Y si yo me he equivocado, por mi Dios que esta saldado, desde el día en que te tuve, y que te Amé”
Como duele/ Luis Miguel
-Vamos muchacho, es el día de tu boda, y parece que será tu funeral!- me animaba Robert Hattaway, más que mi mentor se había convertido en mi Amigo, el único que me quedaba, me había comprometido con Susana Marlowe después de volver a la compañía, miraba por la ventana a lo lejos, perdido en la inmensidad del paisaje, a pesar que había tomado aquella decisión y que mi Madre quiso persuadirme de hacerlo, sin éxito; en aquel momento deseé que algo sucediera, para no llevar a cabo aquella promesa; quedamos unidos en matrimonio, a pesar que en mi Corazón había alguien más, mi imborrable Amor de Juventud, la única mujer que me había hecho sentir hasta aquel día un Amor Puro y Genuino. Después de unirme a Susana, me ensimisme en mis Obras, no hubo Luna de miel, mucho menos “noche de bodas” pasaron casi 6 meses entre giras y pretextos para no pasar una noche con ella en el lecho nupcial : ¿ como podría entregarme a una persona que no fuera “Ella”?
En la última gira que tuvimos en Escocia me enteré de algo que me rompió, que me dolió hasta hacerme darme cuenta que, lo que un día fue mi Historia de Amor había quedado atrás, en el encabezado de aquella página de Sociales del Diario había una foto que me llamó la atención, era “Ella” al lado de un Médico Militar de alto rango, ambos de familias adineradas, anunciaba su matrimonio, eso me rompió, ella uniría su vida a alguien que no era Yo: ¡IMBECIL! Yo había hecho lo mismo! Entonces cuando regresé a América, cegado por los celos hacia aquel que podía poseer a quien Yo no pude, decidí consumar mi matrimonio, estúpida decisión, era “ella” a quien besé una y otra vez aquella noche, a quien hice mía al cerrar los ojos… Al día siguiente al despertar y ver que todo había sido una fantasía, salí de la habitación, subí a mi yegua y galope a rienda suelta, en mi mente estaba aquella visión: “Ella con aquel hermoso vestido Blanco, tan sonriente al bajar del carruaje…!” había cumplido la promesa que me hizo aquel día en que nos despedimos: Ser Feliz! Entonces lloré, como al crío al que le han arrebatado el único tesoro que creyó suyo, y que sabe que nunca volverá a recuperar. “
Candy detuvo la lectura, estaba llorando, aquellas palabras tan llenas de dolor le habían llegado a lo más hondo, ¿Cómo un hombre tan exitoso había perdido el Amor de aquella mujer, y le dolía tanto? Él la amaba realmente, con ese tipo de Amor que se vé en las películas, se secó las lágrimas y continuo su lectura:
“Esa noche no solo consumé mi matrimonio, también concebimos a Robert mi primogénito y único hijo, después de aquella noche de pasión con mi esposa, no hubo ninguna más, a pesar de las suplicas de ella de que yo pasará la noche en su alcoba, no podía estar, busque calmar mis ansias con otras mujeres, pero en todas ellas solo había un rostro… Susana a instancias de su madre siempre lo supo, y lo dejó pasar, sabía qué todas ellas eran pasajeras, no significaban nada. Ella era un tanto sumisa, a pesar de su limitación y de permanecer en aquella silla de ruedas seguía siendo hermosa, yo la incite a que tomará clases de pintura, era algo que se le daba con la misma naturalidad que la actuación, y esa lo que la mantenían ocupada, cuando nació nuestro hijo se dedicaba por completo a él, aunque como siempre, su madre, era la que mandaba. Una vez llegando a Escocia, ella se hizo cargo (como ya era costumbre) de la servidumbre, cosa que a mi me daba igual, una vez instalados fui a ver a mi Padre; era irreconocible en ese estado, el cáncer lo había atacado sin piedad y de aquel hombre imponente solo quedaba su leve voz, estaba en el mejor hospital, pero solo estaban aliviando su dolor, su esposa e hijos hacia tiempo que habían partido a Suiza, llegando consigo la parte de herencia que les correspondía, estaba solo.
- Hijo… Terius…! – pudo reconocerme, y sus ojos se iluminaron llenos de lágrimas, sostuve su mano
- Tranquilo… yo, estoy aquí!-
- Perdóname.. hijo, por favor!- a penas si se escuchaba su voz, yo asentí.
- No fui un buen Padre… ni un buen hombre para la única Mujer que me Amó sinceramente…!- lloraba, mientras sus palabras me llegaban al corazón.
- No se esfuerce…! – él apretó con la fuerza que le quedaba mi mano.
- Lo único que deseo antes de… es su perdón…!- yo apreté los ojos.
- Sí… Padre…- entonces el espiró su último aliento.
A pesar que el Duque pertenecía a la nobleza Inglesa había dejado claras instrucciones, solo los más allegados participarían en el servicio funeral, una vez anunciada su muerte y después de los habituales papeleos, y avisarle a mi madre decidí, tomar un respiro, le pedi al chofer que me llevará a la estación, no quería ir a la mansión, en tres días entregarían el cuerpo para el funeral, quería despejar su mente.
Inverness era un lugar bonito, me alojé en un hotel del centro y salí a comprar lo más necesario, caminaba por las calles cuando la ví, a penas si la reconocí, habían pasado 3 años después de la última vez, caminaba a prisa, llevaba el cabello en un peinado alto, y sus pecas eran ya imperceptibles, se veía aún más hermosa, era una Mujer que por dónde pasará todos volteaba a verla, la seguí de lejos, seguía con aquella sonrisa amable, entonces me percaté, a su lado caminaba una mujer, llevaba un carrito de bebé, era su hijo… me quedé en medio de la calle, viéndola alejarse, ensimismado, hasta que una voz femenina me sacó de mis pensamientos:
- Terrence? Terrence Graham!!- era Karen una antigua compañera de actuación.
- Karen Kleiss ?! Qué haces aquí?- ella con su típica altanería sonrió mostrándome un edificio, invitándome a seguirla, tenía una casa de modas, se había convertido en empresaria, y era uno de sus tantos establecimientos, hablamos un poco de lo que habíamos hecho de nuestras vidas, lamentó el hecho de saberme casado con Susana
- Nunca pensé que lo harías! Tú amabas a..- la interrumpí
- Era mi deber, ella me salvó la vida.. no ha sido tan malo, tengo un hijo.. además “ella”, también hizo su vida!..-
- A qué precio?! No lo sabes, verdad? Se casó con el heredero de una Prominente familia, pero el hombre al ser Médico Militar a la semana del matrimonio tuvo que partir a un campo militar de los pocos que quedaban en Alemania, estando allá le tocó un bombardeo… ¡- hizo una pausa -sobrevive de milagro, pero, está imposibilitado, y su familia fue de las que sufrió pérdidas millonarias, no se fueron a la ruina, pero, sobreviven con lo que les quedó- me quedé atónito, que difícil era su vida, porqué siempre tenia la parte difícil? A pesar de mis pensamientos me sobrepuse, el resto de la tarde le hablé sobre mis proyectos, había decidido antes de viajar a Londres dedicarme a escribir mis propias obras, y ella me ofreció su apoyo en cuanto a vestuario de las puestas en escena. Al día siguiente antes de partir de regreso a recibir a mi madre para el funeral, decidí caminar por las calles con la esperanza de volverla a ver, y así fue, pasó a mi lado, ni siquiera me miró, iba entretenida con lo que llevaba entre sus brazos envuelto en aquella sábana rosa pastel, su rostro era el de una mujer Feliz de llevar a su crío en brazos, y yo desee con toda mi alma haber sido el Padre de esa Niña, mi corazón se rompió una vez más, me quedé ahí en medio de la acera mirándola, aunque mi mente estaba aturdida una sola idea pasó por mi cabeza, quería verla todos los día de mi vida, aunque fuera así… Ahí parado me di cuenta una vez más, “Ella” era la mujer que yo Amaba, que siempre iba a Amar.
Regresé a Londres para el funeral de mi padre, fui a recoger a Eleanor mi Madre, camino a la mansión le conté sobre mi descubrimiento :
- Por Dios hijo! Lo sabía, tú no haz podido olvidarla… aunque por lo que sé ella, también se casó..- Él la interrumpió:
- Si Madre, aunque, no pretendo importunarla, te juro que con solo verla, con ver su cara de Felicidad viendo a su crío me sentí el ser más feliz sobre la tierra..!- ella lo miraba fijamente:
- Lo sé, ella tiene el don de hacer que tus ojos brillen, que tu alma se ilumine… lastimosamente, ambos tiene sus Destinos trazados. Sabes que significaría que te presentaras frente a ella y que también pudieras ver ese mismo brillo? La condenarías a ser una mujer divorciada, y harías tú lo mismo con Susana? Con tu hijo, con el suyo? Hablando de tu esposa, ella no accedería a apartarse, fácilmente, te arrebataría a Robert, eso tenlo por seguro- la mujer hablaba muy en serio, mientras la mirada de él se perdió en el paisaje de la tarde, era cierto, cada uno tenía hecha su Vida, su Destino!
Al funeral asistió la nobleza de Londres, el Duque había amasado una gran fortuna, y nadie quería quedarse fuera en la repartición de ella, Eleanor pasó desapercibida, mi madrastra se había encargado de que nadie supiera de su existencia, y ella solo hizo acto de presencia cuando arribó el féretro, pidió un momento a solas con él, imagino que lo necesitaba, nunca volvió a Amar a nadie, consagro el resto de su vida a mí y a mi hijo. Después del funeral, no se hizo esperar la lectura del testamento, había muchos intereses de por medio, un 25 por ciento fue destinado a instituciones de Beneficencia y hospitales, otro 25 a familiares cercanos, y el resto era para Robert mi hijo, yo era el albacea, así que eso hacía aún más difícil la idea que si yo decidía pedir el divorcio se me entregará a mi hijo. Dí un largo suspiro, la vida volvía a hacerme una mala jugada.
- Con el pretexto de finiquitar algunos negocios de mi Padre decidí rentar una villa en Inverness, Karen se encargaba de mantenerme al tanto de la vida de “ella” su esposo estaba cada vez más enfermo, yo solía ir al centro y sentarme en aquella cafetería cuyo balcón daba a la calle, esperaba que la suerte me diera un buen golpe, y así fue, aquel día estaba bastante nublado, y él aire hacia que la gente caminara más aprisa, estaba dándole un trago a mi bebida cuando la miré, iba sola, llevaba un paraguas, entonces comenzó a llover, rápidamente se cubrió, pero el aire hizo de las suyas arrebatándoselo, prácticamente de un salto salí a rescatarlo, no lo pensé, la lluvia caía y acabaría empapada, no fue hasta cuando dí la media vuelta para cubrirla con el, que reaccioné. Ella me miraba con los ojos muy abiertos:
- Terrice...eres tú!- Dios o el mismo demonio me ayudaron para no obedecer a mis impulsos y abrazarla, estaba a unos centímetros de ella, y no podía, no debía!
- Soy yo..! Diantres te estas empapando!- la tomé por el brazo y la encaminé hasta el zaguán del negocio de Karen, que al vernos ordeno a sus empleados que entrarán, y ella hizo lo mismo, no sin antes extendernos un par de toallas, “ella” parecía aturdida, y yo como un colegial en su primera cita, me dio la espalda y secó su cabello, su zapatos estaban mojados, llevaba una falda clara que con la húmeda se ceñía a sus muslos, no me atrevía a mirarla, lo hacia de reojo, una vez pasada la turbación hablé
- El Duque, mi Padre, murió ..- de inmediato me miró, con aquella dulzura que solo ella tenía
- Estás bien?.. yo, lo siento… lo siento mucho!- tocó mi brazo, y yo sentí que mi corazón se aceleraba, solo asentí
- Pude reconciliarme con él, Eleanor mi Madre hacia algún tiempo lo hizo..- otra vez se hizo el silencio, aunque mis ojos buscaron los suyos, fueron unos segundos pero me bastó para ver que seguía siendo la misma.
- Debo irme, mi es…mi hi…!- no pudo completar la frase, se dio la vuelta tomando el paraguas, solo caía ya una leve llovizna
- Espera..- la tomé del brazo – Yo.. yo…!- titubeaba – No te pude olvidar..!- ella volteó con los ojos llenos de lágrimas
- Es tarde, Terrence…! Yo, tengo una familia, igual que tú me casé, tengo una hija, una vida.. me dio gusto verte, haz cambiado mucho…- me miró a los ojos y por un instante ví ese brillo que un día fue para mí.. – me voy…!- se soltó de mi agarre, no podía insistir, pero le dije:
- Te Quiero… y mi acto más grande de Amor hacia ti es dejarte ir siempre que tengas que hacerlo..! Y aún así te voy a seguir queriendo..!- no se detuvo, salió de prisa, ahí supe que aún sentía algo por mi, la delató ese temblor en sus hombros cuando salió derramando aquellas lágrimas.
Continuará.