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"Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific

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Amanecer Grandchester
Citlalli Quetzalli
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Citlalli Quetzalli

Citlalli Quetzalli
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

El nombre de algunos personajes corresponden a sus debidos autores. Yo lo soy de la idea que leerán a continuación.

. . .

Frente a frente una vez más
Capítulo 7

. . .


No hacía mucho que se habían instalado en Madison, capital de Wisconsin. Y en una tarde, en lo que visitaban sus alrededores, los ojos de Candy se posaron en una extensa llanura, agradándole inmensamente que de todo ese pedazo plano que se divisaba, había solamente un singular y frondoso árbol. Por el grueso del tronco ella podía deducir tenía bastantes años, sin embargo:

– ¿Qué fruto es? – ella le preguntó a su acompañante que se inclinó para tomar uno que yacía en el suelo y decir ulteriormente de olerlo…

– Durazno

– ¿Durazno? – repitió incrédula la rubia; y miró hacia arriba diciendo: – ¿no te parece muy grande para serlo?

– Será porque nadie lo ha venido a molestar.

En jarras y con un fingido mohín molesto, la rubia se hubo girado hacia su interlocutor para reclamarle:

– ¿Qué estás insinuando, doctor Lenard?

Éste sonriendo y adorando más sus característicos arranques diría:

– Que he tenido el tiempo suficiente para conocerte, señorita enfermera, y saber qué mueres por treparlo.

– Es que… – la pecosa traviesa de antaño se volvió al árbol argumentando: – me recuerda tanto al del Hogar de Pony que… – Candy avanzó dos pasos para colocar la palma de su mano en el tronco y acariciarlo. Aunque de tan sólo pensar en su querido padre, una ya hermosa mujer, de simple toque, pasó a un abrazo, colocando su mejilla derecha en ello también y diciendo: – Apenas dejé de verlo y ya lo extraño.

– Te prometo que si el próximo evento no hay el éxito que buscamos…

– No, no, no digas eso – ella liberó el árbol para ir a Tiberius y aseverárselo: –Debemos tenerlo.

– Sin embargo, tú quieres ir a casa…

– Creo que… – la chica levantó una mano; y lo que decoraba su dedo anular la hizo decir: – Pronto tendremos una tú y yo.

Aprovechando la distancia, el galeno militar tomó esa mano; y en su palma dejó un beso. Sin soltarla y apretándola ligeramente, se oiría de la voz masculina:

– No sabes cuánto deseo que ese día llegue.

– Yo también – confesó ella; y él…

– ¿Lo dices en serio?

– ¿Por qué bromearía?

– ¿Porque te gusta hacerlo?

– ¿De verdad? – Candy sonrió; y el dueño de los ojos color miel la abrazó posando su boca en la coronilla dorada de su prometida que decía: – se siente tan bien estar aquí.

– Sí.

– ¿Tiberius?

– Dime

– ¿Habrá modo de conseguir este lugar?

– Me imagino que sí

– Me gusta

– Sí, es muy lindo

– Y bastante lejos de todo.

– Algo, sí

– Tendríamos problemas para ir hasta la ciudad

– Un poco, pero con tal de verte feliz…

– Lo soy ya –. Candy suspiró hondamente, cerró los párpados y se acurró en el pecho de su prometido que miraba hacia el horizonte, poniéndolo pensativo una extraña y anónima  nota que recibiera unas horas antes, advirtiéndole ésta de peligro.

¿De qué tipo? Bueno, por muchos era conocido que su prometida provenía de una familia acaudalada. Él de clase media, pero con el dinero que ya habían recaudado… no, él negó con la cabeza para hacerse sacudir su histérica idea.

¿Qué peligro podían correr los dos cuando él sobrevivió de una cruel guerra?

– No – volvió a decirse, no dándose así la oportunidad de llenarse de temor o…

– ¿Qué pasa?

– Nada, linda. ¿Te parece bien aquí almorzar?

Sorprendida Candy miró a su novio; y éste prestaría atención a:

– No vas a decirme que lo traes, ¿cierto?

– Mientras bajabas de tu habitación de hotel, ordené nos prepararan una canasta.

– Oh, Tiberius. ¿Por qué lo hiciste? – ella lo miró con cierta veneración; y él divertido sonaría:

– ¿Porque tengo hambre? Y estoy completamente seguro de que tú también.

– ¡Mucha! – una mano fue a colocarse en un abdomen plano; en cambio y en lo que en un rostro se dibujaba un gesto inconforme, una boca informaba: – anoche no pude terminar ese rico platillo que pusieron enfrente de mí, todo por culpa de la esposa del Mayor Truman. ¡Qué mujer! – se quejaron. – No paraba de hablar y fue imposible para mí probar esos postres que solamente miraba pasar en las charolas que llevaban los meseros.

– Y para serte honesto… estaban de lo más delicioso

– ¿Los probaste? – los ojos de Candy se entristecieron. Y los de Tiberius brillaron sonriente.

– ¡Todos!

– ¡¿Y cómo pudiste sabiendo que son mi delirio?! – ella lo retó con fingimiento.

– Y porque lo sé, es que… – Tiberius se acercó al oído de la rubia para decirle – le pedí a la anfitriona me reservara unos cuantos para ti.

– ¿Lo hiciste?

– ¿Qué no haría por ti?

– ¡Oh, doctor Lenard! – emocionada la rubia se echó a los brazos de él. – Tú siempre tan atento.

– Es lo mínimo que se merece una lindura como tú – que presta y sorpresivamente le depositaría un beso en los labios, los cuales sonreirían de su premio de compensación y también de verla correr hacia el auto.

Allá, de la puerta delantera se hicieron; también del asiento copiloto para bajarlo y darse así ella facilidad para tomar el cesto que descansaba en la parte trasera, aunque claro era tanto su infantil glotonería que la rubia únicamente alzó una tapa y su mano de inmediato se hizo de un pastelillo de chocolate y cubierto de mucha crema.

– Está… – ella ya le había dado varias mordidas cuando Tiberius llegó a su lado y oía de una boca llena: – riquísimo.

– Sí, te lo aseguro. Pero… – las intenciones de quitárselo se vieron; y por ende…

– ¡No, no, no! – Candy se alejó, ganándose con eso…

– Chiquilla qué eres, Candy – de parte de su novio que primero oiría el saboreo de lo que se comía a modo de aceptación y que posteriormente atento se encargaría de sacar lo dispensable para montar, cerca del auto, un improvisado comedor, comiendo minutos después la pareja y disfrutando no sólo de su compañía y de su plática sino del hermoso paisaje que tenían como escenario.

Un par de horas más tarde, y con la asistencia de ella, se volvió todo al auto. Ellos también para continuar con las actividades que los habían llevado hasta Wisconsin: para empezar su evento caritativo, donde importantes personajes de ese estado se darían cita. Una que le faltaban algunas horas; y dentro de esas…

Un llamado urgente a la puerta de esa habitación se dio. El ocupante que revisaba unas confirmaciones dadas en la recepción de ese hotel, con ellas en la mano, de una recámara salió para atender.

Divisada y reconocida la humanidad solicitante, se le dio acceso diciendo:

– ¿Alguna novedad, Darlington? – encargado de cerrar y de informar:

– Una que estoy seguro va a cubrirnos todas nuestras necesidades.

– ¿De qué se trata? – preguntó interesado Lenard que vio a su compañero ir a la mesa más cercana para servirse y beber agua.

Saciada la sed, se diría:

– He conseguido a alguien que fácilmente nos ayudará con nuestros propósitos.

– ¿Quién?

– Terry Grandchester

– ¿Quién? – se volvió a indagar debido a la sorpresa.

– El favorito de Broadway

– ¿Dónde?

– De casualidad visitaba Chicago. Allá lo abordé, le planteé el proyecto y lo llevé a donde nuestro primer logro: la construcción del hospital y el asilo militar

– ¿Y qué dijo?

– Bueno – el hombre contrariado se rascó la nuca; y conforme lo hacía – no entendí mucho por qué le molestó no haber visto más ¿la Clínica Feliz?

– Sí, antes de, eso había ahí. Pero ¿por qué dices que se molestó?

– Porque lo hizo; y apenas arribado a la colina, por las escaleras se echó a correr preguntando… ¿a dónde se fue ella?

– ¿Ella? ¿Quién?

– Doctor, le doy mi palabra que no le pregunté. Después de alcanzarlo, me fue muy difícil volver a convencerlo de venir.

– ¿Y dónde está?

– Se registraba en la recepción mientras yo venía hacia acá.

– Bien. ¿Le hablaste entonces de lo que pretendemos aquí?

– Sí, y para serle franco no pareció muy entusiasta.

– Eso es lo menos que a mí me importa sino su contribución.

– Una que también podríamos aprovechar ¿quizá con una función de teatro?

– ¿Qué te dijo?

– Que tendría que ser algo improvisado y pronto porque tiene que volver a Nueva York.

– ¿Sabes si hay alguna compañía teatral aquí?

– Tendría que averiguar

– Entonces hazlo; y de paso dile que me gustaría platicar con él.

– Entendido, doctor Lenard – que golpeando las tarjetas que sostenía en la mano contra su palma miraba salir a su visitante y también pensaba en reservarse el dato como sorpresa para su prometida, mujercita que coqueta en su habitación modelaba su vestido a lucir para ese tan mentado evento y recordaba los consejos de su amiga Annie.

– Annie – Candy bajó la prenda; y un tanto apagada se volvió a la cama para dejarlo ahí. Y en lo que lo hacía… – desde el colegio que tú y yo no discutíamos ni aún cuando me dijiste que te habías enamorado del doctor de tu mamá. Pobre Archie. La sorpresa que se llevó cuando se lo confesaste. Pero decirme a mí que me estaba engañando con Tiberius… – la rubia calló su pensamiento y se sentó en el colchón para acariciar lentamente la suave y fina tela de su vestido. Objeto en el cual posó sus ojos y se perdió, sacándola de su cavilación un ruido que provino de afuera.

Alarmada, Candy miró en dirección a la puerta. Y porque a ella llegaban murmullos, curiosa se acercó con la finalidad de abrir y saber qué sucedía.

Asomando la cabeza, la rubia se percató de la presencia de un trío de mujeres. Entre ellas comentaban algarabíamente algo. ¿Qué? Las tres hablaban al mismo tiempo que era imposible entenderlo. Entonces, frustrada la pecosa enfermera se metió a su habitación no sabiendo que por el pasillo contrario…

– Es aquí, caballero.

Los ojos de Terry se fijaron en el número: 1004, consiguientemente…

– Muy bien – dijo y pidió la llave de la mano del empleado que lo acompañara hasta allá. Entregada y también un maletín de viaje, se dieron las gracias por la propina proporcionada, una que sería doble al peticionar: – Cerciórese de que no vengan a molestar – las mujeres anteriores que en cuanto lo vieron en la recepción no dudaron en abordarlo y, bueno, ser famoso tenía sus inconvenientes.

– Por supuesto, señor Gra…

– ¡Shh! – él indicó. Y el empleado divertido se cubrió la boca viendo el acceso del huésped y posteriormente el cerrar de la puerta.

A solas, Terry fue un poco rudo con sus pertenencias que a la cama se aventaron, buscando él inmediatamente el cuarto privado para quitarse de encima un estrés. Una pesada tensión que increíblemente se había apoderado de todo su ser durante un viaje en auto y de estar escuchando a su acompañante que sólo maravillas salieron de su boca alabando a Tiberius Lenard. Un héroe no sólo de guerra sino de los desamparados, creciendo con ello… ¿el interés de conocerlo? ¡Sí! aunque interiormente no entendía ¡¿por qué demonios?!

– ¡Bah! – espetó molesto el actor que para serenarse tomaría un baño de agua fría.

Ya más sereno y varios minutos después, Terry salió para atender un mensaje. Tiberius Lenard lo esperaba en el restaurante del hotel para de ahí llevarlo al hall del Capitolio Citadino


. . .

Frente a su puerta estaba parado un elegante Paul Darlington. Y una no menos linda Candy se dispuso a atenderlo diciendo él:

– El doctor Lenard me ha encargado escoltarla

– ¿Él se ha ido?

– Sí. Pero ya estará allá esperándola.

– Siendo así… – Candy volvió la cabeza en busca de un guante. Éste descansaba al pie de la cama donde Paul corrió para dárselo y ser otra vez el encargado de cerrar la habitación viendo de arriba abajo la figura esbelta de la rubia que ya avanzaba por un corredor. No obstante al estar cerca de ella…

– Señorita Candy, esta noche luce usted espectacular.

– Gracias, Paul – que se mostraría atento en todas y cada una de las salidas. En las entradas también siendo la última la definitiva y en donde miradas atrajo debido a su hermoso vestido largo, su escote y su peinado, toque que le resaltó su belleza. Además era la anfitriona y como tal, su sonrisa no podía faltar, robando en conjunto de sus ojos verdes, suspiros y uno que otro comentario envidioso al divisarse la joya que ya la señalaba de otro.

Ese precisamente se encontraba en un privado. A su lado yacía Terry que con un grupo de hombres importantes era presentado. ¿El hablar? Había procurado lo menos y eso porque sus ojos estaban concentrados en una persona de la cual oía hablar y agradecerle ¿cuántas veces ya su presencia?

Las que fueran, Terry únicamente sonreía; y lo hacía de una manera que ¿los hombres también lo envidiaban? Bueno, no por algo, sin considerar su talento, era la atracción de los escenarios. Era la locura de las mujeres y el dolor de cabeza para algunos… para una en cuanto lo viera, y que no sería muy tarde ya que…

Sin anuncio, una puerta se abrió diciéndose bajo su umbral…

– Ha llegado – nada menos que el gobernador del estado en compañía de su esposa y dos hijas casaderas y endiabladamente hermosas.

El doctor Lenard fue el encargado de responder; y hecho así invitó a sus acompañantes a salir rezagándose Terry al ser enemigo de ese tipo de reuniones. Pero… se le había ocurrido decirle sí a la causa así que… cuando fue ofrecido el paso él lo tomó procurando que su persona fuera la menos percatada. Sin embargo…

– ¡Por todos los cielos! – se oyó; y recogiéndose lo largo de su vestido precisamente una de las hijas del mandatario estatal fue a él para preguntarle estúpidamente… – Eres Terry Grandchester, ¿verdad?

Y porque muy bajito no lo dijeron, las damas perdieron el estilo y también se acercaron, unas: para verlo de cerca al no haber tenido nunca antes la oportunidad, y dos: para saber el motivo de su presencia en Wisconsin.

Por fortuna todo aquel relajo que se armó alrededor de él no permitió que nadie fuera espectador de una copa de champagne que se estrelló en el suelo consiguientemente de haberse dejado sostener por una mano. Los ojos estaban fijos sí en una dirección pero pidiendo fervientemente que el nombre mencionado fuera una sencilla equivocación.

– Sí, que lo fuera – le gritó su interior. Y su corazón aceleró su latido y su pesado resuello salía por una nariz que de momento necesitó ser retocada, así que al cuarto de damas se echaron a correr preguntándose allá:

– ¿Qué demonios hace él aquí? ¿cómo es que…? –  las manos de Candy se las hubo llevado a la cabeza con ganas de rascarla debido a la desesperanza que se hizo de ella. No obstante… – Tranquila, Candy – respiró profundo y resopló, diciéndose otra vez – tranquila.

Creyéndose así, se miró al espejo; y frente a ello la hermosa rubia posó desconocidamente altanera. Y para quitarse unas nacientes perlas de sudor, tomó la toallita más próxima.

Mirándose nuevamente, Candy sonrió. Lo hizo con naturalidad; y decidida se dispuso a ir a tomar su lugar. A confrontar lo que por un tiempo la hubo hecho sufrir.

El que no había padecido menos se encontraba en una situación que por poco gritaba: auxilio. No lo hizo al haber ya aprendido que esos eran gajes de su oficio. Así que, siendo más encantador encontró la forma de apaciguarlas; y hubo sido sencillo. Con decir sí a todo lo que le decían, bastó para quitárselas de encima. Además, el doctor Lenard tenía a alguien muy importante por presentarle. Su prometida que resultó ser, sí, ya todas lo saben...

– ¡Candy! – en su mente el actor gritó su nombre. El de él la enfermera fingiría no conocer.

– Candy, linda – la llamó Tiberius habiéndola ubicado.

Sonriente y controlando el nerviosismo que le brotó al toparse con sus ojos, ella se acercó para decir:

– Lo siento, querido, tuve… un pequeño percance.

– ¿Está todo bien? – alguien se consternó.

–  Todo está perfectamente – y para asegurarlo sonrió a los dos diciéndole a uno: – buenas noches, caballero.

– Señorita –; que grosera no ofrecería su mano sino…

– Es un gusto tenerlo aquí y colaborando con nosotros por una buena causa.

– Sí… el gusto… – se carraspeó – ha sido todo mío – y en verdad que lo era. Su pecosa era toda una mujer. Una bella, segura y…

– Me permiten un momento – dijo Tiberius y a solas los dejó habiendo sentido Candy los deseos de pedirle que no lo  hiciera porque…

– Te aseguro que tenía la mínima idea de encontrarte aquí

– ¿Vienes solo? – ella lo evadió; y como arma de defensa – ¿o viene Susana contigo?

– ¡Que el cielo me libre! – lo expresó él sabiendo donde reposaba aquella, en cambio ésta…

– Bastante pesada tu broma – lo retaron. Y Terry… simplemente sería él al decir:

– ¿Y qué me dices de la tuya?

– Preguntarte por tu… tu…

– ¿Novia, prometida o esposa? – ella asintió. – Pues no, ninguna de las tres cosas tengo sino que… digamos que soy viudo.

– ¡¿Qué?!

– Susana murió y yo…

– ¡No lo digas! – las manos de Candy cubrieron sus oídos y los ojos los cerró insistiendo él:

– ¿Por qué?

– Porque no ha sido fácil olvidarte

– ¿Y casándote con él lo harías?


Gracias por su atención

Amanecer Grandchester


Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Vaya que Candy si reconoce que no lo olvido del todo, solo busco en Tiberius alguien a quien podria querer. Muchas gracias ;)

clauseri

clauseri
Niño/a del Hogar de Pony
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affraid affraid affraid affraid

"Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 895558 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 895558 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 895558 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 895558

En espera del siguiente....

"Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 8168

Milser

Milser
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Ayyyyyyyyy que me da el soponcio!!!!!!!!!!!! "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 949586 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 949586 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 949586 . Me rindo, me desmayo!!!! Muy lindo el Tiberius... pero que venga Terry y le anuncie así de la nada que la gus... Susana está enterrada!!! Nenaaaaaaaaaaaaa!!!!! Reaccionaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!! "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 252821

Amiga.... a pesar del subidón de adrenalina... "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 535481 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 535481 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 535481

Blangisell


Rosa Durazno
Rosa Durazno

study "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 275964
Jajaja los dos ni ellos se lo creen, pero al final el amor vencerá. 

Citlalli Quetzalli

Citlalli Quetzalli
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Amanecer Grandchester, Clauseri, Milser y Blangisell, mis saludos, mi agradecimiento y mis buenas noches. Hasta pronto, queridas. "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717

ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

finalmente se encontraron....
y terry hizo la pregunta del millón....
que responderá? que pasará?
ya me emocioné...
me encanta la historia......

ChicaZafiro

ChicaZafiro
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

No quiere escuchar que es libre, por que sólo con verlo se le movió su mundo y ys confirmandolo libre se hace pedazos su plan de felicidad trazando en, el cual, sólo se engañaba haciendoce a la idea que queriendo a otro olvidaría al que ama. Gracias Lady! "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740
"Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452

Citlalli Quetzalli

Citlalli Quetzalli
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

LadyLore, ChicaZafiro, gracias a ustedes "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 867592

dulce lu

dulce lu
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

AHHHHHHHHHH,UYYYYYY.
ESTOY TROMPUDA,CANDY SE FUE DE PICNIC CON TIBURCIO,AHH NOOOO,Y EL SEGUN EL LA CONOCE TANNNNN BIEN .AHHHHHH PERO QUE SE ESTA CREYENDO ESE,JIJIJIJIJ.
AYYY SE PUSO GUAPA LA PECAS,AHHHH NO SABES LA EMOCION QUE SENTIA AL LEER JIJIJIJ.
AHHHHHHH CANDY ES SINCERA ,LE DIJO QUE NO LO HA OLVIDADO AHHHHHHHH BUENISIMO.
ERES GRANDIOSA ,ESTRELLITA.
GRACIASSSS. "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 463717 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 334740

dulce lu

dulce lu
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

AYYYY AL FIN DE FRENTEEEEEE AHHHHH Y ELLA BIEN SINCERA AHHHHH QUE EMOCION.
REINA . "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 189452

Citlalli Quetzalli

Citlalli Quetzalli
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Mi bella Dulce amiga. Gracias por hacerte presente "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057 "Frente a frente una vez más" capítulo 7 by Estrella. Terry-minific 1575929057

Weiss

Weiss
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony


¡Esto sí que fue un frente a frente!

Primero, y a pesar de que es tema de la historia,
se me hace raro Tiberius y Candy juntos,
pero me cae bien él, es amable.

Luego, aayyyy....sigo con los nervios.

Voy por lo que sigue.

Sleepless TGGrandchester

Sleepless TGGrandchester
Dulce Candy
Dulce Candy

inconcebible

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