Índice
Portal
Últimas imágenes
Buscar
Conectarse
Minific
Si no te hubieras ido
Por Mayra exitosa
Parte 9
Si no te hubieras ido
Por Mayra exitosa
Parte 9
En la terraza de su habitación, Candy caminaba de un lado a otro. Bert se había quedado con su padre esa noche y no podía dejar de pensar en el niño. Siempre estaba al pendiente y ahora estaba lejos y no estaba a su lado, si esa mujer lo veía, lo desaparecía de la vida de su padre como lo hizo con ella, imaginando todas las negatividades, continuaba angustiada al meditar todo ese tiempo, como esa mujer tenía tanto poder e influencias para dejarle cerrado Chicago para trabajar, cuando solo lo había intentado tan poco tiempo, pudo haber buscado algún lugar más pequeño, pero tener a un hijo y estar sola requería de muchos detalles, contaba con Annie, pero salía frecuentemente del país y estaba con sus amistades la mayor parte del tiempo, si no fue después con su novio, el caso es que aunque lo hubiera visto, y se encontraran, esa mujer podía haberlos desaparecido si interferían en la vida de Albert.
En la mansión Andrew, la habitación de William, observaba a su hijo, dormido, meditando era un chico genial, mucho se debía a ella, por su manera de reflejar su amor, esas palabras solo podían ser de Tom, ese sí que era bastante fuerte, si el niño se había criado cerca de él, lo seguro era que no lo quisiera, pero había que ver que Candy le dijo algo, para que pudiera aceptarlo tan de buena manera y ahora disfrutar de su compañía, sin el temor de que la extrañase por una noche. Pero quien si la extrañaba era él, porque verla de lejos y alejarse le estaba costando mucho más de lo que pudiera recordar, aquella vez fue diferente, porque había la posibilidad de volver a verla, pero ahora, después de que se había resignado a su perdida, encontrarla tan cercano a que su Tía pudiera haberle dañado o ocultándole de nuevo su existencia. ¡Mi pequeña!
En otra habitación en casa de los Britter, Terry fumaba un cigarrillo en el marco de la ventana para que se saliera el humo, meditando sobre el padre de Bert, como no se había acercado a Candy en ningún momento, solo el niño lo buscaba a él, pero ella no iba a su lado, le estaría dando su lugar o realmente estaba alejándose del padre de su hijo. Sin embargo, tampoco se acercaba a él, ya no había momentos solos, no había conversaciones largas, ni acercamiento a besos o caricias como antes. La tensión se notaba y antes ya había avanzado en la relación, hoy la tensión de esa boda los tenía separados, ella realmente estaba haciendo funciones de organizadora más que de solo dama de honor.
Sin poder dormir, salía por el pasillo topándose con Tom quien estaba triste, al verlo, este de inmediato entraba a su habitación sin decir una palabra. Después salía a los jardines y de lo alto, Candy lo observaba, estaba caminando en la noche. Ella no había dedicado nada de su tiempo a estar a su lado, tenían que hablar, pero no era el momento ni el lugar, si se acercaba a él, solo externaría sus inquietudes por su hijo con su padre.
Los días se fueron rápidos había que agradecer que Albert buscaba a su hijo continuamente y eso le aseguraba que estaría bien y lo devolvía para que ella pudiera estar tranquila, solo que lo dejaba con Archie para que fuera el quien lo regresara y Anthony o Stear lo recogían para ayudarla, asegurándole que no se despegaría de llos y lo hacían para que estuviera tranquila esos días.
Para Albert fue un dolor enorme no verla, pero había que darle espacio, si su novio estaba con ella. Para Candy fue entregarse de lleno a los detalles y a recoger el vestido, los zapatos y todos los últimos pendientes, asegurando la perfección de un evento tan grande como jamás se había imaginado asistir.
--- Candy te noto muy cansada, ¿quieres que vayamos a un SPA?
--- Estoy bien, la que debe estar radiante en su día, eres tú, Annie.
--- La dama de honor también, vamos mañana ya es nuestro ultimo día y todo saldrá como debe ser, hemos recorrido Chicago más de cincuenta veces de un lado a otro y estoy tan feliz, pero mucho más porque estas a mi lado, ninguna persona es tan amiga mía como tú, Candy.
El SPA ya estaba programado para la novia, e incluían a la dama de honor por petición de ella, asegurando que se verían hermosas. La noche paso de inmediato, los trajes habían llegado por la mañana y todo fue sin fin de personas de un lado a otro
La boda por fin llegaba, el temor más grande era encontrarse con la señora mal educada, así era fácil recordarla sin mencionarla, pero también saber que debía estar al pendiente de su hijo, mucho más que antes.
Tom estaba serio, Diane lo abrazaba de la cintura, ya habían hecho las paces. Jim se acercaba a Candy y esta le rogaba,
--- No sueltes a mi hijo a nadie, solo mientras me desocupo, por favor Jim.
--- Camila y yo estaremos con él. No te preocupes.
--- ¿Supiste que paso con Tom y Diane?
--- Si, fue por los negocios que iba a hacer con Terry, Diane tomo a mal que comprometiera la situación contigo.
--- Lo bueno es que ya se reconciliaron.
--- Si, pero no habrá boda cercana.
--- Que pena, espero no ser la causa.
--- No, la causa es Tom, que no debe tomarse atribuciones con quienes no debe.
Al frente en la capilla, Candy quedaba frente a Albert, ambos se miraban por la ubicación, ella se ruborizaba, bajaba el rostro. Él lo notaba, pero no podía hacer nada, sentían que las palabras fueran para ellos, el sermón del padre a los novios hablaba de todos los detalles que sucedían en un matrimonio, pero sobre todo la herramienta factible que jamás debía faltar, el amor. De eso el mismo sermón y las palabras, al pasar el lazo entraba Paty y Stear. Los anillos, Anthony y Lizzy, las arras, los padres de Annie, un sinfín de detalles por todo el rededor. La familia completa, sin la dama de cara dura, ni la miss universo, que arruinaran los momentos tranquilos, así que todo estaba en santa paz.
El salón era de ensueño, la fiesta fluía con tranquilidad. Temiendo que el ramo le tocara a ella, no iba a donde todas corrían para atraparlo, ella se quedaba cuidando a Annie junto a Archie para que no se callera de las escaleras.
El baile continuaba, Candy siempre buscaba o revisaba sus hojas para la continuación, como si estar ocupada la alejara de lo que tenía que hacer o decir.
El brindis, el corte del pastel, el cambio de música, los meseros, las bebidas, en general se la pasaba de un lado a otro. La despedida de los novios, por no decir la fuga, escondidos para el escape planeado con anticipación y secretamente, salían por una sección tras el salón, donde Candy le entregaba a Annie un maletincito y le recogía los detalles, el cambio de vestido, su velo y tiara. Mientras que Archie tomaba las llaves de un vehículo y Albert le daba un abrazo para que se marchara. Ambos se quedaban despidiéndolos en la sección, solos. Se vieron por fin después de muchos días, estaban ahí sin programar la reunión.
--- Te ves hermosa, pequeña
--- También te ves muy atractivo, Albert.
--- El niño ya se durmió, lo vi en los brazos de Jim. Le dije que me lo llevaría, así te dejaría descansar.
--- Si, me lo dijo. Cuídalo mucho, mañana me lo llevas, para regresar a Lakewood.
--- ¿No has hablado con tu novio?
--- No he tenido oportunidad. Se ha portado muy bien con nosotros.
--- Si, supongo que te ama. Mereces un buen hombre.
Candy bajaba el rostro, el se acercaba, con el torso tocaba su mejilla, sin poder evitarlo lentamente levantaba su barbilla y tomaba sus labios, ella no lo detuvo, estaban solos, los novios se habían escapado y muchos pensaban que ellos habían ido a dejarlos al aeropuerto. Pero ambos estaban ahí, en la sección privada antes del estacionamiento, abrazados, besándose. Ella no pensaba, solo continuaba con lo que el iniciaba y no detenía. El aire les falto y ambos se separaban lentamente,
--- Dejaría todo, por volver a ser el hombre que fui cuando me conociste.
--- Ya es tarde, ha pasado mucho tiempo, además… nunca embonaría en tu mundo, en tu familia, en todo esto.
--- No necesitas embonar. Ya eres parte de este mundo desde que naciste, solo es cuestión de amor, pero si eso no es suficiente, lo comprendo.
--- Te busque, Albert. Te idealice. Te anhele mucho tiempo, muchas veces. Ahora, precisamente ahora… en ocasiones medito si nos hubiéramos quedado más tiempo juntos, si nos enterábamos de que Bert estaba en mi vientre… si te hubiera dicho… pero no fue así… continuaste con tu vida y yo… con la mía.
--- Es cierto, pero hay algo más… tu vida no se unió a la de nadie y la mía tampoco se logro unir, aun forzando la situación, aun con todos los engaños…henos aquí. Juntos, besándonos, acariciándonos, sin temores, sin pensar si alguien nos ve, deseando regresar el tiempo y el hubiera… hacerlo realidad.
--- ¡Albert!
CONTINUARÁ...
