"Céanna agus Difriúil"
By Cherry
Capítulo XX
Archy estaba sentado en el suelo de su habitación a oscuras, llevaba una semana sin saber nada de Candy, una semana en que su vida había sido envuelta por la soledad y negrura desde que no se pierde en el verdor de su mirada. No puede evitar cuestionarse si hubieron cosas que él pudo haber hecho para conquistar el corazón de la rubia y no lo hizo ¿Habría logrado que dejara de pensar en Grandchester definitivamente? ¿Habría sido el único dueño de su corazón? No lo sabe y la duda lo carcome.
A primera hora de la mañana salió de su habitación para ir con la tía abuela, cuando desciende los escalones, escucha como Albert le dice a George que necesita unos documentos listos antes de que Candy y Erin salgan del hospital. ¡Se queda de piedra al escuchar el nombre de ella ligado al de “Hospital”! Cientos de preguntas se agolpan una tras otra en su mente, cuando finalmente vino a reaccionar y acercarse hasta la puerta se da cuenta que ellos ya no están, marchan en el coche; él hace lo mismo y se dirige al hospital para saber cómo estaba Candy.
Cuando llegó al edificio preguntó en recepción a la enfermera para saber en cuál habitación estaba la rubia e inmediatamente se fue hasta la puerta que le indicaron. Entró por ella sin tanto formalismo, como si fuese parte de una estampida
- ¡Candy! Santo cielos Candy, qué susto me has dado
Comenta el castaño sin siquiera darle tiempo a decir nada, se acerca hasta la cama, la abraza y besa llevado por la emoción. De presto… el estruendo de un objeto de cristal rompiéndose en pedazos le llama su atención, ambos se giran para ver a la persona que había salido del cuarto de baño presenciando el momento en que Archy abrazaba y besaba a la rubia.
- ¡Archy ¿Qué haces?!
- ¿Q-qué… q-qué ¡Qué!? Estás ahí, pero
El joven señala con su dedo a la joven de pie a escasos pasos de él y luego lo hace con la que está en la cama y acaba de besar. Las mira una, dos, tres y hasta cuatro veces. Candy por su parte está que no da crédito a lo que acaba de presenciar ¡Eso Erin no se lo había contado!
- ¡Creo que estoy mal! Estaba desesperado por olvidarte y ahora te veo doble
- Bueno, no estás mal, no tan mal como tú te piensas… pero ¡¿Tú no estabas con Anny?!
- ¿Te ha vuelto a dar otro golpe en la cabeza?
- ¿ehh?
Archy se levanta de la cama y pasa una mano por sus cabellos con intención de acomodar sus pensamientos. ¡¿Qué le está preguntando esa mujer?! Y ¿Quién es la que ha besado?
- Candy, ¿Me permites hablar a solas con él? Por favor
- Está bien… les dejaré a solos
La rubia sale de la habitación sintiendo que su corazón late a mil, se lleva una mano al pecho y puede sentir cuán alocado está. Empieza a caminar sin fijarse muy bien hacia dónde mientras intenta procesar la escena, hasta que una voz familiar le llama la atención.
- ¡Ey, Candy! ¿Qué haces aquí?
Ella gira sobre sus talones para ver el al hombre a su espalda
- Stear ¡Stear! ¿Stear, qué haces aquí?
Se acerca efusiva hasta donde él y lo abraza; el castaño se sorprende que ahora sea más efusiva y porque lo abrace, cuando fue tan fría al recibirlo en New York, casi ni le hizo caso
- ¿Cuándo volviste del frente?
- ¿No lo recuerdas? Si fuiste a recibirme al puerto
- Ohh
Es entonces que cae en cuenta que él se refiere a su hermana
- ¿Pero qué haces aquí? ¿No me digas que quieres ver a la tía abuela?
- ¿A la tía abuela? ¿Por qué? ¿Qué le ha pasado?
- ¿Es que no lo recuerdas? ¿Estás bien? ¿Te has dado otro golpe en la cabeza? ¿No me digas que alguien ha intentado darte terapia de shock sin decirme nada?
- Hehehe… no, no… es solo que… me parece que tengo algo que decirte… ven, vamos bajo ese árbol
Un poco confundido y con mucha curiosidad, el castaño accede en acompañarle. Cuando están bajo el cobijo del árbol, escucha atentamente como Candy le confiesa que tiene una hermana, gemela. Que después de haberla retenido en contra de su voluntad en la Villa, Erin la había salvado, en su intento de liberarla habían salido heridos y hasta conocer quién era la persona que había osado en lastimarla, ocultó su presencia para protegerla y se hizo pasar por Candy
Stear está que no daba crédito a lo que oía, era todo tan digno de una película
- Ahora mismo Erin le está explicando a Archy que es mi hermana, tal y como yo lo estoy haciendo contigo… pobre, la impresión de vernos ha sido peor ¡Y yo, ni te imaginas!
- No es para menos, el pobre lleva unos días que no lo calienta ni el sol desde que se marchó de casa… nunca lo había visto tan enamorado
- ¿Enamorado?
- Sssi… al final creo que entre ellos ha florecido algo como nunca
- ¿¡Enamorado!?
Candy se repite la pregunta una y otra vez, su mayor temor era lo que pudiera pensar Anny de todo eso. Es entonces el turno de Stear en contarle sobre el accidente de la morena, Candy casi se cae al conocer su estado y con lágrimas en los ojos le suplica que le lleve a verla. Cuando entran en la habitación donde ella está, su corazón se contrae al verla tumbada en la cama, pareciera como si está descansando y que de un momento a otro saltará del colchón para abrazarla
- ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a regodearte de mí desgracia?
- ¿Cómo? No Anny, yo vine porque me enteré de lo que te había pasado y me preocupé
- ¡Oh, claro! La niña Candida fingiendo compasión ¡A mí no me hace falta eso! ¡No quiero tu lástima!
- Anny…
- ¡Déjame sola! Tenías razón, pudo más mi envidia, mi deseo de poseer todo lo que tú tenías que no me importó humillarme y fingir ser débil con tal de que Archy estuviese a mi lado, pero al final él se dio cuenta y me dejó ¡Me dejó porque no me ama! ¿¡Estarás feliz?! Ahora ¡Largo! ¡Laaargoo de aquíii!
- Ven Candy, será mejor que la dejemos sola
Le sugiere Stear a la vez que la rodea con un brazo y la lleva fuera de ahí. Con pensar en su corazón, se despide de esa mujer que había querido por tanto tiempo como su hermana, por la que se había sacrificado en varias ocasiones, pero las intenciones generosas que tuvo con ella no le hicieron cambiar nunca y tenía la enfermedad de la envidia supurando en su corazón.
En la habitación con la tía abuela, Candy se acerca a ella y se ofrece a cuidarla, ayuda en darle la comida mientras le comenta que hace un día maravilloso, el sol brilla fuerte, los pájaros cantan y todos están vivos.
- Le prometo tía abuela que yo le ayudaré en sus terapias de rehabilitación… no se preocupe que usted volverá a moverse y hablar como antes
La señora hace un sonido ininteligible, pero queriendo darle las gracias a Candy. Cuando Albert regresó con el señor Anderson, ambos expusieron sus propuestas; el segundo se encargaría de que las sospechas que se cernían sobre Erin fuesen desvinculados de ella y que las pistas lo llevaran a sospechar de los Duster o White Hand. Como desean una mejor solución, deciden hablar con las hermanas en su habitación.
- Boss, con los chicos hemos hablado y todos estamos de acuerdo en que queremos que te mantengas al margen, nos encargaremos de explicarles las cosas a Bill y estamos seguro que aceptará de buena manera ya que se trata de vuestra seguridad… pero el señor Ardley, él propone que te quedes con ellos, bajo su cuidado
- ¿De verdad?
Pregunta la rubia sorprendida, es verdad que había considerado quedarse en la ciudad, pero no esperaba que con ellos
- Así es Erin… pero queremos que sea desligado completamente de los White Hand, sería un honor recibirte como miembro de la familia Ardley, si tú así lo decides
Ambas hermanas se observan sorprendidas, poder compartir juntas, vivir juntas ¡Eso les altera el corazón!
- ¿Tú qué piensas Candy?
- Erin, por mi lo que tú decidas lo respetaré… pero me encantaría muchísimo poder estar contigo
- Yo también Candy… yo también
Admite, a la vez que le da un abrazo; los hombres sueltan un suspiro de alivio, temían que ella siguiera en sus trece.
- Boss, lo mejor será que por un tiempo os alejéis de todo… no te preocupes que siempre cuidaremos de ti en la sombra… aunque dejes de ser nuestro jefe, siempre serás nuestra cailín y siempre que nos necesites, ahí estaremos
- G-gracias… muchas gracias por todo Anderson
Corresponde al abrazo del hombre, de ese que había sido su mentor por tanto tiempo. Candy se conmueve por la escena y es entonces que cae en cuenta, y conociendo como es Candy no se lo puede guardar en su interior
- Vaya… al final tú también has tenido tus paladines que han cuidado de ti todo este tiempo hehehe ¡Es fabuloso!
- Candy, tú lees muchas novelas románticas ¿Verdad? Vaya cabecita la tuya hahaha
Su hermana le hace un guiño y le saca la lengua, gesto que le hace más que gracia y todos ríen.
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Una vez que le dieron el alta a Erin, se fue junto con Candy a la mansión de los Ardley, ahí ambas se contaban como había sido su infancia. Rin le contó cómo era su padre William, la relación con Archy iba fenomenal, en ocasiones se sentaban en el salón para conversar los seis; Stear y Patty estaban haciendo planes de comprometerse; Albert se sentaba en el sofá y Candy a su lado, se recostaba mientras escuchaba las anécdotas de su hermana mientras tiene a Susto en su regazo y lo acaricia.
Una vez que los trámites legales de Erin estaban hechos, quiso que la llevaran donde Candy había sido feliz en su niñez, tenía curiosidad por conocer el lugar del cual hablaba con tanta pasión. Y ya que después de tantos meses ambas se encontraban en mejores condiciones de salud, decidieron celebrar una fiesta en el querido “Hogar de Ponny”.
En lo alto de la colina, Candy observa el hermoso paisaje, ese que siempre le renovaba su espíritu. No podía dejar de pensar en esas personas que han estado en su camino todo ese tiempo. Recuerda a su querido Anthony y lamenta que su muerte prematura, impidiéndole vivir tantas cosas y conocer ese lugar. También recuerda a Anny, quien creció con ella, con la que había corrido como caballos y montado muñecos de nueve todos los inviernos; pero finalmente sus caminos se habían separado y había conocido quién era ella en verdad. También se recordó de Terry, ese fuerte amor de adolescencia… los momentos compartido en Londres, también en Escocia, para luego terminar separándose, a pesar de que ambos se habían enamorado. Y no solo fue una vez ¡Dos veces! A cada cual más dolorosa.
Sin poder evitarlo lágrimas surcan sus mejillas, porque a pesar de haber perdido a seres que quiso mucho, la vida le había puesto en su camino algo que había perdido… algo que le había revelado su origen, su sangre, su procedencia, sus padres. Y aunque no podía compartir directamente con ellos como hubiese querido, al menos tiene a su lado a Erin, su hermana, su gemela, la contra parte… esa que se parece tanto, pero a la vez es tan diferente. Pero igual la ama, con locura, con intensidad, como se quiere a un hermano.
- Pequeña… ¿Sabes que eres más linda cuando sonríes, que cuando lloras?
Al escuchar esa frase, inmediatamente se da la vuelta, y cerca de un árbol lo ve… esa voz, tratándola tan dulcemente… sus cabellos dorados jugueteando con el viento y esa mirada, tan azul, tan cristalina… tan hipnotizaste
- Oh Albert…
- Candy, este lugar es muy especial para mí… tiene recuerdos de mi juventud y los de una pequeña niña que me regalo la mejor de las sonrisas… amo tu sonrisa, jamás olvides como sonreír y si te hace falta, yo siempre te ayudaré
- A-Albert…
La rubia corre hasta donde está él, ella también recuerda a ese chico que le tocó la gaita y la hizo reír, había quedado hechizada con ese momento que siempre le acompañó en su camino. Albert la recibe, la abraza y besa sus cabellos
- Oh Albert, me haces tan feliz… gracias por estar siempre conmigo.
De presto se escucha el ruido de unos niños acercarse, la voz de su hermana llamándola, se gira y la ve al lado de Archy quien le sonríe afablemente, los abraza y no puede evitar que su corazón aletee con fuerza entre sus costillas, parece como si se hubiese convertido en mariposa. Los chicos le dicen que la fiesta está lista y que regresen.
Erin se cuelga del brazo del castaño mientras disfruta de la energía que recibe de ese lugar, Candy hace lo mismo y mira embelesada al rubio, no puede creer que finalmente se ha encontrado con el “Príncipe de la Colina”
Al llegar hasta la mesa donde está la comida servida, se escucha el sonido de la música salir del gramófono, y de repente uno de los inventos de Stear lanza papelitos de colores a lo loco… otra invención más que ha salido fallida. Todos se ríen al ver como se esfuerza por detener el aparato, Patty aparece con una bandeja y ofrece bebida a todos. Entonces Tom se acerca donde Albert y Stear que conversan
- Oh Albert, me desaparezco un día más y de seguro consigo una Candy para mí
- Hahaha como te escuche decir eso Candy te cae a palos, y Patty le sigue después ya que Erin les ha enseñado unos truquitos
- Hahaha cómo lo sabes
Ambos ríen de solo imaginar cuán capaz pueden llegar a ser esas mujercitas; de presto la pregunta de Tom los sorprende
- Oye Albert ¿Cómo haces para distinguirlas?
Le dice a la vez que la señala disimuladamente con su dedo índice mientras ellas estás diciéndose cosas graciosas. Albert las distingue perfectamente, incluso cuando ambas han intentado engañarlo con su juego, solo tiene que utilizar su estrategia; le indica a Tom que caminen hasta donde Candy y Erin están, levanta su diestra y toma a una del mentón, la rubia abre sus ojos sorprendida por la repentina aparición, hasta que ambas escuchan decir
- Hola pequeña
- Hola
Le contesta y le sonríe, sin embargo, la otra hace un mohín de disgusto automáticamente; entonces Albert se ríe y le deposita un beso en su frente para luego decirle a Tom
- Está es mi Candy y no las confundo porque, aunque parezcan iguales… ambas son completamente distintas
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El tiempo pasa y con él los años, la guerra había terminado y tras ella empezaba el proceso de los acuerdos de paz y los planes para rehabilitar los países que habían salido gravemente afectados. En New York, Bill Big había logrado detener a quienes habían querido traicionarle. Siguió haciendo su fortuna con el contrabando de licor, e incluso creando una red para exportarlo a Europa.
El joven Alphonse Gabriel, mejor conocido como Al Capone o “Scarface”, en New York había pertenecido a pequeñas pandillas como los Junior Forty Thieves, Bowey Boys y los Brooklyn Rippers. Hasta que finalmente entró en los Five Points Gang, asesorado por Johnny Torrio y Frankie Yale. En 1919, un año después de haberse casado, se muda a Chicago recomendado por Torrio para trabajar con James Big Jim. Y en seis años pasó de ser un simple guardaespaldas al líder de la AMPA.
El ambiente estaba cambiando demasiado en Chicago para el gusto de Jackson y Albert, por lo que decidió vender las propiedades de Lakewood y mudarse a Canadá. Durante los años que duró la ley de prohibición nacional de 1920 conocida como la ley seca, el AMPA de Chicago aumentaba su poder y las bandas rivales luchan entre ellas como si de naciones o corporaciones se tratara.
Es un periodo de guerra abierta entre Italianos e Irlandeses; donde sus fuerzas se concentran en vender sus barriles de cervezas, juegos y apuestas por medio tratados de paz que son rápidamente quebrantados a causa de los enormes beneficios que proporcionan el tráfico ilegal de bebidas alcohólicas y el vicio dando lugar a nuevas luchas. Con frecuencia se ven a los hombres de Capone o Moran intentar conseguir la mayor cantidad de clientes y si estos no aceptan son convencidos por medio de amenazas; entrando en los locales, o disparando desde la acera para deshacerse de sus enemigos sin tener en cuenta si hieren a un inocente.
En 1925 Bill Big es arrestado por evasión de impuestos, recibe una condena de dos años, pero sale después de haber cumplido 13 meses de su condena por buen comportamiento. 1929 las bandas de Chicago controlan 21207 establecimientos clandestinos y sus ingresos brutos alcanzan los 357000000 de dólares 618 miembros del AMPA de la ciudad son asesinados en 9 años la corrupción se extiende desde el despacho del alcalde hasta la más humilde taberna.
El padre de Erin y Candy había comprado a los Tiger de Hockey en 1925, también una pista de carreras en 1929; en 1930 a los Dayton y los bautizó como “Brooklyn Dodgers”. Hasta que finalmente en 1932 se retira como jefe de los White Hand Gangs. Aunque Estados Unidos lo demandó por evasión de impuestos, dejándole una fuerte suma de dinero a pagar; fue despojado de todas sus propiedades y riquezas, pero él siempre se presentaba todas las mañanas en el viejo banco de la plaza, esperaba a que el reloj marcara las nueve para que ese encuentro se diera.
Desde 1917 lo había hecho, y todo el tiempo que estuvo preso lo lamentó, por eso cuando quedó libre nunca faltaba, no le importaba si llovía o caía nieve, pero siempre se presenta a esperar, a que una hermosa rubia se sentara con él a platicar, dos veces en cada estación del año. Su visita le alegraba el corazón, a veces llegaba con un hombre castaño y otras con uno rubio y aunque ella creía que lograba engañarlo con su apariencia, sabe que por muy parecidas que sean por fuera, por dentro son tan diferentes… pero de igual manera las ama, guarda silencio porque de esa manera sabe que ellas son felices y no se han olvidado de él. Por eso siempre acudía a esa cita que nunca sabía cuándo se daría; hasta que en un 10 de diciembre de 1946 ya no pudo presentarse en se viejo banco, pero ellas llegaban y le dejaban una rosa sobre su tumba.
FIN
Última edición por Cherry Cheddar el Jue Mayo 14, 2020 12:15 am, editado 1 vez