HOLA. Ésta canción me encAnta y me inspiró para responder el reto 4. Espero les agrade lo que escribí.
De pie junto a su ventana, solo, compleramente solo, así se sentía. ¡Con quién iba a hablar de su mal de amor si su hermano y primo no estaban ya!
Las mieles del primer amor ¿o las hieles?, en su caso sería esto último. El mal sabor de boca que le había dejado amar y no ser correspondido.
Se enamoró solo. La mujer que amaba era su todo, pero ella para él solo su amigo.
Su historia con ella empezó en el portal de agua a la edad de 15 años, esos ojitos verdes lo eclipsaron y desde entonces se quedó atrapado en su mirada.
Diez años después decidió rentar un lujoso departamento en una zona exclusiva de su ciudad. Tenían una complicidad desarrollada y compartían intereses y puso a sus órdenes su apartamento. Ella aceptó porque le quedaba muy cerca de su lugar de trabajo.
Tiene un gusto fino y elegante, por eso lo dejó escoger todo a él, a fin de cuentas era el propietario. A lo único que sí le dio su toque personal fue a su habitación. Se arrepintió de no haber decidido junto con él la decoración y marcar distancia para dejarle claro desde el principio que no había posibilidad de un romance.
—¿Te marchas? Al menos quédate esta noche. Te prometo no intentar besarte, te lo aseguro.
—No. Después de esta declaración no podemos seguir viviendo juntos. Perdona que te cause dolor, pero es que no está en mis manos, no te di motivos.
—¡Ja!, acaso se necesita de algún motivo para enamorarse o para amar, no te das cuenta que te llevas mi historia entre tus dedos. En qué fallé, dime.
—No hubo fallos. No te quiero como hombre, solo como mi amigo, ese es el problema.
—Pero yo a ti te amo, mi problema eres tú. ¿Es por él? —ante la pregunta la joven dibujó una leve sonrisa y agachó la mirada.
—Es por él. No hay duda. Conozco esa sonrisa tan definitiva.
El primer amor...
La desesperación y el apego no deja que una persona olvide aquél que le lastimó, lo traicionó.
Trizas, el corazón de Archie Cormwel estaba roto después de la plática con su excompañera de departamento y aún recordaba ese día como si fuese ayer.
“¿Qué vas a hacer? Busca una excusa y luego márchate; porque de mí no debieras preocuparte, no debes provocarme... Que yo te escribiré un par de canciones tratando de ocultar mis emociones, pensando (…) y hablaré de la sonrisa tan definitiva, tu sonrisa que a mí mismo me abrió tu paraíso”.
FIN