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Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco

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GEZABEL
Rous
Claudia Ceis
mysha
ANJOU
9 participantes

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ANJOU

ANJOU
Lakewood's Primrose
Lakewood's Primrose

¡Muy bienvenidas!

Blanco


Abriò los ojos sintiendo un agudo dolor de cabeza. Por primera vez en su vida, Neil Legan supo el significado de lo que era ver sin mirar. Abiertos tenìa los ojos, ver, no veìa. Bueno, no era que no viera, ver sì, pero todo era borroso.

Cerrò los ojos y repasò las sensaciones que provenìan de todo su cuerpo. A no ser que algo extremo hubiese ocurrido, se sentìa completo, adolorido pero completo.

La luz penetraba molesta, tan llena de claridad que Neil, aunque querìa abrir de nuevo los ojos, al mismo tiempo no querìa. El dolor de cabeza le martilleaba incesante, casi inaguantable.

Intentò abrir los ojos nuevamente y, poco a poco, permitiò que la luz le diera indicios del lugar en el que se encontraba. Todo era blanco. Neil no soportaba el color blanco. Era como si la luz saliera despedida de todos los sitios y lo atacara de manera personal.

Esto era un hospital. Volviò a cerrar los ojos y tratò de recordar. La primera imagen que vino a su cabeza fue la de la botella de color verde y èl viendo el mundo atravès de su cristal. ¡El viaje! Luego vio las reses atravesàndose por el enlodado camino… el auto deslizàndose sin control sobre el resbaladizo terreno…

¡La botella! ¿Dònde estaba la botella? ¿Dònde estaba èl?

Abriò la boca para gritar y su voz sonò pastosa, casi irreconocible. Gritò una, dos, tres veces, hasta que sintiò que la cabeza le iba a estallar.

La puerta, que en algùn lugar de la habitaciòn se encontraba, se abriò abruptamente.

-Neil, Neil, ¡despertaste!

¡Esa voz! ¡Maldiciòn! ¡Maldiciòn, maldiciòn, no podìa ser!

Abriò los ojos para confirmar sus sospechas y la vio, frente a èl, con la mirada expectante. ¡Maldiciòn, Candy!

Cerrò los ojos y volteò la cabeza al lado contrario al que la enfermera se encontraba, vestida toda de blanco. Y en ese momento, Neil comprendiò su aversiòn a ese color. Y comprendiò por què el ùnico lugar en donde lo soportaba era en su cama…

¡Maldiciòn, no podìa ser! ¡Maldiciòn!

Neil la escuchaba hablar, preguntarle còmo se sentìa, dònde le dolìa, tocarlo. ¡Maldiciòn! Candy lo estaba tocando. ...Con lo que Neil habìa deseado el roce de esas manos hacìa tanto tiempo… ¿Còmo podìa desearse y odiarse algo al mismo tiempo?

-¡Dèjame en paz, Candy! ¿Què haces aquì?

Candy sonriò con esa sonrisa que era màs radiante que la luz del dìa y, guiñàndole un ojo, le dijo:

-Soy enfermera, ¿recuerdas?

-En Chicago, no en Nueva York.

Candy lo vio con los ojos llenos de ternura.

-Estoy estudiando aquì por un tiempo, Neil…

Cerrò los ojos, esto no podìa estar pasàndole. Se habìa ido de Chicago para hacer crecer su negocio, sì, pero tambièn para estar lo màs lejos de ella posible. Candy, contrario a lo que su nombre significaba, para èl, era algo amargo de recordar.

El deseo no cumplido. El objetivo nunca alcanzado. El mayor fracaso de su vida. Neil habìa aprendido lo suficiente de la vida como para comprender que lo que sentìa por ella no era amor. Pero la deseaba. Continuaba desèandola como un loco. Querìa arrancarle con los dientes cada trozo de ese impecable uniformito estùpido que cubrìa ese maravilloso cuerpo que tenìa.

Neil habìa estado con demasiadas mujeres a lo largo de su vida como para saber todo lo que esos trozos de trapo blanco escondìan.

Y allì estaba, su peor pesadilla, de pie frente a èl. ¡Maldiciòn! ¿Què màs tenìa que soportar? Sabìa que se habìa casado con William Andrew. Era millonaria, ¿por què tenìa que continuar ejerciendo la profesiòn? En medio del dolor de cabeza que lo torturaba, Neil esbozò una socarrona sonrisa.

Habìa aprendido, a travès del tiempo, que, para èl, los negocios eran lo màs importante en su vida. Le habìa entregado a los Aceros, la mejor parte de su juventud. Los habìa hecho crecer, prosperar y llegar al mejor lugar del mercado.

Pero una cosa era lo que era lo màs importante en la vida y otra, lo que màs necesitaba. En el momento de decidir que iba a terminar con su vida a la corta edad de treinta años, Neil habìa preparado todo para su ausencia. A veces se preguntaba còmo podìa ser tan frìo considerando los detalles de su propia muerte y posterior ausencia de sus propias empresas y de su lejana y nada necesaria familia.

Habìa dejado bien aprovisionada a Elisa, que necesitarìa un albacea para disponer de su patrimonio. Habìa asegurado el futuro de sus padres para su vejez. Habìa asegurado la continuidad de los Aceros en manos del mismìsimo cabeza de la familia Andrew, aun sabiendo que Candy se habìa casado con èl.

Y es que, en cuestiones de negocios, las faldas no contaban. Las faldas contaban para otros casos, no como excusa para abandonar su màs preciado tesoro en manos inexpertas o ineficientes.

El tìo abuelo, ¡maldita sea!, era tan bueno como èl en los negocios. Para su pesar, tenìa que aceptar que habìa logrado levantar su imperio ferrocarrilero sin infringir la ley… o al menos eso sabìa èl de sus propios contactos. Y, ¡maldiciòn!, se habìa casado con Candy.

Pero para cuidar de su propia empresa cuando èl ya no estuviera, no podìa contar con nadie màs capacitado que èl. A Neil, llegar a esa conclusiòn se le habìa hecho tan doloroso, creìa èl, como los dolores que parto que sufren las mujeres. ¡Cederle los Aceros a los Andrew le habìa dolido màs que muchas cosas en su vida! Pero el testamento estaba hecho y la decisiòn tomada.

Neil era un hombre de negocios. Se habìa convertido en un magnate no gracias a su padre ni a los Andrew. Se habìa hecho a sì mismo lejos de todos ellos. El ùnico trozo que no habìa conquistado en su propia vida, lo veìa con sus enormes ojos consternados en esos precisos momentos.

-Señorita, disculpe, ¿puedo pasar?

Neil escuchò la voz proviniendo de la puerta que Candy recièn habìa abierto. Y todo el mundo se detuvo a su alrededor.

Abriò los ojos y la vio mientras la luz daba de lleno en su negro y corto cabello. Vestida con un mono azul desteñido y una camisa, porque aquello no era una blusa, a cuadros rojos y blancos.

Y, colgando del cuello, el dije de un colibrì.


A Rous, Claudia Ceis, Azul pequeña, Legafa05 y a Evelyn Rivera Strubbe les gusta esta publicaciòn

mysha

mysha
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Pinche pecas que por todos lados se atraviesa! Pero esa vista final, me intriga, me gusta, será la dueña de las reses que provocaron el accidente?
Sigue, sigue por favor!

A Azul pequeña le gusta esta publicaciòn

http://myshahistorias.blogspot.com/

Claudia Ceis

Claudia Ceis
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Hiperventilando con el final de este capítulo  affraid affraid ¿Quién es la susodicha? Puede ser quien venia detrás de Neil en el camino... será? 
Y pobre Neil no termina de rabiar ahora por culpa de la pecosa  Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 523232 pero espero que esa visita inesperada lo ponga de mejor humor  Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740
Me encanto y en espera del siguiente :clap::clap: gracias por compartir :blush: 

Rous

Rous
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

MALDICIÓN!!! QUÉ BUENO ESTÁ ESTO

affraid affraid affraid affraid affraid affraid affraid affraid

Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740 Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740 Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740 Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740 Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740 Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 334740

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

QUIEN ES? !!!

sera acaso la persona a la que busca??? diablos... a esperar el que sigue

Legafa05

Legafa05
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Si te soy sincera, llegué a pensar que a quien encontraría en la dirección sería a Candy, pero esta chica místeriosa que entró, cambia mi teoría, ¿Será ella lo que buscaba Neil? Me tienes con mucho intrigada y ganas de saber que pasara Era un Mini, Muy Mini NeilFic: La vida en una botella (La pesadilla de Neil Parte 7) Blanco 895558

Evelyn Rivera Strubbe

Evelyn Rivera Strubbe
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

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ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

quien es ella??????

Wendolyn Leagan

Wendolyn Leagan
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

LA DEL CAMIÓN DE HENO ¡¡SEGURO!! UNA GRANJERA.

AYYYYY ESTA CANDY METICHE xD

http://www.maldita-bruja.blogspot.com

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