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CAPÍTULO 25
-¡Candy, espera un momento!
Grita el caballero mientras intenta alejarse de esa mujer e ir tras la rubia, Annie intenta detenerlo.
-¡Déjala! Es mejor así.
-Debes estar loca si piensas que voy a caer en ésta sucia treta… yo no soy como tu pusilánime marido, tú no eres una mujer que me atraiga ni me interesa intimar contigo.
-Si sales por esa puerta voy a gritar fuerte y diré que querías abusar de mí.
-Si haces eso nadie te creerá.
-Ponme a prueba.
-Escúcheme bien señora. Ésta es la casa de mi amigo el cual me conoce muy bien, y dado su historial amoroso nadie se extrañaría de que sea usted quien me está acosando de ésta manera. Y pienso decirles a todos que ha sido usted quien ha aparecido casi desnuda en mis narices para intentar de una manera absurda tener relaciones sólo porque su marido no le da las atenciones que tanto está pidiendo desesperadamente.
Puntualiza diciendo muy molesto mientras termina de ponerse los pantalones y salir de ahí. Annie estaba frustrada, no creía posible que algún hombre pudiese ignorar su belleza; quería estar con Terry, si su esposo la estaba dejando de lado ¿Por qué no intentarlo con Grandchester? Ella también se merece un amante atento y detallista como ese, no solo la mustia de Candy.
Del estudio salían Albert y Anthony, es entonces que ven que Terry baja los escalones rápidamente y pronuncia una excusa atropellada de que debe marcharse, éstos lo ven partir sin entender muy bien lo que pasaba. Cuando estaba por entrar a su alcoba Anthony se da cuenta que su esposa está saliendo de otra habitación de manera sospechosa, ella se asusta cuando lo ve, pero rápidamente piensa en una excusa.
-Oh, Anthony… eres tu… este…
-¿Qué hacías ahí?
-Te… te estaba buscando.
-¿Para qué?
-Anthony… cariño. Es que estaba pensando en lo que me dijiste y…
-Aja…
-Quería proponerte que me des una oportunidad. Sí, es verdad que hemos estado muy distantes todo éste tiempo y por eso crees que es mejor separarnos… pero…
Hace una pausa, necesita encontrar las palabras adecuadas mientras intenta desplegar sus encantos ante él. Se ha acercado suavemente y ahora posa sus manos sobre su pecho varonil, una mirada tierna e inocente para suplicar, pasa la lengua por sus labios para humedecerlos y que éstos se vean más tentadores.
-Dame una última oportunidad de demostrarte cuanto te quiero. Si no funciona te prometo que no me opondré en tu plan de separarnos.
Admite a la vez que se lanza a besarlo y que él pueda sentir que esa bata es lo único que cubre su desnudez. Anthony recibe las caricias mientras su cerebro intenta analizar si lo que ella dice es plausible, es entonces que Annie aprovecha y termina de instarlo a tener un poco más de privacidad en su habitación; ya en el interior desata la cinta para descubrir su cuerpo ante los ojos de él, luego agarra una mano de su esposo para guiarlo a tocar su sexo mientras que con la otra procede a quitarle la ropa. Esa noche volverían a hacer el amor.
Cuando Candy descubrió que esos dos estaban a punto de acostarse su corazón le dio un vuelco, había decidido comportarse de una manera cobarde al haberlo dejado que siguiera con lo suyo sin siquiera hacer un reproche, pero no podía. ¿Con qué argumento podría exigirle una explicación o respeto a Terry? Si entre ellos no hay nada. Más ahora que él le había pedido dejar de verse; al menos, bajo su perspectiva, éste había tenido la decencia de tomar distancia en vez de meterse con otra mientras también se acuesta con ella.
-Todos los hombres son iguales… sólo les interesa eso…
Se quejaba muy molesta mientras seguía su camino sin saber muy bien por dónde ir, en su furor no había espacio para ello. Es entonces que un coche se detiene a su lado y de él desciende Grandchester ansioso.
-Candy, por fin de encuentro.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con esa?
-Por eso te buscaba… no podía dejar que te marcharas creyendo algo que no es. Te prometo que no ha pasado, no hay nada y nunca pasará nada con esa mujer, no me interesa ni me atrae.
-No tienes que darme ninguna explicación Terry, eres muy libre de estar con quien se te antoje. No hay una relación entre nosotros para que te veas obligado a tenerme fidelidad, además tú has sido muy claro hoy antes de venir a la cena que debemos dejar de vernos y ahora entiendo la razón.
-Candy.
-Está bien así, no te preocupes. Lo mejor será tomarnos un tiempo, guardar las distancias. De esa manera podremos volver a ser amigos algún día sin que pueda haber malos entendidos ni escenas de celos o algo por el estilo. Eres un hombre soltero, libre. Puedes hacer como te dé la gana sin preocuparte si hieres mis sentimientos.
Terry cierra los puños por el disgusto, no quería. No. Pero también era cierto, de esa manera Candy podría estar con Anthony o con otro que ella quisiera; no podía obligarla ni retenerla a su lado sin ofrecerle nada o privándole de la posibilidad de rehacer su vida.
-Está bien, pero al menos déjame llevarte a tu casa. Es muy tarde y puede ser peligroso que andes por la calle sola.
-De acuerdo.
Termina accediendo sin entender muy bien la razón. Su corazón le duele y sabe que esa será la última vez que puedan pasar juntos. No quería obligarlo a permanecer a su lado cuando no es eso lo que desea. Tenía la idea de que Terry nunca ha buscado una relación, simplemente le ha brindado un poco de consuelo y distracción, pero simplemente habían sido esos amigos con cierto beneficio.
Cuando llegan frente del edificio donde ella vive él apaga el motor, se hace el silencio por unos minutos que parecían incómodos. Terry no estaba seguro si realmente ella le creía que entre esa mujer no hay nada ni que le interesa, pero también le duele tener que separarse de Candy.
-Muchas gracias por haberme traído, que regreses con bien.
-Candy… yo. Te juro que no pasó nada entre esa mujer y yo.
-Terry… te creo, pero si quieres hacerlo tampoco te lo voy a impedir. Sólo me molesta que ella esté otra vez importunando en mi vida, parece que es algo de lo que nunca me podré liberar; es mi castigo de un delito el cual no sé que cometí.
-No digas eso. Y te juro por lo más importante en mi vida que nunca me involucraría con esa… de hacerlo, que me corten el tercer brazo. Prefiero volver a tus brazos que el de otra cualquiera.
-No hace falta que te pongas tan dramático. Algún día encontrarás a alguien que llene tu vida de tal manera que no querrás dejarla escapar nunca. Buenas noches, y gracias.
Finaliza la conversación para darle un beso en la mejilla como despedida y luego descender del coche. Esa sería una noche larga y solitaria para ambos.
Al día siguiente Candy se reúne con los Andrew para ayudar con los últimos detalles antes de su partida, no le pasó desapercibido el comportamiento de su ex para con su esposa, parecían más unidos que en un principio; quizás era su estrategia para que no se atreviera a comentar lo que había visto la noche anterior.
Para los demás fue evidente cierto ánimo apático en la rubia, algunos creyeron que se debía al hecho que pronto volverían a separarse, por lo que Elroy y Margarita pedían que fuese con ellos a pasar una temporada en Chicago; para Annie ese bajón en Candy se debe porque ha discutido con Terry porque creía que había pasado algo. Por más que él se hubiese negado, la imagen de ellos en esa situación tan comprometedora no se le borraría de la retina, por lo que discutirían cada dos por tres y terminarían separándose.
Al final se congratulaba a sí misma por haber logrado frustrar la felicidad de Candy, no puede concebir que ella estuviese bien y feliz mientras que a ella le seguían haciendo de lado y no la terminaban de aceptar como parte de la familia.
Se llega el día en que deben de partir y la tristeza acaricia el corazón de quienes se tienen verdadera estima. Archy espera que puedan compartir un poco más de tiempo cuando Candy viaje para la boda, él y su hermano la extrañan mucho. Ya ni se le ocurren cosas que inventar a Stear. Leslie y Margarita le piden que escriba más a menudo contándole de su vida, de esa manera quieren mitigar la ausencia debido a la distancia. Elroy por su parte le expresa cuánto la quiere y desea que se encuentre bien en todo momento, y si en algún caso no puede con algo que no dude en exigirle a Albert se haga cargo. Anthony le agradece que nuevamente puedan tener un trato de amistad. Annie sólo expresó un “Hasta nuca” deseando que realmente fuese así.
Inevitablemente el sentimiento de soledad embargaba el corazón de Grandchester y Candy. Aunque procuraban gastar todas sus energías en sus labores no dejaban de extrañarse. Terry empezó a beber cada vez más haciendo que surjan sentimientos encontrados que lo torturaban, se complacía en ello pues consideraba un buen castigo por no haber sabido conservar a esa mujer a su lado. Ella por su parte al terminar sus horas de voluntaria en el hospital se pasaba todo el tiempo en casa sin querer salir o ver a nadie, por miedo de encontrárselo y darse cuenta que puede estar con alguien más.
Poco a poco habían ido dándose cuenta que esa nostalgia no se debía sólo al hecho de haber estado tanto tiempo juntos, si no al detalle de que en ellos ha nacido un sentimiento que bien podrían llamar “Amor”, pero que temían no era correspondido. Las semanas pasaban y la pena se hacía más palpable en los dos.
Un día que Candy terminaba su labor en el hospital se le acerca el doctor Michael, también se había percatado de que ella se esforzaba en ocultar una tristeza, por lo que decide invitarla a almorzar. Ella acepta el gesto y van a un restaurante muy concurrido. En ese lugar había ido en varias ocasiones con Terry, y los recuerdos parecían asomarse como una película a cada rincón que observaba.
Tras la comida deciden dar un paseo por los jardines cercanos, la conversación fluye sobre la vida del hospital y algunas anécdotas graciosas de pacientes. Eran casi las cinco de la tarde cuando Terry había decidido que prefería ir a un pub a tomar una copa que seguir ahogándose entre documentos en su despacho; le encantaba el efecto del licor en su mente porque hacía que la imagen de la rubia fuese cada vez más nítida, y ahí podía hacer o decirle todo lo que quería, lo que no había hecho en todo ese mes.
Después de darle el último trago a su copa y pedir más cree que su mente ahora juega a torturarlo, pues le parece que está viendo a la joven pasar por el frente del local, pero en compañía de otro hombre. No se lo puede creer, después de todo ese tiempo sin verse se daba la casualidad que sus caminos se cruzaran. Torpemente se levanta de su silla y va tras ella, quiere comprobar que se trata de Candy o es alguien más.
Logra alcanzarlos justo en el momento que el caballero ha dicho algo que hace reír a la joven.
-Es ella.
Murmura al reconocer ese sonido, el cual había escuchado por mucho tiempo; pero su alegría se vino abajo cuando ve que él deposita un beso en su mano. No quería presenciar eso o algo más por lo que se da la vuelta para alejarse sin fijarse muy bien de su entorno, las lágrimas hacían su acto de presencia. Por ello, Terry no se dio cuenta que Michael sólo se estaba despidiendo y que ambos tomaban un taxi para seguir por caminos separados.
Candy se acomoda en el asiento trasero y le indica la dirección que desea ir. El vehículo emprende la marcha y en el primer cruce gira a la izquierda.
Grandchester se reprocha con improperios por creer que nunca la llegaría a ver al lado de otro hombre que le haga sonreír, amargamente se limpia las lágrimas de su rostro con la manga de su camisa cuando de presto escucha un grito que indica “Cuidado”; es cuando gira para ver de qué se trata y el ruido de unos neumáticos deteniendo la marcha, un golpe sonoro y todo su entorno dar vueltas sin sentido para terminar cayendo al suelo y ponerse todo oscuro.
La rubia desde su lugar se da cuenta de lo que ha pasado sin imaginarse que se trataba de Terry, le pide al conductor que se detenga y sale a socorrer al hombre que ya hace tirado en el suelo inconsciente. El ruido a su derredor desaparece y solo escucha los latidos de su corazón que parece se irá a detener de un momento a otro.
Grita el caballero mientras intenta alejarse de esa mujer e ir tras la rubia, Annie intenta detenerlo.
-¡Déjala! Es mejor así.
-Debes estar loca si piensas que voy a caer en ésta sucia treta… yo no soy como tu pusilánime marido, tú no eres una mujer que me atraiga ni me interesa intimar contigo.
-Si sales por esa puerta voy a gritar fuerte y diré que querías abusar de mí.
-Si haces eso nadie te creerá.
-Ponme a prueba.
-Escúcheme bien señora. Ésta es la casa de mi amigo el cual me conoce muy bien, y dado su historial amoroso nadie se extrañaría de que sea usted quien me está acosando de ésta manera. Y pienso decirles a todos que ha sido usted quien ha aparecido casi desnuda en mis narices para intentar de una manera absurda tener relaciones sólo porque su marido no le da las atenciones que tanto está pidiendo desesperadamente.
Puntualiza diciendo muy molesto mientras termina de ponerse los pantalones y salir de ahí. Annie estaba frustrada, no creía posible que algún hombre pudiese ignorar su belleza; quería estar con Terry, si su esposo la estaba dejando de lado ¿Por qué no intentarlo con Grandchester? Ella también se merece un amante atento y detallista como ese, no solo la mustia de Candy.
Del estudio salían Albert y Anthony, es entonces que ven que Terry baja los escalones rápidamente y pronuncia una excusa atropellada de que debe marcharse, éstos lo ven partir sin entender muy bien lo que pasaba. Cuando estaba por entrar a su alcoba Anthony se da cuenta que su esposa está saliendo de otra habitación de manera sospechosa, ella se asusta cuando lo ve, pero rápidamente piensa en una excusa.
-Oh, Anthony… eres tu… este…
-¿Qué hacías ahí?
-Te… te estaba buscando.
-¿Para qué?
-Anthony… cariño. Es que estaba pensando en lo que me dijiste y…
-Aja…
-Quería proponerte que me des una oportunidad. Sí, es verdad que hemos estado muy distantes todo éste tiempo y por eso crees que es mejor separarnos… pero…
Hace una pausa, necesita encontrar las palabras adecuadas mientras intenta desplegar sus encantos ante él. Se ha acercado suavemente y ahora posa sus manos sobre su pecho varonil, una mirada tierna e inocente para suplicar, pasa la lengua por sus labios para humedecerlos y que éstos se vean más tentadores.
-Dame una última oportunidad de demostrarte cuanto te quiero. Si no funciona te prometo que no me opondré en tu plan de separarnos.
Admite a la vez que se lanza a besarlo y que él pueda sentir que esa bata es lo único que cubre su desnudez. Anthony recibe las caricias mientras su cerebro intenta analizar si lo que ella dice es plausible, es entonces que Annie aprovecha y termina de instarlo a tener un poco más de privacidad en su habitación; ya en el interior desata la cinta para descubrir su cuerpo ante los ojos de él, luego agarra una mano de su esposo para guiarlo a tocar su sexo mientras que con la otra procede a quitarle la ropa. Esa noche volverían a hacer el amor.
Cuando Candy descubrió que esos dos estaban a punto de acostarse su corazón le dio un vuelco, había decidido comportarse de una manera cobarde al haberlo dejado que siguiera con lo suyo sin siquiera hacer un reproche, pero no podía. ¿Con qué argumento podría exigirle una explicación o respeto a Terry? Si entre ellos no hay nada. Más ahora que él le había pedido dejar de verse; al menos, bajo su perspectiva, éste había tenido la decencia de tomar distancia en vez de meterse con otra mientras también se acuesta con ella.
-Todos los hombres son iguales… sólo les interesa eso…
Se quejaba muy molesta mientras seguía su camino sin saber muy bien por dónde ir, en su furor no había espacio para ello. Es entonces que un coche se detiene a su lado y de él desciende Grandchester ansioso.
-Candy, por fin de encuentro.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con esa?
-Por eso te buscaba… no podía dejar que te marcharas creyendo algo que no es. Te prometo que no ha pasado, no hay nada y nunca pasará nada con esa mujer, no me interesa ni me atrae.
-No tienes que darme ninguna explicación Terry, eres muy libre de estar con quien se te antoje. No hay una relación entre nosotros para que te veas obligado a tenerme fidelidad, además tú has sido muy claro hoy antes de venir a la cena que debemos dejar de vernos y ahora entiendo la razón.
-Candy.
-Está bien así, no te preocupes. Lo mejor será tomarnos un tiempo, guardar las distancias. De esa manera podremos volver a ser amigos algún día sin que pueda haber malos entendidos ni escenas de celos o algo por el estilo. Eres un hombre soltero, libre. Puedes hacer como te dé la gana sin preocuparte si hieres mis sentimientos.
Terry cierra los puños por el disgusto, no quería. No. Pero también era cierto, de esa manera Candy podría estar con Anthony o con otro que ella quisiera; no podía obligarla ni retenerla a su lado sin ofrecerle nada o privándole de la posibilidad de rehacer su vida.
-Está bien, pero al menos déjame llevarte a tu casa. Es muy tarde y puede ser peligroso que andes por la calle sola.
-De acuerdo.
Termina accediendo sin entender muy bien la razón. Su corazón le duele y sabe que esa será la última vez que puedan pasar juntos. No quería obligarlo a permanecer a su lado cuando no es eso lo que desea. Tenía la idea de que Terry nunca ha buscado una relación, simplemente le ha brindado un poco de consuelo y distracción, pero simplemente habían sido esos amigos con cierto beneficio.
Cuando llegan frente del edificio donde ella vive él apaga el motor, se hace el silencio por unos minutos que parecían incómodos. Terry no estaba seguro si realmente ella le creía que entre esa mujer no hay nada ni que le interesa, pero también le duele tener que separarse de Candy.
-Muchas gracias por haberme traído, que regreses con bien.
-Candy… yo. Te juro que no pasó nada entre esa mujer y yo.
-Terry… te creo, pero si quieres hacerlo tampoco te lo voy a impedir. Sólo me molesta que ella esté otra vez importunando en mi vida, parece que es algo de lo que nunca me podré liberar; es mi castigo de un delito el cual no sé que cometí.
-No digas eso. Y te juro por lo más importante en mi vida que nunca me involucraría con esa… de hacerlo, que me corten el tercer brazo. Prefiero volver a tus brazos que el de otra cualquiera.
-No hace falta que te pongas tan dramático. Algún día encontrarás a alguien que llene tu vida de tal manera que no querrás dejarla escapar nunca. Buenas noches, y gracias.
Finaliza la conversación para darle un beso en la mejilla como despedida y luego descender del coche. Esa sería una noche larga y solitaria para ambos.
Al día siguiente Candy se reúne con los Andrew para ayudar con los últimos detalles antes de su partida, no le pasó desapercibido el comportamiento de su ex para con su esposa, parecían más unidos que en un principio; quizás era su estrategia para que no se atreviera a comentar lo que había visto la noche anterior.
Para los demás fue evidente cierto ánimo apático en la rubia, algunos creyeron que se debía al hecho que pronto volverían a separarse, por lo que Elroy y Margarita pedían que fuese con ellos a pasar una temporada en Chicago; para Annie ese bajón en Candy se debe porque ha discutido con Terry porque creía que había pasado algo. Por más que él se hubiese negado, la imagen de ellos en esa situación tan comprometedora no se le borraría de la retina, por lo que discutirían cada dos por tres y terminarían separándose.
Al final se congratulaba a sí misma por haber logrado frustrar la felicidad de Candy, no puede concebir que ella estuviese bien y feliz mientras que a ella le seguían haciendo de lado y no la terminaban de aceptar como parte de la familia.
Se llega el día en que deben de partir y la tristeza acaricia el corazón de quienes se tienen verdadera estima. Archy espera que puedan compartir un poco más de tiempo cuando Candy viaje para la boda, él y su hermano la extrañan mucho. Ya ni se le ocurren cosas que inventar a Stear. Leslie y Margarita le piden que escriba más a menudo contándole de su vida, de esa manera quieren mitigar la ausencia debido a la distancia. Elroy por su parte le expresa cuánto la quiere y desea que se encuentre bien en todo momento, y si en algún caso no puede con algo que no dude en exigirle a Albert se haga cargo. Anthony le agradece que nuevamente puedan tener un trato de amistad. Annie sólo expresó un “Hasta nuca” deseando que realmente fuese así.
Inevitablemente el sentimiento de soledad embargaba el corazón de Grandchester y Candy. Aunque procuraban gastar todas sus energías en sus labores no dejaban de extrañarse. Terry empezó a beber cada vez más haciendo que surjan sentimientos encontrados que lo torturaban, se complacía en ello pues consideraba un buen castigo por no haber sabido conservar a esa mujer a su lado. Ella por su parte al terminar sus horas de voluntaria en el hospital se pasaba todo el tiempo en casa sin querer salir o ver a nadie, por miedo de encontrárselo y darse cuenta que puede estar con alguien más.
Poco a poco habían ido dándose cuenta que esa nostalgia no se debía sólo al hecho de haber estado tanto tiempo juntos, si no al detalle de que en ellos ha nacido un sentimiento que bien podrían llamar “Amor”, pero que temían no era correspondido. Las semanas pasaban y la pena se hacía más palpable en los dos.
Un día que Candy terminaba su labor en el hospital se le acerca el doctor Michael, también se había percatado de que ella se esforzaba en ocultar una tristeza, por lo que decide invitarla a almorzar. Ella acepta el gesto y van a un restaurante muy concurrido. En ese lugar había ido en varias ocasiones con Terry, y los recuerdos parecían asomarse como una película a cada rincón que observaba.
Tras la comida deciden dar un paseo por los jardines cercanos, la conversación fluye sobre la vida del hospital y algunas anécdotas graciosas de pacientes. Eran casi las cinco de la tarde cuando Terry había decidido que prefería ir a un pub a tomar una copa que seguir ahogándose entre documentos en su despacho; le encantaba el efecto del licor en su mente porque hacía que la imagen de la rubia fuese cada vez más nítida, y ahí podía hacer o decirle todo lo que quería, lo que no había hecho en todo ese mes.
Después de darle el último trago a su copa y pedir más cree que su mente ahora juega a torturarlo, pues le parece que está viendo a la joven pasar por el frente del local, pero en compañía de otro hombre. No se lo puede creer, después de todo ese tiempo sin verse se daba la casualidad que sus caminos se cruzaran. Torpemente se levanta de su silla y va tras ella, quiere comprobar que se trata de Candy o es alguien más.
Logra alcanzarlos justo en el momento que el caballero ha dicho algo que hace reír a la joven.
-Es ella.
Murmura al reconocer ese sonido, el cual había escuchado por mucho tiempo; pero su alegría se vino abajo cuando ve que él deposita un beso en su mano. No quería presenciar eso o algo más por lo que se da la vuelta para alejarse sin fijarse muy bien de su entorno, las lágrimas hacían su acto de presencia. Por ello, Terry no se dio cuenta que Michael sólo se estaba despidiendo y que ambos tomaban un taxi para seguir por caminos separados.
Candy se acomoda en el asiento trasero y le indica la dirección que desea ir. El vehículo emprende la marcha y en el primer cruce gira a la izquierda.
Grandchester se reprocha con improperios por creer que nunca la llegaría a ver al lado de otro hombre que le haga sonreír, amargamente se limpia las lágrimas de su rostro con la manga de su camisa cuando de presto escucha un grito que indica “Cuidado”; es cuando gira para ver de qué se trata y el ruido de unos neumáticos deteniendo la marcha, un golpe sonoro y todo su entorno dar vueltas sin sentido para terminar cayendo al suelo y ponerse todo oscuro.
La rubia desde su lugar se da cuenta de lo que ha pasado sin imaginarse que se trataba de Terry, le pide al conductor que se detenga y sale a socorrer al hombre que ya hace tirado en el suelo inconsciente. El ruido a su derredor desaparece y solo escucha los latidos de su corazón que parece se irá a detener de un momento a otro.
Última edición por Cherry Cheddar el Jue Abr 25, 2024 1:54 pm, editado 1 vez
Hasta cuándo Annie seguirá haciendo maldades sin ser descubierta� No es justo que todo le salga bien 
Pero todo sale a luz y espero que Annie sea expuesta públicamente como lo que es 
Gracias por actualizar 
