COMANDO PECOCITA'S
Hola chicas, mil perdón por el retraso pero surgen cosas que a veces nos absorben.
A todas las chicas que están sufriendo las consecuencias del terremoto les envió un abrazo enorme, cuenten con mis oraciones, fuerza para todas y de corazón deseo que estén bien al igual que sus familias.
Carolina Macias feliz cumpleaños, este capítulo va dedicado a ti espero que te guste.
Un abrazo a todas
NUESTRO AMOR... LO DESCUBRIMOS EN LONDRES
CAPÍTULO 12
Neil estaba un poco aturdido y con mucho dolor de cabeza, pensaba mucho en lo ocurrido... Sólo a él se le ocurría hacerle caso a su hermana, además él no sabía que era lo que contenía ese paquete, se lo dio Eliza y de saber que era algo tan valioso y su dueña era la tía abuela se hubiese negado... Seguro que por eso se lo dio tan envuelto, ella sabía que él era un cobarde y ahora estaba sólo... Y con razón, ya que no era más que un muñeco en manos de su hermana que si lo quería era para su propio beneficio, tarde se dio cuenta, pero sabía que era verdad... Oyó que llamaron a su puerta... ¡Lo que le faltaba! ¿Quien seria ahora? Sin ganas se levantó y fue a abrir.
— Neil abre somos nosotros, no intentes huir. Se escuchó muy seria la voz de Archie.
Esta visita ya la esperaba... Primero el amigo de Candy luego Terry y ahora sus primos... Sin más abrió la puerta y los dejó entrar. Archie iba directo a él, pero al ver su cara tan desfigurada se contuvo.
— Vaya parece que alguien se nos adelantó Stear.
— Si, dijo Neil. Albert y Terry llegaron primero, pasen.
— ¿Estás bien Neil? Te dieron tu merecido desde luego, esta vez fuiste demasiado lejos. Comentó seriamente Stear. ¿Te han visto en la enfermería?
— Gracias estoy bien. Y por mi pueden estar tranquilos que no me meteré más con Candy, mañana iré a ver a la tía abuela. Si me disculpan me voy a costar.
Los hermanos Cornwell, se miraron extrañados... sabían que su primo era un cobarde, pero ¿ir a ver a la tía abuela? Vaya que Albert y Terry hicieron un buen trabajo, con los años que llevan soportando a Neil y ahora parecía que por fin había tocado fondo... Era una pena que Eliza fuera mujer, sino ya la habrían hecho entrar en razón a fuerza de golpes.
— Esperamos que así sea, una más y esta vez no te perdonamos. Te acompañamos a la enfermería, ven.
— No se preocupen, puedo ir sólo iré a pedir algo para el dolor de cabeza.
**********************
Mientras en una lejana casa a las afueras de Londres
— ¿Quieres dar un paseo por los jardines antes de acostarte Candy?
— Siiiiii Albert, esto es precioso y me recuerda mucho a Lakewood.
— Es verdad, muchas de las rosas que hay en Lakewood se las llevo Pauna de este jardín y es por eso el parecido. Vamos.
Tomados de la mano Albert la guió por los jardines, Candy se detuvo frente a un gran árbol y miró a su novio con picardía. A Albert no le dio tiempo de reaccionar cuando la ve ya subida al árbol... y la siguió. Y por más que Candy se aferraba a las ramas para trepar no pudo ganar a Albert que con su altura avanzaba más rápido. Cuando llegó a una rama firme, se sentó sin dificultad y ayudo a Candy para sentarla a su lado.
— Desde aquí podemos ver el atardecer en Londres.
— ¡Que vista mas hermosa!
— Si, desde pequeño me gustaba subirme aquí para ver este atardecer. Candy... quería preguntarte si te gustaría que nos fuésemos de vacaciones este verano a Escocia.
— ¡Albert! dice contenta mientras lo abrazaba ¡Me encantaría! De hecho Elena nos había invitado a pasar las vacaciones en su casa en Escocia y si vas tú seria inmensamente feliz.
— ¡Princesa eres tú quien me hace feliz a mí! Pero no hace falta que estén en casa de Elena, está muy retirada, es mejor que se queden con Alice ella siempre tiene la casa preparada, aunque también puedes ir a la Mansión Andrew pero irá la tía Elroy y quiero que descanses, tus primos se quedaran con la tía así que no estarán lejos.
— Gracias Amor, si te quedas con tía Alice prefiero quedarme con ustedes así estaremos juntos, y con su delicada mano le acarició la mejilla y lo besó. Albert estaba desprevenido... Candy era la mujer más dulce y fuerte que haya conocido, inocente pero con un toque de picardía que ni ella misma se daba cuenta... y menos mal que estaban en una posición segura si no ya estarían abajo.
— Princesa... vamos a bajar, ya es tarde y debes descansar. Mañana iremos a ver a tus amigas.
Albert llevó a Candy a su habitación, parecía que era de una princesa... eso era demasiado para ella y así se lo quiso decir a su novio, cuando lo miró a los ojos.
— Nada de eso Princesa, tú mereces eso y más. Hasta mañana amor, descansa. Estaré aquí para desayunar.
— ¿No te quedas en la casa?
— No Princesa, tengo mi propia casa... mañana te llevaré para que la conozcas, te va a encantar... y de ahí no iremos a ver a tus amigas.
Candy corrió a el y lo abrazó ¡Gracias por todo amor, te amo! ¿Me das mi beso de buenas noches?
— Por su puesto Princesa, ya te lo iba a robar.
**************************
— Hermana Margaret aquí le envía mi padre unos apósitos, gasa y desinfectantes. Y si necesita algo más que no dude en pedírselo. Dijo una guapa joven de cabellos castaños y ojos marrones, muy agradable y servicial.
— Gracias Paula eres muy amable ¿Me ayudas a guardarlo? Ahí tienes la llaves... pero no pudo terminar ya que en ese momento se abrió la puerta de la enfermería.
— Disculpe hermana ¿Tendría algo para el dolor de cabeza?
— ¡Dios mío, que te ha sucedido! Exclamó la joven alumna. Necesitas más que una pastilla... Sientate aquí que voy a curarte. ¡Menos mal que he traído el desinfectante! ¿No cree que debemos llamar a mi padre?
— No Paula, con lo que haces esta bien. Creo que sé lo que pasó... así que no te preguntaré Neil, procura que la hermana Grey no te vea, mañana no vayas a clases.
— Neil estaba aturdido... ya no por sus dolores, sino por la amabilidad y espontaneidad de su improvisada enfermera.
— Hola soy Paula hija del doctor Gimenez ¡Encantada de conocerte Neil!
— Igualmente Paula, gracias eres muy amable.
— Mañana tienes que venir a curarte, se pueden infectar tus heridas... a las 10 estoy aquí ayudar a la hermana, te estaré esperando.
— Toma Neil, tomate esto ahora y al desayuno... y a las 10 te esperamos aquí.
— Gracias, hasta manana.
— Espera Neil, te acompaño hasta la salida yo ya me voy. ¡Hasta mañana herma Margaret!
La hermana Margaret reía en silencio... Por lo visto Paula ya eligió su pareja para el festival, sabía que tenía tres propuestas pero no las iba a aceptar... Algo le llamó la atención de ese joven.
Continuará...
Enlace capítulo 13. https://www.elainecandy.com/t21716-pecocita-s-aporte-n-17-para-albert-nuestro-amor-lo-descubrimos-en-londres#350608
Hola chicas, mil perdón por el retraso pero surgen cosas que a veces nos absorben.
A todas las chicas que están sufriendo las consecuencias del terremoto les envió un abrazo enorme, cuenten con mis oraciones, fuerza para todas y de corazón deseo que estén bien al igual que sus familias.
Carolina Macias feliz cumpleaños, este capítulo va dedicado a ti espero que te guste.
Un abrazo a todas
NUESTRO AMOR... LO DESCUBRIMOS EN LONDRES
CAPÍTULO 12
Neil estaba un poco aturdido y con mucho dolor de cabeza, pensaba mucho en lo ocurrido... Sólo a él se le ocurría hacerle caso a su hermana, además él no sabía que era lo que contenía ese paquete, se lo dio Eliza y de saber que era algo tan valioso y su dueña era la tía abuela se hubiese negado... Seguro que por eso se lo dio tan envuelto, ella sabía que él era un cobarde y ahora estaba sólo... Y con razón, ya que no era más que un muñeco en manos de su hermana que si lo quería era para su propio beneficio, tarde se dio cuenta, pero sabía que era verdad... Oyó que llamaron a su puerta... ¡Lo que le faltaba! ¿Quien seria ahora? Sin ganas se levantó y fue a abrir.
— Neil abre somos nosotros, no intentes huir. Se escuchó muy seria la voz de Archie.
Esta visita ya la esperaba... Primero el amigo de Candy luego Terry y ahora sus primos... Sin más abrió la puerta y los dejó entrar. Archie iba directo a él, pero al ver su cara tan desfigurada se contuvo.
— Vaya parece que alguien se nos adelantó Stear.
— Si, dijo Neil. Albert y Terry llegaron primero, pasen.
— ¿Estás bien Neil? Te dieron tu merecido desde luego, esta vez fuiste demasiado lejos. Comentó seriamente Stear. ¿Te han visto en la enfermería?
— Gracias estoy bien. Y por mi pueden estar tranquilos que no me meteré más con Candy, mañana iré a ver a la tía abuela. Si me disculpan me voy a costar.
Los hermanos Cornwell, se miraron extrañados... sabían que su primo era un cobarde, pero ¿ir a ver a la tía abuela? Vaya que Albert y Terry hicieron un buen trabajo, con los años que llevan soportando a Neil y ahora parecía que por fin había tocado fondo... Era una pena que Eliza fuera mujer, sino ya la habrían hecho entrar en razón a fuerza de golpes.
— Esperamos que así sea, una más y esta vez no te perdonamos. Te acompañamos a la enfermería, ven.
— No se preocupen, puedo ir sólo iré a pedir algo para el dolor de cabeza.
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Mientras en una lejana casa a las afueras de Londres
— ¿Quieres dar un paseo por los jardines antes de acostarte Candy?
— Siiiiii Albert, esto es precioso y me recuerda mucho a Lakewood.
— Es verdad, muchas de las rosas que hay en Lakewood se las llevo Pauna de este jardín y es por eso el parecido. Vamos.
Tomados de la mano Albert la guió por los jardines, Candy se detuvo frente a un gran árbol y miró a su novio con picardía. A Albert no le dio tiempo de reaccionar cuando la ve ya subida al árbol... y la siguió. Y por más que Candy se aferraba a las ramas para trepar no pudo ganar a Albert que con su altura avanzaba más rápido. Cuando llegó a una rama firme, se sentó sin dificultad y ayudo a Candy para sentarla a su lado.
— Desde aquí podemos ver el atardecer en Londres.
— ¡Que vista mas hermosa!
— Si, desde pequeño me gustaba subirme aquí para ver este atardecer. Candy... quería preguntarte si te gustaría que nos fuésemos de vacaciones este verano a Escocia.
— ¡Albert! dice contenta mientras lo abrazaba ¡Me encantaría! De hecho Elena nos había invitado a pasar las vacaciones en su casa en Escocia y si vas tú seria inmensamente feliz.
— ¡Princesa eres tú quien me hace feliz a mí! Pero no hace falta que estén en casa de Elena, está muy retirada, es mejor que se queden con Alice ella siempre tiene la casa preparada, aunque también puedes ir a la Mansión Andrew pero irá la tía Elroy y quiero que descanses, tus primos se quedaran con la tía así que no estarán lejos.
— Gracias Amor, si te quedas con tía Alice prefiero quedarme con ustedes así estaremos juntos, y con su delicada mano le acarició la mejilla y lo besó. Albert estaba desprevenido... Candy era la mujer más dulce y fuerte que haya conocido, inocente pero con un toque de picardía que ni ella misma se daba cuenta... y menos mal que estaban en una posición segura si no ya estarían abajo.
— Princesa... vamos a bajar, ya es tarde y debes descansar. Mañana iremos a ver a tus amigas.
Albert llevó a Candy a su habitación, parecía que era de una princesa... eso era demasiado para ella y así se lo quiso decir a su novio, cuando lo miró a los ojos.
— Nada de eso Princesa, tú mereces eso y más. Hasta mañana amor, descansa. Estaré aquí para desayunar.
— ¿No te quedas en la casa?
— No Princesa, tengo mi propia casa... mañana te llevaré para que la conozcas, te va a encantar... y de ahí no iremos a ver a tus amigas.
Candy corrió a el y lo abrazó ¡Gracias por todo amor, te amo! ¿Me das mi beso de buenas noches?
— Por su puesto Princesa, ya te lo iba a robar.
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— Hermana Margaret aquí le envía mi padre unos apósitos, gasa y desinfectantes. Y si necesita algo más que no dude en pedírselo. Dijo una guapa joven de cabellos castaños y ojos marrones, muy agradable y servicial.
— Gracias Paula eres muy amable ¿Me ayudas a guardarlo? Ahí tienes la llaves... pero no pudo terminar ya que en ese momento se abrió la puerta de la enfermería.
— Disculpe hermana ¿Tendría algo para el dolor de cabeza?
— ¡Dios mío, que te ha sucedido! Exclamó la joven alumna. Necesitas más que una pastilla... Sientate aquí que voy a curarte. ¡Menos mal que he traído el desinfectante! ¿No cree que debemos llamar a mi padre?
— No Paula, con lo que haces esta bien. Creo que sé lo que pasó... así que no te preguntaré Neil, procura que la hermana Grey no te vea, mañana no vayas a clases.
— Neil estaba aturdido... ya no por sus dolores, sino por la amabilidad y espontaneidad de su improvisada enfermera.
— Hola soy Paula hija del doctor Gimenez ¡Encantada de conocerte Neil!
— Igualmente Paula, gracias eres muy amable.
— Mañana tienes que venir a curarte, se pueden infectar tus heridas... a las 10 estoy aquí ayudar a la hermana, te estaré esperando.
— Toma Neil, tomate esto ahora y al desayuno... y a las 10 te esperamos aquí.
— Gracias, hasta manana.
— Espera Neil, te acompaño hasta la salida yo ya me voy. ¡Hasta mañana herma Margaret!
La hermana Margaret reía en silencio... Por lo visto Paula ya eligió su pareja para el festival, sabía que tenía tres propuestas pero no las iba a aceptar... Algo le llamó la atención de ese joven.
Continuará...
Enlace capítulo 13. https://www.elainecandy.com/t21716-pecocita-s-aporte-n-17-para-albert-nuestro-amor-lo-descubrimos-en-londres#350608
Última edición por Nerckka el Vie Abr 29, 2016 2:54 am, editado 2 veces