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Hola a todas, hemos llegado al final de este Songfic Espero les haya gustado y muchas gracias por su apoyo y bellos comentarios... nos leemos en el siguiente escrito
Tu Forma de Ser
Mi celular sonó en ese instante y leí el mensaje que Archie me había enviado.
“Esta es tu oportunidad Grandchester. Te hemos otorgado el permiso, en que pases un poco más de tiempo con nuestra prima Candy, ¡diviértanse! Y por favor, regrésala sana y salva a casa, ¡confiamos en ti! Buena suerte amigo”.
Sonreí al terminar de leer el mensaje y di gracias en mi mente, a mis buenos amigos, por brindarme la oportunidad de pasar un tiempo a solas con Candy. Por supuesto que no desaprovecharía la oportunidad. Ya que no pensaba separarme de su lado. Me tenía loco su forma de ser.
- ¿Qué pasa? – Preguntó nerviosa, al ver que sus amigos la habían abandonado.
- Pasa que, a partir de este momento, yo seré quien cuide de ti, pecosa. – Toqué con mi dedo la punta de su nariz y la arrastré conmigo a la pista de baile, cuando escuché una canción, que expresaba perfectamente lo que me hacía sentir.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mí me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mí me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.
Comenzamos a bailar y ella se dejó llevar por la música. La tomé de la cintura y susurré en su oído la canción. Emocionada, me dejó quedarme así muy cerca de ella.
Me separé un poco para observar fijamente sus labios, los cuales se entre abrieron, invitándome a besarlos.
Lentamente saboreé sus labios y ella me correspondió de igual manera, abriendo más su boca, para que mi luenga pudiera entrar y probara su sabor. El beso duró más de lo normal, hasta que la canción terminó. Se veía tan hermosa toda sonrojada.
Salimos del lugar tomados de las manos, y la llevé hasta mi auto. Le abrí la puerta para que se acomodara en el asiento.
Sin decir palabra, me coloqué detrás del volante, y conduje mi auto en busca de un lugar solitario, donde pudiéramos hablar tranquilamente.
Al llegar, baje rápidamente para rodear el coche y poder abrir su puerta. Le ofrecí mi mano para invitarla a salir, y poder mostrarle el lugar.
Un mirador estaba frente a nosotros, ofreciéndonos una hermosa vista de toda la ciudad, con las luces brillando en la oscuridad.
Tomé su mano y la llevé a mis labios, para decirle.
- Soy Terrence Grandchester, Terry para ti. Es un placer conocerte Candice White Ardley, ¿me harías el honor de dejarme entrar en tu vida y poder conocerte mejor? – Le pregunté sin soltar su mano, ansioso de una respuesta afirmativa.
- Mucho gusto Terry – Me sonrió y me quedé embobado al ver como sus pecas se movían adorablemente en su rostro.
- ¿Y …? – Pregunté desesperado por un sí.
- Si, ¡acepto Terry!, yo también deseo conocerte más y poder ser parte de tu vida. - Me respondió emocionada.
Sin pensarlo más volví a probar sus labios. Para después abrazarla fuertemente y confesarle que en cuanto la vi entrar por la puerta de ese lugar, me volvió loco su forma de ser.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mí me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mí me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.
Salgo de mis recuerdos, cuando escucho la voz de mi esposa.
- ¡Amor! Date prisa, es hora de que Dylan sople las velitas de su pastel. –
Es el tercer aniversario de cumpleaños, de nuestro primer hijo, y todos nuestros amigos y familiares, se encuentran reunidos, en el jardín de nuestro hogar.
- ¡Ya voy pecosa! – Respondo levantándome del sillón, donde me había quedado sentado, recordando el día que conocí a mi gran y único amor.
- ¿Qué estabas haciendo aquí encerrado amor? – Me pregunta y se acerca a mí, para ver lo que tengo entre mis manos.
- Nada pecosa, es solo que al entrar a nuestra casa y ver de nuevo la foto, que nos tomamos en el mirador, hace cuatro años. Los recuerdos de ese día vinieron a mi mente.
- ¡Ay mi amor! Conocerte ese día, fue lo mejor que me ha pasado.
- Para mí también pecosa, ¡Te amo! – Le rodeo con mis brazos su cintura para besarla.
- Mami, papi, otra vez están chocando sus labios, ¡iuuuu! – Es mi pequeño hijo quien entra corriendo a la casa en nuestra búsqueda.
- ¿Cómo que iuuu mi amor? También tengo muchos besos para ti. – Le contesta mi pecosa, y lo levanta en brazos.
- ¡Basta mami! Me haces cosquillas. – Dice Dylan, sin parar de reír.
- ¡Ey! yo también quiero unirme a la repartición de besos. – Me uno a ellos y beso a cada uno sin parar.
- ¡Ay ay! basta ¡me van aplastar! – Se queja Dylan, mientras nos fundimos los tres en un apretado abrazo.
FIN
A adri8679, yara barrios, Yuriko Yokinawa, Lady Letty, AstridGraham, Gyamila, Letzabeth1 y a les gusta esta publicaciòn
qué bello final, casados y con un hermoso niño. Esa canción me encanta, me la sé de memoria... Te felicito por este song fic, me ha encantado. Saludos.