Chicas, lo intenté: luché por recortarlo y no pude! Espero que les guste.
No le encontraba sentido a sus palabras. El hospital donde yo fui trasladado cuando llegué a Nueva York no era precisamente el adecuado para una personalidad como Terry, hijo del duque de Grandchester y de la actriz Eleanor Baker, o de Susana, quien era nieta de la actriz Penelope Stone e hija del prestigioso abogado Jonathan Marlow.
Lo fue para mí debido a que nadie sabía quien era yo, aparte que en Nueva York no todos los hospitales atendían a excombatientes o supuestos exiliados heridos en el viaje o en la guerra. Mucho menos a presuntos sospechosos de espionaje. Por lo menos al inicio.
- Eso decía el telegrama? -pregunté con una dificultad que supe ocultar apenas.
Ella sonrió, moviendo su cabeza afirmativamente.
Extendió la mano con el telegrama en ella. Yo tuve que dejar la maleta de su madre en el suelo.
Lo tomé y sentí que mi mano tembló un poco. Entonces ya no pude reprimir mis emociones. Una señal de preocupación a traves de mi entrecejo fruncido que no pudo ser reprimido afloró, lo mismo que mis labios, que apreté con más fuerza.
Creo que mi respiración cambió también, pero si ella se dio cuenta, no lo manifestó. Abrí el pequeño cuadro de papel y traté de que las palabras ahí escritas tuviesen algún sentido en mi mente, aunque no era difícil.
"Paladin regresó PUNTO hospital Saint Vincent Nueva York PUNTO pide caja felicidad"
Me quedé sin aliento, incrédulo. La miré a ella. Tenía otra vez los ojos llenos de lágrimas pero su sonrisa era más grande.
La vi tratando de tragar saliva.
- No sé si sea una broma o sea realmente él, pero es una posibilidad. No crees? Y si se trata de una estafa no podía venir sola para enfrentarme a ello.
Sorbio aire por la nariz haciendo una mueca que pretendió ser graciosa, pero sabía que no me haría reír en ese momento si es que estaba tomando en serio mi cara.
- La caja de la felicidad se la di a Paty después de lo que pasó en el funeral, y se encuentra demasiado lejos para llamarla si es que no es verdad que es él.
'Me he pasado horas pensando en si será él o no, si ha sufrido demasiado, si estará grave o enfermo... El por qué no supimos nada de él por tanto tiempo...'
'Tengo miles de preguntas, pero ninguna me importa si es él.'
Yo me llevé la mano a la cabeza. Mi mochila había dado contra el suelo sin darme cuenta, trataba de analizar lo que me estaba diciendo, preguntándome si efectivamente era una broma.
Lo de "paladín" era un título que mis sobrinos habían adoptado para justificar su deseo de protegerla de cualquiera que quisiera hacerle daño. Varios en la familia lo sabían, y quizá algunos amigos del colegio de los chicos de aquellos años, pero lo de la caja de música (la que por cierto, tuve que repararle), eso era algo muy personal. Pocos sabíamos que le llamaba la cajita de la felicidad.
- Por qué no lo mencionaste?
- Tú supiste de oídas lo que fue que Stear se fuera para la señora Elroy, no es verdad? Yo la vi, lo hice cuando volví de aquí. Estaba tan afectada y también furiosa conmigo porque me consideraba el motivo de las desgracias de la familia.
«Me dijo que desde que yo había llegado habían pasado solo cosas malas. Mencionó a Anthony, que Stear se fuese a la guerra e incluso estuvo a punto de decir sobre ti, porque pensaba en tu desaparición.»
«Cuando llegó el informe de que él había desaparecido en acción, fue peor. Me prohibió ir al funeral y estaba hecha pedazos. Por eso que Neil le dijera que se iba a ir a la guerra si no conseguía que me casara con él, fue suficiente para armar la mentira de que me obligabas a ello.»
«Toma en cuenta que la señora Elroy no me quiere en absoluto, pero era capaz de todo por no perder a otro más en la familia. Si le hubiera dado esperanzas de que Stear había mandado el telegrama y fuese falso, le haría más daño.»
«Y... Yo no estaba bien. Lo sabes. Stear era.. es, un amigo entrañable. Lo veo con el mismo cariño que veo a Annie o a Archie. Como mi familia.»
«Y... ya después, creí que podría decirte al terminar la cena, pero temí que quisieras disuadirme y mandar a otra persona para que corroborara esa información.»
«Si Stear está tan mal como para estar en un hospital o tan necesitado para pedirme la cajita, no podía esperar. Tenía que comprobarlo lo mas rápido posible.»
Sus palabras me dejaron mudo. Tenía razón. Después de haber vivido a lo menos dos engaños parecidos hacía varios años, no la hubiera arriesgado a ir. Primero hubiera enviado a otra persona.
Candy miró delante de mí e hizo una seña de disculpa. Había olvidado a su madre y yo salí de mi mutismo.
- No quisiera que fuese esto una artimaña de nadie, tampoco una broma, pero... Si fuese Stear, por qué no le envió el telegrama a Archie?
- No sabemos si no lo hizo, Albert. Si yo no me atreví a decirte nada, crees que Archie nos hubiera dado falsas esperanzas de haberlo recibido? Si lo ha hecho, entonces habrá llegado ya o estará a punto de hacerlo. No creo que tuviere reparos en venir.
Ni yo tampoco, de haber estado en lugar suyo, aunque insisto en que a Candy no la hubiese dejado venir sin comprobar antes que todo era cierto. Doblee nuevamente el telegrama y aunque reacio, se lo devolví. Necesitábamos ir allá, pero, que íbamos a hacer con las mujeres y las maletas?
- Necesitamos dejar esto en el hotel primero. No nos dejaran entrar al hospital con ellas.
Giree mi cara y vi a Dorothy y a Diane que lucían una expresión de curiosidad. Se habían detenido cerca de la parada de los coches y habían estado a punto de subir a uno, pero al darse cuenta que nos habíamos quedado parados a medio camino, decidieron esperar.
- Demonos prisa, si no no alcanzaremos el horario de visita y nos harán esperar hasta mañana.
Ella asintió y nos apresuramos a subir al coche en cuanto recogí la maleta y mi mochila.
El hotel al que fuimos pertenecía a la familia, pero yo nunca lo había visitado, así como no he tenido la oportunidad de estar en otros.
Solamente al verme se dieron cuenta quien era y llamaron a Gregory, quien se hizo cargo de atendernos, saludó a Candy y fue amable con ella y con su madre. A Dorothy no la conocía, pero se dio cuenta que era una empleada.
- Vaya, primo... No sabía que pensabas venir a la ciudad.
- Hola Greg. No, no pensaba venir.
- Que les dio a Archibald y a ti por venir a visitarnos?
- Archie está aquí?
- Ha llegado hace muy poco. Le di la llave de su habitación, pero él no subió. Solo dejó a cargo que subiesen su maleta y salió casi corriendo en el mismo coche que lo había traído.
Después de saber eso no quise seguir hablando, solo le pedí que nos diese una habitación a cada uno. Si Candy quería una para estar con su madre o inclusive alguna donde estuvieran las tres juntas, lo veríamos luego.
Salimos de ahí rápidamente. Agradecí que hubiésemos tenido oportunidad de adecentarnos poco antes de llegar a la estación. Todavía no me reponia de la comida que nos sirvieron en el vagón comedor y la noticia sobre Stear me tenía el estómago dolorido.
Recordé al pequeñin de gafas que estaba siempre desbaratando cosas para mirar su funcionamiento, aunque fue poco tiempo el que estuve cerca de él de niño, esos pequeños episodios los guardaba celosamente. Casi nunca recayó en mí, a pesar que era el mayor de mis sobrinos y que pudo ser el que mejor me recordase cuando yo era adolescente.
Después lo recordé ya mas grande.. Habría cambiado mucho en estos años?
Llegar al hospital Saint Vincent fue el trayecto más tortuoso de mi vida. Quizá de alguna manera peor que el que viví durante el viaje en tren.
Ahora no sentía el resquemor de algo parecido a los celos sino el de la dolorida esperanza. No sabía como era que ella había soportado tantas horas así. La fortaleza de Candy no dejaba de sorprenderme.
Al bajar del coche nos precipitamos dentro del nosocomio y preguntamos inmediatamente por Stear. La mujer que nos atendía se nos quedo mirando con expresión de ligero fastidio, y nos pidió esperar un poco para revisar sus listas, aunque estaba seguro de que sabía perfectamente a quien nos referíamos y donde se encontraba.
Nos llevó en silencio a la oficina del director del hospital sin darnos explicaciones del por qué lo hacía. Candy me miraba nerviosamente, pero se mantuvo callada. Dorothy miraba de un lado al otro, dudando si era necesario entrar junto con nosotros.
Le dijo algo a Diane y la señora le respondió que tomara asiento y esperara ahí si quería, que de cualquier manera, ella no iba a separarse de Candy a menos que se lo pidiese y que mi tía Elroy seguro que no se enfadaria debido a eso.
Dos toques insignificantes a la puerta habían sido suficientes para que la misma se abriera y reflejara la figura de un hombre regordete de unos 60 años. La enfermera le dijo algo que yo no alcancé a escuchar, pero el hombre suspiró lleno de alivio.
Nos hizo pasar y al hacerlo, la figura de un Archie ansioso apareció ante nuestros ojos. Su expresión de sorpresa fue evidente cuando se dio cuenta que eramos nosotros.
- Albert! Qué ...? Pero... qué hacen aquí?
- Hola Archie. Supongo que lo mismo que haces tú.
- Caballeros, señora, señorita... Si gustan tomar asiento... Por lo visto se conocen, espero que por eso no les resulte incómodo que charle al mismo tiempo con ustedes puesto que han preguntado por el mismo paciente..
- Soy William A. Andrew, la señorita es Candice White y la señora es su madre. Alistair Cornwell era..
- "Es" -corrigió Archie con voz segura.
- ...Es -puntualicee yo- mi sobrino.
- y es mi hermano, como ya le dije a usted Dr. Seymour.
- Pues bien, yo soy Benjamin Seymour, soy el director del hospital. Presentados todos, quiero poder poner en antecedentes a ustedes, que son familiares del señor Cornwell, que se encuentra bajo observación médica.
«El señor Alistair Cornwell, como así se hizo llamar, fue atendido hace tres años y medio en un hospital europeo después de ser encontrado en estado inconsciente en una de las playas del lago de Der, en Champagne, en Francia. »
«El estado en el que fue encontrado fue grave. Había sido rescatado por soldados franceses que tenían poco tiempo apostados ahí. No portaba documentación sino la chaqueta que lo identificaba como parte de los pilotos provenientes de Gran Bretaña. Lo único que dijo fue Dominic cuando lo encontraron y le preguntaron quien era.»
«Creyeron que ese era su nombre. Lo trasladaron junto con otros heridos pues tenía una herida de bala en el brazo derecho, en el estómago y un rozón en la cabeza. Se había roto una pierna y tenía pocas probabilidades de sobrevivir.»
«Pudo haber muerto debido a la caída, pero había usado un paracaídas bastante aceptable, lo que era mas difícil eran las heridas de bala.»
«Después de ser trasladado, de un hospital a otro, grave la mayor parte del tiempo, fue a parar a una pequeña clínica improvisada que era atendida por médicos y enfermeras que habían ido de voluntarios de varios países.»
«La mayoría no hablaba muy bien francés, y su sobrino no recordaba quien era, pero al escuchar el idioma, creo que parte de su cerebro lo interpretó como su lengua materna. Ya tenía más de un mes de haber sido... derribado.»
«Entre los ciudadanos que estaban de voluntarios hubo una muchacha que dijo conocerlo y mencionó el nombre de Dominic Lefranc también, así que su identidad pareció quedar mejor definida.»
«Como le dije, su sobrino se fracturó una pierna, tenía una perdida de memoria que creyeron irreversible y ya no podía regresar como piloto activo aunque sus otras heridas también estuvieran sanando.»
«La muchacha lo visitaba diariamente y se ofreció de voluntaria para cuidar de él en el seno de su casa y eso era bastante poco usual, pero el Teniente ya estaba fuera de peligro, lo que necesitaba era ejercitar su pierna nuevamente.»
«Como usted sabe, o por lo menos supongo que sabe, la batalla de Verdún comenzó en febrero, pero el ejercito francés estuvo movilizandose desde noviembre.»
«Alistair se quedó entre los heridos y cuando llegó el nuevo destacamento, al no verlo en la clínica, por unas semanas creyeron que había muerto.»
«Y, creo que no habría sido necesario repetir que estaba en una clínica civil improvisada con médicos y enfermeras que no hablaban bien francés. Los médicos no fueron de mucha ayuda. »
«La batalla de Verdún movilizó muchos cuerpos voluntarios y los médicos fueron trasladados mientras su sobrino se recuperaba en casa de la muchacha.»
«Después de eso, la muchacha también se traslado con su familia y lo llevaron consigo.»
«Alistair....-dudó-. Él intentó volver al destacamento antes de desaparecer, pero los informes del ejercito británico no lo identificaron como parte de sus pilotos. Creyeron que podía ser un espía y escapó con ayuda de la muchacha.»
«Por eso, no se supo de él hasta hace tres meses. Él... Chocó su automóvil y no venía solo. Su esposa y su hijo estaban en el coche....»
Archie estaba de pie para cuando el director dijo lo último.
Temblaba visiblemente. Sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas, pero su expresión era de estupefacción.
- Su mujer y su hijo, dice usted? -pregunté yo.
- Efectivamente. Alistair, bajo el nombre de Dominic Lefranc se casó con la muchacha que lo había ayudado a escapar. Estuvieron casados dos años. Ella le había dicho que sus padres fueron de las primeras víctimas de los alemanes y que no tenía familia. Estuvieron errantes un tiempo hasta que la guerra acabó, pero la pandemia de gripe que hubo después la dejó huérfana y se trasladaron definitivamente a Lion.
«Fue ahí donde sufrió el accidente y donde por desgracia la señora murió. Su hijo todavía no había cumplido el año de edad. Fue una verdadera desgracia que ella se impactara de ese modo en el empedrado.»
- Y.. el niño? -preguntó Archie con voz trémula.
- Fue a parar a un charco de lodo, lo que hizo su caída menos aparatosa.. Aunque también estuvo bastante delicado.
- Y Alistair?
- Quedó también mal herido. Sabe que hizo que no saliese volando? Usaba un cinto atravesando su pecho y estaba conectado al asiento del coche. Nunca había visto nada parecido antes.
- Usted fue testigo?-preguntó Candy, quitandonos a todos las palabras de la boca. El hombre asintió.
- Estaba desayunando en el chalet, de uno de mis colegas, de vista a la calle. Desde que la vi caer supe que no tenía nada que hacer por ella, pero el pequeño se estaba moviendo y lo saqué de entre el lodo para evitar que terminara asfixiandose con él.»
« Mi colega es buen médico, sabe? Pero no tiene paciencia con los niños pequeños, creyó que era mas importante salvar la vida del padre porque le vio mayor probabilidad, pero yo no opinee lo mismo.»
«Afortunadamente los dos están bien, por lo menos físicamente, pero el accidente provocó un golpe severo en la cabeza de su sobrino que le trajo muchas complicaciones.»
«Sin embargo, lo bueno de ello fue que comenzó a recuperar recuerdos. Yo lo traté mientras estuve en Lion, pero tengo obligaciones en este hospital que no me permitieron quedarme más de veinte días, los de mis vacaciones, precisamente.»
«Hace dos semanas mi colega hizo de mi conocimiento que una gran parte de los recuerdos de Alistair habían sido recuperados, especialmente los referidos a su identidad, pensaba arreglarlo con la embajada pero eso supone demasiado papeleo y optó por usar el pasaporte francés y ya instalado en America solucionar su situación legal.»
- Quiero verlo! -demandó Archie.
- Lo harán, el problema es que las cosas no son tan sencillas. Haber venido desde Francia con una falsa identidad es un delito. Haber escapado del ejército francés en tiempos de guerra marcó un precedente, pero la deserción de su propio escuadrón, es el tema más delicado.
- Estaba herido! Usted mismo lo ha dicho! Había perdido la memoria!
- Lo sabemos él y yo, lo sabía su mujer, los padres de ella, los médicos que lo atendieron, pero definitivamente no lo sabían sus superiores del ejército británico y tampoco los del ejército de nuestro país. Puede que sea tomado por un traidor, y usted supongo que sabe cómo se castiga eso.
Yo tragué en seco. Entendía el punto.
- Les sugiero que mediten ampliamente los pasos que deberán seguir. Sobre todo, quiero que sepan que su situación legal no es lo único a tomar en cuenta: se encuentra deprimido y está teniendo periodos inestables debido a todo lo que le ha pasado. Les necesita mucho, como familia, como amigos, físicamente, moral y económicamente. Ya no puede quedarse en el hospital, tengo a la junta preguntando por su caso al ver que está bastante recuperado, por eso les ha enviado llamar.
- Pagaremos todos los gastos, no se preocupe -dijo Archie-, ahora lo único que quiero es ver a mi hermano.
Y lo vimos. Cuando nos llevaron a su habitación me topé no con el muchacho delgado y risueño que yo había conocido. Estaba hecho un hombre. Medía por lo menos ocho o diez centímetros más que antes, su complexión era fuerte, como la mía.
Ya no usaba gafas o las tenía guardadas en algún lado, y tenía una mirada de marcado dolor hasta que se dio cuenta que ahí estábamos.
Archie estaba inmóvil, llorando tanto como Candy, y no había dado mas de cinco pasos dentro de la habitación, pero cuando Stear lo vio, se le echo encima en un abrazo que me hizo llenar los ojos de lágrimas. Los oí sollozar un buen rato, pero entonces recaí en que había un niño pequeño en una cuna que estaba despertando.
- papa?
Stear se soltó del abrazo de su hermano y con voz suave respondió.
- Je suis ici, Germain -caminó hacia el pequeño, tomándole en los brazos. De ahí miró a la puerta y observó a Candy y el rostro se le desencajo en una expresión entre dolorosa y ahnelante.
- Candy.... -musitó.
Continuará....
Capítulo siguiente:
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Capítulo anterior:
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Capítulo 3
No le encontraba sentido a sus palabras. El hospital donde yo fui trasladado cuando llegué a Nueva York no era precisamente el adecuado para una personalidad como Terry, hijo del duque de Grandchester y de la actriz Eleanor Baker, o de Susana, quien era nieta de la actriz Penelope Stone e hija del prestigioso abogado Jonathan Marlow.
Lo fue para mí debido a que nadie sabía quien era yo, aparte que en Nueva York no todos los hospitales atendían a excombatientes o supuestos exiliados heridos en el viaje o en la guerra. Mucho menos a presuntos sospechosos de espionaje. Por lo menos al inicio.
- Eso decía el telegrama? -pregunté con una dificultad que supe ocultar apenas.
Ella sonrió, moviendo su cabeza afirmativamente.
Extendió la mano con el telegrama en ella. Yo tuve que dejar la maleta de su madre en el suelo.
Lo tomé y sentí que mi mano tembló un poco. Entonces ya no pude reprimir mis emociones. Una señal de preocupación a traves de mi entrecejo fruncido que no pudo ser reprimido afloró, lo mismo que mis labios, que apreté con más fuerza.
Creo que mi respiración cambió también, pero si ella se dio cuenta, no lo manifestó. Abrí el pequeño cuadro de papel y traté de que las palabras ahí escritas tuviesen algún sentido en mi mente, aunque no era difícil.
"Paladin regresó PUNTO hospital Saint Vincent Nueva York PUNTO pide caja felicidad"
Me quedé sin aliento, incrédulo. La miré a ella. Tenía otra vez los ojos llenos de lágrimas pero su sonrisa era más grande.
La vi tratando de tragar saliva.
- No sé si sea una broma o sea realmente él, pero es una posibilidad. No crees? Y si se trata de una estafa no podía venir sola para enfrentarme a ello.
Sorbio aire por la nariz haciendo una mueca que pretendió ser graciosa, pero sabía que no me haría reír en ese momento si es que estaba tomando en serio mi cara.
- La caja de la felicidad se la di a Paty después de lo que pasó en el funeral, y se encuentra demasiado lejos para llamarla si es que no es verdad que es él.
'Me he pasado horas pensando en si será él o no, si ha sufrido demasiado, si estará grave o enfermo... El por qué no supimos nada de él por tanto tiempo...'
'Tengo miles de preguntas, pero ninguna me importa si es él.'
Yo me llevé la mano a la cabeza. Mi mochila había dado contra el suelo sin darme cuenta, trataba de analizar lo que me estaba diciendo, preguntándome si efectivamente era una broma.
Lo de "paladín" era un título que mis sobrinos habían adoptado para justificar su deseo de protegerla de cualquiera que quisiera hacerle daño. Varios en la familia lo sabían, y quizá algunos amigos del colegio de los chicos de aquellos años, pero lo de la caja de música (la que por cierto, tuve que repararle), eso era algo muy personal. Pocos sabíamos que le llamaba la cajita de la felicidad.
- Por qué no lo mencionaste?
- Tú supiste de oídas lo que fue que Stear se fuera para la señora Elroy, no es verdad? Yo la vi, lo hice cuando volví de aquí. Estaba tan afectada y también furiosa conmigo porque me consideraba el motivo de las desgracias de la familia.
«Me dijo que desde que yo había llegado habían pasado solo cosas malas. Mencionó a Anthony, que Stear se fuese a la guerra e incluso estuvo a punto de decir sobre ti, porque pensaba en tu desaparición.»
«Cuando llegó el informe de que él había desaparecido en acción, fue peor. Me prohibió ir al funeral y estaba hecha pedazos. Por eso que Neil le dijera que se iba a ir a la guerra si no conseguía que me casara con él, fue suficiente para armar la mentira de que me obligabas a ello.»
«Toma en cuenta que la señora Elroy no me quiere en absoluto, pero era capaz de todo por no perder a otro más en la familia. Si le hubiera dado esperanzas de que Stear había mandado el telegrama y fuese falso, le haría más daño.»
«Y... Yo no estaba bien. Lo sabes. Stear era.. es, un amigo entrañable. Lo veo con el mismo cariño que veo a Annie o a Archie. Como mi familia.»
«Y... ya después, creí que podría decirte al terminar la cena, pero temí que quisieras disuadirme y mandar a otra persona para que corroborara esa información.»
«Si Stear está tan mal como para estar en un hospital o tan necesitado para pedirme la cajita, no podía esperar. Tenía que comprobarlo lo mas rápido posible.»
Sus palabras me dejaron mudo. Tenía razón. Después de haber vivido a lo menos dos engaños parecidos hacía varios años, no la hubiera arriesgado a ir. Primero hubiera enviado a otra persona.
Candy miró delante de mí e hizo una seña de disculpa. Había olvidado a su madre y yo salí de mi mutismo.
- No quisiera que fuese esto una artimaña de nadie, tampoco una broma, pero... Si fuese Stear, por qué no le envió el telegrama a Archie?
- No sabemos si no lo hizo, Albert. Si yo no me atreví a decirte nada, crees que Archie nos hubiera dado falsas esperanzas de haberlo recibido? Si lo ha hecho, entonces habrá llegado ya o estará a punto de hacerlo. No creo que tuviere reparos en venir.
Ni yo tampoco, de haber estado en lugar suyo, aunque insisto en que a Candy no la hubiese dejado venir sin comprobar antes que todo era cierto. Doblee nuevamente el telegrama y aunque reacio, se lo devolví. Necesitábamos ir allá, pero, que íbamos a hacer con las mujeres y las maletas?
- Necesitamos dejar esto en el hotel primero. No nos dejaran entrar al hospital con ellas.
Giree mi cara y vi a Dorothy y a Diane que lucían una expresión de curiosidad. Se habían detenido cerca de la parada de los coches y habían estado a punto de subir a uno, pero al darse cuenta que nos habíamos quedado parados a medio camino, decidieron esperar.
- Demonos prisa, si no no alcanzaremos el horario de visita y nos harán esperar hasta mañana.
Ella asintió y nos apresuramos a subir al coche en cuanto recogí la maleta y mi mochila.
El hotel al que fuimos pertenecía a la familia, pero yo nunca lo había visitado, así como no he tenido la oportunidad de estar en otros.
Solamente al verme se dieron cuenta quien era y llamaron a Gregory, quien se hizo cargo de atendernos, saludó a Candy y fue amable con ella y con su madre. A Dorothy no la conocía, pero se dio cuenta que era una empleada.
- Vaya, primo... No sabía que pensabas venir a la ciudad.
- Hola Greg. No, no pensaba venir.
- Que les dio a Archibald y a ti por venir a visitarnos?
- Archie está aquí?
- Ha llegado hace muy poco. Le di la llave de su habitación, pero él no subió. Solo dejó a cargo que subiesen su maleta y salió casi corriendo en el mismo coche que lo había traído.
Después de saber eso no quise seguir hablando, solo le pedí que nos diese una habitación a cada uno. Si Candy quería una para estar con su madre o inclusive alguna donde estuvieran las tres juntas, lo veríamos luego.
Salimos de ahí rápidamente. Agradecí que hubiésemos tenido oportunidad de adecentarnos poco antes de llegar a la estación. Todavía no me reponia de la comida que nos sirvieron en el vagón comedor y la noticia sobre Stear me tenía el estómago dolorido.
Recordé al pequeñin de gafas que estaba siempre desbaratando cosas para mirar su funcionamiento, aunque fue poco tiempo el que estuve cerca de él de niño, esos pequeños episodios los guardaba celosamente. Casi nunca recayó en mí, a pesar que era el mayor de mis sobrinos y que pudo ser el que mejor me recordase cuando yo era adolescente.
Después lo recordé ya mas grande.. Habría cambiado mucho en estos años?
Llegar al hospital Saint Vincent fue el trayecto más tortuoso de mi vida. Quizá de alguna manera peor que el que viví durante el viaje en tren.
Ahora no sentía el resquemor de algo parecido a los celos sino el de la dolorida esperanza. No sabía como era que ella había soportado tantas horas así. La fortaleza de Candy no dejaba de sorprenderme.
Al bajar del coche nos precipitamos dentro del nosocomio y preguntamos inmediatamente por Stear. La mujer que nos atendía se nos quedo mirando con expresión de ligero fastidio, y nos pidió esperar un poco para revisar sus listas, aunque estaba seguro de que sabía perfectamente a quien nos referíamos y donde se encontraba.
Nos llevó en silencio a la oficina del director del hospital sin darnos explicaciones del por qué lo hacía. Candy me miraba nerviosamente, pero se mantuvo callada. Dorothy miraba de un lado al otro, dudando si era necesario entrar junto con nosotros.
Le dijo algo a Diane y la señora le respondió que tomara asiento y esperara ahí si quería, que de cualquier manera, ella no iba a separarse de Candy a menos que se lo pidiese y que mi tía Elroy seguro que no se enfadaria debido a eso.
Dos toques insignificantes a la puerta habían sido suficientes para que la misma se abriera y reflejara la figura de un hombre regordete de unos 60 años. La enfermera le dijo algo que yo no alcancé a escuchar, pero el hombre suspiró lleno de alivio.
Nos hizo pasar y al hacerlo, la figura de un Archie ansioso apareció ante nuestros ojos. Su expresión de sorpresa fue evidente cuando se dio cuenta que eramos nosotros.
- Albert! Qué ...? Pero... qué hacen aquí?
- Hola Archie. Supongo que lo mismo que haces tú.
- Caballeros, señora, señorita... Si gustan tomar asiento... Por lo visto se conocen, espero que por eso no les resulte incómodo que charle al mismo tiempo con ustedes puesto que han preguntado por el mismo paciente..
- Soy William A. Andrew, la señorita es Candice White y la señora es su madre. Alistair Cornwell era..
- "Es" -corrigió Archie con voz segura.
- ...Es -puntualicee yo- mi sobrino.
- y es mi hermano, como ya le dije a usted Dr. Seymour.
- Pues bien, yo soy Benjamin Seymour, soy el director del hospital. Presentados todos, quiero poder poner en antecedentes a ustedes, que son familiares del señor Cornwell, que se encuentra bajo observación médica.
«El señor Alistair Cornwell, como así se hizo llamar, fue atendido hace tres años y medio en un hospital europeo después de ser encontrado en estado inconsciente en una de las playas del lago de Der, en Champagne, en Francia. »
«El estado en el que fue encontrado fue grave. Había sido rescatado por soldados franceses que tenían poco tiempo apostados ahí. No portaba documentación sino la chaqueta que lo identificaba como parte de los pilotos provenientes de Gran Bretaña. Lo único que dijo fue Dominic cuando lo encontraron y le preguntaron quien era.»
«Creyeron que ese era su nombre. Lo trasladaron junto con otros heridos pues tenía una herida de bala en el brazo derecho, en el estómago y un rozón en la cabeza. Se había roto una pierna y tenía pocas probabilidades de sobrevivir.»
«Pudo haber muerto debido a la caída, pero había usado un paracaídas bastante aceptable, lo que era mas difícil eran las heridas de bala.»
«Después de ser trasladado, de un hospital a otro, grave la mayor parte del tiempo, fue a parar a una pequeña clínica improvisada que era atendida por médicos y enfermeras que habían ido de voluntarios de varios países.»
«La mayoría no hablaba muy bien francés, y su sobrino no recordaba quien era, pero al escuchar el idioma, creo que parte de su cerebro lo interpretó como su lengua materna. Ya tenía más de un mes de haber sido... derribado.»
«Entre los ciudadanos que estaban de voluntarios hubo una muchacha que dijo conocerlo y mencionó el nombre de Dominic Lefranc también, así que su identidad pareció quedar mejor definida.»
«Como le dije, su sobrino se fracturó una pierna, tenía una perdida de memoria que creyeron irreversible y ya no podía regresar como piloto activo aunque sus otras heridas también estuvieran sanando.»
«La muchacha lo visitaba diariamente y se ofreció de voluntaria para cuidar de él en el seno de su casa y eso era bastante poco usual, pero el Teniente ya estaba fuera de peligro, lo que necesitaba era ejercitar su pierna nuevamente.»
«Como usted sabe, o por lo menos supongo que sabe, la batalla de Verdún comenzó en febrero, pero el ejercito francés estuvo movilizandose desde noviembre.»
«Alistair se quedó entre los heridos y cuando llegó el nuevo destacamento, al no verlo en la clínica, por unas semanas creyeron que había muerto.»
«Y, creo que no habría sido necesario repetir que estaba en una clínica civil improvisada con médicos y enfermeras que no hablaban bien francés. Los médicos no fueron de mucha ayuda. »
«La batalla de Verdún movilizó muchos cuerpos voluntarios y los médicos fueron trasladados mientras su sobrino se recuperaba en casa de la muchacha.»
«Después de eso, la muchacha también se traslado con su familia y lo llevaron consigo.»
«Alistair....-dudó-. Él intentó volver al destacamento antes de desaparecer, pero los informes del ejercito británico no lo identificaron como parte de sus pilotos. Creyeron que podía ser un espía y escapó con ayuda de la muchacha.»
«Por eso, no se supo de él hasta hace tres meses. Él... Chocó su automóvil y no venía solo. Su esposa y su hijo estaban en el coche....»
Archie estaba de pie para cuando el director dijo lo último.
Temblaba visiblemente. Sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas, pero su expresión era de estupefacción.
- Su mujer y su hijo, dice usted? -pregunté yo.
- Efectivamente. Alistair, bajo el nombre de Dominic Lefranc se casó con la muchacha que lo había ayudado a escapar. Estuvieron casados dos años. Ella le había dicho que sus padres fueron de las primeras víctimas de los alemanes y que no tenía familia. Estuvieron errantes un tiempo hasta que la guerra acabó, pero la pandemia de gripe que hubo después la dejó huérfana y se trasladaron definitivamente a Lion.
«Fue ahí donde sufrió el accidente y donde por desgracia la señora murió. Su hijo todavía no había cumplido el año de edad. Fue una verdadera desgracia que ella se impactara de ese modo en el empedrado.»
- Y.. el niño? -preguntó Archie con voz trémula.
- Fue a parar a un charco de lodo, lo que hizo su caída menos aparatosa.. Aunque también estuvo bastante delicado.
- Y Alistair?
- Quedó también mal herido. Sabe que hizo que no saliese volando? Usaba un cinto atravesando su pecho y estaba conectado al asiento del coche. Nunca había visto nada parecido antes.
- Usted fue testigo?-preguntó Candy, quitandonos a todos las palabras de la boca. El hombre asintió.
- Estaba desayunando en el chalet, de uno de mis colegas, de vista a la calle. Desde que la vi caer supe que no tenía nada que hacer por ella, pero el pequeño se estaba moviendo y lo saqué de entre el lodo para evitar que terminara asfixiandose con él.»
« Mi colega es buen médico, sabe? Pero no tiene paciencia con los niños pequeños, creyó que era mas importante salvar la vida del padre porque le vio mayor probabilidad, pero yo no opinee lo mismo.»
«Afortunadamente los dos están bien, por lo menos físicamente, pero el accidente provocó un golpe severo en la cabeza de su sobrino que le trajo muchas complicaciones.»
«Sin embargo, lo bueno de ello fue que comenzó a recuperar recuerdos. Yo lo traté mientras estuve en Lion, pero tengo obligaciones en este hospital que no me permitieron quedarme más de veinte días, los de mis vacaciones, precisamente.»
«Hace dos semanas mi colega hizo de mi conocimiento que una gran parte de los recuerdos de Alistair habían sido recuperados, especialmente los referidos a su identidad, pensaba arreglarlo con la embajada pero eso supone demasiado papeleo y optó por usar el pasaporte francés y ya instalado en America solucionar su situación legal.»
- Quiero verlo! -demandó Archie.
- Lo harán, el problema es que las cosas no son tan sencillas. Haber venido desde Francia con una falsa identidad es un delito. Haber escapado del ejército francés en tiempos de guerra marcó un precedente, pero la deserción de su propio escuadrón, es el tema más delicado.
- Estaba herido! Usted mismo lo ha dicho! Había perdido la memoria!
- Lo sabemos él y yo, lo sabía su mujer, los padres de ella, los médicos que lo atendieron, pero definitivamente no lo sabían sus superiores del ejército británico y tampoco los del ejército de nuestro país. Puede que sea tomado por un traidor, y usted supongo que sabe cómo se castiga eso.
Yo tragué en seco. Entendía el punto.
- Les sugiero que mediten ampliamente los pasos que deberán seguir. Sobre todo, quiero que sepan que su situación legal no es lo único a tomar en cuenta: se encuentra deprimido y está teniendo periodos inestables debido a todo lo que le ha pasado. Les necesita mucho, como familia, como amigos, físicamente, moral y económicamente. Ya no puede quedarse en el hospital, tengo a la junta preguntando por su caso al ver que está bastante recuperado, por eso les ha enviado llamar.
- Pagaremos todos los gastos, no se preocupe -dijo Archie-, ahora lo único que quiero es ver a mi hermano.
Y lo vimos. Cuando nos llevaron a su habitación me topé no con el muchacho delgado y risueño que yo había conocido. Estaba hecho un hombre. Medía por lo menos ocho o diez centímetros más que antes, su complexión era fuerte, como la mía.
Ya no usaba gafas o las tenía guardadas en algún lado, y tenía una mirada de marcado dolor hasta que se dio cuenta que ahí estábamos.
Archie estaba inmóvil, llorando tanto como Candy, y no había dado mas de cinco pasos dentro de la habitación, pero cuando Stear lo vio, se le echo encima en un abrazo que me hizo llenar los ojos de lágrimas. Los oí sollozar un buen rato, pero entonces recaí en que había un niño pequeño en una cuna que estaba despertando.
- papa?
Stear se soltó del abrazo de su hermano y con voz suave respondió.
- Je suis ici, Germain -caminó hacia el pequeño, tomándole en los brazos. De ahí miró a la puerta y observó a Candy y el rostro se le desencajo en una expresión entre dolorosa y ahnelante.
- Candy.... -musitó.
Continuará....
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Última edición por AnaEdith el Mar Abr 14, 2015 9:57 am, editado 1 vez