Hola a todas, llegamos al capítulo final y con esto me despido del evento, solo me resta darles las gracias por sus comentarios, gracias también a quien no comentó pero si le echó un ojito a mi fic.
Gracias por su apoyo y su ayuda a todas, no las nombro por temor que se me olvide alguna y no quiero hacer menos a nadie, en verdad para mí ha sido muy significativa cada visita en cada aporte.
Gracias a las musas que aunque soy una desconocida me dieron la oportunidad de ser parte del grupo, arriesgándose incluso por mi inexperiencia.
Bueno menos rollo y vamos al final de la historia, espero que sea de su agrado.
Como ya saben los personajes son creados por Mizuki e ilustrados por Igarashi.
♥Musas Ardley♥"Azul de Luna" Apología No. 15♥Para Albert y Candy♥
Capítulo 10 (capítulo final).
La vida seguía su curso y el verano estaba por terminar, la mansión de Lakewood vivía en constante ajetreo, Albert y Archie utilizaban la biblioteca como oficina, desplazándose con regularidad a Chicago y Nueva York para manejar los negocios que iban en aumento, ahora no solo comercializaban en Europa, lo hacían también en Sudamérica, Albert recordó la lejana temporada que pasó por allá cuando tomó posesión del Patriarcado, ¡Habían pasado tantas cosas! ¡Había dado tantas vueltas la vida!
A unos días de iniciar el año escolar, Albert organizó un picnic para los chicos cerca de la cabaña, la oportunidad ideal para estrenar los muebles de jardín construidos por Stear, la familia se encontraba la tarde del viernes disfrutando de la sombra que los generosos árboles del bosque les brindaban.
Albert recostado en el regazo de Candy, se incorporó un poco para recorrer el lugar con la mirada, en las mesas del jardín estaba su tía Elroy dormitando sentada en una silla, Janice y su marido disponían un juego de ajedrez sobre la mesa, Archie y Annie conversaban animadamente con los señores Britter, Stear sentado bajo un árbol hacía anotaciones en un cuaderno, William, George y Archie Jr. Entre juegos esperaban el momento en que Albert los enseñaría a pescar, los tres chicos gritaban emocionados porque lograron atrapar algunas lagartijas, Mary Anne y la pequeña Priscila recolectaban flores en una cesta, Candy le acomodó el cabello con los dedos a Albert y lo invitó a regresar a la posición anterior consintiéndolo con besos.
Elroy sentada en una cómoda silla acolchonada con cojines pensaba si sería adecuado que los chicos asistieran a la escuela del hogar de Ponny, no contaban con la riqueza de otros tiempos pero si podían cubrir los costos de una escuela de mayor categoría, dio un sorbo a su vaso de limonada y se mordió la lengua, Albert y Candy sabían bien que les convenía a sus hijos y ella no cruzaría la línea de autoridad de la pareja, a fin de cuentas al ser mayores trabajarían en el negocio familiar. Ya estaba cansada y se dedicaría a gozar a la familia, cuando la muerte la llamara sabía que partiría satisfecha, apretó con fuerza el puño de una mano ocultando el dulce que encontró por ahí, seguramente olvidado por los chicos, sabía qué por su nivel de azúcar no debía comerlo, pero después de las emociones en las últimas semanas creyó que se lo merecía, se removió en el cojín y se dispuso a tomar la siesta, ya disfrutaría de la golosina cuando Candy no se diera cuenta.
Los señores Cornwell compartían la mesa con Elroy, no así sus pensamientos, sus hijos ocupaban su existencia, Archie tenía su vida hecha, lo vieron sentado en la mesa contigua en compañía de su hermosa mujer y los padres de ella, sus nietos jugaban con sus primos y Stear se encontraba sentado al pie de un árbol, formulando quien sabe que ideas, se concentrarían en él, cualquiera que fuera su decisión, seguir en Michigan, regresar a Inglaterra o ¡Ir a la luna! Lo apoyarían y permanecerían cerca de él por el resto de su vida.
Archie atrajo a su mujer hacia él y le plantó un beso en los labios, los señores Britter fingieron no darse cuenta pero la joven pareja no le dio importancia, Archie más enamorado que nunca de Annie se perdió en sus hermosos ojos cobalto y le dijo en un susurro “Gracias”- tenía que agradecerle por sus hijos, por estar junto a él en las buenas y en las malas y sobre todo por amarlo tal cual era. Annie siempre supo que quería y eso era estar con Archie hasta sus últimos días.
Stear dibujaba a Patty en un bloc de notas sentado al pie de un árbol, estaba enamorado y se sabía correspondido, ese verano vivieron un descubrimiento sexual intenso para los dos, sonrió recordando los momentos vividos en el lago, ese era el lugar preferido para ambos. Tenía además la inquietud de ingresar en alguna universidad y Patty le sugirió algunas carreras acorde a sus habilidades, sabía que contaba con el apoyo de la familia y eso le daba confianza. Levantó la vista cuando terminó los últimos trazos del dibujo y su atención fue capturada por los adolescentes que jugaban en el margen del lago, dos chicos rubios y uno castaño observaban meticulosamente las lagartijas que protegían con sus manos, una mujercita rubia hizo estallar en risas a los chicos y Stear tuvo la sensación de haber vivido esa escena, su respiración empezó a entrecortarse cuando la imagen de un jovencito rubio que cultivaba rosas llegó a su mente, “Anthony”- pensó, luego se vio a él mismo y a su hermano jugando con Candy a otra edad, comenzó a marearse y su vista se nubló entre puntos de colores, echó la cabeza hacia atrás para apoyarla en el árbol y con ese movimiento en su mente se reprodujo toda su vida, el pasado fue tomando forma poco a poco, Stear parecía sumergido en un sueño donde las imágenes saturaban su cabeza, minutos después, los recuerdos grabados finalizaron con una chica castaña en el colegio, luego sobre la cama de una la linda habitación en una casa de Chicago, y por último desnuda en las diáfanas aguas del lago.
Ya controlado, Stear se levantó de un salto y se encaminó a uno de los autos, confirmó con la vista que tenía la llave puesta, giró su cuerpo en dirección a la familia y gritó entusiasmado.
-¡Recuerdo todo!- Stear demostró su triunfo con los brazos en alto y los puños cerrados.
La familia sobresaltada corrió hacia Stear, pero él montó el auto dejando el pasado atrás, en su corazón y su mente solo cabía el futuro, iba por ese futuro, dispuesto a conquistarlo.
Detuvo el auto en la cerca del hogar de Ponny, se dirigía con urgencia hacia la escuela dónde Patty regularizaba a los chicos académicamente, mientras caminaba alcanzaba a escuchar las vocecitas a coro,
-“Dos por tres seis” “Dos por cuatro ocho” “Dos por cinco diez”…
-¡Patricia!... ¡Patricia!
Patty dejó caer la tiza al piso cuando oyó la voz de Stear llamándola, salió del salón de clases apresurada y lo interceptó a medio camino, saltó a los brazos de Stear y él la sostuvo mientras ella enredaba las piernas en la cintura del inventor.
-¡He recordado!- le informó Stear.
-¡Lo sé!- le dijo Patty fundiéndose en sus labios.
oOo
En el lago el alboroto por lo sucedido continuaba, Elroy y los señores Cornwell desconcertados hablan sin parar, Archie sonreía feliz por el logro de su hermano y Annie felicitaba a su esposo como si fuera él quien recuperaba la memoria, los señores Britter veían con asombro a todos sin saber que hacer o decir, Candy y Albert compartían miradas cómplices pues sabían hacia donde se dirigía Stear, los chicos tomaron todo de forma natural y siguieron divirtiéndose.
Candy tomó de la mano a Albert y caminaron en silencio unos minutos hasta regresar a la sombra del árbol, se sentaron juntos y continuaron en silencio un rato más, Albert acarició el cabello de su mujer y la besó en los labios, al separase le preguntó al tiempo que le la veía a los ojos.
-¿En qué piensas?
-Recordaba a una niña huérfana que se encontraba muy sola, recordaba también que un día conoció a alguien tan solo como ella- Candy sintió sus ojos llenos de agua por la emoción –Él fue el único que nunca la abandonó y además le obsequió lo que siempre quiso… ¡Una familia!
Candy hizo una pausa y fijó la vista en sus hijos, todo había empezado como un sueño y ahora palpaba el resultado ideal, sonrió encantada y vio directo a los ojos de Albert.
-¡Los tres tiene tus ojos! ¡Ese intenso azul de luna!- le dio otro beso a su marido y le preguntó con una sonrisa traviesa -¿Crees que habrá espacio para una pequeña de ojos verdes?
-¡Candy! ¿Tú crees que habrá otro más?
-¡Nunca se sabe! ¡No sabemos lo que nos espera al doblarla esquina!
-Candy, hemos construido y reconstruido a la familia juntos, sin importar lo que pase, existe algo de lo que si tengo la certeza- Albert pasó la mirada por cada uno de los integrantes de la familia que ahí estaban, visualizó en su mente a Stear y Patty y continuó –Una o diez depresiones económicas, ¡Siempre encontraré la forma de mantener a flote a nuestra familia!
Candy respondió a las palabras de Albert con un beso y los chicos, que los veían risueños al unísono exclamaron -¡“iugh”!-
La pequeña Priscila se acercó a su madre con la cesta llena de flores y Candy llamó a Mary Anne, enseñaría a las niñas a tejer guirnaldas, Albert sonrió con ese hecho y se recostó sobre la grama, aún faltaba hablar con Candy sobre el reencuentro con los Leagan y la visita que estaba planeando con George a México para la próxima Navidad, sin embargo, confiaba que todo saldría bien, estaban unidos y todos compartían un bien común; La familia.
“Mi familia”- pensó Albert con orgullo.
♥♥Fin♥♥
¡Nuevamente Gracias!