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CAPITULO 1 CAPITULO 1
CAPITULO 2 CAPITULO 2
CAPITULO 3 CAPITULO 3
La nariz de Susana comenzó a sangrar profusamente durante su ensayo, no se dio cuenta hasta que alguien del elenco le informo de la eventualidad. No tardo en ir al baño para lavarse la cara y cerciorarse de que no se hubiera lastimado o algo por el estilo.
—Hump, bien. Parece que no es nada, es solo un poco de sangre —Se dijo así misma mientras se peinaba para regresar cuando escucho un ruido seco que la hizo dar la vuelta —¿Hola?
Susana miro a todos lados en el baño, no escucho nada más estando allí, solo el goteo incesante de alguna llave deteriorada era lo que la fastidiaba. De nueva cuenta sintió la sangre correr por su rostro como un torrente. La actriz se cubrió el rostro con una mano y corrió al grifo más cercano para lavarse la cara otra vez, era demasiada sangre para su propio gusto. Cuando pensó que la hemorragia se había detenido, alzo su rostro ante el espejo que tenia en frente, y detrás de su reflejo, descubrió a una horrible criatura de espeso pelaje negro, portador de ojos amarillos y dientes que le sonreían maliciosamente, coloco una de sus garras en su hombro derecho, provocando el grito de pánico de Susana.
—¡Aaaaaaaaaah! —Vocifero con todas sus fuerzas, se soltó de la criatura y trato de correr hacia la puerta, tropezándose un par de veces en su huida. La criatura la siguió en su aterrador trayecto, Susana solo pudo llorar y pedir ayuda ante el ente que de repente se apareció detrás suyo.
Hasta que, del mismo, broto una voz aterradora, cuyas palabras le harían recordar porque hay que escuchar y leer los contratos, incluso sus letras pequeñas.
—El doble… —exclamo la aterradora criatura a Susana —Si no obtengo el alma pura de esa chica, todo lo que le suceda a ella se te devolverá el doble. Y vendrás conmigo en su lugar como pago por la maldición.
La criatura de repente adquirido una forma similar al agua, se inclinó hasta un desagüe del baño y se deshizo ante los ojos de Susana. El corazón la latió como caballo desbocado, aquello pareció ser una advertencia, esa cosa sabia lo que ella había hecho con el anillo para Candy, y ella debía pagar un precio por jugar con lo que no debía si quiera mencionarse.
Salió del baño trastabillando, sin embargo, aun Susana no entendía la magnitud de lo que había hecho y lo que había atado para su propia alma.
…..
La rubia se encontraba entre los brazos de Terry aun con rostro pálido y angustiado, Terry limpiaba su rostro sudoroso y no pudo sentirse peor al ver a su pecosa en ese estado ¿Qué le había pasado para ponerse así de mal?
—Tenga… —Ofreció una camarera al actor una taza de te humeante para la rubia —Por Dios, esta tan pálida.
—Debe…. Debe ser que esta cansada y al decirle que viniera aquí se estreso más y… —Terry no pudo decir mas palabras, estrecho la cabeza de Candy a su pecho y le dio besos en la frente para invitarla a despertar pronto —¡Vamos, pecas! Mi futura esposa es una chica fuerte que no se ha dejado vencer por nada ni nadie.
Terry solo quería pensar que nada malo le pasaba a Candy, que solo haya sido incluso la impresión de la propuesta de matrimonio y nada más. Porque eso era lo que quería, ser feliz al lado de ella y nada más.
—¿Terry? —logro decir la chica mientras se movía entre sus brazos. Terry se separó un poco de ella y sonrió al verla abrir sus ojos ante él, era el momento más hermoso que podía decir estaba viviendo, Romeo viendo a su Julieta despertar.
—¡Oh, pecosa! Me asustaste ¿Te sientes bien?
—Solo estoy un poco mareada y me duele la cabeza, pero… —De lo que Candy estaba más que clara era lo que había visto, era esa sombra negra detrás de Terry, como si esa cosa fuera un augurio del futuro para los dos.
Lo peor es que esa sensación sobrevino luego de ponerse el anillo, la rubia alzo su mano izquierda y vio el anillo, aunque hermoso, había algo en el que no era normal. Era inquietante y mientras se perdía en la piedra que lo adornaba una serie de voces sobrevinieron a sus oídos, llevándose así las manos a los oídos para silenciarlas.
—¡Agh! —Exclamo mientras se incorporaba del asiento y llevaba su cabeza entre sus rodillas —¿Qué es esto?
—¿Te sigues sintiendo mal?
—¡No se que me pasa! Me siento horrible.
—Tu… debes estar cansada —Esa fue la conclusión acelerada de Terry ante los síntomas de Candy —¡Ven! Te llevo a mi departamento para que descanses.
—¿A tu departamento?
—Así es… además, vamos a ser marido y mujer —Susurro el actor llevando una mano a la mejilla derecha de Candy —Y puedo pedir permiso al derecho de amarla y besar su boca si me lo permite, mi amada Julieta.
—Nunca dejas de sorprenderme… mi amado Romeo —Dijo la rubia sonriente ante las palabras de Terry —Y si…Romeo de ahora en adelante esta en todo el derecho de amarme.
Ante el aparente permiso de Candy, Terry aprovecho para acercarse a su rostro y al fin besarla como tanto lo había anhelado. Besar la boca de Candy era la verdadera gloria y sabia que, desde ese momento, todo entre ellos seria miel sobre hojuelas… O eso hasta ese momento era la idea de Terry, quien en medio de su amor intenso no se percató que aquel anillo no era ese que con tanto amor había adquirido para su pecosa
Desde esa mañana que Candy puso su anillo en su dedo, todo cambiaria.
……
Habían pasado algunos días desde que Candy acepto la propuesta de matrimonio de Terry, ella estaba más que contenta de ser pronto la señora Graham, pero muy en el fondo sabía que algo no andaba bien. Desde ese día, horribles pesadillas se presentaron en los sueños de Candy al igual que situaciones que ponían en peligro a Candy.
Desde una pared que casi la aplasto en una avenida hasta casi ahorcarse con su pashmina intentando tomar el tranvía. Eventos que parecían ser aislados pero que indicaban que algo no estaba bien, y en cada uno de ellos, esas voces llegaban a los oídos de Candy, con el objetivo de volverla loca.
Pero era mucho peor en las noches cuando se iba a dormir, ya temía el hecho de quedarse sola en su cuarto y cerrar los ojos, ya que, en cada sueño aparecía esa horrible criatura negra y de ojos amarillos ofreciéndole su mano y alrededor de esta un fuego caliente que la alcanzo hasta envolverla por completo, y era exactamente la mano en donde se posaba el anillo la que iba adelante para luego despertar horrorizada.
—¡NO! —Grito la rubia en medio de la noche dando patadas inclementes en su cama. Karen en su habitación al escuchar los gritos de la rubia abrió la puerta para entrar y verificar el estado de Candy. —Suéltame ¡Suéltame!
—Candy despierta ¡Despierta! —Exclamo Karen sacudiendo a la rubia en su cama. La chica abrió los ojos aterrada, vio a Karen y se arrojo a sus brazos para llorar —Cariño ¿Qué te está pasando?
—¡No lo sé! Tengo miedo Karen... no me dejes sola, por favor.
—Sshh, tranquila, mi cielo. Nada va a pasarte aquí, para eso estoy yo aquí ¿Entiendes?
—Si, pero, aun así, las voces…
—¿Voces?
—¿No las escuchas? —pregunto la rubia angustiada, Karen solo pudo negar con la cabeza ante la interrogante de Candy, esa chica alegre que ahora se veía ojerosa y con el cabello opaco —Karen... créeme, algo malo me esta sucediendo y no lo comprendo. Y lo peor es que… es que…
—¿Te sucede algo?
—Desde el día que Terry me propuso matrimonio y me puso el anillo fue que todo empezó —dijo entre nuevas lagrimas —Sentí algo horrible que no me ha dejado vivir.
—¡Oh, vamos Candy! —Karen tomo la mano izquierda de la rubia para juguetear con el anillo y darle ánimos —No creo que sea tan malo estar estresada por una venidera boda antes de tiempo y que de paso sea un actor guapísimo tu novio, que por cierto te ama y te adora como a nadie.
—Karen… si confió en el amor de Terry ciegamente, pero desde que el me puso ese anillo no me siento yo misma… siento que enloquezco y que todo lo malo viene hacia mí. Y lo peor es que temo que salgan dañados.
Mientras Karen jugueteaba con la mano de Candy, decidió detallar el anillo, ese que ella bien recordaba por ser aquello que, según Terry, representaba a Candy, pero al detallarlo se dio cuenta de algo… aquel anillo no era precisamente el que él había escogido.
—El anillo… —Susurro la actriz confundida ante su descubrimiento, y cuando quiso hablar, algo se olfateo en el departamento forma intensa —¡Fuego!
La simple palabra hizo a Candy alarmarse, sintió el tiron del brazo por parte de Karen, quien había tomado con su otra mano una sabana, fue al baño y trato de humedecerla para luego ponérsela a ella encima. Intentaron salir por las ventanas el departamento para ir por las escaleras de incendios, pero ninguna de ellas abrió, estaban atascadas. Les tocaba salir por la puerta principal.
El departamento se había llenado de humo en poco tiempo y ninguna de las dos sabia de donde se había originado el fuego hasta que abrieron la puerta principal, el pasillo estaba vuelto llamas. Escuchaban gritos de personas pidiendo ayuda y el pánico encendido ante la idea de que ese auxilio no llegara a tiempo.
—¡Candy sigue adelante! —Exclamo Karen ante las inminentes llamas que podían llegar a alcanzarlas. Pero Candy estaba aterrada, esas mismas llamas las había visto en sus sueños, eran esas mismas llamas que la arrastrarían a esa criatura escabrosa. —¡Cuidado arriba!
El techo empezó a desmoronarse sobre ellas y aun no alcanzaban la salida de emergencia, Candy hizo caso a la sugerencia de Karen se seguir adelante, pero las llamas parecían perseguirla. Y a unos metros, ambas vieron la salvación ante una ventanilla abierta a la escalera de emergencia, justo cuando creían que saldrían del lugar, un madero encendido se desplomara sobre Karen ante la mirada atónita de Candy.
—¡Karen, no! —Grito la rubia al descubrir entre las llamas que cubrieron a la actriz esa sombra atemorizante señalarla, y su presencia la asusto al punto de provocar que se desmayara en el pasillo.
Continuara…
CAPITULO 1 CAPITULO 1
CAPITULO 2 CAPITULO 2
CAPITULO 3 CAPITULO 3
EL SECRETO DEL ANILLO.
CAPITULO 4.
CAPITULO 4.
La nariz de Susana comenzó a sangrar profusamente durante su ensayo, no se dio cuenta hasta que alguien del elenco le informo de la eventualidad. No tardo en ir al baño para lavarse la cara y cerciorarse de que no se hubiera lastimado o algo por el estilo.
—Hump, bien. Parece que no es nada, es solo un poco de sangre —Se dijo así misma mientras se peinaba para regresar cuando escucho un ruido seco que la hizo dar la vuelta —¿Hola?
Susana miro a todos lados en el baño, no escucho nada más estando allí, solo el goteo incesante de alguna llave deteriorada era lo que la fastidiaba. De nueva cuenta sintió la sangre correr por su rostro como un torrente. La actriz se cubrió el rostro con una mano y corrió al grifo más cercano para lavarse la cara otra vez, era demasiada sangre para su propio gusto. Cuando pensó que la hemorragia se había detenido, alzo su rostro ante el espejo que tenia en frente, y detrás de su reflejo, descubrió a una horrible criatura de espeso pelaje negro, portador de ojos amarillos y dientes que le sonreían maliciosamente, coloco una de sus garras en su hombro derecho, provocando el grito de pánico de Susana.
—¡Aaaaaaaaaah! —Vocifero con todas sus fuerzas, se soltó de la criatura y trato de correr hacia la puerta, tropezándose un par de veces en su huida. La criatura la siguió en su aterrador trayecto, Susana solo pudo llorar y pedir ayuda ante el ente que de repente se apareció detrás suyo.
Hasta que, del mismo, broto una voz aterradora, cuyas palabras le harían recordar porque hay que escuchar y leer los contratos, incluso sus letras pequeñas.
—El doble… —exclamo la aterradora criatura a Susana —Si no obtengo el alma pura de esa chica, todo lo que le suceda a ella se te devolverá el doble. Y vendrás conmigo en su lugar como pago por la maldición.
La criatura de repente adquirido una forma similar al agua, se inclinó hasta un desagüe del baño y se deshizo ante los ojos de Susana. El corazón la latió como caballo desbocado, aquello pareció ser una advertencia, esa cosa sabia lo que ella había hecho con el anillo para Candy, y ella debía pagar un precio por jugar con lo que no debía si quiera mencionarse.
Salió del baño trastabillando, sin embargo, aun Susana no entendía la magnitud de lo que había hecho y lo que había atado para su propia alma.
…..
La rubia se encontraba entre los brazos de Terry aun con rostro pálido y angustiado, Terry limpiaba su rostro sudoroso y no pudo sentirse peor al ver a su pecosa en ese estado ¿Qué le había pasado para ponerse así de mal?
—Tenga… —Ofreció una camarera al actor una taza de te humeante para la rubia —Por Dios, esta tan pálida.
—Debe…. Debe ser que esta cansada y al decirle que viniera aquí se estreso más y… —Terry no pudo decir mas palabras, estrecho la cabeza de Candy a su pecho y le dio besos en la frente para invitarla a despertar pronto —¡Vamos, pecas! Mi futura esposa es una chica fuerte que no se ha dejado vencer por nada ni nadie.
Terry solo quería pensar que nada malo le pasaba a Candy, que solo haya sido incluso la impresión de la propuesta de matrimonio y nada más. Porque eso era lo que quería, ser feliz al lado de ella y nada más.
—¿Terry? —logro decir la chica mientras se movía entre sus brazos. Terry se separó un poco de ella y sonrió al verla abrir sus ojos ante él, era el momento más hermoso que podía decir estaba viviendo, Romeo viendo a su Julieta despertar.
—¡Oh, pecosa! Me asustaste ¿Te sientes bien?
—Solo estoy un poco mareada y me duele la cabeza, pero… —De lo que Candy estaba más que clara era lo que había visto, era esa sombra negra detrás de Terry, como si esa cosa fuera un augurio del futuro para los dos.
Lo peor es que esa sensación sobrevino luego de ponerse el anillo, la rubia alzo su mano izquierda y vio el anillo, aunque hermoso, había algo en el que no era normal. Era inquietante y mientras se perdía en la piedra que lo adornaba una serie de voces sobrevinieron a sus oídos, llevándose así las manos a los oídos para silenciarlas.
—¡Agh! —Exclamo mientras se incorporaba del asiento y llevaba su cabeza entre sus rodillas —¿Qué es esto?
—¿Te sigues sintiendo mal?
—¡No se que me pasa! Me siento horrible.
—Tu… debes estar cansada —Esa fue la conclusión acelerada de Terry ante los síntomas de Candy —¡Ven! Te llevo a mi departamento para que descanses.
—¿A tu departamento?
—Así es… además, vamos a ser marido y mujer —Susurro el actor llevando una mano a la mejilla derecha de Candy —Y puedo pedir permiso al derecho de amarla y besar su boca si me lo permite, mi amada Julieta.
—Nunca dejas de sorprenderme… mi amado Romeo —Dijo la rubia sonriente ante las palabras de Terry —Y si…Romeo de ahora en adelante esta en todo el derecho de amarme.
Ante el aparente permiso de Candy, Terry aprovecho para acercarse a su rostro y al fin besarla como tanto lo había anhelado. Besar la boca de Candy era la verdadera gloria y sabia que, desde ese momento, todo entre ellos seria miel sobre hojuelas… O eso hasta ese momento era la idea de Terry, quien en medio de su amor intenso no se percató que aquel anillo no era ese que con tanto amor había adquirido para su pecosa
Desde esa mañana que Candy puso su anillo en su dedo, todo cambiaria.
……
Habían pasado algunos días desde que Candy acepto la propuesta de matrimonio de Terry, ella estaba más que contenta de ser pronto la señora Graham, pero muy en el fondo sabía que algo no andaba bien. Desde ese día, horribles pesadillas se presentaron en los sueños de Candy al igual que situaciones que ponían en peligro a Candy.
Desde una pared que casi la aplasto en una avenida hasta casi ahorcarse con su pashmina intentando tomar el tranvía. Eventos que parecían ser aislados pero que indicaban que algo no estaba bien, y en cada uno de ellos, esas voces llegaban a los oídos de Candy, con el objetivo de volverla loca.
Pero era mucho peor en las noches cuando se iba a dormir, ya temía el hecho de quedarse sola en su cuarto y cerrar los ojos, ya que, en cada sueño aparecía esa horrible criatura negra y de ojos amarillos ofreciéndole su mano y alrededor de esta un fuego caliente que la alcanzo hasta envolverla por completo, y era exactamente la mano en donde se posaba el anillo la que iba adelante para luego despertar horrorizada.
—¡NO! —Grito la rubia en medio de la noche dando patadas inclementes en su cama. Karen en su habitación al escuchar los gritos de la rubia abrió la puerta para entrar y verificar el estado de Candy. —Suéltame ¡Suéltame!
—Candy despierta ¡Despierta! —Exclamo Karen sacudiendo a la rubia en su cama. La chica abrió los ojos aterrada, vio a Karen y se arrojo a sus brazos para llorar —Cariño ¿Qué te está pasando?
—¡No lo sé! Tengo miedo Karen... no me dejes sola, por favor.
—Sshh, tranquila, mi cielo. Nada va a pasarte aquí, para eso estoy yo aquí ¿Entiendes?
—Si, pero, aun así, las voces…
—¿Voces?
—¿No las escuchas? —pregunto la rubia angustiada, Karen solo pudo negar con la cabeza ante la interrogante de Candy, esa chica alegre que ahora se veía ojerosa y con el cabello opaco —Karen... créeme, algo malo me esta sucediendo y no lo comprendo. Y lo peor es que… es que…
—¿Te sucede algo?
—Desde el día que Terry me propuso matrimonio y me puso el anillo fue que todo empezó —dijo entre nuevas lagrimas —Sentí algo horrible que no me ha dejado vivir.
—¡Oh, vamos Candy! —Karen tomo la mano izquierda de la rubia para juguetear con el anillo y darle ánimos —No creo que sea tan malo estar estresada por una venidera boda antes de tiempo y que de paso sea un actor guapísimo tu novio, que por cierto te ama y te adora como a nadie.
—Karen… si confió en el amor de Terry ciegamente, pero desde que el me puso ese anillo no me siento yo misma… siento que enloquezco y que todo lo malo viene hacia mí. Y lo peor es que temo que salgan dañados.
Mientras Karen jugueteaba con la mano de Candy, decidió detallar el anillo, ese que ella bien recordaba por ser aquello que, según Terry, representaba a Candy, pero al detallarlo se dio cuenta de algo… aquel anillo no era precisamente el que él había escogido.
—El anillo… —Susurro la actriz confundida ante su descubrimiento, y cuando quiso hablar, algo se olfateo en el departamento forma intensa —¡Fuego!
La simple palabra hizo a Candy alarmarse, sintió el tiron del brazo por parte de Karen, quien había tomado con su otra mano una sabana, fue al baño y trato de humedecerla para luego ponérsela a ella encima. Intentaron salir por las ventanas el departamento para ir por las escaleras de incendios, pero ninguna de ellas abrió, estaban atascadas. Les tocaba salir por la puerta principal.
El departamento se había llenado de humo en poco tiempo y ninguna de las dos sabia de donde se había originado el fuego hasta que abrieron la puerta principal, el pasillo estaba vuelto llamas. Escuchaban gritos de personas pidiendo ayuda y el pánico encendido ante la idea de que ese auxilio no llegara a tiempo.
—¡Candy sigue adelante! —Exclamo Karen ante las inminentes llamas que podían llegar a alcanzarlas. Pero Candy estaba aterrada, esas mismas llamas las había visto en sus sueños, eran esas mismas llamas que la arrastrarían a esa criatura escabrosa. —¡Cuidado arriba!
El techo empezó a desmoronarse sobre ellas y aun no alcanzaban la salida de emergencia, Candy hizo caso a la sugerencia de Karen se seguir adelante, pero las llamas parecían perseguirla. Y a unos metros, ambas vieron la salvación ante una ventanilla abierta a la escalera de emergencia, justo cuando creían que saldrían del lugar, un madero encendido se desplomara sobre Karen ante la mirada atónita de Candy.
—¡Karen, no! —Grito la rubia al descubrir entre las llamas que cubrieron a la actriz esa sombra atemorizante señalarla, y su presencia la asusto al punto de provocar que se desmayara en el pasillo.
Continuara…