"Céanna agus Difriúil"
By Cherry
Capítulo 1
Después de la separación con Terry, ella había intentado sobreponerse de la mejor manera… se esforzaba muchísimo en su trabajo, incluso cuando la enviaron a Rostoonw. Cuando regresó después de que finalizara la obra del ferrocarril, estaba más que sorprendida al pasear por las calles de la ciudad, sentía que se había marchado hacía tanto y miraba todo con genuina sorpresa.
Mientras se dirigía al apartamento que compartía con Albert, presencia un hecho tenebroso… un vehículo que era conducido a gran velocidad derrapa y es cocha estrepitosamente contra una farola… este termina volcando y su conductor sale volando por los aires; como instinto natural, corre hacia el herido con intención de auxiliarle.
Grande es su sorpresa cuando descubre que es nada más ni nada menos que Neil Legan.
- ¡Él está bien! Por favor, váyanse
- Candy
- Oh, mira… te lastimaste
La rubia saca su pañuelo y le hace un vendaje en la mano, la incomodidad en el rostro del pelirrojo es total
- Creo que estás bien, pero será mejor que vengas mañana a verme al hospital
- Juumm… diablos… no gracias
- Está bien, has como quieras Neil… excúsame
Fastidiada por su forma de actuar, Candy se levanta dejándolo solo… no tiene paciencia para sus impertinencias. El caballero la observa marcharse y siente algo extraño removerse en su interior.
- Esa chica me ha salvado dos veces… Candy… pensé que la odiaba… pero ¿Por qué estoy pensando siempre en ella? ¿Por qué siempre me persigue en mi mente?... sin duda ella tiene un interés especial en mí
Desde entonces consideró que saldría con ella, haría el esfuerzo olvidar su desagrado por la joven. Se presentó en el hospital para invitarla a salir, pero ella se rehusó… la esperaba a la salida de su trabajo con un ramo de rosas, pero simplemente Candy se reía en su cara por su torpeza al querer obligarla a salir en una cita con él.
Esto solo hizo que la rabia, frustración y capricho, se mezclaran muy bien en su corazón, afianzando una fuerte obsesión por Candy. Su familia se dio cuenta de lo que estaba angustiando a Neil, por lo que trazaron su propio plan, forzando al director Leonard a que la despidiera del trabajo, incluso hablaron con los directores de otros hospitales, obligándole de esa manera a que abandone la ciudad.
Cuando se enteró de los planes perversos de Elisa y la forma que había utilizado para obligar a que Candy se marche, sitió una opresión en su corazón… si lo hacía, perdía cualquier esperanza de poder salir con la rubia. Tenía que hacer algo y pronto.
- Elisa, no permitiré que Candy se marche
- Pero ¿Qué dices Neil? Después de todo este tiempo que hemos estado planeado la manera de sacarla de Chicago hahaha deberías estar feliz hermano… ahora si me disculpas, voy a salir
- ¿A dónde vas? ¿No irás a meterte más con Candy?
- ¿Qué dices? El tema “Candy” ya llegó a su fin; lo que pasa es que tengo una cita con Sean Eastwood… tu futuro cuñado
El chico no hace más que no poner los ojos en blanco, su hermana está empecinada en conquistarlo a toda costa… el hombre es guapo, de cabellos oscuros como la noche y mirada gris, sin duda alguna un verdadero imán para Elisa y muchas mujeres más.
Neil volvió a encontrarse con Candy en las calles de la ciudad, pero esta, indignada por la forma en como la han despedido, y por seguir empecinados en molestarla, le ignora, incluso cuando sus intenciones eran de proveerle un trabajo
- ¿Quieres hacerme un favor Neil?
- Si, seguro… estoy deseoso de hacer cualquier cosa por ti…
Velos, la rodea con sus brazos e intenta besarla, como puede Candy intenta liberarse de él dándole un empujón
- Idiota ¡Suéltame!...
- Ohh…
- Quiero que te alejes de mí, realmente te odio ¿Has entendido?
- Idiota, no has olvidado a ese actor bueno para nada ¿No es cierto?
- Eso a ti no te importa, así que ¡aléjate de mí, Neil!
Humillado, él sube a su coche y arranca para alejarse de las miradas curiosas que les rodean… antes de desaparecer se detiene cerca de ella y le lanza una revista del espectáculo
- ¡Toma, lee eso! Y te darás cuenta que ese hombre es un bueno para nada
Dicho eso, se aleja pisando el acelerador hasta el fondo, mientras como siente que su sangre bulle. Lo ha decidido, no permitirá que esa mujer quiera escapársele una vez más y si para eso tenía que recurrir a otras estrategias, lo haría.
Tres semanas después, en la residencia de los Legan, realizaban una cena muy importante para la familia, pues oficialmente, Sean pediría la mano de Elisa frente de la familia de ambos y las familias más importantes de Chicago. Dos días después se haría una conferencia importante en las oficinas centrales de los Ardley, al parecer el tío abuelo William tenía unas palabras importantes que decir, después de tantos años alejado de vida pública.
Un caballero que últimamente acompañaba constantemente a Neil se le acercó con mucha discreción cuando él salió del salón donde se encontraba la fiesta de compromiso
- Señor, tengo noticias recientes de la señorita
- ¿Qué ha pasado?
Quiso saber Neil, apremiándolo con la mirada
- Ha llegado hace poco uno de los hombres que ha contratado para llevar a cabo su plan con un informe. El día de hoy, el hombre que se dice llamar Albert y que vive con la señorita se ha marchado de la casa
- ¿De verdad?
- Sí, tal parece que es definitivo, lo vieron partir con la mofeta que siempre le acompaña junto con un morral… y no ha regresado en todo el día
- ¿Y cómo está Candy?
- Ha saludo a buscarlo, señor… uno de los hombres está tras sus pasos para tenerla localizada en cualquier momento.
- Entonces no hay que perder el tiempo… hay que poner en marcha el plan
- ¿Esas son sus órdenes señor?
- Sí John, anda ¿Qué estás esperando? ¡diles a esos hombres que estén listos! Y que, si hacen bien su trabajo, recibirán una buena recompensa
- Como usted diga, señor
El caballero hace una ligera inclinación y da media vuelta para salir de la residencia de los Legan; Neil sonríe perverso, siente que puede saborear las mieles de su victoria de solo imaginar cómo se va a realizar su plan. Mientras tanto John llega a una hermosa casa de dos plantas y paredes rojizas, al pasar al despacho, guiado por un hombre fornido siente claramente el olor a tabaco llenar la estancia.
Un señor mayor, delgado y con lentes, revisa unos papeles justo cuando la visita entra al lugar. Otro caballero está sentado en un sofá leyendo el periódico y un tercero, más joven y de rasgos finos, mueve su boina a forma de saludo.
- Buenas tardes señor Jack
- Buenas tardes John… ¿Qué le trae por aquí?
- Vengo a decirles que mi señor quiere que se realice el encargo que habían acordado, que ha llegado el momento
El hombre que estaba leyendo los papeles deja de hacerlo y se acomoda en su asiento, lo mira de arriba abajo, se quita los lentes y se cruza de mano apoyándolo los codos sobre la madera… cruza la mirada con el joven al lado de la puerta, quien le responde con un ligero asentimiento de cabeza, mientras tira una bolita de papel sobre la lámpara de pie que está frente de sí; finalmente, al que han llamado Jack pronuncia algo.
- Espero que el señor Legan entienda que nosotros no nos dedicamos a ese tipo de cosas, no somos matones, ya hemos puesto a uno de nuestros hombres a que vigile a esa señorita
- Lo sabe, pero no le importa, está dispuesto a pagar lo que sea con tal que le ayuden
El silencio se hace por unos minutos que invitado le parecieron eternos.
- ¿Cree usted que con dos hombres es suficiente para que su señorito tenga a su damisela?
- Si eso asegura que obtendrá lo que el señor Legan quiere
- Muy bien, le diré a mis hombres que preparen todo y le indicaré el punto de recogida
- Entendido… estaremos pendiente de los detalles
Dicho esto, John sale del despacho con intención de notificar lo acordado. Una vez cerrada la puerta, el joven que se encontraba cerca de esta se levanta de su sitio y se acerca al escritorio y apoya un muslo sobre la superficie
- Dime Doc ¿Por qué hacemos negocios con este tipo? Es tan despreciable
- Uno, para que vayas tomando nota, y dos: porque su familia tiene una línea de hoteles que la están expandiendo por todo el país… ya sabes, hay que pensar siempre en los negocios
- Negocios…
Reniega, mientras tira otra mini bolita de papel
- Si estamos hablando de negocios, no me parece buena idea, eso implicaría que tendríamos que viajar a otros estados y a mí no me interesa moverme ahora mismo de Chicago
- Lo entiendo Rin, pero no creo que al jefe le haga mucha gracia si se entera que has desperdiciado semejante oportunidad
- Ay, Doc… no creo que al viejo Bill le importe mucho cómo decido llevar los negocios
- Rin, el jefe espera que tu trabajo sea el mejor, desea poder presumir ante los demás lo bien que te ha enseñado
- ¡Pues soy excelente! De lo contrario no serias mi comhairleoir*. No sé qué espera el viejo Bill para decirlo… y si estamos aquí, sabes perfectamente que son por otros negocios
- Paciencia Rin, eres muy inteligente… he visto tus informes y están impecables
- Por favor Doc, me ofende ese tonito tuyo de sorpresa
- Hahaha
- Por cierto, ¿Se sabe algo de la investigación?
- Todavía nada
- Pues contrata a otro detective, quiero resultado y los quiero pronto… mientras tanto, yo me encargaré con Tapón del encargo del señorito Legan
- Me parece estupendo, así te mantendrás entretenido
El joven le saca la lengua al hombre y le guiña un ojo antes de dejar la estancia, le dice al otro que sigue ahí como si su mente estuviese en otro mundo
- ¡Venga Tapón! Demos un paseo
*Comhairleoir: significa “Consejero” en gaélico