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Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II

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Tania Lizbeth
igzell
Rhodb
Tita**SCFA de Centinelas
Liovi
perlatorijano
10 participantes

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perlatorijano

perlatorijano
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Capítulo II

Deuda cancelada

- ¡Buenos días a todos! Mi nombre es Terrence Grandchester, el nuevo presidente de Cyborg Company. Tomen asiento – dice haciendo que los demás se acomoden y yo voltee mi rostro, al darme cuenta de quién es.
- ¡Yo y mi gran bocota! - cuándo aprenderé a no quejarme con los desconocidos, me quejo internamente, sumiéndome en mi silla.
- Bien… veo que ya los conocía a casi todos – ve a cada uno y se detiene cuando llega hasta mí. Para los que piensan que soy un zopenco… sépanlo de una vez, que he trabajado con mi padre y el señor Andley sobre este negocio por más de veinte años – comienza a contar.
- ¡Es un mentiroso, más bien! – refuta mi inconsciente.
- ¡Candy, no le preguntaste quién era! – mi grillo dando lata de nueva cuenta.
- Pero lo malo es que… no sé manejar gente a mi cargo, así que en eso nos ayudaremos, ya que frecuentemente trabajo solo – refiere observándonos a todos.
- ¡Qué horror! – siento que ahora me mira a mí.
- ¡Tú también lo haces! – me reclama el grillo, sabiendo que tiene razón.
- ¡Lo sé! – respondo en un murmullo, observando como todos le miran.
- Bien, pues eso era todo, revisaré la información que me hicieron llegar y veré cómo ayudarles – finaliza él y comienza a levantarse.
- Bien, Candy, ¿puedo hablar contigo? – solicita mi padre cuando todos se levantan.
- ¡No…! - respondo, lo que menos quiero es tratar con él, por eso mejor me voy.
- Espere, señorita Candy – me llama ese mentiroso.
- Sí – doy media vuelta esperando lo que me va a decir.
- Le está hablando uno de los inversionistas, no debe ser grosera – me reprende delante de todos haciendo que mi padre se quede helado.
- Le recuerdo a usted señor, que es el presidente de la compañía porque así lo exigió al señor Andley, yo soy una de las dueñas, así que a usted le importa un soberano cacahuate como le contesto, ¿me ha entendido? – quiero saber si he sido clara.
- ¡Candy, compórtate! – me llama la atención mi padre.
- ¡Me voy! – digo sin tomarlo en cuenta, si quiere que me comporte, primero tendrá que domarme. Dudo mucho que me soporte y para lo poco que me importa.
- Señor Andley, debe darse a respetar, es una empleada finalmente – “el presidente” se queja ante mi padre, lo cual se gana una reprimenda.
- Créelo muchacho, es más que eso, pero quizás me lo merezco, he autoimpuesto mi presencia demasiado tiempo – responde mi padre, saliendo de la habitación.
- ¿Qué quiere decir? – pregunta “el presidente”, quizás entienda mejor si se lo explica.
- Que pronto serás el que tenga que soportarle ese genio – le dice saliendo de allí mientras me encaminó a la oficina y al parecer él se dirige a la suya. Aline ¿podría venir a mi oficina? – “el señor presidente” pide a su secretaria que lo siga a su oficina.
- Sí señor, ¿qué sucede? – responde abriendo su libretita de notas.
- ¿Por qué la señorita Candy no se encuentra en el piso de presidencia? – pregunta dirigiéndose hacia la cafetera.
- Porque a ella le corresponde el piso 18 señor, el de los servicios de salud – responde deteniéndose las gafas.
- ¿Qué hacen ahí? - cuestiona mientras se sienta en su silla.
- Hacen un modelo de útero con funciones naturales, ella investiga eso, es su proyecto… señor – responde dudando de la información que le proporciona.
- Gracias Aline, puedes retirarte. Me puedes decir ¿qué oficina es la de la señorita Candy, por favor? – pregunta antes de que a la pobre Aline le dé un infarto.
- La 318 señor, su número está en la agenda que tiene al frente, busque en la A – refiere ella, deteniéndose en la puerta.
- Gracias Aline, puede retirarse – le agradece y se mete en los papeles que le hubo dado mi padre horas antes.
- Con su permiso, señor – la pobre mujer, espero que no se caiga en algún momento, sí que padece de los nervios.
- En la A, no debe estar en la C. ¿Qué es lo que sucede con usted señorita Candy, será tu verdadero nombre? – se pregunta Terry, esperando encontrar el nombre.

Después me encargaría de eso, por el momento solo tendría que ver dos cosas, las finanzas y los proyectos derivados. Pasé toda la mañana allí, sentado entre papeles y encontré varios adeudos, incluido uno con cuatro millones de dólares, un adelanto de dos millones y que de alguna cuenta sin nombre se abonaba cada semana. Bien, el número pertenecía a… ¡vaya, a la señorita Candy! Me levanté de la silla y salí de la oficina con los papeles en mano hasta que me encontré con Aline, que pasaba al lado mío.

- Aline – la llamé.
- Sí señor - se volteó para mirarme.
- Puede decirle a la señorita Candy que venga a mi oficina por favor, me es urgente – le ordena a Aline, esperando ella, que él no le cuente su ida de lengua.
- Sí señor, enseguida – Aline corre a su escritorio y marca la extensión de Emilie para avisarle que me urge verla en mi oficina
- Gracias Aline – me asombro al ver cuán rápida es mi secretaria que en unos segundos regresa a donde me encuentro para informarme.
- De nada señor, permiso. La señorita Candy, vendrá en unos momentos – dice y se va.

- El señor Grandchester, la llama – Emilie me avisa que “señor presidente” quiere verme.
- Voy en un momento, Emelie – le respondo, ahora que quiere el “señor”.

Toc, toc

- Adelante – minutos después alguien toca, seguramente es Candy, pero eso no es del todo cierto, de hecho, es Aline. Candy le hace una seña y se despide de ella.
- Señorita Candy, pase usted. Revisaba ayer los deudores a la compañía y encontré una persona que no tiene identificación, sabe usted ¿de quién se trata? – cuestiono sin mirarla durante la explicación, pero sí cuando termino.
- Me puede dar el número… - ella me lo pide sin pestañear.
- ¿Tiene que ir por su portátil? – pregunto, esta mujer no puede estar hablando en serio, se los sabrá de memoria.
- ¡Créame, me los sé de memoria! – enfatiza ella.
- Veamos, 106123-3/T – le digo riéndome internamente.
- ¡Santo Dios, como le digo que ese número es mío! No, mi padre y el suyo acordaron no decir nada sobre mi condición – piensa por mucho tiempo, pero sus ojos parecen sorprendidos.
- Señorita Candy, ¿me escucha? – la llamo, parecería que busca una excusa.
- Sí perdón, buscaba en mi memoria. Ese número es confidencial, un proyecto de un androide parcialmente reconstruido – informa inmediatamente a medias.
- Fíjese que ya me había dado cuenta de eso, se lo pregunté a mi padre y al señor Andley y tampoco me dijeron mucho, casi lo mismo que usted – le respondo, ella sigue sin parpadear.
- Ahí lo tiene… - refiere ella, demostrándome que tienen la razón.
- Pero ¡se ha fijado en cuanto le debe a la compañía! – exclamo con exaspero, de dónde tanto secretismo.
- ¡Claro que me he dado cuenta, idiota! Recuerda lo que te dije en la mañana, ¡por qué los hombres no ponen atención! Debo una gran cantidad a la empresa, espor eso que me divierto trabajando sin necesitarlo, ¡zopenco! – Candy parece no tener respuesta a lo que le estoy diciendo.
- Por eso y porque no quieres nadar de nueva cuenta – responde el grillo, lo que quiero hacer es irme de aquí y este hombre que no termina.
- ¡Silencio! – lo callo, no debe ni de respirar en horas de trabajo y no le permito ni dar su opinión.
- Sí lo sé, pero ya le he dicho que ese proyecto es confidencial – me responde tajante, pero si a esas vamos tengo más armas que ella.
- ¿Me podría dar datos? – insisto.
- No – responde con un monosílabo.
- ¿Por qué no? – cuestiono, si se pone pesada a ver quién gana.
- Porque no los encontrará en cualquier sistema, de hecho, en ninguno – cambia de táctica.
- ¿Por qué, si se puede saber? – parece que ahora esta prestando atención, lo que quiero es información.
- Porque soy la única que manejo esos datos, nadie más los tiene – refiere sonriente o será cínicamente.
- ¿Me los puede enseñar? – le pregunto.
- No – responde, vaya volvemos al mismo juego.
- ¿Por qué? – pregunto.
- Es que no están en ningún otro lado, más que aquí – me señala su cerebro.
- ¿En dónde? – cuestioné al aire, eso no podía ser posible.
- En mi cerebro, estoy trabajando en ello, así que ahórrese la investigación y dedíquese a lo demás – me responde ella, haciendo que la vena que tengo en la sien comience a molestar.
- Bien, puede retirarse – me rindo, será mejor que la deje ir.
- Afortunadamente no se puso más necio – ella se da la vuelta y sale de mi oficina, tal cual y como entró.
- Señorita ¿puede llamar al señor Andley? – estoy muy molesto, tanto que hasta se me olvida el nombre de mi secretaria.
- Sí señor, en un momento se lo busco. Sí señor, gracias. Señor Grandchester, el señor Andley lo espera en su oficina – me informa, de hecho, no le puedo decir que venga al dueño de la empresa, ¿verdad?
- Gracias, vuelvo en un momento – agradezco y me levanto tomando mi saco en el camino hasta dirigirme a la oficina.

- ¿A dónde cree que va? ¡Cielos! ¿por qué tiene que ir a ver a Albert? – me pregunto atenta antes de tomar el ascensor. De repente me da miedo que sea cierto a lo que va por lo que le llamó a mi padre. ¡Hola! – lo saludo indiferente.
- ¡Hola pequeña! – me saluda de vuelta, como si la discusión de la mañana nunca hubiese ocurrido.
- ¡Ya no lo soy, es más ni humana soy! – le recuerdo.
- ¿Cuándo vas a dejar de menospreciarte? – me pregunta atento a los cambios en la bolsa de valores.
- ¡Cuando me devuelvas las partes que perdí! – refuto aprovechando que voy sola en el elevador.
- Mira, Candy, te dejo, el nuevo presidente está tocando – me dice, apresurándome.
- Ese hombre quiere los archivos de mi cuenta de deuda – le informo.
- ¡Ya te ofrecí desaparecerlos! – me dice, dándose la vuelta, su secretaria sabe que si mi padre ha hecho esto no se le puede interrumpir.
- ¡Y yo te digo que quiero pagártelo! – insisto, no le daré tregua.
- Luego hablaremos de eso, adelante – me colgó, ¡demonios!

- ¡Albert que gusto verte! – lo saludé sin recordar que ya lo había hecho.
- ¿Qué tal el puesto? – me preguntó sacándome a colación el puesto para el que mi padre me contrató.
- Bien, sabes, estuve revisando a nuestros deudores y me encontré con esta persona, que a decir verdad no sé si lo es – le enseño la carpeta observando como lo analiza, no, al parecer no es alguien que conozca.
- ¡Ah esta cuenta! No le des importancia, se me ha olvidado cerrarla – responde entregándome la carpeta, cerrada.
- ¿Ya pagó los cuatro millones de dólares que debe? – pregunto como si cuatro millones no pudieran pasar desapercibidos.
- No, es que esa cuenta no la vamos a cobrar – respondió él, recargándose en su silla.
- Si te fijas bien, dio un adelanto – recalco enseñándole.
- Lo sé, pero lo devolveremos – responde elocuente.
- ¿De quien es esa cuenta? – quiero saber, quizás a Candy no le haya podido sacar nada, pero a él, sería otra historia.
- De hecho, Terry, te digo que esto es un secreto, ese proyecto es de la señorita Candy – refiere Albert y por supuesto que no me la creo.
- ¿Por qué tanto misterio, Albert? – le pregunto sacándole una sonrisa.
- No hay tal misterio, solo que debo informarte que esa cuenta ya está saldada – termina diciéndome pensando en que me lo voy a creer.
- Entonces, ¿por qué sigue apareciendo? – pregunto de nueva cuenta.
- Porque no ha entregado los informes – responde él levantándose para tomar un vaso y llenarlo con agua. Bien, entonces le diré que entregue los informes – me dice para tranquilizarme.
- Pues espero que así sea – responde empático, pero molesto.
- Sabes que, haremos esto. Me dio unos informes en bruto, le diré a mi secretaria que los pase en limpio y junto con los de sistemas nos pondremos al día, me meteré a la base y la cancelaré – me dice, dejando el vaso sobre el escritorio y abriendo un programa en la computadora.
- ¿Seguro que quieres hacer eso? – le pregunto, según Candy dice que él no puede meterse a esa información.
- Por supuesto, es muy sencillo. Bien, ya está, puedes checarlo – me da el asiento para que vea su computadora y sí, la cuenta ya no aparece.
Toc, toc
- Señor, la señorita White se encuentra aquí – la secretaria de Albert entra minutos después.
- Pásala a la sala de juntas – le pide Albert a su secretaria.
- Sí señor – ella obedece y cierra la puerta.
- En un momento vengo, Terry – Albert toma el contenido del vaso y suspira para salir.
- Sí Albert, pasa – le doy el pase y me pego a la puerta que divide su oficina de la sala de juntas.
- Me puedes explicar ¿qué es esto?

Continuará…

Liovi

Liovi
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Por fin aparece mi wero..... Y ahora que!!!!! Pasara??!????????????

Tita**SCFA de Centinelas

Tita**SCFA de Centinelas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

No se quedó con la espinita de "zopenco" Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 87337

Como que muy a la defensiva esta la pecas, me anda cayendo medio mal Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 589545

Y como siempre Alber, listo para ayudadarla Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 1575929057

Te sigo amiga
Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452

http://es.groups.yahoo.com/group/CentinelasdeIlusiones_TerryAlbe

Rhodb

Rhodb
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Qué será? Lo que debe jjeee.. ay ya me intrigó.. te sigo amiga. Está buena la historia Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 162544😊

Enviado desde Topic'it

igzell

igzell
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 389686 tenian que decirselo y ya!caramba!

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

Tania Lizbeth

Tania Lizbeth
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 463717 mi Albert a la ayuda como siempre lo adoro

Nerckka

Nerckka
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Vaya que color está tomando esto affraid  Candy está bastante afectada con su cibercuerpo y no es para menos, ya quiero que nos vayas adelantando más cositas de su accidente, como te dije antes falta mucho para que Candy se acepte y por lo que veo Terry es la clave para eso... Ya que sólo un corazón humano se puede enamorar...  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 460690  así que espero que se dé cuenta cuando empiece a notar como palpitará su corazón cuando esto ocurra...
Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 355103
Te mereces muchos aplausos Pathya este fic es muy interesante, me gusta mucho, así que gracias por escribirlo  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 971718

Besitos Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 463717  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 463717


¡¡¡ARRIBA PECOCITAS!!!

Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452
Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452  Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452

Bleu Moon

Bleu Moon
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Vaya que me he reído con esté fic amiga,
Asi que el zopenco no pudo con la Srita. Candy
y ahora creo que se enterará del secreto.
Estoy segura él hará que el autóestima que tiene
ella cambie, y se acepte tal como es.
Te sigo Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 4149639568

Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452 Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452 ¡¡¡Arriba PecoCITAS!!! Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452 Tercer ataque desde las trincheras de PecoCITAS, Sin Corazón de Cyborg, Capítulo II 189452

stormaw

stormaw
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Hola
Estos dos se van a matar. Esto está super interesante, felicidades.

Dianis Grandchester

Dianis Grandchester
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Esto se esta poniendo interesante, voy por el tercero

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