Sonetos del Diablo
"...En el beso, el abismo del deseo
se revela, donde el aroma a azufre
presagia el peligro en nuestra
travesía ardiente."
se revela, donde el aroma a azufre
presagia el peligro en nuestra
travesía ardiente."
一¿Sabes, Paty?一 La voz de Annie, cargada de resignación y desafío, detuvo a su amiga en seco一. Últimamente, he sentido cómo emana de mi corazón el hedor de la muerte. El tono desolado que mantenía Archie por Candy, resuenan como cacofonías burlonas e incesantes en mi mente, y su amor se desvanece entre mis dedos, llevándome hacia una oscura condena. Me pregunto, ¿qué importa el precio que debo pagar por adentrarme en lo desconocido cuando ya estoy en un abismo sin fondo? Y así, al final, esta historia no queda simplemente marcada en mi autobiografía como un constante recordatorio de mis intentos y fracasos, sino como un testimonio de mi valentía por luchar por lo que es mio.
Paty, al escuchar las palabras de su amiga, asintió con solemnidad. Para ella, estas palabras eran una clara aceptación. Juntas partirían a América, donde Annie podría encontrar la ayuda necesaria para comenzar de nuevo; todas sus esperanzas reposaban en un futuro envuelto en sombras. Sin embargo, Annie desconocía los oscuros secretos que Paty guardaba, y la terrible verdad que les esperaba en el otro continente.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Paty mientras contemplaba el brillo inquietante de los ojos de su amiga, preguntándose qué horrores acechaban en el oscuro abismo hacia el que se dirigían.
La oscuridad se apoderaba del antiguo internado San Pablo, envolviéndolo en un manto de sombras. Las estrellas titilaban en el firmamento, apenas visibles entre las nubes que parecían bailar al compás del viento nocturno.
Este último, cargado de secretos ancestrales, susurraba entre los árboles del jardín, como si intentara comunicar mensajes olvidados por el tiempo.
Paty, partió de la habitación de Any con un pesar que la acompañaba como una pesada carga. Sus pensamientos, entrelazados con angustia y remordimientos, la envolvían en una bruma de preocupación. Mientras tanto, Ani, ajena a todo, continuaba en su mundo, sin sospechar siquiera la sombra de peligro que se cernía sobre ella.
Cerrando la puerta con un suspiro entrecortado, Paty se vio asaltada por la incertidumbre. Sabía que debía advertir a su amiga, pero la verdad que ocultaba era tan sombría que temía el impacto que podría causar. El peso de la culpa se hacía insoportable, pero el miedo a la reacción de Ani la paralizaba. Aun así, estaba decidida a enfrentar las consecuencias de sus acciones.
En la intimidad de su habitación, Paty se encontraba en una unión profunda con su violín. Sus diestros dedos recorrían las cuerdas con un toque delicado y preciso, liberando una melodía cautivadora que llenaba la habitación con su magia encantadora.
Iluminada por la suave luz de la luna que se filtraba por la ventana, su silueta se dibujaba con elegancia, y su rostro, iluminado por el tenue resplandor, expresaba una profunda serenidad. Con los ojos cerrados, su corazón latía en perfecta armonía con la música. En cada nota que brotaba del instrumento, Paty volcaba su alma, y cada movimiento del arco era una promesa, un pacto que sellaba con la oscuridad de la noche . Aquellos que tenían el privilegio de escucharla se veían atrapados en un trance hipnótico, cautivados por la belleza y la pasión que emanaba de su violín.
Al compás de las melodías de Paty que ondeaban en el aire, una sombra amenazante se deslizaba entre los pliegues de la oscuridad, como un depredador sigiloso aguardando a su presa en las tinieblas. La melodía celestial de Paty, aunque parecía no perturbar la quietud del intruso, se entrelazaba con la atmósfera cargada de tensión.
La tenue luz de la luna, filtrándose por las rendijas de las cortinas, apenas lograba rasgar la densa oscuridad que reinaba en la habitación. Las notas del violín vibraban en perfecta sincronía con el pulso acelerado de Paty, creando una atmósfera de magia y misterio que erizaba la piel y desataba los sentidos.
Un hedor a azufre y muerte, tan penetrante que parecía invadir los pulmones de Paty, se mezclaba con la fragancia dulce de su inocencia, envolviéndola en una danza de contrastes y contradicciones. Las notas del violín, ahora teñidas de un tono ominoso, parecían ser una inminente invitación al peligro , mientras la presencia desconocida acechaba entre las sombras, esperando su momento para actuar.
Una figura siniestra emergió de las sombras, su presencia llenó la habitación de una energía oscura y palpable, manifestando una forma indefinida y unos ojos que brillaban como brasas infernales revelaron la identidad del intruso: el mismísimo Diablo. Su cuerpo, sensual y esculpido como el de un adonis, se destacaba en contraste con el oscuro entorno, envuelto en ropajes de seda que ondeaban con elegancia a su alrededor. Con movimiento proyectaba una sombra imponente sobre las paredes, como si fuera un noble conde que caminara entre mortales. Sus cuernos, retorcidos como ramas talladas en oro, coronaban su cabeza, y el sonido siniestro de sus pasos resonaba en la habitación al golpear el suelo.
Mientras se aproximaba a Paty, él Amo de las tiemblas dejaba entrever su devocion y pasion por el poderío que irradiaba la joven violinista. Su mirada, como las notas del violín acariciaban el alma de Paty. La contemplaba con un deseo ardiente, envolviéndola en una aura de peligrosa fascinación y deseo que cortaba la respiración. Paty, víctima de este hechizo, se encontraba hipnotizada por la mirada intesa como el fuego del Diablo, sintiendose incapaz de apartar la vista.
Su música, antes serena y hermosa, ahora se transformaba en una melodía discordante, un reflejo del tormento que se agitaba en su alma y el anhelo oculto que despertaba el ser oscuro frente a ella.
En la piel de Paty, las sensaciones peligrosas e inquietantes, bailaban como espectros danzantes, buscando una rendija por donde colarse y corromper su esencia. El ángel del abismo, oficiaba su ritual ancestral, envolviéndola en un éxtasis oscuro que ella conocía demasiado bien. Cada caricia del viento era un susurro del propio abismo, guiándola hacia una entrega sin retorno, hacia un precipicio de placer y perdición.
Como un eco surgido de las profundidades, una voz susurró que a su oído:
一Permítame, mientras te sumerges en la melodía, adentrarme en los laberintos de tu mente y explorar sus secretos más recónditos."
El susurro resonaba con una oscuridad penetrante, tejiendo una telaraña de fascinación y terror en su conciencia, mientras acariciaba sus sentidos con su suave cadencia. La voz era como un hechizo, una invitación irresistible a un viaje hacia lo desconocido, hacia los confines del placer y el dolor.
Paty, cautivada por la melodía y la voz, no pudo resistirse. Cerró los ojos y se dejó llevar, entregándose a la oscuridad que la envolvía, a la promesa de un éxtasis que la consumía por completo.
A pesar del terror que la carcomía por dentro, Paty no pudo resistir el canto de sirena que emanaba de aquel susurro sibilino. La promesa de conocimiento y poder era irresistible, una melodía que la atraía hacia un abismo de placer y peligro. Con los ojos cerrados, se sumergió en la música, dejando que las notas la envolvieran como una caricia ardiente. Cada nota era un latido de su corazón, un torrente de emociones que la transportaban a un reino de sensaciones desconocidas.
Su cuerpo se convulsionó al ritmo de la melodía, entregándose por completo a la seducción del amo de las tinieblas. Sus dedos, antes diestros en las cuerdas del violín, ahora temblaban con una mezcla de miedo y excitación. Permitió que el Angel caido, se deslizara en los recovecos de sus pensamientos más profundos, entrelazandose sus hilos con los de ella en un abrazo íntimo, exitante, anhelante pero, aterrador.
La oscuridad la envolvía, la llenaba de una extraña sensación de liberación. Era como si se desprendiera de sí misma, flotando en un mar de sensaciones que la consumían por completo. La voz del Diablo resonaba en su mente, susurrando palabras seductoras que la invitaban a explorar los confines de su propio ser.
Paty no sabía a dónde la llevaría este viaje, pero no podía negarse. La atracción era demasiado fuerte, la promesa de poder y conocimiento demasiado irresistible. Se dejó llevar por la corriente, sin saber si regresaría o si se perdería para siempre en las tinieblas.
En el paroxismo del éxtasis musical, mientras la oscuridad la engullía por completo, Paty se entregó una vez más a él maestro de las artes ocuras, al rey de los infiernos, en un beso abrasador y salvaje. La lengua del Infierno, áspera y abrasadora, dibujaba un mapa de deseo en sus labios, mientras un gruñido gutural revelaba el hambre insaciable con el que devoraría su cuerpo.
Su alma se debatía en un tormento indecible, atrapada entre el amor por su amado y el precio que debía pagar: una porción de su ser, entregada a las tinieblas en un ritual ancestral.
Con cada pacto, la marca del Lucifer se tatuaba más profundamente en su corazón, un sello ardiente que la convertía en prisionera de su propia voluntad. El aire se espesaba con el aroma del azufre y la podredumbre, mientras la risa cruel del Infierno resonaba en sus oídos. Paty embriagada por el deleite, se entregaba febrilmente a las rudas embestidas del éxtasis.
Continuará…
"¡Es mejor reinar en el infierno
que servir en el cielo!"
John Milton.
que servir en el cielo!"
John Milton.
Querido@s lector@s, quieremos expresar nuestro más sincero agradecimiento
por adentrarse en las profundidades de nuestras letras,
llenas de fuego ardiente y misterio diabólico.
Su apoyo y entusiasmo son la chispa que alimenta nuestra creatividad
y nos impulsa a seguir explorando los rincones más oscuros de la imaginación.
Espero que hayan disfrutado de cada palabra tanto como nosotros
disfruté escribiéndolas. ¡Vuestra pasión por la historia nos llena
de alegría y gratitud!
Les aseguramos que volveremos pronto con el próximo capítulo,
cargado de más intriga, suspenso y llamas infernales. Estén atentos,
¡porque el fuego de la narrativa seguirá ardiendo con más fuerza que nunca!
Una vez más, gracias por acompañarnos en este viaje a través de las sombras.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
Chao, besos, bay...
por adentrarse en las profundidades de nuestras letras,
llenas de fuego ardiente y misterio diabólico.
Su apoyo y entusiasmo son la chispa que alimenta nuestra creatividad
y nos impulsa a seguir explorando los rincones más oscuros de la imaginación.
Espero que hayan disfrutado de cada palabra tanto como nosotros
disfruté escribiéndolas. ¡Vuestra pasión por la historia nos llena
de alegría y gratitud!
Les aseguramos que volveremos pronto con el próximo capítulo,
cargado de más intriga, suspenso y llamas infernales. Estén atentos,
¡porque el fuego de la narrativa seguirá ardiendo con más fuerza que nunca!
Una vez más, gracias por acompañarnos en este viaje a través de las sombras.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
Chao, besos, bay...
Última edición por an le mon el Jue Abr 18, 2024 9:59 pm, editado 1 vez