Minific
Si no te hubieras ido
Por Mayra exitosa
Parte 5
Al entrar a la mansión, los portones se abrían de forma inmediata, ambos iban asombrados viendo la enorme propiedad. William estaba nervioso, tenía que convencerla de que se quedaran. Haría hasta lo imposible por lograrlo.Si no te hubieras ido
Por Mayra exitosa
Parte 5
---- Este es su hogar, ¿Te gusta mi vida? Le preguntaba a ella, dejándola desarmada, sin poderle responder, se quedaba absorta, era demasiado elegante y el pequeño estaba feliz. Al bajar y caminar por la mansión, corría y se dejaba resbalar por los pisos, abría los brazos y sonreía por los grandes espacios que había en todo el lugar.
--- ¡Es enorme, mami!
La tarde se la pasaron en su casa, de un lado a otro, habitaciones, cuatros de juego, lugares hermosos, jardines majestuosos y también áreas infantiles, donde llegaban los primos a jugar. Ordenaba la comida para los tres en el jardín, suspiraba de la paz y la tranquilidad que había en ese lugar. Nunca ni en sus sueños más ambiciosos, se hubiera imaginado a Albert como dueño de un lugar así.
El no dejaba de observarla, el pequeño se rendía y deseaba dormir, lo llevaba su habitación, ellos tomaban asientos en una salita interior, mientras el pequeño descansaba en la enorme cama de su padre.
--- Candy, me gustaría explicarte todo lo que paso, yo… me vi en la necesidad de ocultar mi identidad, la seguridad era prioritaria y… no aceptaba fácilmente toda la responsabilidad que se me había dado, aun con mis hermanos menores. Apenas era mayor de edad, me nombraron tutor de ellos, recibí todos los negocios, fue difícil al comienzo.
Después mi Tía me apoyo y el administrador me dio un descanso, tomar un año sabático, dejarme tomar las cosas con calma, yo… te conocí en aquel tiempo, tenía prohibido revelar mi identidad, sabía que en cualquier momento podían encontrarme y deseaba ser libre, primero estudios, luego negocios, responsabilidades, y tu… eras tan increíble, me diste un mundo completo, me volví loco a tu lado, jamás he vuelto a vivir y a sentir todo lo que pase junto a ti.
Trabajar para comer, descansar cuando nos diera la gana, escaparnos, estar a la intemperie, disfrutar de todo lo que el mundo nos daba, a tu lado fue el único lugar en el que jamás quería salir huyendo… Amarte ha sido mi sueño constante, cerraba los ojos y te tenía en mi mente, te soñaba, pero me fue imposible encontrarte, lo intente por todos los medios posibles, mi administrador contrato varios investigadores, te juro que no dieron contigo, los informes fueron desalentadores, a tal grado que según ellos, era como si la tierra te hubiera tragado…
--- Te comprendo, Albert. Esto jamás lo hubiera imaginado, te creí vagabundo, trotamundos, sin oficio ni estabilidad, yo… nunca hubiera pensado que estuvieras en esta posición, para mí era imposible encontrarte, por eso…Albert Watson salió de mis posibilidades de poder encontrarlo, te creía aun en África y veía los documentales, dormía viendo programas así, creo que hasta te hice domador de leones, en mi mente eras un héroe, y sin querer trate de darle un poco de ti a mi hijo, pero… Tom y Jim son muy realistas… apuesto a que eso de comida para leones fue de Jimy.
--- Candy nadie ocupo tu lugar en mi corazón, aun con un par de relaciones en estos años, no pude olvidarte, verte en el hospital y… ver a mi hijo, decirme que se llamaba Albert White. Fue impactante para mí, me sentí avergonzado y temeroso de que… pensaras de mí lo peor, pero te juro que si me das una oportunidad, no la desaprovecharía, haría todo lo que estuviera…
--- Albert, hace unas semanas, acepte un noviazgo, creo que debes saberlo, no es que desee negarte a tu hijo, es que… me di una oportunidad con alguien más. Un terror y enormes celos se despertaron, unas semanas de noviazgo con alguien más… tenía que alejarla de ese novio. No podía, no lo permitiría.
---- ¿Lo amas?
--- ¡Albert! No hemos llegado a esa situación, mi hijo… no quiere a nadie a mi lado, se hizo muy posesivo, tal como mis hermanos, ha sido un poco difícil para él. Hace poco entro a la escuela y… no puedo decirte todo lo que hace. Terry le ha tenido paciencia,
--- ¡Terry!
--- Si, es un buen hombre. No le importaba que, tuviera un hijo, compréndeme. Pensé que jamás te encontraría, quería un padre para Bert. Tom se va a casar, y Jim no tardara en hacerlo, no podía pensar en que dejaría pronto a mi hijo de lado y…
--- Candy, no estaba contigo, ignoraba que tuviéramos un hijo, por favor… Comprendo todo lo que me dices, pero dime… puedo hacer que cambien las cosas, si tan solo me dieras una leve esperanza, me ganaría tu amor de nuevo, y el de nuestro hijo.
Él se inclinaba frente a ella, tomaba sus manos y rosaba sus labios, no podía imaginar que otro estuviera en su corazón. No podía y no quería aceptarlo, algo en él se despertaba, posiblemente su hijo había heredado el ser posesivo, lo comprendía por completo, porque Candy era suya, solo suya. Sin esperarlo, en su lucha interna por recuperarla, tomaba sus labios lentamente, seduciéndola como cuando estaban juntos, conociendo sus debilidades y su pasión, ambos se dejaban llevar por los recuerdos. Las caricias eran detalles vividos en sus mentes de lo que hubo, bajar por su cuello, era viajar por el deseo de las muchas ocasiones que se entregaron.
Ella no razonaba, le había dicho, pero sentirlo de nuevo, era algo que no podía evitar. El agitado temblor de sus cuerpos, las sensaciones que anhelaban hacía tanto tiempo, estaban ahí, solo de tomarlas, sabiendo que el niño estaba cercano en su cama, la elevaba en sus brazos para llevarla a otro lugar más alejado,
--- ¡Albert!
--- Por favor, mi amor. No puedes negar todo lo que vivimos. No puedes rechazar que esto que sentimos es más fuerte que lo que pudo haber con alguien más, por lo menos en mí, lo es, Candy.
--- No puedo, no debo. Antes tengo que hablar con Terry, sé que iniciaba apenas una relación, pero, necesitamos estar bien. Además, ese par de relaciones tuyas… ¿no tuvieron alguna consecuencia? Estuviste con otras, sabes que no tengo dinero, ni soy hija de nadie, no quisiera que te desilusionaras o te avergonzaras de lo que soy, no visto siempre como hoy… yo vivo en un pueblo, con caballos, con personas sencillas.
--- No estas casada con él. Sabes bien que a mí no me importa nada de eso, nunca me ha importado. No puedes abandonar este deseo que siempre hubo entre nosotros, no puedes hacerlo, mi vida, por favor.
--- ¡Albert!
El calor del momento, el deseo de aquello vivido, las sensaciones que ambos no habían olvidado, ahora se manifestaban ardientes y constantes. Ambos se dejaron llevar, el amor se daba con una pasión que solo ellos conocían. El anhelo de lo que fue hacía mucho tiempo y que deseaba volver a tener. Por fin después de todo, entraba un poco de cordura, pero él no pensaba en darle tiempo a arrepentirse, su cuerpo fue reclamado y al hacerlo, se dieron cuenta que no habían sentido nunca, lo que ahora volvían a vivir. Hasta culminar en el deseo de sus cuerpos jadeantes por el esfuerzo, el sintió que ella estaba solo para él y que no permitiría que le arrebataran lo que era suyo.
--- ¡Te amo! Nunca deje de hacerlo, a pesar de lo que pienses, sé que cometí muchos errores, que me fui, pero te juro que a nadie le di mi amor, como lo hice contigo, lo juro, Candy.
--- Albert, yo… necesito un poco de tiempo, esto se me ha salido de las manos. Mi hijo, no…
--- Dame oportunidad de tenerlos conmigo, Candy.
--- Debo hablar con él. Esto no debió pasar, no debió pasar, yo…
--- Candy, el sobra en esta familia. Lo sabes, si lo amaras, no hubiera pasado nada de lo que paso.
--- Lo sé. Sé que me comporte como una…
--- ¡No! Eres mi mujer, no es justo lo que nos pasó, dejamos pasar el tiempo, pero somos libres, seguimos siendo libres, Candy.
--- Pero eso no justifica mi comportamiento. Candy trataba de buscar sus ropas, pero él la tomaba por sorpresa y volvía a besarla con desesperación. Y tomando su rostro con ambas manos, desnudos en la habitación de visitas, se detenía y mirándola de frente le repetía,
--- Todo lo justifica el amor. Te prometo que haremos bien las cosas, Candy, que esta vez, no habrá equivocaciones, por favor, mi vida. Una oportunidad, solo una.
--- ¡Albert!
Con besos suaves, el mismo la ayudaba a vestirse de nuevo, salían de la habitación, para ir a donde su hijo estaba dormido, pero su llanto, la preocupaba por el evidente descuido,
--- ¡Mami!
--- ¡Bert!
--- Pensé que me habías dejado.
--- No hijo, estaba… viendo otros lugares.
--- ¿Nos quedaremos con Papá?
--- Todavía no, tenemos que regresar con Annie, además hay que organizar su boda, recuerdas a lo que hemos venido. El niño asentía, pero su rostro mostraba las marcas de haberse preocupado y llorado. Albert le traía un vaso con agua, el pequeño le agradecía. Luego daba orden de merienda para su hijo y su mujer, algo de fruta para que el niño se le bajara el susto. Ahí en su habitación entraba una charola con degustación y una malteada, un rato más tarde, ella trataba de reacomodarse el cabello y el la miraba, sin soltar al pequeño que había terminado de merendar.
Al caminar rumbo al salón de la recepción, escuchaban ruido y sus hermanos Archie y Alistar con sus acompañantes ya se encontraban ahí.
CONTINUARÁ...