muy orgulloso de ti.
—Gracias respondió —sonrojada—. En realidad no tengo pareja, ni novio.
El se sintió aliviado ante su declaración, en esos momentos entendió que la quería para él y no le dejaría el camino libre a Archie.
—Quisiera ser yo el que pueda ir de tu mano al bautizo de la familia Grandchester, si tú me lo permites.
—Señor…, yo…,
—No digas nada, solo piensalo.
Era la primera vez que Neil, sentía tal atracción por alguien de ese modo. Su trabajo o más bien su esposa las leyes como él le dijera, no le daban tregua para entablar una relación con alguien, sus relaciones siempre habían sido casuales. Y cuando por error pensó había encontrado una chica con la que pudiera compartir parte de su vida. Después del accidente solo le había dado la espalda. Ni siquiera respondió uno de sus mensajes o mails. El tiempo de oscuridad por el cual atravesó le hizo darse cuenta que solo había estado interesada con él. La historia de su vida con las mujeres más cercanas a él Sarah y Eliza Legan. Su madre y hermana.
A la mañana siguiente ambos estaban listos para empezar las terapias en la alberca. Aunque ella no portaba un sexy traje de baño, le encantó verla de aquel modo. Y para ella de igual modo al verlo solo con tan sólo los shorts, no pudo evitar tragar saliva y mirar sus anchos hombros y bíceps. «Vaya, este debe ser hijo del diablo, meses encerrado sin hacer pesas» y es perfecto.
—¡Jade…! ¿Todo está bien?
—Eh, ah… sí, todo bien señor.
Ella puso polainas de peso en sus tobillos, para ejercitar en la alberca, ya adentro ella le daba indicaciones de que ejercicios debería hacer.
—¿Sientes dolor?
—No estoy bien. —Estás seguro. —Si, desde hace algún tiempo el dolor ha disminuido notablemente, todas las terapias me están ayudando. Todo gracias a ti.
—El mérito es tuyo, quiso dejar de autocompadecerse, y me alegra tanto verte casi al cien por ciento recuperado.
—Por favor, ya no me hables de usted.
—No creo que sea lo correcto.
—Ya, vamos, anda —chapoteó agua en su rostro.
—¡Cómo te atreves! Ambos empezaron a jugar hasta que sin pensarlo él la tomó por la cintura y la pego hacía sí en modo de que ambos quedaron mirándose muy cerca.
Ella reaccionó, se separó de él y le dijo:
—Prometo hacerlo con una condición.
—La que tú quieras.
—Quiero que me hables con la verdad —él por unos segundos se sintió emocionado, acaso sentía lo mismo que él, le iba preguntar sobre sus sentimientos.
—¿Desde hace cuánto sueles combinar alcohol con vicodin, porque no me hablas con la verdad sobre tu dolor?
A él le sorprendió su pregunta.
—¿Cómo lo sabes? Inquirió sorprendido.
—Desde el día que dijiste podía usar tu automóvil, Mary me aconsejó buscar en tus cajones y oh sorpresa ahí estaban esas malditas pastillas.
El se sorprendió al escucharla expresarse así, lo que nos sabía es que los últimos dos años de su padre con vida a causa de su enfermedad crónica se volvió adicto a las pastillas contra el dolor, varias veces trato de ayudarlo; fue inútil al final no murió de su padecimiento, eso había revelado su autopsia. Había sido por sobredosis de medicamentos y alcohol.
—Cuando te conocí, confieso que lo hacía, de hecho la botella de alcohol que supongo viste debajo de mi cama tiene meses ahí, y como pudiste ver hay pastillas en el frasco, si siguiera consumiendo de ellas lo hubieras encontrado vacío.
—Entiendo, promete que si sientes dolor y necesitas ayuda, me llamarás y veremos la opción de hacer más estudios ¡Por favor te lo pido! —Miro la preocupación en su rostro.
—Lo prometo —Tomo su mano y la beso.
Ella nerviosa le ordenó entrar al jacuzzi de hidromasaje por veinte minutos. Mientras tanto ella empezó por arreglar todas las cosas, la terapia estaba apunto de terminar, cuando al lado de la toalla de él miró su celular vibrar. En la pantalla aprecia la palabra "Mi Novia" Sintió un balde de agua fría, por un momento ella pensó que él y ella. Había sido una tontería pensarlo. Seguramente ahora que estaba casi recuperado, volvería con aquella modelo que viera en una revista de moda y le dijera una tarde Mary, esa había sido la novia del señor Leagan.
CONTINUARÁ...
Última edición por Saadesa el Vie Abr 29, 2022 12:48 pm, editado 1 vez