- Ah Brujita, eso estuvo muy bueno – Terry asintió emocionado pues la francesa le había pasado el segundo capítulo de la historia - ¡Pero me dejan intrigado! ¿Cómo es que…? ¡Pásame el tercero! -
- Allez mon amour, tendrás que ser paciente – le dijo ella acomodándole toda cariñosa las solapas de su saco – recuerda que es una historia que se va desarrollando lentamente –
- ¡Pero ya quiero saber! – le puso ojos de gatito de Shrek – S’il te plaît? –
- Oh mon Dieu… haces que sea MUY difícil decirte que no – la ojiverde se mordió el labio.
Liath intensificó sus esfuerzos, ahora tomándola de la mano y depositándole un beso en el dorso…
La alta castaña casi, casi caía. Si no fuera porque aún no estaba listo el dichoso capítulo...
- Sacre bleu… ¿y si mejor te muestro el boceto de uno de los personajes originales? –
- ¿También están diseñándolos? – preguntó él asombrado
- Oui –
- Wow, sí que le han dedicado tiempo a esto, con razón… -
Bien jolies, mientras Terry ve y da el visto bueno al boceto que ma chére amie Maia y yo hemos estado trabajando, yo les comparto el primer capítulo de nuestro adorado fic, y esperamos que les agrade
También les aviso que este es el último que publicamos por aquí, a partir del capítulo 2 nos vamos a FanFiction; si son gustosas de seguirnos leyendo con esta historia, podrán encontrarla en “Gissa y Ayame FF”, recuerden que será clasificación M por lo que no estará apareciendo en el timeline de la página.
Se irá publicando LENTAMENTE
ADVERTENCIA PARA TODO EL FIC: Lenguaje explícito y adulto (palabrotas); así como descripciones gráficas de escenas con violencia y/o con (alto, o no) contenido sexual. Leer a discreción o abstenerse si no se está a gusto con ello.
Ahora sí, aquí tienen…
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Disclaimer: Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras y a quienes hayan pagado derechos sobre los mismos. La historia aquí presentada, así como todos los personajes originales y palabras desconocidas que puedan aparecer, pertenecen a nuestra muy activa imaginación. Fanfic hecho sin fines de lucro.
By Gissa Graham & Ayame DV
By Ayame DV
- ¡Joder TS! ¿Es en serio? ¿Nosotros? – soltó el rubio mirándolo fijamente con esos enormes ojos turquesa fosforescentes suyos y con los hombros caídos, intentando parecer desolado.
El aludido se limitó a cruzar los brazos con los ojos cerrados, en su típica y bien conocida actitud de ‘ya lo he decidido’. Los atléticos bíceps se marcaron perfectamente en el saco oscuro que usaba ese día, y el único gesto perceptible de él en ese instante, fue el atisbo de media sonrisa irónica. Sabía que no sería tan sencillo convencer a sus tres amigos y compañeros de seguirlo; pero era absolutamente necesario que hicieran lo que se había propuesto. Al menos si querían poder dedicarse en paz a su verdadera misión, claro está.
El hermoso rubio se pasó la gran mano por el rostro, casi arrancándose la cara de exasperación; y eso era ya era mucho decir si hablábamos del generalmente relajado y divertido Rhush.
- Mientras más pronto la localicemos RH, más pronto podremos dedicarnos a lo nuestro. – El bellísimo yncubhu empezó a caminar con las manos enlazadas a su espalda – Es necesario detener esos jodidos enfrentamientos entre nosotros mismos, ¿es que tú no estás harto de eso? Pasamos más tiempo repeliendo ataques del otro wheikl (clan), que concentrándonos en lo que verdaderamente nos corresponde. No sé ustedes, pero yo ya tuve suficiente de eso -
Habló con calma TS; con su perfecto y sensual acento británico, que sonaba todavía más hipnotizante en su voz profunda y sedosa; mostrando finalmente entre espesas y largas pestañas, los magnéticos, azulísimos y maravillosos ojos de azurita que poseía.
- ¡Pero llevan años buscando tío! Mierda, capaz que hasta se murió – y como solía suceder, el gran bocazas de RH escupió lo que pensaba sin filtro alguno.
- Hasta donde sé, MH y AN estaban encargadas de esa puñetera búsqueda ¿No? –
Ahora fue un sujeto de voz gruesa y algo rasgada, el que intervino en la conversación; riendo entre dientes a costillas del rubio. De cabello castaño avellana e imposibles ojos de ópalo color miel con destellos tornasol de colores, estaba desparramado muy cómodamente en uno de los sillones de cuero del tugurio que llamaban sala, en el búnker en que él y VR, vivían. Tenía, como de costumbre, un vaso de escocés fino en la mano derecha; dio un sorbo y observó atentamente a su amigo TS, esperando con paciencia su respuesta y reacción.
- Correcto, la misión les fue encomendada a ellas. Pero ya las conocen, tampoco están nada felices de andar de rastreadoras; – Theryus torció la boca en una mueca divertida - así que han aceptado colaborar con nosotros. Tienen algunas pistas que podemos seguir. – El ojiazul se volvió entonces a un silencioso cuarto compañero; quien les daba la espalda pues estaba sentado frente a los tres monitores de su sofisticadísimo equipo de cómputo, exhalando algunas volutas de su cigarrillo mientras escuchaba, impasible, la rabieta de Rhush. – Hey VR, ¿recibiste el correo que te iba a enviar MH? –
- Yep, lo estoy revisando. Descartando las jodidas pistas falsas con las que las señoritas han estado perdiendo el puto tiempo, tenemos cinco opciones consistentes. – El sujeto, que era un enorme y guaperas que te mueres tipo de 1.99 Mt, piel ligeramente tostada y cabello negro brillante; volvió a darle una calada a su aromático liado a mano, antes de teclear velozmente otra vez; para mostrar datos en sus pantallas del mismo número de jóvenes. – Coinciden con las características, y se localizan en ciudades a un radio de 500 km de la pista original. -
A saber cómo hacía para maniobrar con esos guantes de cuero negro que rara vez se quitaba…
- ¡Pues que ellas sigan esas putas pistas y ya coño! Nosotros tenemos que patear culos de drăcuhles (dragones) – manoteó RH; su enorme figura enfundada en jeans negros rotos y su camiseta azul de manga corta, parecía empequeñecer el espacio, mientras daba vueltas cual león enjaulado. – Eh VR ¿no me digas que estás de acuerdo con el crío? –
TS arqueó la ceja, era el menor de todos ellos; por lo que aun siendo el primogénito del patriarca de uno de los dos wheikls (clanes) de su raza, y por ende, líder de los maghsers (guardianes) de dicho wheikl (clan); sus amigos no dejaban de darle caña por su edad. Y por otras cosas también ¬¬
- Cinco jodidas pistas, seis maghsers (guardianes) buscando en vez de dos – fue la seca respuesta que el grandote recibió de parte de Vladhimir. Obteniendo el consiguiente gesto de ojos en blanco de Rhush.
- A eso se le llama una puta administración eficiente de tiempo y recursos, tío – terminó la frase el castaño del escocés, encogiéndose de hombros.
Theryus sonrió de medio lado. Esos dos eran un mundo aparte; su comunicación parecía casi telepática y solían acabar las frases el uno del otro, además hacían un equipo fabuloso trabajando en dupla. Eso sin mencionar que cuando iban juntos, obvio caminaban hombro con hombro; se cubrían las espaldas en todo momento. Como diría RH, estaban “pegados por el culo”.
- Decidido entonces; llamaré a AN y MH – TS sacó con un elegante ademán su móvil del bolsillo interno del saco de inmediato; iban a necesitar organizar la logística, así que requerían que las chicas se reunieran con ellos más tarde.
RH pasó de su estado de negación, al estado resignado y luego al travieso en cinco segundos; un destello de picardía cruzó sus turquesas cuando una pulla se le ocurrió.
- Eh chicos… – se acercó al escritorio de las compus, recargando su gran humanidad de 2.05 m en el ancho hombro de VR, que de inmediato le arreó un codazo al estómago para sacárselo de encima.
- ¡Quita cabrón! Mierda… pesas una tonelada – le gruñó.
- BA y tú vais a ducharos mientras llegan las chicas ¿cierto? – Rhush ignoró el gruñido de su compañero - Apestáis a que jugasteis a papás y mamás antes de que llegáramos – y frunció la nariz con un fingido gesto de desagrado, antes de soltar una risotada.
- Que te jodan, envidioso – contra-atacó de inmediato el de ojos de ópalo, con cara de aburrido.
- Mucho. – Agregó VR, mientras le mostraba el dedo medio.
TS solamente los miró suspirando y negando lentamente; “y dicen que yo soy el crío”, pensó empezando a alejarse.
Unos pasos retumbaron por el pasillo de la antigua mansión, se dirigían calmos pero pesados rumbo a un despacho que quedaba al fondo de la planta alta de la edificación. Con elegante y sobria decoración de estilo tudor, la oficina recibió a un hombre de apariencia intimidante de poco más de dos metros de estatura, largo cabello oscuro con los laterales entrecanos y penetrante mirada color jaspe. Parecía tener unos 50 años, bien conservados eso sí.
Sus grandes zancadas y su apariencia le conferían un aire amenazante. El sujeto se dejó caer sin cuidado alguno en el sillón frente al escritorio de caoba, sin expresión concreta en su rostro que delatara su estado de ánimo.
- Mi señor Wheird – una doncella entró un par de minutos después, con una charola de plata en la cual llevaba la taza de café que el hombre acostumbraba beber a esa hora justa de la tarde.
La joven, de larga cabellera platinada, apariencia etérea y ojos azules, dejó la taza de porcelana china de la dinastía Ming con sumo cuidado, así como una fina servilleta de lino bordada al lado; cuidadosamente doblada.
- Gracias Marise, puedes retirarte. –
A pesar del aura de peligro que emanaba del tipo, su voz fue amable; o lo más amable que el fulano podía ser sin ladrar como acostumbraba.
Es que con esa chica en específico, prefería cuidarse; no quería espantarla y que acabara tirando el servicio y mirar la carísima taza hacerse añicos en el suelo, gracias al temblequeo de la cobarde rubiecita.
Dio un sorbo a su bebida, mientras arqueaba la ceja mirando la pantalla de su laptop. Hacía una semana, por fin, había aceptado la sugerencia del Maghsers Consilihum (Consejo de Guardianes) de digitalizar los volúmenes de Historia y Crónicas de la Raza; así que ahí estaba, revisando que no se hubiesen cometido errores. Una tarea bastante aburrida a su parecer, pero el ser uno de los Deleuhks (Maestros) tenía la desventaja de ser responsable de actividades tediosas como esa. Soltó un bufido y abrió el primer archivo, al mal paso, darle prisa mejor…
“Al inicio de la era en que los humanos empezaron a poblar la Tierra, nuestra especie fue creciendo a la par que ellos…”
o-o-O-o-o
El palacio del wheikl (clan) Grandchester era una verdadera belleza; construido en la época medieval pero rehabilitado y adaptado a la victoriana, era una gran y majestuosa fortaleza que albergaba entre sus muros bastas colecciones de arte antiguo y moderno, y exquisito refinamiento.
Y también a la familia del patriarca Rhichard. Él y su esposa Elheanor habían decidido establecerse ahí hacía apenas 90 años, cuando se emparejaron formalmente. El castillo se localizaba a las afueras de Londres, lejos del bullicio de la metrópoli y perfectamente adecuado a sus necesidades.
En ese momento, dos de sus tres hijos se encontraban en casa; el mayor de ellos, Theryus, estaba metido como era usual, en el búnker anexo a la fortaleza; con sus compañeros. Otra vez.
Apenas había anochecido, se había ido a meter allá; luego de un rato había vuelto y compartido los alimentos con su familia, para volver a salir pitando de regreso al punto de reunión de los maghsers (guardianes) del wheikl (clan). De pronto parecía más ocupado que de costumbre.
- Rhichard, heihs (querido) – la suave voz de la hermosa mujer lo distrajo de lo que veía en la pantalla de su laptop. – ¿Crees que sea buena idea? –
La bella rubia, también con increíbles ojos de azurita, estaba un tanto indecisa después de escuchar el plan. No era que no confiara en su kerdhans (esposo/pareja), antes se cortaba la lengua; era que sencillamente le parecía demasiado simple, y tan complicado al mismo tiempo.
- Elhy, mi preciosa Elhy… no hay muchas opciones, quedamos demasiado pocos; y si seguimos como vamos, pronto no quedará nadie de nuestra especie. –
- Lo sé, 1,500 de nosotros; 1,000 del otro wheikl (clan)… pero, ellos… -
Su tristeza se dejó entrever un instante en la dulce mirada que dirigió al atractivo caballero, quién le extendió la mano en una muda invitación a sentarse en su regazo. Ella no se hizo esperar.
- ¿Confías en mí? – le preguntó él, y sus ojos de obsidiana “copo de nieve” se prendaron de los azulísimos de ella; que le sonrió antes de dejarle un delicado beso en los labios.
- Siempre, lo sabes -
- Entonces deja que las cosas sigan su curso, napriyhe (amada)… -
Dicho esto, él la abrazó con más fuerza por la cintura y recargó la cabeza en su pecho, regalándole al mismo tiempo un pensamiento de fortaleza a su primogénito.
Justo mientras en el enorme despacho de Rhichard Grandchester, él y su kerdhanse (esposa/mujer) pasaban el rato; en el jardín colindante con los límites del palacio, arribaban dos motocicletas Ducati R 1199 Panigale R negras; una con una discreta y finísima calca de serpiente en color morado, y la otra con una breve y estilizada calca de copo de nieve plateado, en ambos casos arriba de la luz trasera izquierda. Los motores ronronearon al atravesar el enorme espacio abierto, antes de estacionarse frente a la puerta de la casa en la que habían sido citadas por TS para esa noche.
Quienes conducían apagaron los motores y bajaron el freno de pie, antes de sacarse los cascos y sacudir la cabeza para acomodarse el cabello. Eran dos jóvenes mujeres, enfundadas en ajustados trajes negros de cuero de 1.6 mm y reforzados con titanio y carbono, estilo motociclista. Una de ellas de piel dorada y largo, ondulado y negrísimo cabello, con los ojos de amatista intenso. La otra, de piel de marfil, tenía la melena larga también; pero lacia, de tono castaño claro y ojos del color del peridoto, e igual de brillantes.
Desmontaron y se dirigieron a la entrada con caminar seguro, elegante y sensual; al presentar sus rostros a la cámara de seguridad, la puerta se abrió con un sonido opaco, pues el sello de aire con que la mantenían hermética se desactivó.
No esperaron más invitación para adentrarse, encontrando la sala-recibidor-oficina atestada con los enormes cuerpos musculosos de cuatro tremendamente atractivos yncubhus.
- MH, AN. Justo a tiempo, como de costumbre – apreció Theryus al verlas, sonriendo de lado y mostrando entre los labios, la brillante y afilada punta de un colmillo.
Las chicas lo miraron desprendiendo, de verdad, miles de brillos de los ojos. El tipo era la encarnación de Adonis y simplemente las dejaba sin aliento; aunque lo viesen seguido, era como si fuera la primera vez en cada ocasión…
- Therry my precious ¿Esperabas algo distinto acaso? – respondió confianzuda la de ojos verdes, despertando del embrujo y avanzando como si estuviese en su casa, plantándole un beso en cada mejilla al impresionantemente apuesto caballero y llamándolo por el diminutivo de su nombre.
Rhush, quien estaba despatarrado en uno de los sillones tomando una cerveza, les guiñó el ojo a modo de saludo, dirigiéndoles una sonrisa de anuncio de pasta dental.
La otra joven correspondió los saludos con una leve inclinación de cabeza y una suave risa.
- Bienvenidas muñecas ¿Gustáis beber algo? – preguntó Bohrya, con la calidez de sus hermosos ópalos dorados replicándose en su sonrisa.
- Sí gracias, tequila estaría de maravilla – la de cabello claro contestó de inmediato, mientras le sonreía hasta con los gestos al hombre; que era, por supuesto, también irresistible para ellas.
BA levantó las cejas y rodó los ojos antes de ir a la cocina, y volver al poco con dos envases en las manos.
- Jugo de naranja para ti, – le dijo muy serio a la graciosa que pidió algo que sabía NUNCA encontraría en casa de ese par, – y de manzana para ti. – Agregó dirigiéndose ahora a la bella morena.
Ellas se quedaron con cara de “¿pero qué…?” sin saber cómo decirle al lindísimo sujeto, que se metiera sus jugos por… donde quisiera.
El crujido que hizo la silla del ‘Centro de Comando’, es decir la súper computadora de Vladhimir, al levantarse su ocupante, llamó la atención de todos; salvando de la segura y ácida réplica al adorable BA.
VR se plantó en medio de la habitación, llenando con su imponente presencia todo el espacio; y los ojos de las chicas destellaron al verlo. Literalmente. Otra vez.
El tipo las miraba fríamente, con los enormes brazos cruzados y el cigarrillo en la comisura de los labios, pero extrañamente eso parecía fascinarlas todavía más.
- ¿Ya habéis acabado de socializar? Tenemos asuntos que atender – él tan simpático siempre ¬¬
- También nos alegra verte VR – ironizó AN, arqueando la ceja izquierda y cruzando igual los brazos. Ya había dejado por ahí su envase de jugo. Sin tocar claro.
- Sí como sea. Asumo que TS os explicó que reduje vuestro montón de puñeteras pistas inútiles, a cinco efectivas –
Cuando ambas cambiaron sus miradas encantadas por unas mucho más afiladas, la comisura de los labios del fulano se curveó ligeramente entre su perfectamente recortada y espesa barba de candado. Se veía condenadamente atractivo…
- Joder tío, qué delicadeza la tuya – soltó RH, quien podría ser que no tuviese filtro entre su cerebro y su boca, pero sabía cómo ser encantador con las gahymaghsers (guardianas).
Aunque eso no quitaba que tanto él como Theryus y Bohrya, no se quedaran flipando porque ninguna le mostrase siquiera los colmillos a VR. “Hostia puta, sí que las domina”, fue un pensamiento colectivo del trío ¬¬
BA bajó la cabeza ocultando la risilla que se le escapó cuando Vladhimir gruñó, mientras TS empezaba a impacientarse.
Grandchester suspiró dejando su cómodo sitio recargado en el umbral de la puerta de la cocina, desde donde controlaba toda la escena.
- Por favor pásales la información de la pista que MH seguirá; – TS se dirigió al informático - es la más cercana al punto de origen, y también la menos riesgosa. AN, tú irás con VR, él te proporciona los datos. – Indicó el joven, muy seguro de sí; ni se enteró de que la aludida arqueó la ceja y apretó los labios. – Luego, BA, RH y yo, seguiremos cada uno, una de las otras tres opciones. – Concluyó sus instrucciones dando un trago a la cerveza que sacara poco antes del refrigerador.
- Ya lo he hecho – espetó el mencionado, poniendo su clásica cara de ‘¿con quién coño crees que hablas, joder?’
- Cierto… olvidaba que eres un bastardo sabelotodo que siempre está un paso adelante – soltó todo sarcástico Theryus.
- Y es por eso no podéis vivir sin mí, montón de gilipollas – respondió el gran sujeto, dando una calada profunda a su cigarrillo y mirándolos de lado con los ojos entrecerrados antes de exhalar el humo con la comisura enarcada.
Tanto Bohrya como Rhush revisaban sus móviles, en donde habían recibido toda la información que necesitaban, ignorando alegremente el intercambio de pullas entre TS y VR; pero las dos súcubhus estaban una de brazos cruzados y la otra recargada en el respaldo de uno de los sillones, lanzando cuchillos por los ojos. Si las miradas mataran…
- ¿Sucede algo? – preguntó con inocencia TS, ladeando la cabeza y mostrando bastante curiosidad en su mirada increíblemente hermosa.
- ¿Es en serio? – graznó AN
- ¿Primero nos ofrecen jugo, y ahora salen con… esto? – por fin se dejó escuchar la voz de la chica de ojos de amatista, fue casi un murmullo siseado entre dientes apretados y mostrando la afiladísima punta de sus colmillos.
¿Qué se creían estos yncubhus?
Los cuatro nhemaghsers (guardianes yncubhus) dejaron lo que hacían para concentrarse en ambas, que emanaban un aura de peligro rabioso que hizo arquear la ceja hasta al imperturbable Vladhimir; aunque en su caso, era porque le resultaba entretenido que te cagas.
Andrheia rodó los ojos, esos cuatro no tenían N.P.I. (ni puñetera idea) de lo que sucedía. Cruzó miradas con Mhaia quién estaba igual de molesta; y finalmente descruzó los brazos, para ponerlos en jarras.
- ¿MH a la ubicación más cercana y menos riesgosa? – soltó un leve gruñido - ¿Yo acompañada por ‘Mr. Iceman’? – levantó las cejas, indicando su GRAN interrogación.
A VR se le borró el gesto divertido del rostro con el sobrenombre, y el resto disimuló las risas al escucharla llamarlo así en sus narices.
- Claro, sois sùcubhus; y nuestras compañeras… – después de aclararse la garganta, ese fue BA, con su voz rasgada cargada de protección; como si fuera la jodida cosa más obvia del mundo.
- ¿Y eso es sinónimo de incapacidad acaso? – nuevamente la voz sensual de la morena se escuchó.
Y aunque su tono no era elevado, todos sabían ahí, que eso era peligrosamente engañoso.
- ¿Son todos tarados o qué? – manoteó AN, dando vueltas por el reducido espacio y enseñando los colmillos también, casi jalándose los cabellos.
- Parece que sí… - acotó MH, esta vez sin cortarse.
- Eh chicas, no os ofendáis… - quiso mediar RH, sacando un caramelo del bolsillo de sus jeans – sólo estamos protegiéndoos... –
Oh sí… esos preciosos especímenes eran los más poderosos nhemaghsers (guardianes yncubhus) del wheikl (clan) Grandchester; sangre pura de la especie más evolucionada del planeta ¡y todavía eran unos cavernícolas! O eso parecía...
Eh bien, de acuerdo; más bien era que tenían esos instintos de protección programados genéticamente, activos a la milésima potencia; pero eso no quitaba que fuese exasperante para las guardianas.
Las dos los miraron por turnos, taladrándolos a través de las rendijas en que se habían convertido sus párpados, ¡habrase visto!
- ¡Que les den!– ladró la castaña – Aquí los únicos que necesitan niñera son tú, – señaló a Rhush - y tú – se volvió a Theryus. – Nosotras podemos cuidarnos solas perfectamente. –
- ¡Hey eso no es cierto! – alegó el rubio en su defensa, pero no agregó nada más para validar su punto; lo cual, tarde se dio cuenta, le daba la razón a la chica.
TS entrecerró los ojos, otra que lo consideraba un mocoso… Pero eso carecía de importancia en ese momento.
- Será mejor que… - empezó a hablar; pero, increíblemente, no fue escuchado.
- Nacimos para esto y fuimos preparadas y entrenadas igual que ustedes ¿recuerdan? En todo caso – señaló Mhaia con letal calma, estudiadamente casual – los que deberían ir juntos son Bohrya y Vladhimir – y siguió examinando atentamente su manicura. – Ya saben, como son inseparables… - sólo le faltó agregar ‘como jodidos muéganos’.
Los ojos verdes de la otra mujer brillaron intensamente al escuchar eso, y, sonriendo con malicia y fascinación a la vez, se acercó hasta quedar entre ambos. Sí, ese par ni siquiera se daba cuenta, pero de un modo u otro, terminaban SIEMPRE uno al lado del otro. No fallaba. Eran como imán y hierro atrayéndose, para terminar convergiendo en un mismo punto de la habitación.
- Es verdad, ustedes deben ir como pareja. – Se colgó de los brazos enormes de ellos, sin importarle en lo más mínimo el gruñido bajo y amenazante de VR, que estaba a un tris de perder la poca paciencia que tenía con ese par de sùcubhus – Además hacen un equipo infalible, y lucen maravillosos juntos. – Aleteó las pestañas, en franca diversión.
- Que te jo… - empezaba el de barba de candado a decir, cuando BA le lanzó una mirada de advertencia.
- ¡Eh, cuidado con esa bocaza tío! Joder… –
- ¡¿Quieren callarse todos de una SANTA vez?! – bramó Theryus, exasperado.
Todos casi saltaron del susto, pues cuando el ‘crío’ se hacía notar, era incluso más imponente que su padre y todos los Maestros juntos.
TS inspiró y exhaló con fuerza, llenando por completo la camiseta que llevaba bajo el saco; cruzó los brazos y cuando estuvo seguro de que tenía la atención total del peculiar grupo, negó un par de veces.
- Re-asignación de equipos; BA y VR, ustedes van juntos; RH, Andrheia, Mhaia y yo, iremos por separado. – Acalló los gruñidos de protesta levantando la mano – MH y Rhush intercambian pistas, yo cambio la mía con AN. –
- ¡Hey tío! ¿Por qué me has cambiado a mí joder? – protestó el rubio.
- Porque yo he cambiado con AN, punto. –
Se escucharon un ‘mierda’ y un ‘ahora mandan ellas’, disimulados con gruñidos y carraspeos. El único que parecía indiferente era, exacto, Vladhimir.
Las chicas asintieron satisfechas; vaya, si las iban a sacar de su verdadera misión y encima iban a ayudar en su sublevación al primogénito de su wheikl (clan), al menos hacerlo a su modo ¿no?
Impasible como era usual, VR se plantó otra vez frente a su Centro de Comando para re-asignar la información y volverla a enviar a cada uno. Dándole la espalda a todos, nadie se percató de su muy amplia, bella y prácticamente desconocida sonrisa. Las gahymaghsers (guardianas) le daban curiosidad y se divertía cuando estaban; además iría con BA a la misión, y eso DEFINITIVAMENTE lo ponía de buen humor.
- Bien, ya todos contamos con los datos necesarios. – Grandchester de nuevo empezó a organizarlos – Estaremos en constante comunicación, no debería tomarnos demasiado tiempo localizar los objetivos e irlos descartando. –
Y así, una vez que los seis estuvieron por fin de acuerdo, intercambiaron algunas impresiones más respecto al hecho de dejar sus ocupaciones habituales por ir en pos de una meta en común, algo que debería beneficiar a toda su especie.
Habían ya planeado toda la operación, y, aunque a ninguno de los presentes le gustaba ni un poco la idea de ir en búsqueda del ‘grial’ perdido, todos estaban de acuerdo en que era lo mejor.
- Bien, entonces nos retiramos… - se despidió MH por ambas, AN decidió que solamente sonreiría.
Antes de cruzar la puerta, la hermosa morena sonrió pícara y regresó sobre sus pasos, para ir a abrazar y darle un beso en cada mejilla a Theryus, e igual a Rhush… y luego ahora sí, alcanzar muy contenta a la ojiverde, para desconcierto de los cuatro atractivos nhemaghsers (guardianes).
Ni ella ni AN solían ser cariñosas con VR porque el tipo era todo antisocial y más duro que un diamante, e igual de frío y hermoso… y besuquear a BA… bueno, mejor no intentarlo siquiera si estaba presente Vladhimir; corrían el riesgo de que el yncubhu de la barba de candado les arrancara la cabeza de un mordisco, y la verdad es que les gustaban sus cabezas donde estaban ahora, muchas gracias. Así que al encantador Bohrya únicamente le sonreían de lejitos.
Cuando ellas se terminaron de ir, no se hicieron esperar las miradas asesinas de tres pares de ojos… unos de turquesa fosforescente, otros de ópalo miel y dorado y otros de brillante piedra lunar; todos sobre la majestuosa humanidad de TS.
En favor de Therry, hay que decir que no se inmutó a pesar de que casi lo freían con la mirada esos tres.
- En mi experiencia, no es conveniente cabrear a las sùcubhus… por añadidura, lo es todavía menos enfurecer a dos gahymaghsers (guardianas) como ellas - fue su simple explicación, encogiéndose de hombros.
BA fue el primero en soltar a reír, bien decían que la dulce Elheanor se transformaba en un dragón de siete cabezas cuando se enfadaba…
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Continuará...
- Allez mon amour, tendrás que ser paciente – le dijo ella acomodándole toda cariñosa las solapas de su saco – recuerda que es una historia que se va desarrollando lentamente –
- ¡Pero ya quiero saber! – le puso ojos de gatito de Shrek – S’il te plaît? –
- Oh mon Dieu… haces que sea MUY difícil decirte que no – la ojiverde se mordió el labio.
Liath intensificó sus esfuerzos, ahora tomándola de la mano y depositándole un beso en el dorso…
La alta castaña casi, casi caía. Si no fuera porque aún no estaba listo el dichoso capítulo...
- Sacre bleu… ¿y si mejor te muestro el boceto de uno de los personajes originales? –
- ¿También están diseñándolos? – preguntó él asombrado
- Oui –
- Wow, sí que le han dedicado tiempo a esto, con razón… -
Bien jolies, mientras Terry ve y da el visto bueno al boceto que ma chére amie Maia y yo hemos estado trabajando, yo les comparto el primer capítulo de nuestro adorado fic, y esperamos que les agrade
También les aviso que este es el último que publicamos por aquí, a partir del capítulo 2 nos vamos a FanFiction; si son gustosas de seguirnos leyendo con esta historia, podrán encontrarla en “Gissa y Ayame FF”, recuerden que será clasificación M por lo que no estará apareciendo en el timeline de la página.
Se irá publicando LENTAMENTE
ADVERTENCIA PARA TODO EL FIC: Lenguaje explícito y adulto (palabrotas); así como descripciones gráficas de escenas con violencia y/o con (alto, o no) contenido sexual. Leer a discreción o abstenerse si no se está a gusto con ello.
Ahora sí, aquí tienen…
VHAMPYRE
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Disclaimer: Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus respectivas autoras y a quienes hayan pagado derechos sobre los mismos. La historia aquí presentada, así como todos los personajes originales y palabras desconocidas que puedan aparecer, pertenecen a nuestra muy activa imaginación. Fanfic hecho sin fines de lucro.
By Gissa Graham & Ayame DV
CAPÍTULO 1.
By Ayame DV
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- ¡Joder TS! ¿Es en serio? ¿Nosotros? – soltó el rubio mirándolo fijamente con esos enormes ojos turquesa fosforescentes suyos y con los hombros caídos, intentando parecer desolado.
El aludido se limitó a cruzar los brazos con los ojos cerrados, en su típica y bien conocida actitud de ‘ya lo he decidido’. Los atléticos bíceps se marcaron perfectamente en el saco oscuro que usaba ese día, y el único gesto perceptible de él en ese instante, fue el atisbo de media sonrisa irónica. Sabía que no sería tan sencillo convencer a sus tres amigos y compañeros de seguirlo; pero era absolutamente necesario que hicieran lo que se había propuesto. Al menos si querían poder dedicarse en paz a su verdadera misión, claro está.
El hermoso rubio se pasó la gran mano por el rostro, casi arrancándose la cara de exasperación; y eso era ya era mucho decir si hablábamos del generalmente relajado y divertido Rhush.
- Mientras más pronto la localicemos RH, más pronto podremos dedicarnos a lo nuestro. – El bellísimo yncubhu empezó a caminar con las manos enlazadas a su espalda – Es necesario detener esos jodidos enfrentamientos entre nosotros mismos, ¿es que tú no estás harto de eso? Pasamos más tiempo repeliendo ataques del otro wheikl (clan), que concentrándonos en lo que verdaderamente nos corresponde. No sé ustedes, pero yo ya tuve suficiente de eso -
Habló con calma TS; con su perfecto y sensual acento británico, que sonaba todavía más hipnotizante en su voz profunda y sedosa; mostrando finalmente entre espesas y largas pestañas, los magnéticos, azulísimos y maravillosos ojos de azurita que poseía.
- ¡Pero llevan años buscando tío! Mierda, capaz que hasta se murió – y como solía suceder, el gran bocazas de RH escupió lo que pensaba sin filtro alguno.
- Hasta donde sé, MH y AN estaban encargadas de esa puñetera búsqueda ¿No? –
Ahora fue un sujeto de voz gruesa y algo rasgada, el que intervino en la conversación; riendo entre dientes a costillas del rubio. De cabello castaño avellana e imposibles ojos de ópalo color miel con destellos tornasol de colores, estaba desparramado muy cómodamente en uno de los sillones de cuero del tugurio que llamaban sala, en el búnker en que él y VR, vivían. Tenía, como de costumbre, un vaso de escocés fino en la mano derecha; dio un sorbo y observó atentamente a su amigo TS, esperando con paciencia su respuesta y reacción.
- Correcto, la misión les fue encomendada a ellas. Pero ya las conocen, tampoco están nada felices de andar de rastreadoras; – Theryus torció la boca en una mueca divertida - así que han aceptado colaborar con nosotros. Tienen algunas pistas que podemos seguir. – El ojiazul se volvió entonces a un silencioso cuarto compañero; quien les daba la espalda pues estaba sentado frente a los tres monitores de su sofisticadísimo equipo de cómputo, exhalando algunas volutas de su cigarrillo mientras escuchaba, impasible, la rabieta de Rhush. – Hey VR, ¿recibiste el correo que te iba a enviar MH? –
- Yep, lo estoy revisando. Descartando las jodidas pistas falsas con las que las señoritas han estado perdiendo el puto tiempo, tenemos cinco opciones consistentes. – El sujeto, que era un enorme y guaperas que te mueres tipo de 1.99 Mt, piel ligeramente tostada y cabello negro brillante; volvió a darle una calada a su aromático liado a mano, antes de teclear velozmente otra vez; para mostrar datos en sus pantallas del mismo número de jóvenes. – Coinciden con las características, y se localizan en ciudades a un radio de 500 km de la pista original. -
A saber cómo hacía para maniobrar con esos guantes de cuero negro que rara vez se quitaba…
- ¡Pues que ellas sigan esas putas pistas y ya coño! Nosotros tenemos que patear culos de drăcuhles (dragones) – manoteó RH; su enorme figura enfundada en jeans negros rotos y su camiseta azul de manga corta, parecía empequeñecer el espacio, mientras daba vueltas cual león enjaulado. – Eh VR ¿no me digas que estás de acuerdo con el crío? –
TS arqueó la ceja, era el menor de todos ellos; por lo que aun siendo el primogénito del patriarca de uno de los dos wheikls (clanes) de su raza, y por ende, líder de los maghsers (guardianes) de dicho wheikl (clan); sus amigos no dejaban de darle caña por su edad. Y por otras cosas también ¬¬
- Cinco jodidas pistas, seis maghsers (guardianes) buscando en vez de dos – fue la seca respuesta que el grandote recibió de parte de Vladhimir. Obteniendo el consiguiente gesto de ojos en blanco de Rhush.
- A eso se le llama una puta administración eficiente de tiempo y recursos, tío – terminó la frase el castaño del escocés, encogiéndose de hombros.
Theryus sonrió de medio lado. Esos dos eran un mundo aparte; su comunicación parecía casi telepática y solían acabar las frases el uno del otro, además hacían un equipo fabuloso trabajando en dupla. Eso sin mencionar que cuando iban juntos, obvio caminaban hombro con hombro; se cubrían las espaldas en todo momento. Como diría RH, estaban “pegados por el culo”.
- Decidido entonces; llamaré a AN y MH – TS sacó con un elegante ademán su móvil del bolsillo interno del saco de inmediato; iban a necesitar organizar la logística, así que requerían que las chicas se reunieran con ellos más tarde.
RH pasó de su estado de negación, al estado resignado y luego al travieso en cinco segundos; un destello de picardía cruzó sus turquesas cuando una pulla se le ocurrió.
- Eh chicos… – se acercó al escritorio de las compus, recargando su gran humanidad de 2.05 m en el ancho hombro de VR, que de inmediato le arreó un codazo al estómago para sacárselo de encima.
- ¡Quita cabrón! Mierda… pesas una tonelada – le gruñó.
- BA y tú vais a ducharos mientras llegan las chicas ¿cierto? – Rhush ignoró el gruñido de su compañero - Apestáis a que jugasteis a papás y mamás antes de que llegáramos – y frunció la nariz con un fingido gesto de desagrado, antes de soltar una risotada.
- Que te jodan, envidioso – contra-atacó de inmediato el de ojos de ópalo, con cara de aburrido.
- Mucho. – Agregó VR, mientras le mostraba el dedo medio.
TS solamente los miró suspirando y negando lentamente; “y dicen que yo soy el crío”, pensó empezando a alejarse.
o-o-O-o-o
Unos pasos retumbaron por el pasillo de la antigua mansión, se dirigían calmos pero pesados rumbo a un despacho que quedaba al fondo de la planta alta de la edificación. Con elegante y sobria decoración de estilo tudor, la oficina recibió a un hombre de apariencia intimidante de poco más de dos metros de estatura, largo cabello oscuro con los laterales entrecanos y penetrante mirada color jaspe. Parecía tener unos 50 años, bien conservados eso sí.
Sus grandes zancadas y su apariencia le conferían un aire amenazante. El sujeto se dejó caer sin cuidado alguno en el sillón frente al escritorio de caoba, sin expresión concreta en su rostro que delatara su estado de ánimo.
- Mi señor Wheird – una doncella entró un par de minutos después, con una charola de plata en la cual llevaba la taza de café que el hombre acostumbraba beber a esa hora justa de la tarde.
La joven, de larga cabellera platinada, apariencia etérea y ojos azules, dejó la taza de porcelana china de la dinastía Ming con sumo cuidado, así como una fina servilleta de lino bordada al lado; cuidadosamente doblada.
- Gracias Marise, puedes retirarte. –
A pesar del aura de peligro que emanaba del tipo, su voz fue amable; o lo más amable que el fulano podía ser sin ladrar como acostumbraba.
Es que con esa chica en específico, prefería cuidarse; no quería espantarla y que acabara tirando el servicio y mirar la carísima taza hacerse añicos en el suelo, gracias al temblequeo de la cobarde rubiecita.
Dio un sorbo a su bebida, mientras arqueaba la ceja mirando la pantalla de su laptop. Hacía una semana, por fin, había aceptado la sugerencia del Maghsers Consilihum (Consejo de Guardianes) de digitalizar los volúmenes de Historia y Crónicas de la Raza; así que ahí estaba, revisando que no se hubiesen cometido errores. Una tarea bastante aburrida a su parecer, pero el ser uno de los Deleuhks (Maestros) tenía la desventaja de ser responsable de actividades tediosas como esa. Soltó un bufido y abrió el primer archivo, al mal paso, darle prisa mejor…
“Al inicio de la era en que los humanos empezaron a poblar la Tierra, nuestra especie fue creciendo a la par que ellos…”
o-o-O-o-o
El palacio del wheikl (clan) Grandchester era una verdadera belleza; construido en la época medieval pero rehabilitado y adaptado a la victoriana, era una gran y majestuosa fortaleza que albergaba entre sus muros bastas colecciones de arte antiguo y moderno, y exquisito refinamiento.
Y también a la familia del patriarca Rhichard. Él y su esposa Elheanor habían decidido establecerse ahí hacía apenas 90 años, cuando se emparejaron formalmente. El castillo se localizaba a las afueras de Londres, lejos del bullicio de la metrópoli y perfectamente adecuado a sus necesidades.
En ese momento, dos de sus tres hijos se encontraban en casa; el mayor de ellos, Theryus, estaba metido como era usual, en el búnker anexo a la fortaleza; con sus compañeros. Otra vez.
Apenas había anochecido, se había ido a meter allá; luego de un rato había vuelto y compartido los alimentos con su familia, para volver a salir pitando de regreso al punto de reunión de los maghsers (guardianes) del wheikl (clan). De pronto parecía más ocupado que de costumbre.
- Rhichard, heihs (querido) – la suave voz de la hermosa mujer lo distrajo de lo que veía en la pantalla de su laptop. – ¿Crees que sea buena idea? –
La bella rubia, también con increíbles ojos de azurita, estaba un tanto indecisa después de escuchar el plan. No era que no confiara en su kerdhans (esposo/pareja), antes se cortaba la lengua; era que sencillamente le parecía demasiado simple, y tan complicado al mismo tiempo.
- Elhy, mi preciosa Elhy… no hay muchas opciones, quedamos demasiado pocos; y si seguimos como vamos, pronto no quedará nadie de nuestra especie. –
- Lo sé, 1,500 de nosotros; 1,000 del otro wheikl (clan)… pero, ellos… -
Su tristeza se dejó entrever un instante en la dulce mirada que dirigió al atractivo caballero, quién le extendió la mano en una muda invitación a sentarse en su regazo. Ella no se hizo esperar.
- ¿Confías en mí? – le preguntó él, y sus ojos de obsidiana “copo de nieve” se prendaron de los azulísimos de ella; que le sonrió antes de dejarle un delicado beso en los labios.
- Siempre, lo sabes -
- Entonces deja que las cosas sigan su curso, napriyhe (amada)… -
Dicho esto, él la abrazó con más fuerza por la cintura y recargó la cabeza en su pecho, regalándole al mismo tiempo un pensamiento de fortaleza a su primogénito.
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Justo mientras en el enorme despacho de Rhichard Grandchester, él y su kerdhanse (esposa/mujer) pasaban el rato; en el jardín colindante con los límites del palacio, arribaban dos motocicletas Ducati R 1199 Panigale R negras; una con una discreta y finísima calca de serpiente en color morado, y la otra con una breve y estilizada calca de copo de nieve plateado, en ambos casos arriba de la luz trasera izquierda. Los motores ronronearon al atravesar el enorme espacio abierto, antes de estacionarse frente a la puerta de la casa en la que habían sido citadas por TS para esa noche.
Quienes conducían apagaron los motores y bajaron el freno de pie, antes de sacarse los cascos y sacudir la cabeza para acomodarse el cabello. Eran dos jóvenes mujeres, enfundadas en ajustados trajes negros de cuero de 1.6 mm y reforzados con titanio y carbono, estilo motociclista. Una de ellas de piel dorada y largo, ondulado y negrísimo cabello, con los ojos de amatista intenso. La otra, de piel de marfil, tenía la melena larga también; pero lacia, de tono castaño claro y ojos del color del peridoto, e igual de brillantes.
Desmontaron y se dirigieron a la entrada con caminar seguro, elegante y sensual; al presentar sus rostros a la cámara de seguridad, la puerta se abrió con un sonido opaco, pues el sello de aire con que la mantenían hermética se desactivó.
No esperaron más invitación para adentrarse, encontrando la sala-recibidor-oficina atestada con los enormes cuerpos musculosos de cuatro tremendamente atractivos yncubhus.
- MH, AN. Justo a tiempo, como de costumbre – apreció Theryus al verlas, sonriendo de lado y mostrando entre los labios, la brillante y afilada punta de un colmillo.
Las chicas lo miraron desprendiendo, de verdad, miles de brillos de los ojos. El tipo era la encarnación de Adonis y simplemente las dejaba sin aliento; aunque lo viesen seguido, era como si fuera la primera vez en cada ocasión…
- Therry my precious ¿Esperabas algo distinto acaso? – respondió confianzuda la de ojos verdes, despertando del embrujo y avanzando como si estuviese en su casa, plantándole un beso en cada mejilla al impresionantemente apuesto caballero y llamándolo por el diminutivo de su nombre.
Rhush, quien estaba despatarrado en uno de los sillones tomando una cerveza, les guiñó el ojo a modo de saludo, dirigiéndoles una sonrisa de anuncio de pasta dental.
La otra joven correspondió los saludos con una leve inclinación de cabeza y una suave risa.
- Bienvenidas muñecas ¿Gustáis beber algo? – preguntó Bohrya, con la calidez de sus hermosos ópalos dorados replicándose en su sonrisa.
- Sí gracias, tequila estaría de maravilla – la de cabello claro contestó de inmediato, mientras le sonreía hasta con los gestos al hombre; que era, por supuesto, también irresistible para ellas.
BA levantó las cejas y rodó los ojos antes de ir a la cocina, y volver al poco con dos envases en las manos.
- Jugo de naranja para ti, – le dijo muy serio a la graciosa que pidió algo que sabía NUNCA encontraría en casa de ese par, – y de manzana para ti. – Agregó dirigiéndose ahora a la bella morena.
Ellas se quedaron con cara de “¿pero qué…?” sin saber cómo decirle al lindísimo sujeto, que se metiera sus jugos por… donde quisiera.
El crujido que hizo la silla del ‘Centro de Comando’, es decir la súper computadora de Vladhimir, al levantarse su ocupante, llamó la atención de todos; salvando de la segura y ácida réplica al adorable BA.
VR se plantó en medio de la habitación, llenando con su imponente presencia todo el espacio; y los ojos de las chicas destellaron al verlo. Literalmente. Otra vez.
El tipo las miraba fríamente, con los enormes brazos cruzados y el cigarrillo en la comisura de los labios, pero extrañamente eso parecía fascinarlas todavía más.
- ¿Ya habéis acabado de socializar? Tenemos asuntos que atender – él tan simpático siempre ¬¬
- También nos alegra verte VR – ironizó AN, arqueando la ceja izquierda y cruzando igual los brazos. Ya había dejado por ahí su envase de jugo. Sin tocar claro.
- Sí como sea. Asumo que TS os explicó que reduje vuestro montón de puñeteras pistas inútiles, a cinco efectivas –
Cuando ambas cambiaron sus miradas encantadas por unas mucho más afiladas, la comisura de los labios del fulano se curveó ligeramente entre su perfectamente recortada y espesa barba de candado. Se veía condenadamente atractivo…
- Joder tío, qué delicadeza la tuya – soltó RH, quien podría ser que no tuviese filtro entre su cerebro y su boca, pero sabía cómo ser encantador con las gahymaghsers (guardianas).
Aunque eso no quitaba que tanto él como Theryus y Bohrya, no se quedaran flipando porque ninguna le mostrase siquiera los colmillos a VR. “Hostia puta, sí que las domina”, fue un pensamiento colectivo del trío ¬¬
BA bajó la cabeza ocultando la risilla que se le escapó cuando Vladhimir gruñó, mientras TS empezaba a impacientarse.
Grandchester suspiró dejando su cómodo sitio recargado en el umbral de la puerta de la cocina, desde donde controlaba toda la escena.
- Por favor pásales la información de la pista que MH seguirá; – TS se dirigió al informático - es la más cercana al punto de origen, y también la menos riesgosa. AN, tú irás con VR, él te proporciona los datos. – Indicó el joven, muy seguro de sí; ni se enteró de que la aludida arqueó la ceja y apretó los labios. – Luego, BA, RH y yo, seguiremos cada uno, una de las otras tres opciones. – Concluyó sus instrucciones dando un trago a la cerveza que sacara poco antes del refrigerador.
- Ya lo he hecho – espetó el mencionado, poniendo su clásica cara de ‘¿con quién coño crees que hablas, joder?’
- Cierto… olvidaba que eres un bastardo sabelotodo que siempre está un paso adelante – soltó todo sarcástico Theryus.
- Y es por eso no podéis vivir sin mí, montón de gilipollas – respondió el gran sujeto, dando una calada profunda a su cigarrillo y mirándolos de lado con los ojos entrecerrados antes de exhalar el humo con la comisura enarcada.
Tanto Bohrya como Rhush revisaban sus móviles, en donde habían recibido toda la información que necesitaban, ignorando alegremente el intercambio de pullas entre TS y VR; pero las dos súcubhus estaban una de brazos cruzados y la otra recargada en el respaldo de uno de los sillones, lanzando cuchillos por los ojos. Si las miradas mataran…
- ¿Sucede algo? – preguntó con inocencia TS, ladeando la cabeza y mostrando bastante curiosidad en su mirada increíblemente hermosa.
- ¿Es en serio? – graznó AN
- ¿Primero nos ofrecen jugo, y ahora salen con… esto? – por fin se dejó escuchar la voz de la chica de ojos de amatista, fue casi un murmullo siseado entre dientes apretados y mostrando la afiladísima punta de sus colmillos.
¿Qué se creían estos yncubhus?
Los cuatro nhemaghsers (guardianes yncubhus) dejaron lo que hacían para concentrarse en ambas, que emanaban un aura de peligro rabioso que hizo arquear la ceja hasta al imperturbable Vladhimir; aunque en su caso, era porque le resultaba entretenido que te cagas.
Andrheia rodó los ojos, esos cuatro no tenían N.P.I. (ni puñetera idea) de lo que sucedía. Cruzó miradas con Mhaia quién estaba igual de molesta; y finalmente descruzó los brazos, para ponerlos en jarras.
- ¿MH a la ubicación más cercana y menos riesgosa? – soltó un leve gruñido - ¿Yo acompañada por ‘Mr. Iceman’? – levantó las cejas, indicando su GRAN interrogación.
A VR se le borró el gesto divertido del rostro con el sobrenombre, y el resto disimuló las risas al escucharla llamarlo así en sus narices.
- Claro, sois sùcubhus; y nuestras compañeras… – después de aclararse la garganta, ese fue BA, con su voz rasgada cargada de protección; como si fuera la jodida cosa más obvia del mundo.
- ¿Y eso es sinónimo de incapacidad acaso? – nuevamente la voz sensual de la morena se escuchó.
Y aunque su tono no era elevado, todos sabían ahí, que eso era peligrosamente engañoso.
- ¿Son todos tarados o qué? – manoteó AN, dando vueltas por el reducido espacio y enseñando los colmillos también, casi jalándose los cabellos.
- Parece que sí… - acotó MH, esta vez sin cortarse.
- Eh chicas, no os ofendáis… - quiso mediar RH, sacando un caramelo del bolsillo de sus jeans – sólo estamos protegiéndoos... –
Oh sí… esos preciosos especímenes eran los más poderosos nhemaghsers (guardianes yncubhus) del wheikl (clan) Grandchester; sangre pura de la especie más evolucionada del planeta ¡y todavía eran unos cavernícolas! O eso parecía...
Eh bien, de acuerdo; más bien era que tenían esos instintos de protección programados genéticamente, activos a la milésima potencia; pero eso no quitaba que fuese exasperante para las guardianas.
Las dos los miraron por turnos, taladrándolos a través de las rendijas en que se habían convertido sus párpados, ¡habrase visto!
- ¡Que les den!– ladró la castaña – Aquí los únicos que necesitan niñera son tú, – señaló a Rhush - y tú – se volvió a Theryus. – Nosotras podemos cuidarnos solas perfectamente. –
- ¡Hey eso no es cierto! – alegó el rubio en su defensa, pero no agregó nada más para validar su punto; lo cual, tarde se dio cuenta, le daba la razón a la chica.
TS entrecerró los ojos, otra que lo consideraba un mocoso… Pero eso carecía de importancia en ese momento.
- Será mejor que… - empezó a hablar; pero, increíblemente, no fue escuchado.
- Nacimos para esto y fuimos preparadas y entrenadas igual que ustedes ¿recuerdan? En todo caso – señaló Mhaia con letal calma, estudiadamente casual – los que deberían ir juntos son Bohrya y Vladhimir – y siguió examinando atentamente su manicura. – Ya saben, como son inseparables… - sólo le faltó agregar ‘como jodidos muéganos’.
Los ojos verdes de la otra mujer brillaron intensamente al escuchar eso, y, sonriendo con malicia y fascinación a la vez, se acercó hasta quedar entre ambos. Sí, ese par ni siquiera se daba cuenta, pero de un modo u otro, terminaban SIEMPRE uno al lado del otro. No fallaba. Eran como imán y hierro atrayéndose, para terminar convergiendo en un mismo punto de la habitación.
- Es verdad, ustedes deben ir como pareja. – Se colgó de los brazos enormes de ellos, sin importarle en lo más mínimo el gruñido bajo y amenazante de VR, que estaba a un tris de perder la poca paciencia que tenía con ese par de sùcubhus – Además hacen un equipo infalible, y lucen maravillosos juntos. – Aleteó las pestañas, en franca diversión.
- Que te jo… - empezaba el de barba de candado a decir, cuando BA le lanzó una mirada de advertencia.
- ¡Eh, cuidado con esa bocaza tío! Joder… –
- ¡¿Quieren callarse todos de una SANTA vez?! – bramó Theryus, exasperado.
Todos casi saltaron del susto, pues cuando el ‘crío’ se hacía notar, era incluso más imponente que su padre y todos los Maestros juntos.
TS inspiró y exhaló con fuerza, llenando por completo la camiseta que llevaba bajo el saco; cruzó los brazos y cuando estuvo seguro de que tenía la atención total del peculiar grupo, negó un par de veces.
- Re-asignación de equipos; BA y VR, ustedes van juntos; RH, Andrheia, Mhaia y yo, iremos por separado. – Acalló los gruñidos de protesta levantando la mano – MH y Rhush intercambian pistas, yo cambio la mía con AN. –
- ¡Hey tío! ¿Por qué me has cambiado a mí joder? – protestó el rubio.
- Porque yo he cambiado con AN, punto. –
Se escucharon un ‘mierda’ y un ‘ahora mandan ellas’, disimulados con gruñidos y carraspeos. El único que parecía indiferente era, exacto, Vladhimir.
Las chicas asintieron satisfechas; vaya, si las iban a sacar de su verdadera misión y encima iban a ayudar en su sublevación al primogénito de su wheikl (clan), al menos hacerlo a su modo ¿no?
Impasible como era usual, VR se plantó otra vez frente a su Centro de Comando para re-asignar la información y volverla a enviar a cada uno. Dándole la espalda a todos, nadie se percató de su muy amplia, bella y prácticamente desconocida sonrisa. Las gahymaghsers (guardianas) le daban curiosidad y se divertía cuando estaban; además iría con BA a la misión, y eso DEFINITIVAMENTE lo ponía de buen humor.
- Bien, ya todos contamos con los datos necesarios. – Grandchester de nuevo empezó a organizarlos – Estaremos en constante comunicación, no debería tomarnos demasiado tiempo localizar los objetivos e irlos descartando. –
Y así, una vez que los seis estuvieron por fin de acuerdo, intercambiaron algunas impresiones más respecto al hecho de dejar sus ocupaciones habituales por ir en pos de una meta en común, algo que debería beneficiar a toda su especie.
Habían ya planeado toda la operación, y, aunque a ninguno de los presentes le gustaba ni un poco la idea de ir en búsqueda del ‘grial’ perdido, todos estaban de acuerdo en que era lo mejor.
- Bien, entonces nos retiramos… - se despidió MH por ambas, AN decidió que solamente sonreiría.
Antes de cruzar la puerta, la hermosa morena sonrió pícara y regresó sobre sus pasos, para ir a abrazar y darle un beso en cada mejilla a Theryus, e igual a Rhush… y luego ahora sí, alcanzar muy contenta a la ojiverde, para desconcierto de los cuatro atractivos nhemaghsers (guardianes).
Ni ella ni AN solían ser cariñosas con VR porque el tipo era todo antisocial y más duro que un diamante, e igual de frío y hermoso… y besuquear a BA… bueno, mejor no intentarlo siquiera si estaba presente Vladhimir; corrían el riesgo de que el yncubhu de la barba de candado les arrancara la cabeza de un mordisco, y la verdad es que les gustaban sus cabezas donde estaban ahora, muchas gracias. Así que al encantador Bohrya únicamente le sonreían de lejitos.
Cuando ellas se terminaron de ir, no se hicieron esperar las miradas asesinas de tres pares de ojos… unos de turquesa fosforescente, otros de ópalo miel y dorado y otros de brillante piedra lunar; todos sobre la majestuosa humanidad de TS.
En favor de Therry, hay que decir que no se inmutó a pesar de que casi lo freían con la mirada esos tres.
- En mi experiencia, no es conveniente cabrear a las sùcubhus… por añadidura, lo es todavía menos enfurecer a dos gahymaghsers (guardianas) como ellas - fue su simple explicación, encogiéndose de hombros.
BA fue el primero en soltar a reír, bien decían que la dulce Elheanor se transformaba en un dragón de siete cabezas cuando se enfadaba…
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Continuará...