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OPERACIÓN C0507–T1231
CAPÍTULO 1–PARTE 3
—Archie y tu son pareja, Stair y Patty también, y todos lo saben.
—Es muy distinto Candy, Archie es Secretario de Estado, Stair es el Secretario del Tesoro, Patty y yo estamos en el departamento administrativo, Patty como asistente personal de Terry y yo contigo; ellos en cambio pertenecen al mismo departamento y si existiera una relación entre ambos, quedaría claro que el Director de la Agencia Central de Inteligencia actuó de manera inapropiada y ventajosa sobre los otros candidatos al puesto y si eso quedara al descubierto, los otros aspirantes podrían entablar una demanda Federal por desigualdad en la oportunidad de empleo, te lo digo en mi condición de abogada en leyes federales, además, el hombre es amigo de Terry desde que estaban en la Universidad, y es de cierta manera el causante que ustedes estén aquí. —Annie suspiró —Por cierto y desviando el tema, no olvides que hoy es la cena de recaudación de fondos para los niños huérfanos y es precisamente en su casa.
—Como voy a olvidarlo Annie, no pienso perderme ese evento, ayudar a los niños huérfanos es algo que me produce placer —sus ojos se entristecieron —sabes, de cierta manera me identifico con ellos, Albert y yo quedamos huérfanos y por el trabajo de mi hermano, yo me quedé bajo el cuidado y tutela de Tía Elroy.
—¿Sigues extrañándolos después de tanto tiempo? —Annie acarició el hombro de su amiga.
—¿Como puede un hijo no extrañar a sus padres? —Candy aspiró profundamente para contener las lágrimas que amenazaban en salir de sus ojos verdes.
Sus padres eran la razón por la cual ella había tomado ese camino. Tras su muerte en un accidente aéreo ocasionado por un grupo de terroristas, cuando ella tenía apenas 13 años edad y su hermano 24, se juró que haría todo cuanto estuviera en su mano para evitar que mas familias lloraran la muerte de un ser amado a causa de una acto terrorista.
Gracias a su coeficiente intelectual avanzado y su esfuerzo, se graduó con honores en la Universidad de Chicago un año antes, y con la recomendación de uno de sus maestros, consiguió su primer empleo como una agente encubierta en donde le tocaría ser la guardaespaldas del rebelde hijo del presidente de los Estados Unidos.
Al principio su hermano quien era el Secretario de Estado, se negó categóricamente a que aceptara aquel puesto, por lo complicado del papel que ella desempeñaría y por que sabía que ella haría lo que fuera por alcanzar su meta de llegar a ser parte del servicio secreto de los Estados Unidos y cumplir con su promesa de vengar la muerte de sus padres. Promesa que estuvo a punto de cumplir meses mas tarde, luego de una peligrosa operación de rescate en donde evitaron que un grupo Terrorista obtuviera las claves secretas para detonar misiles a diferetes puntos fuera de los Estados Unidos, provocando eso la furia del jefe de dicha red criminal quien juró vengarse de ella.
—Te quiero mucho Candy y haría lo que fuera por borrar de tu memoria los momentos mas dolorosos de tu vida —la abrazó
—Gracias Annie —Candy correspondió a su abrazo —yo también te quiero mucho y te agradezco en el alma todos estos años de amistad, no tienes idea de lo mucho que lo valoro, Patty y tu son como las hermanas que no tuve —Se apartó un poco —Me acompañarán a la cena ¿verdad?
—Por supuesto —Annie sonrió —debemos darnos prisa para terminar los pendientes del día y prepararnos para el evento —dijo Annie mirando su reloj.
—Terry pegará el grito en el cielo cuando le diga que le concedí el día libre a la señorita Briand —Candy sonrió —pero siendo honesta, no me siento segura con ella detrás mío todo el tiempo, algunas veces desearía subirla a un avión y enviarla a la selva Africana, tal vez con suerte un león me hace el milagro.
—Eres mala —Annie comenzó a reír.
—Si estuvieras en mi lugar te aseguro que me concederías la razón.
—Dudo mucho que la sensación de sentir a esa mujer detrás tuyo sea similar a sentir un molesto grano en el trasero
Ambas comenzaron a reír al recordar la vez que Annie tuvo que lidiar con algo así, tras una picada de abeja, impidiéndoles ir a la playa como lo habían planeado.
Si las carcajadas de Annie no hubiesen provocado que Candy bajara la guardia, seguramente se hubiese dado cuenta que la conversación que creyó era secreta, no lo fue tanto, y quizás hubiese podido detectar la sombra que se veía al otro lado de la puerta.