Bandoleras de Terry/ Destino Capitulo 1 parte 3/ Song Fic/ by Maru Segura.

 "Hasta que me olvides, y me rompa en mil pedazos. Continuar mi Gran teatro, hasta que me Olvides, hasta que me Olvides”



Hasta que me Olvides/ Luis Miguel



Capítulo 1 (parte 3)



Candy estaba conmovida por aquella lectura, era pasada la media noche cuando escuchó el auto de Albert su padre, y bajó en seguida a servirle un vaso de leche, era el momento oportuno de plantearle lo de su viaje

- Aun despierta? Debes estar escribiendo verdad?- tomo el vaso que la chica le ofrecía, diciendo:

- Qué necesitará mi hija? Algún permiso especial, o se habrá metido nuevamente en problemas?- se puso el dedo en la mejilla pensando 

- Papá!! No puedo ser atenta contigo porqué todo lo mal entiendes!- hizo una rabieta 

- Le recuerdo Señorita, que siempre que llego del hospital soy yo quien debo servirme mi cena, solo en “ocasiones especiales “ es mi hija quien lo hace..- ella sonrió 

- Soy tan obvia?- él se encogió de hombros 

- Es… bueno, es.. Conseguí trabajo - le dijo apretando los puños

- ¿Pero?- contesto él 

- Pero.. debe haber un pero?-

Él levantó la ceja

- No lo sé, dímelo tu!- 

- Es algo sensacional, me recomendo el doctor Sirac tu Amigo, voy a escribir algo así como una biografía, la paga es Excelente…- hizo una pausa

- Continúa..- la miró expectante él 

- Debo ir por unas semanas..!-

- Cuántas y a dónde Señorita?- empezaba a impacientarse

- Seis semanas… a Florida..!-

- NO… y es mi última palabra!- se dio la vuelta

- PAPÁ…! Por favor, por favor…!- corrió detrás de él

- No insistas Candy, no irás! Asunto terminado!- cerró la puerta tras de sí 

- Iré, mi Abuela Patty lo convencerá, es cuestión de un par de días..- se  dijo para si misma y fue dando saltos a su recámara en señal de triunfo. 

Entro a la recámara, por alguna razón sentía una atmósfera de Nostalgia, tal vez por lo que estaba leyendo, volvió a repetir su casete que había terminado de reproducirse hacia ya un rato, pensó en la mujer que Graham amaba, tenía el presentimiento que ella igual lo amaba a él, eran los años 20’s una época difícil, tomó otra vez la carpeta y continuo su lectura 

“ Aquel día regrese a la mansión de Londres, Susana me había enviado un telegrama donde decía que mi hijo había enfermado, así que no titubee en ir a verlos, llegué directamente a su habitación, ignorando por completo a mi suegra que al verme frunció y seño y quiso lanzarme como siempre una indirecta, ahí estaba mi esposa junto con mi hijo, él estaba en su cama, dormía plácidamente, y en la mesita a su lado había algunos frascos de analgésicos

- ¿Cómo está?- dije en voz baja, acercándome al lecho, ella me miró, había un rastro de reproche en su mirada, pero igual contestó sumisa como siempre 

- Es una infección viral, ya vino a verlo el médico y le dejó tratamiento… es solo que me alarme por la fiebre..!- yo ni siquiera la miraba, estaba ensimismado viendo la carita de Robert, ella no despegaba sus ojos de mi, pude verla de reojo, aunque había una mirada diferente, era una especie de resentimiento. Sin tomarla en cuenta me dirigí a mi estudio, tomé un pequeño portafolio y comencé a poner algunos escritos y un par de libros, escuché un toc, toc y seguido se abrió la puerta

- ¿Vas a irte otra vez, ni siquiera porque tu hijo está enfermo vas a quedarte?- a pesar que era un reproche no sonaba así, descubrí que detrás de la puerta entre abierta estaba su madre

- Acabas de decir que no es nada grave… voy a pasar aquí la noche, quiero estar un rato con mi hijo… tengo mucho que hacer en Escocia…- 

- La volviste a encontrar?...- titubeo pero continuó – está en Escocia verdad? Y la estas viendo a pesar que también está casada… es una descarada!..- dijo entre sollozos, me volví a mirarla 

- Estoy cansado Susana… dormiré en la habitación de Robert..- decidí ignorar sus quejas, pero ella se movió cerrándome el paso, la miré molesto

- Contéstame por favor Terrice!.. no me dejes así… la haz vuelto a ver?- suplicó entre lágrimas, desvíe la vista

- Te suplico que no vuelvas a utilizar a mi hijo para hacerme venir.. tengo trabajo, y no tengo porque escuchar tus locuras.. o debo decir que son las de …!- me contuve, la esquivé y salí a la habitación de mi hijo, él estaba sentado en su cama cuando entré, estiró sus brazos y lo cargue, toque su frente se sentía algo tibia, lo senté en mis piernas y comenzamos a platicar, tenía la voz clara a pesar de su corta edad, me señaló el estante repleto de libros, acerqué uno y me puse a contarle un cuento, me miraba con sus hermosos ojos azul verde, su cabello era castaño claro; pronto se quedó dormido entre mis brazos, de no ser por ese niño, mi vida al lado de su madre habría sido un infierno.

A la mañana siguiente mandé traer al médico, mi hijo estaba mucho mejor, así que decidí llevarlo de paseo, esa tarde regresaría a  Escocia, decidí aprovechar el tiempo con él, nos acompañó su nana, estábamos en aquel parque cuando a lo lejos miré pasar el auto que estaba destinado para servicio de mi esposa, encargué a Robert y me fui a seguirlo, llegó a un restaurante y quien descendió fue mi suegra, entro y sigiloso la seguí, pude sentarme en una mesa cercana, ella hablaba con un hombre que le entregó un sobre, ella sacó un fajo de billetes y se los dio “¿ Qué clase de trato tenía con aquel hombre, qué le había entregado?” fui por mi hijo y regresé a casa, cuando llegamos miré al chófer y le cuestionar sobre su salida, él se turbó

-Disculpe Señor, yo solo llevo a la Señora Marlowe a donde me indica..- lo tranquilicé 

- No digas ni una palabra, cuantas veces la haz llevado a ese lugar?-

- Es la tercera vez Señor, entra al lugar, no tarda mucho, y de inmediato regresamos..- titubeo antes de decirme – desde la primera vez que llevé a su suegra, noto que su Esposa ha estado muy sensible; cada vez que regresa de ese café su madre, ella la espera con ansias, y después la escucho llorar.. no vaya a decirle por favor, la Señora Marlowe dice que no debemos decirle, pero su joven esposa últimamente se encierra en su cuarto, no se hace cargo del niño, y siempre está molesta o muy triste- si de por sí nunca tuve buena relación con mi suegra esto venía a empeorar las cosas, era lógico que era ella quien estaba metiéndole ideas a mi esposa. 

Al día siguiente regresé a Inverness, había estado en mi villa, las ultimas semanas, aunque deseaba volver a verla, no quería importunarla, después de aquella tarde Karen me contó que el rumor de que su esposo estaba en el lecho de muerte era cada vez más fuerte, aquella tarde recibí una invitación, habría una celebración y varios conocidos actores y directores acudirían, decidí ir, había un director que me interesaba ver, deseaba que fuera él, el primero en revisar mis escritos. En el lugar había muchas caras conocidas, si bien nunca me gustó socializar por lo menos tenía la suficiente educación para saludar, estaba conversando con Brawn a quien me interesaba abordar cuando alguien tocó mi espalda

-Graham, pensé que vendrías solo, porque no nos dijiste que Susana tu Esposa te acompañaría?- señaló al otro lado del lugar, ahí estaba ella, desde su accidente contadas veces se dejó ver entre los antiguos colegas, así que todos estaban sorprendidos, fue directo hacia a mí, miraba a todos lados como si buscará a alguien, yo me hice el desentendido y seguí mi conversación, hasta que Karen se acercó a saludarla

- Hola Querida, que sorpresa!- se inclinó, pero Susana la miró y con voz trémula le dijo:

- Cleass... seguramente no esperabas verme!- le tomó la mano jalándola hasta tenerla cerca 

- Eres una maldita, siempre me envidiaste.. por eso te haz convertido en su cómplice verdad?- le dijo en un tono muy bajo, pero que alcancé a escuchar, Karen se zafó de su agarré, pero aun así le contestó de la misma forma

- No sabes el gusto que me daría verte retorcer… pero, tu esposo es un caballero, y la supuesta, una dama, mientras tú, fuiste una hiena que encontró la forma de atrapar a su presa..!- mi esposa estaba a punto de contestarle, pero puse una mano sobre su hombro y entre dientes le dije

- Una palabra más que salga de tu boca, y mando traer a Robert, y te hago valida la separación..!- me miró boquiabierta, tomé las riendas de la silla de ruedas y salimos; llegamos a la villa, el mayordomo salió y me anunció que mi hijo y su abuela estaban ahí, yo estaba enfurecido, lancé una mirada de coraje al balcón donde la mujer me miraba desafiante, entre a grandes zancadas, directo a mi estudio, me encerré, mi mujer golpeaba la puerta:

- Abre por favor! Tenemos que hablar… dime que no es cierto! No podría soportarlo..!- lloraba y gritaba 

- Qué quieres escuchar?- abrí la puerta – tú siempre supiste lo que sentía! De quien era mi Corazón, y aún así me quedé, cumplí..! Sí, la volví a ver, pero ella esta casada, tiene una Hija, hizo su vida, y qué crees? Yo me conformo con verla, con ver que es Feliz, aunque no sea Yo el motivo de ello..! Déjame en paz, regresa a Escocia o si quieres a América … quiero el divorcio, y quiero a mi hijo…!- cerré la puerta, ella se quedó de una pieza, no la dejé reaccionar. En cuanto la villa quedó en silencio salí, no quería estar ahí, me fui a un hotel, quería paz, y pensar. Al día siguiente me desperté al escuchar que alguien llamaba a mi puerta, era un mensajero, me entregó una nota de Karen:

“ Ocurrió lo inevitable ayer por la noche; la Familia llegó muy temprano, ella y su familiar Mayor están camino a Londres, como supuse no fueron admitidos en el funeral, creo que se embarcan a América en un par de días, es tu última oportunidad 

Me vestí, y fui a la villa, no sin antes enviarle un telegrama a mi abogado, a quien ya previamente había contactado, la mansión de Escocia sería para Susana, junto con una jugosa pensión de por vida, eso era lo que su madre quería, apelará por quedarme con Robert, no sería fácil, pero, lo quería conmigo. Llegué a la villa, no estaba a la vista ninguna de las dos mujeres, le pedí al mayordomo que fuera a buscar a mi hijo en lo que yo alistaba mi maleta, él llegó de la mano de su Nana

- Papá!- estiró sus cortos brazos, lo abracé y pedí quedarme con él a solas

- Robert, hijo…- se me hizo un nudo en la garganta – Te Amo, eres mi mundo..- él me miraba, tenia esa ternura inocente en sus ojos. De pronto se abrió la puerta y entró su madre, había algo en sus ojos, una mezcla de coraje y dolor

- Y esa maleta? Qué haces por Dios Terrice?- llame a la Nana, lo que menos deseaba era que mi hijo presenciara una escena,

- Me voy Susana! La Villa debe ser desocupada en una semana, así que es mejor que regresen a Londres..-

- ¿Por qué? ¿ Por qué Terrice??- comenzó a perder el control y yo seguí ordenando mis cosas

- ¿Es por ella verdad? Si había prometido quitarse de en medio… ¿ Por qué nos hace esto?? A mi, a tu hijo…- lloraba a gritos

- BASTA SUSANA!! No es ella, es, esto!- señalé a la puerta era inminente que su madre estaba como siempre detrás

- Fue un error! Desde el principio lo fue, desde que pusiste tus ojos en mi, ¿porqué me salvaste, para qué te interpusiste en lo que era para mí?...- me quedé en silencio, nunca le había dicho eso, y me sentí por fin liberado, me puse de rodillas frente a ella para tenerla de frente 

- Lo siento mucho: no puedo amarte! Intenté sentir algo, y tristemente no pude! No sé cómo compensarte por dar todo por mí… yo no te lo pedí! -dije esto último en a penas un susurro.

- Me voy, ya mi abogado te buscará en Escocia!- me estaba poniendo de pie cuando ella se colgó de mi brazo 

- No me dejes Terrice..! No te vayas… yo no puedo… no sé vivir sin Ti!- me solté de su agarré, lloraba incontrolable 

- Robert… volveré por él en cuanto la ley lo indique, él se queda conmigo 

- ¡ NOOOO…!! Es lo único que te liga a mi, si te lo llevas, no podré verte… ni siquiera podré hacerlo!- era en serio? Le importaba más hartarme con mi hijo que su existencia misma? Tomé mi maleta y mi portafolio con mis documentos importantes, lo demás de mis pertenencias serian enviadas después, salí de la habitación dejando a una mujer desconsolada, llorando a gritos. 

Tomé mi vehículo, salí directo a Londres, tenía que alcanzarla.

La mañana siguiente me dirigí al puerto, estaba seguro que “Ella” estaría hospedada cerca de ahí, envié a preguntar en los hoteles cercanos, entraba la tarde cuando me informaron, su paradero, sabía que William estaría con ella, no tenía idea de cómo sería recibido por él, pero no iba a renunciar ahora que ya lo había decidido.

Entré al hall, a pesar que era un lugar reconocido no había mucha gente, la amplia sala de estar estaba desierta, caminé directo a la administración, pregunté por su habitación, estaba en el segundo piso, pero no estaba, había salido, salí a buscarla, tenía que hablar con ella, no tardé mucho en dar con ella: caminaba rápido con esa cadencia de mujer Orgullosa, todos a su paso volteaban a verla, me sentí celoso, era Hermosa, le rogué a Dios, aún cuando siempre fui un erege que me dejará estar con ella, nunca habia rogado por nada, así que Dios no debía negármelo! La alcancé, y cuando estuve frente a ella, pude ver la sombra de su pena en su mirada, hasta ese momento no había pensado en ello, así que bajé la mirada, y a penas si dije un: “lo siento” sus ojos se cristalizaron, permaneció callada, yo clavé mis ojos en los suyos

- Sé que no es oportuno, pero, no puedo esperar… regreso a América… le pedí el divorcio a Susana…!- me miró sin expresión alguna, sacándome la vuelta comenzó a caminar: ¡Que IMBECIL! Me dije, en qué momento, ni siquiera me detuve a pensar en su duelo! Caminé tras ella, unos pasos antes de llegar a su destino se detuvo de pronto, y se volvió a mirarme:

- COBARDE!!- Me lo dijo alzando la voz

- ¿Crees que con lo que haces vas a remediar lo que yo sentí aquel día en New York? Dejaste que todo pasara, porque era “ Tu Deber” ¿me Quieres?- asentí, de sus ojos salieron un par de lagrimas, pero su mirada era de decepción 

- Yo te Amaba!! Aun cuando esa noche te deje con ella, espere por semanas.. meses.. deseaba que pensaras que no debía ser un “deber” estar a su lado, que volvieras a mí!- apretó los ojos, dio un sollozo y prosiguió: 

- No puedo edificar mi Felicidad en la desgracia de alguien…! Tampoco dejé de pensar en ti…!! Pero, tengo que irme… por favor, resuelve el desastre que haz causado! – se secó el rostro y se fue, yo me quedé ahí de pie, era cierto, tenía tanto por hacer antes de estar con ella. Había esperado tanto tiempo, y él Destino me volvía a poner en el mismo lugar, tenia que volver a Esperar.



Continuara..