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♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2

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AnaEdith

AnaEdith
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Es un capítulo bastante nostálgico, pero es el único así. No me vayan a linchar!

A fin y al cabo, ya sabemos que todas las cosas tienden a resolverse.



CAPÍTULO 2


Estuve tentado a leer el telegrama varias veces, pero me preocupaba más el estado de Candy. Mandé llamar un médico pero no fue necesario. La cocinera sabía en qué lugar guardaba el mayordomo las sales y las trajo enseguida.

El olor fuerte y picante de las mismas hacía que los ojos llorasen un poco, pero fue lo que la reanimó.

Abrió los ojos y se dio cuenta donde estaba, se soltó llorando de un modo extraño, suavemente si se quiere, pero eran lágrimas abundantes y corrían sin pausa. No dejaban de acudir a sus ojos, como ríos.

Su carita compungida se debatía con emociones que me eran difíciles de traducir del todo. Veía y leía el telegrama una y otra vez (pues se lo pidió a Dorothy de inmediato). Ahogaba sollozos pero se notaban.

Yo me sentía aturdido por verla así. Si me explico, ella es bastante fuerte y creo que pocas veces en su vida se ha desmayado, mucho menos ha llorado delante de todo mundo y ahora lo estaba haciendo inclusive delante de Neil. Eso no era normal.

Mi tía tenía cara de preocupación, cosa que no me esperaba. Dorothy estaba tratando de aparentar serenidad, pero estaba pálida. Inclusive Neil estaba estupefacto. Miraba a Candy como si viese a un tipo con dos cabezas. No creo que jamás hubiera esperado verla desmayarse y menos llorar de ese modo, pero no estaba más impresionado que yo.

Con suavidad le tomé las manos pensando preguntarle qué pasaba. Ella me miró con los ojos anegados de lágrimas.

- Qué sucede? -le pregunté suavemente. Ella tomó aire antes de hablar. Seguro tenía la garganta medio cerrada debido a las emociones que estaba experimentando, pero pudo.

- Debo.. ir.. a Nueva York.

Sentí la tierra abrirse bajo mis pies en cuanto la escuché y seguro que perdí todo el color, pero tragué saliva con dificultad para seguidamente intentar hablar. No pude.

Comencé a quitar mis manos todo lo delicadamente que era posible, pues lo que estaba sintiendo era demasiado para poder mostrarme dueño de mí mismo por demasiado tiempo, pero ella retuvo mis dedos en el último segundo. Me miró con ojos de súplica.

- Debes ir conmigo -me dijo y yo.. Estuve a punto de decirle "no", aunque hubiese sido más por pensar que podía tener una reacción menos controlada. Había estado a punto de besarla dos veces esa tarde! No podía ser transparente delante de ella y demostrarle lo mucho que me afectaba el que tuviera que ir precisamente allá y que yo fuese testigo de ello.

Es que lo único que me vino a la cabeza fue que Terry estaba en Nueva York y también Susana. Algo malo le habría pasado a alguno de ellos, o quizá a los dos.

En cualquier caso, la noticia había sido demasiado difícil para Candy, pero no por ello pensaba quedarse sin ir.

Yo estimaba a Terry y pese al sacrificio de Susana cuando el accidente, a ella no le tenía precisamente tanto aprecio, pero digamos que la respetaba.

Ellos sabían de qué modo dirigían sus vidas y creo que ambos conocían de qué manera opinaba yo.

Yo iría por Terry sin dudarlo, lo haría si le hubiese pasado algo malo a él o si estuviese sufriendo en caso de que le hubiere pasado algo malo a ella. Lo que me resultaba difícil era saber que había mandado (-si es que lo había hecho- no sé si él, no sé si ella), un telegrama dirigido expresamente a Candy

Si algo malo le había pasado a Terry, era motivo del dolor que Candy pareció por momentos estar sintiendo, pero si había sido Susana y Terry era quien había quedado libre, y ese telegrama era algo así como un preludio a volver a estar juntos...

Apreté mis labios sin poder evitarlo. La tercera opción podría ser que algo malo les hubiera pasado a los dos y eso también me hacía sentir pésimamente.

Y me pregunté, en dado caso que fuese cualquiera de las tres opciones, si podría dejar sola a Candy en ese proceso. No debía, pero más que nada, no podía. Si algo le haría sufrir, yo quería estar ahí para consolarle y si algo le devolvía una esperanza, debía comportarme como el amigo que ella esperaba.

La felicidad de ella siempre había estado por encima de la mía. Lo supe desde el momento que la rescaté en la cascada, porque no fue tan sencillo como todo mundo supuso. La corriente era fuerte y sacarla de ahí fue peligroso, pero no me importó que así fuese cuando al tocarla y sacarla levemente a la superficie, pude mirarla (aunque no tenía idea de quien era exactamente). Lo confirmé cuando Anthony murió y seguidamente en cada faceta o momento difícil que hemos compartido.

Tomé aire, justo en el momento que mi tía se hizo cargo de la situación. No le preguntó a Candy lo que decía el telegrama, pero ordenó que la ayudaran a subir a su vieja habitación donde quería que se tomara un té para calmarse (no creía conveniente que todo mundo fuese testigo de sus emociones), en lo que mandaba a alguien a avisar a la señorita Poni la necesidad de que ella o la hermana María fuesen a Lakewood esa noche con una maleta llena de ropa de Candy incluida.

Sabía que mi tía no estaba cómoda refiriéndose a la señora Masterson pues nunca la había visto en persona, ni sabía si el trato entre ella y Candy era el de madre e hija, a pesar que tenía conocimiento del encuentro que tuvieron hace ocho meses y tras el cual supo también, que se veían muy de seguido.

Entendió que el asunto de la partida a Nueva York debía ser inmediato, pero el tren de la tarde había pasado hacía dos horas y el próximo no pasaría sino hasta las 10:30 de la noche. Había tiempo de arreglar una pequeña maleta... De avisar a las damas... Inclusive de descansar un buen rato para que Candy pudiera serenarse.

Era yo el que tenía el corazón en un puño y el que sentía que el mundo se removía debajo de mis pies.

Mi tía me preguntó si pensaba ir a Nueva York con ella, a lo que le respondí con voz segura que sí.

Subí a mi habitación y tras sostenerme unos segundos de una de las cómodas para recomponerme, apreté con fuerza los puños hasta que dolieron. Era fuerte mi deseo por saber qué había pasado, pero si ella no lo dijo en el momento que me pidió acompañarla, ya no era momento de tratar de averiguarlo.

Debía arreglar una maleta. Me sentía demasiado violentado como
para permitir que alguien entrase en la habitación y lo hiciera por mí.

Un par de trajes, dos o tres camisas, una bata de dormir. Un par de pantuflas...  Medias... Interiores... La chequera..

Vi las cosas sobre la cama y me quiso entrar una risa amarga. Había arreglado la ropa que usaba para trabajar. La ropa que como respetable hombre de sociedad, ya estoy acostumbrado a usar en cada viaje que hago.

Lo deseché todo, menos los interiores y las medias. Tomé un par de pantalones de uso rudo, un cardigan negro, dos camisas sencillas y una cazadora color café oscuro. Busqué mis botas, pero no había señal de ellas, tarde me di cuenta que las cargaba puestas.

Tomé mi vieja mochila (esa que durante un buen tiempo mi tía quiso desechar y que fue mi compañera de viaje muchos años), guardé todo y al final, opté por agregar dinero en efectivo y un par de cheques en blanco que introduje a mi cazadora, la cual pensaba ponerme.

Si resultaba que llegando a Nueva York mi pinta distaba mucho del protocolo deseado, por enésima vez en mi vida, no me iba a interesar en absoluto.

Terry no habría esperado al Albert empresario. Si necesitaba mi ayuda, necesitaría al Albert amigo. Lo mismo Candy.

Debo admitir que después de haber arreglado la mochila con mis cosas, comencé a sentirme como león enjaulado, me duché más que por limpieza, porque deseaba serenarme.

Salí de mi habitación sin dirigirle la palabra a nadie y me encerré en el solarium pues me producía paz. Me ayudaba a pensar mejor las cosas y reconozco que era de los únicos lugares en Lakewood en los que aún podía sentir a Rosemary.

Ahí y en los jardines.

Cuando ella enfermó más gravemente no soportaba subir y bajar demasiadas escaleras, pero amaba sentir que los rayos del sol le bañaban la piel, por eso pasaba tanto tiempo ahí.

En ese lugar tuvimos nuestras últimas charlas y lloramos también juntos por última vez.

Debería ser un lugar triste para mí, pero no lo es.

Ella me permitió ser el muchacho a veces sensible que mi demás familia no admitía de mí; con ella me atreví a sentirme todo lo confundido, enojado y temeroso que podía ser cualquier adolescente que perdió a su madre cuando nació, a su padre cuando era demasiado joven y que veía lentamente morir a su única hermana.

Me habló sobre muchas cosas que ahora no tengo suficientemente claras, pero recuerdo que en una ocasión el tema se trató sobre lo que era enamorarse. Y me habló de Vincent, mi cuñado.

Ellos se habían enamorado pese al rechazo de mi padre y la familia. Se habían casado en contra de sus deseos y fue por eso que los primeros años de casada perdió un poco el contacto con nosotros.

Cuando mi padre murió, mi tía Elroy le hizo regresar a Lakewood, puesto que ella era mi hermana y quería protegerme de cualquier tipo de amenaza siendo yo como era, demasiado pequeño. Vincent no se opuso, pero quizá fue lo que comenzó a separarlos. Él tenía todos sus negocios en los barcos y Lakewood estaba demasiado lejos para ocuparse de ellos.

Aunado a ello, Rosemary supo que había quedado embarazada y el embarazo no fue nada fácil. El alumbramiento fue según recuerdo, muy complicado.

Desde ese tiempo la salud de ella desmejoró y vivir en Lakewood no se volvió un capricho de la tía sino una necesidad, hasta que murió.

A veces, cuando era un adolescente, me llegué a culpar por haber sido la causa de que ellos se hubieren distanciado. Yo no quería ser jamás el motivo por el cual dos personas que se amaban no fuesen felices. No de nuevo.

Me costaba admitirlo, porque tenía muchos años cargando con eso, pero fue precisamente por ello que no evité que Candy fuese a ver a Terry a Nueva York hace cuatro años. Si ellos se amaban, aunque yo estuviera devastado, no me iba a interponer. No pensé que ella volvería tan herida en sus sentimientos y ahora precisamente estaba luchando contra el deseo de alejarla de su lado para decirle que estaba enamorado de ella, porque tenía miedo de que se amasen todavía y la perdiera sin haber sido nunca mía realmente.

Pasó mas de una hora conmigo ahí metido para cuando tocaron a la puerta y entró mi tía sin esperar a que yo indicase que podía hacerlo.

- La encargada del orfanato esta en la puerta. Viene con... con la madre de Candice.

Mi tía estaba pálida. A pesar de su piel morena pude notarlo.

Yo asentí y me arreglé levemente la ropa. A la señora no la había visto sino de lejos y sería la primera vez que podría saludarla. No estaba precisamente de ánimo para charlas sociales, pero era madre de Candy. No pude negarme.

Salimos del solarium con rumbo al recibidor de la mansión y entonces las miré. La señorita Poni usaba un riguroso vestido oscuro y ese mismo peinado sobrio que le he visto usar por años. La madre de Candy también vestía de ropa oscura y tenía un lazo negro colgando de la manga de su vestido en señal de luto.

No se parecían gran cosa. Era de una estatura similar a la de Candy, pero fuera de ello, no vi muchas similitudes.

Blanca, de piel medio curtida debido al sol. Ojos grandes de color gris claro. Su cabello dejaba ver algunas canas, pero era mayormente castaño claro. No tenía casi ninguna peca y en lo que realmente se parecían era en la nariz. Quizá si sonriera podría decir que en los dientes o en la sonrisa, pero no lo sabía.

Tenía una mirada tímida y estaba nerviosa, pero no pude evitar darme cuenta de que a pesar de los nervios, su interés por Candy era genuino.

- Señor Andley -me saludó Poni con una sonrisa. Los saludos protocolarios con ella no valen y me dio un abrazo. Yo traté de sonreír. Traté-. Ella es Diane Masterson. La madre de Candy.

Oírle decir "madre" hizo que los ojos grises de la mujer mostrasen un atisbo de alegría y algo de orgullo por lo que eso representaba, pero inmediatamente algo veló sus ojos. Parecía como si se hubiera sentido indigna de ser llamada así.

Yo le dirigí una venia pues ella tenía las manos apretujando la falda de su vestido y traté de sonreírle. Estaba nerviosa.

- Estábamos preguntándonos qué ha pasado. ¿Candy se ha sentido mal?

- Sientense por favor -pidió mi tía-. Permitanos ofrecerles algo.

Ella sí era rigurosa con el protocolo y les ofreció té y galletas aunque ya fuesen más de las seis de la tarde. Ellas lo agradecieron pero ninguna tenía estómago para comer nada en ese momento. Cuando intuí que las mujeres ya no podían con la curiosidad, hablé yo.

- Candy y yo tendremos que salir a Nueva York.

- ¿Ustedes solos? -preguntó con cautela.

- Pensamos en que una empleada de confianza les acompañe -respondió mi tía, tan acostumbrada como siempre a dirigir todo-. Candy le aprecia pues le conoce desde que llegó a esta casa. Su nombre es Dorothy.

La señorita Pony cruzó miradas con Diane. Era comprensible lo que eso significaba y tanto mi tía como yo lo supimos de inmediato. Ella no quería separarse de Candy. Me supongo que tampoco lo pensaba hacer cuando viajase a Ithaca para estudiar en Cornell.

¡Qué irónico me parece ahora pensar en esto! Cornell era ya la menor de mis preocupaciones.

- ¿Podría acompañarles yo? -preguntó con cierta timidez-. Desde luego que no es por imponerme, pero... Candice ya había tenido planes de no separarnos. Yo pensaba viajar con ella a Ithaca.

La observé detenidamente. No podía tomar esa decisión en lugar de Candy, pero Dorothy ya tenía seguramente sus cosas preparadas. Por otro lado, tenía que pensar en la tranquilidad de mi tía. Si las dos mujeres nos acompañaban, no tendría motivos para preocuparse por la honorabilidad de ambos. Así lo quiso cuando salimos de vacaciones. Una dama de compañía no le bastó, sino que contrató a dos que siguieran todos nuestros pasos.

- Deberíamos preguntarle a ella, pero no sé si estará o no recostada. Mi tía le recomendó que descansase un poco.

- Yo le dije a la señora Masterson que arreglase también una maleta para ella cuando el chofer de su casa pidió que viniese con una maleta lista para Candy -dijo la señorita Poni-. No creo que le moleste en absoluto. Lo que sigue intrigándonos son los motivos para marcharse tan abruptamente. El inicio de cursos en la universidad no inicia sino hasta dentro de tres meses. Acababa de recibir la carta de aceptación cuando le llamó a usted a Chicago para saber si tenía un par de días libres.

- Ni siquiera nosotros lo sabemos. Recibió un telegrama marcado como urgente -respondí yo.

- Candy no se tomó demasiado bien el mensaje que recibió. Le alteró un poco -dijo mi tía.

Yo tomé aire al oírla. Decir que se había alterado "poco" era subestimarlo ínfimamente, pero no dije nada. Para ambas ya era suficiente saber que se había sentido mal.

Las dos me miraron con expresión confusa y Dios sabe cómo, pude brindarles una sonrisa de disculpa.

- Le pidieron que viajara a Nueva York -les dije, pues era lo único que yo sabía o por lo menos eso era lo único que podría pensar. Candy sólo dijo que tenía que ir allá y que quería que yo fuese con ella.

Para la señorita Poni, haberle dicho eso fue como decirle un nombre que ella conocía bastante bien. La comprensión era palpable.

Era la Señora Masterson quien me miraba sin entender.

- Un buen amigo de Candy vive allá -respondió la buena mujer, para evitar entrar en detalles. No estaba seguro que supiese toda la historia pero al parecer no, porque su expresión siguió algo confusa.

A pesar de eso, no hubo preguntas ni tampoco explicaciones. Mi tía se hizo cargo de temas más mundanos y yo me excusé no sin antes pedirles que se quedaran con nosotros a cenar.

No faltaba mucho para las siete ya. Ir a la estación no nos llevaría más de una hora y cenar tranquilamente no era complicado si necesitábamos estar allá a las nueve treinta, para comprar los pasajes. El tren nunca llegaba más temprano de esa hora, aunque a veces podía ser que llegara más tarde.

Mi primer impulso fue volver al solarium, pero ya estaba atardeciendo. Era bastante melancólico recibir la noche ahí estando del humor del que yo estaba, así que regresé a mi habitación.

Cuando salí me encontré a Dorothy y le pregunté por Candy. Ella respondió que se había tomado el té, pero que no quiso hablar de nada. Dijo que siguió llorando un rato mientras leía el telegrama, hasta que ella se lo quitó de las manos y lo dobló para guardarlo.

Cuando le pregunté qué había hecho con él, me dijo que al llegar la señorita Poni con las maletas, lo había puesto dentro de la que sabía que era de Candy, sin mirar el contenido de la misma.

Yo le agradecí. Fui a mi recamara para refrescarme y estar más presentable en la cena, aunque era casi imposible que pudiera comer nada. Deseaba ir a la habitación de ella para verla y a la vez tenía miedo.

Si ella no hubiera reaccionado como lo hizo... Y, justo cuando salí de mi habitación nuevamente, con la mochila al hombro, la vi.

Ella acababa de darse un baño pues el cabello estaba húmedo todavía. Había en sus ojos una mirada que se debatía entre la esperanza y el nerviosismo.

Me miró fijamente y me sonrió.

Me sonrió como cuando marchó a Nueva York hace cuatro años y yo volví a sentir el mismo dolor que en aquel entonces, pero aunque traté, no pude regresarle la sonrisa, igual que en esa ocasión.

Se alegró de ver a las dos, y así como yo, no comió casi nada. Tampoco dijo los motivos para ir allá pero no hacía falta. Ninguno quiso preguntarle, ya fuese porque era demasiado obvio o por prudencia, y yo lo agradecí.

Se despidió de la señorita Poni, accedió a que su madre viniese con nosotros y salimos en el otro coche.

Ni siquiera me di cuenta de que Neil no había cenado con nosotros. Fue Dorothy quien mencionó que el señorito (todavía le dice así, es su costumbre) había ido a la residencia que tenían al lado por unos documentos y que no quiso pasar por ahí sin saludar a mi tía. La suerte o la desventura le hizo ser testigo de todo lo acontecido después.

Entonces le pregunté sobre su herida. El médico sí había ido, vio a Candy mejor y atendió a Neil, pero yo no me di cuenta.

Ni qué decir la cara que puso Candy cuando se dio cuenta que debido a su reacción, había olvidado que el muchacho estaba herido. Se puso roja, aunque no tanto como...

Me detuve. Ya no debía pensar en eso. De momento no.

Conseguir los boletos fue tarea sencilla y tuvimos que esperar cuarenta y cinco minutos a que el tren llegara. Candy estaba en silencio mientras su madre le contaba sobre las veces que viajó en tren. La charla de ella era amena y suave. El timbre de voz un poco menos agudo que el de Candy, pero la risa sí era casi igual. Eso me sorprendió. En toda mi vida no había conocido a nadie que se riese como ella.

No intervení en absoluto, pero Dorothy salvaba la plática con sus risillas ahogadas que distendían el ambiente.

Yo permanecí sereno. No me quedaba otro remedio. Íbamos a ir a un lugar que representaba muchas cosas en la vida de ambos, aunque no hubiese estado con ella en ese entonces, sufrí a su lado los efectos.

Como no quise pensar más en eso, comencé a hacer cálculos sobre cosas sin sentido. Pensar en los metros que había entre un andén y otro, en el tamaño de los anuncios presentados en los cartelones, sobre fechas que estaban por venir y otras que ya habían pasado. Tuve a bien contar hasta la cantidad de veces que el hombre de los boletos revisaba su reloj con la finalidad de no quedarse dormido. Así fue que pasé el tiempo antes de que llegara el tren, y cuando subimos agradecí la disposición del encargado de darnos una muy buena atención.

Dormimos en pequeñas literas porque el viaje duraría muchas horas, pero tuve sueños bastante confusos que me hicieron despertarme a cada rato. El tren no se detuvo en ninguna estación al parecer.

Fue el amanecer lo que me hizo levantarme. Al ver hacia el pasillo me di cuenta de que algunos otros pasajeros estaban poniéndose de pie y caminando por los pasillos, anhelando un retrete. Nos detuvimos en una estación antes de las siete de la mañana, para el alivio de muchos, y se nos permitió desayunar ahí, entre otras cosas.

Lo volvimos a abordar cuarenta minutos más tarde, ya saciados y con mucho mejor humor, por lo menos ellas. Yo estaba fingiendo leer el periódico y a modo de pretexto subí con él al tren.

Candy me miraba de cuando en cuando, pero tener a su madre por un lado no le permitía charlar conmigo sobre lo que me pasaba, así que dejé que las cosas siguieran de ese modo.

Sé que no le gusta cuando estoy callado demasiado tiempo, pero había tenido cuidado en no mostrarme inquieto ni molesto (Había tenido cuidado de no mostrar nada, mejor dicho). Respondí cuando Diane preguntó alguna cosa, pero creo que sabía que no deseaba hablar y también lo respetaba.

Dorothy era quien le había llamado la atención. Era la primera vez que viajaba en tren y estaba visiblemente emocionada. Candy se había reído un par de veces de ella por las caras que ha puesto conforme miró otros paisajes por completo diferentes a los que ella conoce.

Yo también me había dado cuenta, pero el hecho de ver sonreír a Candy o escuchar su risa me había sido más importante.

Honestamente, no supe qué hora era cuando llegamos a Nueva York, pero pasaba bastante de la hora de la comida. Diría que el hecho de habernos detenido sólo en una estación esta mañana fue lo que nos permitió no hacer las 24 o 30 horas que se hacían a veces. Yo he sabido que hay trayectos similares donde se llega en casi dos días, pero no fue nuestro caso. Dijo el operario que si hubiésemos tomado el tren de esa mañana en lugar del de la noche, habríamos llegado a Nueva York casi a la misma hora que éste pues aquel sí había hecho varias paradas y un aproximado de mil millas no es una distancia fácil o rápida de recorrer, aunque vayamos en uno de los trenes más veloces que se han inventado.

Cuando bajamos, me sorprendieron dos cosas: Candy sonrió (estaba nerviosa, pero lo hacía), y me tomó del brazo con fuerza. Eso nos obligaba a ir juntos de camino a pesar de que yo intenté tomar su maleta y no sólo la de su madre.

Ella se negó. Como íbamos caminando juntos, era posible decirme algo sin que su madre y Dorothy nos escuchasen, pues iban adelante.

- No has preguntado qué decía el telegrama ni quien me lo ha enviado.

Yo tragué en seco. Sabía que me quería decir pero no de qué manera respondería yo.

- Pregunté ayer. De cualquier manera, ya hemos llegado. Supongo que la respuesta la tendré muy pronto.

Ella sonrió. Había esperanza en su mirada.

- Preguntaré si hay un buen hotel donde hospedarnos, permíteme.

Pero no me soltó, yo me le quedé mirando.

- Antes de ir al hotel debemos ir a otro lado -me dijo-, pregunta la dirección del hospital donde llegaste cuando te enviaron debido a la amnesia. ¿Recuerdas el nombre?

No podría olvidarlo. Claro que no. El asunto era porque quería ir ahí primero.



Continuará....




(awww... es el capi más melancólico, pero era necesario.)



Última edición por AnaEdith el Mar Abr 07, 2015 2:32 pm, editado 1 vez

Blackcat

Blackcat
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Buaaaaaaaaaaaaaaa


Pero que dice el telegrama????

No hagas sufrir a mi wero, pobrecito... me hiciste entrar en su cabeza, en sus sentimientos, el no poder decirle que la ama, que la necesita y ahora pensar que tal vez la va a perder... que duro...

Y al hospital??? OMG a que???

Stear??????

bububu

bububu
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

bua pero insisto, que dice el telegrama? me pasé todo el capítulo preguntándome cuando lo sabríamos, si que te gusta dejarnos en la intriga.

Ay mi Albert, cuanto sufrimiento pensando lo peor, pero quien está en el hospital? No creo que le vayas a emparejar a Terry pero pues... ay ay ay

https://www.fanfiction.net/u/4715731/quevivacandy

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Dudas, dudas, muchas interrogantes. Y la esperanza en mi cabecita loca de que el viaje no tenga nada que ver con Terry sino con otro personaje ¿Stear, quizá?
Te gusta hacernos sufrir, mujer. Mil cosas se me han ocurrido en este capítulo, pero lo que más disfruté fué el simbolismo en el equipaje de mi güero: solo Albert. Sin pretensiones, sin importarle nada más que Candy, y llendo con ella como él mismo a pesar de sus propias inquietudes.
Muy buen capítulo, me tuviste al borde todo el tiempo.
Intrigada con la mamá de Candy ¿qué papel jugará en la historia?

Chiquita Andrew

Chiquita Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 que buen capitulo, y el uno estuvo muy bueno tambien

Paolau2

Paolau2
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Ahhhh y seguimos con la duda de q dice el telegrama!!! Como todos, tmb pensé en Terry o Susana pero ahora que menciona ir al hospital...será algo sobre Stear???? La mamá de Candy es rara...no sé, como q n me inspira tanta confianza. Locuras mías. Aunque nos hagas sufrir dejándonos con la duda, el capítulo está muy bueno, sólo pobre de mi Albert!!! ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 10498
Espero el siguiente capítulo! ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 4149639568 Saludos ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 463717

Amigocha

Amigocha
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Pero que dice el telegrama???? Al igual que Friditas tengo la esperanza de que no se trate nada del actor. Que manera de mantenernos con la intriga... Triste por mi Rubio ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 no lo hagas sufrir porfavor

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

DIABLOS, CREO QUE ANDO PERDIDA, NO HE VISTO EL PRIMERO

ccc


Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Amiga ya me dejasta super intrigada con este capitulo ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 660239 por que Elroy tuvo esa reaccion al ver a la madre de candy ,que decia el telegrama acaso se tratara de Stear ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558 AHHHH, la mama de la pecosa no me da mucha confianza ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 880836

Hasta el proximo capitulo . TQM.

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Entonces... No tiene qué ver con Terry sino con la amnesia de Albert?

Me dejas en ascuas?

AnaEdith

AnaEdith
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Blackcat escribió:Buaaaaaaaaaaaaaaa


Pero que dice el telegrama????

No hagas sufrir a mi wero, pobrecito... me hiciste entrar en su cabeza, en sus sentimientos, el no poder decirle que la ama, que la necesita y ahora pensar que tal vez la va a perder... que duro...

Y al hospital??? OMG a que???

Stear??????

no son mis intenciones hacerlo sufrir. La verdad a mí me cuesta mucho trabajo escribir capítulos así, pero me ayudan a revelar también un lado muy humano que siempre he sentido sobre él. muchas gracias por tus coments, por estar siempre pendiente y seguir aquí.



bububu escribió:bua pero insisto, que dice el telegrama? me pasé todo el capítulo preguntándome cuando lo sabríamos, si que te gusta dejarnos en la intriga.

Ay mi Albert, cuanto sufrimiento pensando lo peor, pero quien está en el hospital? No creo que le vayas a emparejar a Terry pero pues... ay ay ay

con suerte empezando el próximo capítulo vas a saber sobre qué es el dichoso telegrama y por qué Candy también se puso así. no puedo spoilearme yo sola pero como es cortito y sintetizado hay detalles que van a quedar un poquito en el aire y otros que se van a aclarar muy bien, así que espero que te siga gustando. :)



Chiquita Andrew escribió:♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689  que buen capitulo, y el uno estuvo muy bueno tambien

Muchas gracias Chiquita. que bueno que te han gustado. Saludos!


Paolau2 escribió:Ahhhh y seguimos con la duda de q dice el telegrama!!!  Como todos, tmb pensé en Terry o Susana pero ahora que menciona ir al hospital...será algo sobre Stear????    La mamá de Candy es rara...no sé, como q n me inspira tanta confianza.   Locuras mías.   Aunque nos hagas sufrir dejándonos con la duda, el capítulo está muy bueno, sólo pobre de mi Albert!!! ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 10498  
Espero el siguiente capítulo!  ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 4149639568 Saludos ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 463717

Es rara... lo sé, pero es que ella tambiéń tendrá una historia a cuestas que no podría explicar bien en esta ocasión.

Y desde luego pensar en NY es pensar en ellos. Cuando comencé a plantearme la idea de la historia pensé en algo más enredado, pero mejor así, si la complico me alargo. Gracias por tus comentarios. Saludos.




Amigocha escribió:Pero que dice el telegrama???? Al igual que Friditas tengo la esperanza de que no se trate nada del actor. Que manera de mantenernos con la intriga... Triste por mi Rubio ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 no lo hagas sufrir porfavor



ay Amigocha... ¿qué te digo? yo no soporto verlo triste pero lo siento muuuuuy humano, y mi percepción de él es de alguien sensible en alguna manera, pero que ha debido ocultar sus sentimientos no como una muestra de orgullo sino como cuidado extra. Imagino a un Albert creciendo demasiado solo pero a la vez instruido sobre las razones para ello y que de ese modo aprendió a actuar.. awww me estoy poniendo medio romanticona. debería escribir algo de acuerdo a ello. Saludos.


GEZABEL escribió:DIABLOS, CREO QUE ANDO PERDIDA, NO HE VISTO EL PRIMERO

Antes que nada: Gracias por pasarte por aquí de igual modo. yo me confundo entre tantos aportes y a veces los leo muy lejos de la fecha de creación. A todas nos pasa. ya que la leas me comentas. vale? saludos.

AnaEdith

AnaEdith
Niño/a del Hogar de Pony
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Friditas escribió:Dudas, dudas, muchas interrogantes. Y la esperanza en mi cabecita loca de que el viaje no tenga nada que ver con Terry sino con otro personaje ¿Stear, quizá?
Te gusta hacernos sufrir, mujer. Mil cosas se me han ocurrido en este capítulo, pero lo que más disfruté fué el simbolismo en el equipaje de mi güero: solo Albert. Sin pretensiones, sin importarle nada más que Candy, y llendo con ella como él mismo a pesar de sus propias inquietudes.
Muy buen capítulo, me tuviste al borde todo el tiempo.
Intrigada con la mamá de Candy ¿qué papel jugará en la historia?


Ay, ¿qué digo? No es que quiera hacerlas sufrir, y pero es poquito nada más lo que van a esperar. lo dije en los otros comentarios de respuesta, es momentáneo. pero te sigo insistiendo: estoy teniéndolos complicados resumiendo, sintetizando y modificando algunas cosas para que queden todo dentro de personajes que ya conocemos a excepción de la mamá de Candy y de un par de elementos sorpresa. En la definitiva van a haber muchos cambios, espero que esto te guste.


También para mí era importante poder definir en la personalidad del Albert adulto, patriarca, empresario y millonario que su esencia era la misma y la forma más sencilla fue a través de la ropa.

Lo veo en el Magnolia después de que sabe que Candy iba a ir a Nueva York y lo veo ensimismado. no es feliz pero no interfiere, sino que permite que ella tome sus decisiones. no influye sobre ellas porque al final de cuentas él cree que la felicidad de Candy está en Terry, hasta que ella regresa y se da cuenta que está equivocado.

Hay tanto que pienso sobre él que puedo durar horas así.

Te un abrazo bien grande mi'ja ya sabes que te quiero mucho.



ccc escribió:Amiga ya me dejasta super intrigada con este capitulo ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 660239 por que Elroy tuvo esa reaccion al ver a la madre de candy ,que decia el telegrama acaso se tratara de Stear ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558 AHHHH, la mama de la pecosa no me da mucha confianza ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 880836

Hasta el proximo capitulo . TQM.


Ay amiga preciosa! Tienes siempre la palabra exacta o me conoces demasiado (o ambas cosas). pues.... si digo "algo hay", especularían. si digo que "fue por rechazo de Elroy", se les parecería medio incongruente pues se portó bien con ella y no hubo otra mención. Deja que quede a la imaginación por un tiempito.

y.... yo también te quiero mucho y deseo que todo vaya fenomenal. Ya sabes que deseo lo mejor para todo en tu vida. Gracias por tu amistad.



Lady Lyuva escribió:Entonces... No tiene qué ver con Terry sino con la amnesia de Albert?


Me dejas en ascuas?



me la pones complicada... muuuucho. hay cosas que saldrán a la luz. unas me son complicadas de exponer y estoy luchando para que queden bien. hay sorpresas. unas buenas y otras no tanto. espero que al leerlo te guste también. saludos.

Nadia M Andrew

Nadia M Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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¡Como sufro! Está bien seré paciente como Albert (aparentemente). Ok tengo la esperanza de que Stear se hace presente! No tardes en actualizar por favor.

marce andrew

marce andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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quedo impaciente esperando el próximo capitulo....pero que dice ese telegrama!!!!!! ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558

GINA R.

GINA R.
Niño/a del Hogar de Pony
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♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 498689 Que me dio pena, que dirá el telegrama, pienso que es por Stear y en el hospital debe haber alguien que conoce a Candy y este lo único que debe recordar es el nombre de ella, creo que la tía abuela conoce a la mamá de Candy ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 895558  huyyy que emoción ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 334740  , no creo que el telegrama tenga que ver con Terry ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 416519 , tenemos que pensar que estuvieron en varias oportunidades decirse lo que sienten y Candy tiene mas que claro sus sentimientos hacia Albert, por favor no lo hagas sufrir, el es tan bello ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 10498  y también el debe madurar un poco en esta etapa, espero con ansias el próximo capitulo, no te demores plisssss ...... cariños ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 463717 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 463717 , ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 189452 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 189452 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 189452

ccc


Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

AAyyy...... ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 3199644123 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 3199644123 AnaEdith si digo "algo hay", especularían.ahora si que me dejaste peor que antes ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 808200 ♥♥♥MUSAS ARDLEY♥♥♥APOLOGÍA#1: Los secretos del corazón. CAPÍTULO #2 808200

Chicuelita

Chicuelita
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

He de confesar que leí primero éste capítulo, jejeje.
Primero el güero esta con el pendiente por que se va la rubia a estudiar a otro lado, y ahora con la curiosidad del telegrama, nos tienes comiéndonos las uñas, quisiera pensar que es por que encontraron a Stear, pero en NY. todo puede pasar, Candy con su mamá que van hacer? Que rumbo van a tomar las cosas? Espero el próximo capítulo :)

Ikebana

Ikebana
Niño/a del Hogar de Pony
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¡Encontraron a Stear! Yeeeeeeiiiiiiiiiii!!

https://www.fanfiction.net/u/4785954/Stear-s-Girl

Sussy

Sussy
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Gracias por la "escena" con su hermana, es lindo leer sobre su corta convivencia y mas si incluye a su marido.
La tristeza de Candy, su pesar me tiene totalmente en suspenso, no se para donde va este viaje¡
ohhhhh!!! de verdad…al hospital primero… espero que sea quién creo que es y el viaje no tenga nada con Terry/Susana SERIA GENIAL¡¡¡ estoy con los dedos cruzados.
study

Clau Agvel

Clau Agvel
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

U mm. No quiero hacer conjeturas, pero...¡eso del telegrama ya me trae loca!! Solo no hagas sufrí a mi Wero por lo que más quieras!

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