BY ROSSY CASTANEDA
CAPÍTULO I PARTE I
Nacer bajo el ala de una familia que carga sobre sus hombros una maldición era una verdadera pesadilla para la hija de cierta familia.
Todo sucedió en la Escocia del siglo diecisietes cuando se construía el castillo en donde ahora residía. Una familia inglesa, maldijo al Conde de Aberdeen, luego que uno de sus hijos deshonrara a su hija, para posteriormente rechazarla y avergonzarla ante una sociedad que con su lengua destruía a quien fuera sin importar estatus social y económico.
Malditos sean los Aberdeen... A partir de hoy, todas vuestras hijas estarán condenadas a sufrir la vergüenza pública que nuestra hija vive hoy; lloraran y sentirán el mismo dolor —fueron las palabras del patriarca.
Dicho maleficio alcanzó a la primera hija de los Aberdeen, y siguió generación, tras generación... pero ella lucharía para romper con aquello aunque se le fuera la vida en ello. A pesar de haber vivido en carne propia las consecuencias de dicha maldición, por nada del mundo se quedaría para vestir santos, o recluida en un convento... Limpiaría su honor, costase lo que costase, se casaría, tendría hijos y sería feliz todos los días que le restaran de vida, pero un lamentable episodio hacen que su vida de un giro inesperado que pondrán frente a su tormentoso pasado.
************
Escocia...
La cabeza le daba vuelta; tenía tantos problemas en los que pensar, que no sabía cuál atender primero. Todo hubiese sido más fácil si su sobrina fuese una mujer casada. Con veintitrés años, y tras lo sucedido años atrás, pocas probabilidades tenía ya para que algo así sucediera. Era hermosa y ahí radicaba su mayor preocupación.
Sus padres intentaron concretar un matrimonio para ella a fin de protegerla. Pero fue rechazada por la vía que idearon, y eso la marcó.
La joven solía decir que el maleficio familiar y su belleza fueron enviadas para castigarla por lo que decidió esconderse bajo las murallas del enorme castillo donde pasaba la mayor parte del día encerrada hasta que cumplió el tiempo y fue llevada a Londres para ser presentada en sociedad, y desde entonces las cosas cambiaron.
La muchacha no atendía a razones. —Era una mujer encantadora, y deslumbrante. —Cabello dorado como el sol de la mañana, ojos verdes como las mismísimas esmeraldas, y una figura envidiable, pero pese a tener físicamente todo lo que cualquier hombre desease, la maldición familiar se anteponía.
—¿Que haremos con estos cachivaches?
Te enseñare algunas tácticas de guerra para que te defiendas en caso que lo necesites.
La muchacha sonrió.
Después de unas semanas, su alumna se convirtió en una excelente guerrera que podría defenderse de la tiranía de quien osara propasarse con ella.
—Ahora si, puedo irme tranquilo, sé que en mi ausencia podrás defenderte y no te doblegarás ante nadie —la miró a los ojos, había inventado que debía regresar a para estar atender sus negocios —si no regreso, quiero que me prometas que dejaras este absurdo encierro.
—No diga tonterías, ni que fuera al campo de guerra —fijó su mirada en los ojos de su tío para que le prometiera que lo haría.
Él asintió. Aquel simple movimiento era una promesa que trataría de cumplir.
Los días y semanas pasaron y nadie dio razón alguna de su tío, y cierto bastardo, aprovechó el momento y quiso abusar de ella, en ausencia de sus padres.
—Padre, no quiero irme, este es mi hogar.
—Debes hacerlo Candice, todo esta arreglado, te recibirán en Londres.
—No quiero hacerlo —se negaba a casarse don un completo desconocido; al principio, aceptó porque pensó que era parte de una estrategia, pero se equivocó, su padre realmente había arreglado un matrimonio con un caballero inglés de quien solo conocía el nombre y apellido.
—No discutiremos más ese asunto, tu amiga irá también contigo, ya he hablado con sus padres y ellos están de acuerdo —fue la sentencia que le lanzó su padre antes de cerrar la puerta. La joven se dejó caer sobre el colchón de su cama, cubrió su rostro y los recuerdos de lo sucedido dos noches atrás llegaron a su cabeza:
Era una noche de luna llena, perfecta para escaparse y disfrutar de la luz que la madre naturaleza les regalaba.
—Es hora de partir, ya todo está listo —su mejor amiga se acercó a ella —debemos aprovechar que todos están durmiendo. —Salieron a hurtadillas y en cuanto estuvieron afuera de la casa, se toparon de frente con el ser mas repulsivo, que las miraba de manera lasciva.
De un fuerte empujón, el bastardo apartó a su amiga del camino y sujetó a la muchacha con fuerza para tomar su virtud, pero ella se defendió como una guerrera.
—Maldita zorra —dijo escupiendo la sangre que el golpe de ella le provocó —Tomaré de ti lo que deseo y te marcaré como mía —la apresó sobre el colchón de la cama.
—Prefiero morir antes que eso suceda. —replicó ella clavando sus uñas y desgarrrando la mejilla izquierda de aquel repulsivo rostro. —Aquella no era la primera vez que ese asqueroso hombre intentaba algo semejante, pero el desgraciado o tenía al diablo de su lado o cómplices dentro de la jefatura que lo ayudaban a salir airoso y seguía en la calle con su porte de hombre recto; de allí la decisión de su padre de enviarla a Londres y ella aceptó el plan que su tia y él idearon para que llegaran hasta ella sin complicaciones.
—Concederé tu deseo si eso es lo que quieres, maldita ramera, pero te aseguro que cuando esté dentro y me mesa dentro de ti, suplicarás para que te de más —espetó sintiendo la sangre correr por su rasgada mejilla.
—Jamás, maldito bastardo —alzó la rodilla para golpearlo en medio de sus piernas, pero él advirtió su movimiento y esquivó el golpe. —Sin embargo, no pudo esquivar el trancazo que su amiga le atizó en la cabeza.
—¿Está muerto?
—No lo sé y este no es momento de averiguarlo —la muchacha le quitó el objeto de bronce que aún sostenía entre sus manos y juntas se las arreglaron para arrastrar el cuerpo de hombre.
***********
—¿Cree que esto funcione?
—Por supuesto que lo hará. —Confíen en mi, no olviden que ellos buscaran entre las diligencias a una joven aristócrata y a su amiga con características específicas.
—Dios lo escuche —la joven alzó la mirada al cielo e internamente le pidió al Altísimo que las ayudara y cuidara de ellas en la larga travesía que emprenderían.
********
Si a alguna le interesa obtener la edición de la portada, hágamelo saber en sus comentarios