EL CORREO
CAPITULO 1
Suena la alarma y sé que un nuevo día ha empezado y aunque no quisiera dejar a un lado mis almohadas y edredones pues me aferran a su calor y suavidad, soy consciente que por el momento no puedo concederme tal regalo pues debo ir a trabajar.
Si hubiera aceptado ser un maniquí de sociedad como lo eran mis primas Annie y Eliza, talvez en este momento estuviera disfrutando de un quinto sueño o siendo consentida por Doroty mi dama de.compañiá.
Aun con toda esa comodidad nunca fui feliz. Talvez, la dama de establo, título con el cual Eliza quiso siempre menospreciar a voz en cuello mi humilde origen, nunca salió de mi a pesar de tanta instrucción, clase de etiqueta y deberes escolares que recibí en cuanto fui adoptada por los Andley.
Y aunque pasados los años y siendo confirmado que siempre si, en mis venas corría tan ilustre sangre, y no de cualquier Andley, sino del patriarca y magnate conocido como Sir Williams Andley, padre de Rosmary y Albert, mis medio hermanos.
Pienso, que tal vez el humilde origen de mi madre biológica, hija de un boticario reconocido en todo Ilinois, aunado a las enseñanzas de mis amadas madres del hogar de Pony, fueron los detonantes a que a mis diecisiete años "echará a la borda" todo ese mundo del que fui parte en mi adolescencia y que en este momento me encuentre como cualquier ser humano ganándose el pan diario en esta ciudad que es la tierra prometida para muchos, New York.
Suspiro desperezandome y estirando mi delgado cuerpo a lo largo de mi cama.
Vamos Candice, me hablo a mi misma, ya es jueves, mañana viernes y ya descansarás el sábado y domingo si logras salir de tus pendientes.
Como cualquier oficinista me enfundo en un traje de pantalón corte recto color gris plomo, el cual decido combinar con una linda y juvenil blusa de seda de cuello en V, color esmeralda, la cual según indicaciones de mi extrovertida compañera de cubículo Karen, combina con mis ojos.
Tras una larga carrera al metro, logró llegar a mi destino, una pequeña cafetería en donde deciso comprar un café moca White y un croisant de pavo y queso.
Aun tengo unos 30 minutos para que inicie mi jornada por lo que sin demora pago con mi tarjeta y salgo agradeciendo a Mili el tener listo mi pedido y es Charlee su jefe quien, guiñandome un ojo me vuelve a invitar a una copas.
¡Hoy nos reunimos en el Bistro! Me dice.
No lo sé Charlee, luego te confirmo si es posible, le respondo también con un guiño.
No lo harás, hermosa Candice, me dice haciendo un lindo puchero. Es mi cumpleaños, tienta a su suerte.
Vale. Vale, les veo en el Bistro.
Y es su sonrisa del gato que sale en Alicia en el país de las maravillas que me indica que se ha salido con las suyas.
Les dejo... ya solo tengo 20 minutos les confieso.
Tu edificio está al frente preciosa me indica Charlee, llegas en 5 así que desayuna en 15, me recomienda.
Tu no conoces a mi jefe. Le digo mientras retomo mi camino a la salida del local.
Tu jefe invisible que ni siquiera conoces, me incordia Mili.
Si Mili, ese mérito, les digo y haciendo un ademán por fin salgo hacia mi lugar de trabajo.
Como es mi costumbre, ingreso al gigantesco edificio de GG Corp.; acá simplemente soy una asistente más, leer correos, contestar, enviar presupuestos y trasladarlos son algunas de mis tareas, nada complicado, pienso.
¡Hola Karen! Saludo con un par de besos a mi compañera pues esta semana es la semana española.
Aunque ustedes no lo crean, mi amiga estudia actuación por lo que cada semana cambia de nacionalidad con el fin de poner en práctica acentos, tradiciones y modos de cada cultura que encuentre en Google.
Hola Tía, me dice con ese acento tan particular. Que coño haces, me grita tomándo el café que estuve a punto de tirar.
Aun tienes 10 minutos, ya encendí tu PC así que siéntate y relájate consumiendo el delicioso croisant de pavo que te has comprado, me ordenó a mi misma en voz audible.
Cojones tía si que se te suelta la sin hueso cuando andas en estrés. Me dice burlonamente y pues yo me sonrojo entendiendo que nuevamente lo he hecho.
Tintineo suena la primera notificación en mi computadora.
Vale vale, aún faltan 5 minutos reniego haciendo un gesto de inconformidad cuando suenan otras dos notificaciones.
El día pasa rápidamente, no me quejo, fue un buen día y por fin he terminado mis pendientes, veo mi reloj y confirmo la hora, suspiro tratando de relajar mi cuerpo.
Estiro mi cuello de un lado a otro sentada en mi silla, empiezo un pequeño masaje en mis sienes y cuello y cerrando mis ojos alzó mis manos al cielo estirando hacia atras mis brazos. Ummm gimo al sentir como mis musculos van sediendo oohhh ahhh siiii ummm gimo aun más sonoramente aprovechando la soledad de los cubículos pues la satisfacción que el estiramiento ha provocado en mi es tal que me siento como nueva y de pronto escucho que se cae algo en un escritorio del fondo y alguien se levanta repentinamente hacia el área de baños tociendo con efusividad.
¿Se encuentra bien? pregunto y al no recibir respuesta me dispongo a salir pues recuerdo esa invitación al Bistro.
El lugar como lo había descrito Charlee era magnífico, un hermoso jardín iluminado con focos amarillos que colgados cual cielo estrellado daban un aire de intimidad y romance al lugar.
¡Hola! Saludo al grupo en el cual están agregados Charlee, Mili y Karen.
Preciosa que bien que ya estas aquí! Me dice un muy amable Charlee y en seguida me presenta a sus acompañantes.
La velada fue magnífica, Alex, Brandon Nadia, Stefany y Roberto fueron el alma de la fiesta y hablaron tanto de un quinto amigo a quien se le dificultó su llegada.
Si Terry estuviera acá, decía Roberto, hubiéramos propuesto un duelo de actuación. Pero se escusó así que será a la próxima
Si, dijo Charlee dirigiendome la palabra, me hubiera gustado presentartelo.
¿A quien me hubieras presentado? Preguntó una voz varonil a mis espaldas.
Continuará
CAPITULO 1
Suena la alarma y sé que un nuevo día ha empezado y aunque no quisiera dejar a un lado mis almohadas y edredones pues me aferran a su calor y suavidad, soy consciente que por el momento no puedo concederme tal regalo pues debo ir a trabajar.
Si hubiera aceptado ser un maniquí de sociedad como lo eran mis primas Annie y Eliza, talvez en este momento estuviera disfrutando de un quinto sueño o siendo consentida por Doroty mi dama de.compañiá.
Aun con toda esa comodidad nunca fui feliz. Talvez, la dama de establo, título con el cual Eliza quiso siempre menospreciar a voz en cuello mi humilde origen, nunca salió de mi a pesar de tanta instrucción, clase de etiqueta y deberes escolares que recibí en cuanto fui adoptada por los Andley.
Y aunque pasados los años y siendo confirmado que siempre si, en mis venas corría tan ilustre sangre, y no de cualquier Andley, sino del patriarca y magnate conocido como Sir Williams Andley, padre de Rosmary y Albert, mis medio hermanos.
Pienso, que tal vez el humilde origen de mi madre biológica, hija de un boticario reconocido en todo Ilinois, aunado a las enseñanzas de mis amadas madres del hogar de Pony, fueron los detonantes a que a mis diecisiete años "echará a la borda" todo ese mundo del que fui parte en mi adolescencia y que en este momento me encuentre como cualquier ser humano ganándose el pan diario en esta ciudad que es la tierra prometida para muchos, New York.
Suspiro desperezandome y estirando mi delgado cuerpo a lo largo de mi cama.
Vamos Candice, me hablo a mi misma, ya es jueves, mañana viernes y ya descansarás el sábado y domingo si logras salir de tus pendientes.
Como cualquier oficinista me enfundo en un traje de pantalón corte recto color gris plomo, el cual decido combinar con una linda y juvenil blusa de seda de cuello en V, color esmeralda, la cual según indicaciones de mi extrovertida compañera de cubículo Karen, combina con mis ojos.
Tras una larga carrera al metro, logró llegar a mi destino, una pequeña cafetería en donde deciso comprar un café moca White y un croisant de pavo y queso.
Aun tengo unos 30 minutos para que inicie mi jornada por lo que sin demora pago con mi tarjeta y salgo agradeciendo a Mili el tener listo mi pedido y es Charlee su jefe quien, guiñandome un ojo me vuelve a invitar a una copas.
¡Hoy nos reunimos en el Bistro! Me dice.
No lo sé Charlee, luego te confirmo si es posible, le respondo también con un guiño.
No lo harás, hermosa Candice, me dice haciendo un lindo puchero. Es mi cumpleaños, tienta a su suerte.
Vale. Vale, les veo en el Bistro.
Y es su sonrisa del gato que sale en Alicia en el país de las maravillas que me indica que se ha salido con las suyas.
Les dejo... ya solo tengo 20 minutos les confieso.
Tu edificio está al frente preciosa me indica Charlee, llegas en 5 así que desayuna en 15, me recomienda.
Tu no conoces a mi jefe. Le digo mientras retomo mi camino a la salida del local.
Tu jefe invisible que ni siquiera conoces, me incordia Mili.
Si Mili, ese mérito, les digo y haciendo un ademán por fin salgo hacia mi lugar de trabajo.
Como es mi costumbre, ingreso al gigantesco edificio de GG Corp.; acá simplemente soy una asistente más, leer correos, contestar, enviar presupuestos y trasladarlos son algunas de mis tareas, nada complicado, pienso.
¡Hola Karen! Saludo con un par de besos a mi compañera pues esta semana es la semana española.
Aunque ustedes no lo crean, mi amiga estudia actuación por lo que cada semana cambia de nacionalidad con el fin de poner en práctica acentos, tradiciones y modos de cada cultura que encuentre en Google.
Hola Tía, me dice con ese acento tan particular. Que coño haces, me grita tomándo el café que estuve a punto de tirar.
Aun tienes 10 minutos, ya encendí tu PC así que siéntate y relájate consumiendo el delicioso croisant de pavo que te has comprado, me ordenó a mi misma en voz audible.
Cojones tía si que se te suelta la sin hueso cuando andas en estrés. Me dice burlonamente y pues yo me sonrojo entendiendo que nuevamente lo he hecho.
Tintineo suena la primera notificación en mi computadora.
Vale vale, aún faltan 5 minutos reniego haciendo un gesto de inconformidad cuando suenan otras dos notificaciones.
El día pasa rápidamente, no me quejo, fue un buen día y por fin he terminado mis pendientes, veo mi reloj y confirmo la hora, suspiro tratando de relajar mi cuerpo.
Estiro mi cuello de un lado a otro sentada en mi silla, empiezo un pequeño masaje en mis sienes y cuello y cerrando mis ojos alzó mis manos al cielo estirando hacia atras mis brazos. Ummm gimo al sentir como mis musculos van sediendo oohhh ahhh siiii ummm gimo aun más sonoramente aprovechando la soledad de los cubículos pues la satisfacción que el estiramiento ha provocado en mi es tal que me siento como nueva y de pronto escucho que se cae algo en un escritorio del fondo y alguien se levanta repentinamente hacia el área de baños tociendo con efusividad.
¿Se encuentra bien? pregunto y al no recibir respuesta me dispongo a salir pues recuerdo esa invitación al Bistro.
El lugar como lo había descrito Charlee era magnífico, un hermoso jardín iluminado con focos amarillos que colgados cual cielo estrellado daban un aire de intimidad y romance al lugar.
¡Hola! Saludo al grupo en el cual están agregados Charlee, Mili y Karen.
Preciosa que bien que ya estas aquí! Me dice un muy amable Charlee y en seguida me presenta a sus acompañantes.
La velada fue magnífica, Alex, Brandon Nadia, Stefany y Roberto fueron el alma de la fiesta y hablaron tanto de un quinto amigo a quien se le dificultó su llegada.
Si Terry estuviera acá, decía Roberto, hubiéramos propuesto un duelo de actuación. Pero se escusó así que será a la próxima
Si, dijo Charlee dirigiendome la palabra, me hubiera gustado presentartelo.
¿A quien me hubieras presentado? Preguntó una voz varonil a mis espaldas.
Continuará